Virlux Capítulo V Fiebre Verde

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He tenido que cargar durante todo el día desde la ferretería que queda a cinco calles de mi casa, cuatro botellas de thinner para acrílico, cuatro botellas de alcohol y tres pomos medianos de acetona porque Virlux me esperaba triste, enojado y desesperado en la ducha de mi cuarto de baño, a muchas personas les parecería desagradable la idea de tener a un desconocido en su bañera, y es que en este caso la culpa ha sido mía por no tener cuidado, ya no quiero volver a pensarlo, no lo haré de nuevo, no volveré a cargar tanto peso más aún si estoy tan cansada pero dándole un gran “EXTRA” a esto, “No llevaré cosas en las manos porqué podría encontrarme en mi habitación a plena luz del día desmayada o peor aún podría encontrar otra escusa para estar apresurada”.

Mira ángel de mi guarda me toca usar esta gasa en la ceja por el corte del golpe que me imagino debió ser brutal por los aún constantes y ligeros dolores de cabeza al despertar. Definitivamente no puedo creer que esté pasando esto.

Abrí la puerta con mucho cuidado, metí los pomos que dejé afuera de la habitación, y comencé a ver alrededor tratando de ver más allá de mis límites corporales quería ver con algo que sabía que existía en mi ser pero que aún no sabía qué es.

-¿Señor Lux, aún está en el baño?- Lo dije bajito.

-Sí, aquí estoy, tráeme el thinner para acrílico o lo que mencionaste me ayudará a quitarme la pintura de encima, por favor.-

-Virlux, la idea que tengo es de ponerlo a remojar un momento en la bañera con estos productos, pero pensándolo bien no creo que le haga bien a usted tener la piel expuesta tanto tiempo y en contacto con los líquidos, pienso de nuevo, creo que sería peligroso, ¿Tiene alguna idea?-

-Antes que avancemos en esta conversación mientras fingimos que no está pasando nada, te pediría por favor que no me digas “Señor Lux”, dime “Virlux” simplemente porque suena más informal la manera que utilizas al dirigirte a mí, además puedes continuar si deseas con esa media oración que hace notar el que me tengas confianza, la que no te he dado pero creo que es conveniente ya que he pasado mucho tiempo en tu habitación, y sobre lo de remojarme en thinner me parece una pésima, estúpida y poco ingeniosa idea, recalco sin ofender, no tengo nada personal contra ti solo que no soy ni tela y mucho menos plástico.

En fin, veamos ahora, utilizaré algo que absorba un poco de líquido y pueda quitarme la pintura con suavidad sobre la superficie delicada de mi piel.- Buscaba desesperado en la repisa y el botiquín del baño, yo podía ver como se movían las puertas y los objetos frente a mis ojos.

-Está bien “Virlux”, solo era una idea no estaba jugando, y además no quiero que te quedes un día más en mi habitación ya que no me siento segura. Traeré un poco de tela del ático, mientras tanto puedes ir usando estos paños para limpiar el mármol del lavabo, ¡Oh y no te preocupes están nuevos!

Utiliza el T.A. También tengo este pomo de acetona, alcohol, tú mira si te sirve ya vengo.-

-¡Espera creo que no es conveniente que me dejes todo el trabajo a mí! Mientras me limpio el brazo tú me limpias la pierna y el pie, hay que construir un buen equipo de “ayuden al intelectual” ¿Está bien? ¡Por favor!- Finalizó con una petición que de haberle visto la cara hubiera pensado que estaba de rodillas suplicando

-Mira sí que eres extraño, en un momento te luces de ser superior con tu forma de hablar, me insultas, me gritas y luego bajas la voz como un gato en canasta que quiere que lo recojan.-

-¡Por favor!- (Dice de nuevo)

-Jajaja, me causa risa el imaginar qué cara estás poniendo al decirme así, de verdad puedo imaginármelo. !Está bien, préstame la pierna un rato!- Tengo que admitir que lo dije con algún grado de disgusto.

-¡Por favor ten mucho cuidado!- Me estiró la pierna hasta que al fin pude sentirla con la extensión de mis brazos, era tan desagradable y olía a mentol.

-Lo tendré, no te preocupes- Dije resignada.

Tomé el pomo de alcohol, luego el pomo de acetona, y finalmente el de thinner, mojé un poco de alcohol en el paño de limpiar, acerqué el paño a la pierna pero antes tuve que sujetarla, lo acerqué un poco más y lo toqué con tan solo una punta de la tela.

-¿Te duele, o te arde?- (Le dije para cerciorarme que no le haga daño)

-No, no tengo síntoma alguno.-

-Seguiré entonces-

Ya había puesto todo el paño de limpiar sobre la pierna y frotaba despacio sobre la pintura para tener la suerte de que saliera con facilidad, y no, no salía, tenía que frotar muy fuerte pero a él no le gustaba, mientras seguía intentando sacar milímetros de pintura que ya estaba seca en la piel, veía que él se frotaba la piel del brazo con otro poco de tela del paño mojado en alcohol. El trapo flotaba sobre su extremidad y mi impresión a través del sentido de la vista no lo aceptaba como posible, lo que me hacía distraerme y quedarme viendo hacerlo una y otra vez, él llamaba mi atención con alguna inquietante voz desesperada y yo seguía en mi trabajo arduo de limpieza con el paño de tela.

Al pasar casi media hora solo había retirado un veinte por ciento de pintura, así que dejé que se remoje en agua tibia para que haga el trabajo mejor. Después intenté usar el thinner, mojé una punta con un poco y lo acerqué a su piel y él retrocedió.

-¡Nooo, eso noo, dueleeeee, no me lo acerques!-

-Pero con esto es posible que salga, intenta aguantar un poco- Dije rendida

-Está bien, pero cuando lo acercaste me empezó a arder los ojos y la piel- Me habló preocupado.

Tomé de nuevo la tela y lo acerqué más, lo puse sobre la piel y froté en línea recta hacia abajo sobre la pintura lo que hizo que salga con facilidad pero él gritó de nuevo.

-¡Noooo, No, Nooo, duele, me está doliendo! ¡Agua, agua!-

-¡Abre la ducha, rápido!-

-¿Dónde está, cómo la abro?, ¡Ouch Ardeeee!-

-¡Ahí detrás de ti, rápido!-

-¿Quieres agua caliente o fría?-

-¡!Por favor!!-

-Sí sí, el botón azul- (Dije asustada)

Presionó el botón azul y empezó a salir de lo que vendría ser su ojos, gotas que identifiqué como lágrimas, luego estas desaparecieron cuando se combinaron con el agua fría, el agua al recorrer su piel hacía visible por momentos la superficie de su cuerpo, era impresionante ver y no ver su extremidad inferior.

Después de casi un minuto apagó el agua con el mismo botón azul.

-¿Ya te sientes mejor?-

-Sí, mira, estaba quemando mi piel.-

La parte libre de pintura que dejó el thinner estaba rosa, casi enrojecida, me preocupé por haber herido gravemente su piel. Era como si se hubiera quemado con aceite y estuviera despellejado.

-Huy, te he quemado, disculpa no tuve intención de lastimarte.-

-No te preocupes, la piel se restaurará en unos días.-

-Vi que llorabas, ¿Sí te dolió?-

-Mucho, no había sentido un dolor físico tan espantoso y si lloraba era que mis ojos estaban irritados por el olor que emanaba ese líquido despinta esmalte.-

-Ayyy, hombre tenías que ser-

-Del género masculino dirás, yo no soy hombre y sí lloro de dolor no lo negaría porque puedo expresar perfectamente mis sentimientos igual que tú y si tengo que llorar por algo es por lo que me está pasando, todo por venir a verte un día, todo por querer tener…- De pronto interrumpió.

-Entonces aceptas la culpa, ¡Vayaaaa, me parece bien! porque yo pido disculpas por haber marcado así tu cuerpo con esas pinturas de esmalte y ahora por haberte arruinado la piel de la pierna, ¡Lo siento de verdad lo siento!-

-Ya olvídalo, lamentarse es una mala forma de perder el tiempo.- Usó una voz muy agresiva.

-¡Ouchhh!, me duele esta herida.- Me toqué la ceja cuando sentí una punzada en esa zona de la sien.

-No la toques, ya sanará y más rápido de lo que piensas, ah por cierto, pido disculpas por tocarte esa tarde.- Dijo con miedo.

Me levanté, me senté encima de la tapa del váter mientras de pronto puse mucha atención para saber a lo que se refería pero antes le dije unas cuantas cosas.

-No te preocupes, ya sé que a veces reaccionas como una bestia salvaje, no hay problema, el moretón de mi cuello ya casi no está.-

-No me refería a eso, también pido disculpas por ese reciente acontecimiento y mala práctica de mi fuerza física, me refería a que en aquel momento que desmayaste y las latas de pintura cayeron sobre mí… Al despertar vi que caías de nuevo inconsciente pero hacia atrás entonces te sujeté antes de que golpearas el suelo de nuevo ya que algo así hubiera podido dejarte muy mal, recuerdo que te sujeté del cuello y de la cintura, tomé tus brazos, te cargué y te recosté en el suelo, luego revisé el corte de la ceja, lo limpié y le puse un poco de brotes de hojas verdes las cuales crecen en las copas de algunos árboles. Es para que seque y sane más rápido ese corte que te hiciste. Ven, déjame ver. ¡Impresionante,,, sí que tienes esa ceja hinchada!-

-¡Oh Dios, gracias, fuiste tú quien hizo esto!-

-Deja de decir tonterías, te dije que me disculpes, es lo menos que pude hacer al ver que te mareaste y luego te caíste, fue asqueroso verte sangrar.-

-Gracias a ti, porque me evitaste puntos en la ceja, el doctor estaba tomando en cuenta que debía suturar la herida, pero ahora que veo el golpe no está tan mal que digamos y empieza a cicatrizar la herida que lamentablemente explotó al tocar el suelo, ¡De nuevo, gracias Virlux!-

-No me las des, si morías tendría que llevarte ante mi familia y comerme tus tripas, me sería muy difícil e incluso me hubieran podido mandar a matar lentamente expuesto al sol y eso te digo francamente es una muerte que no le recomiendo a ningún Virlux.-

-¡Huy sí, qué gracioso, no eres vampiro, deja de tratarme como una ignorante!-

-Jajaja eres una humana muy inteligente, claro que no hacemos nada de eso, solo violamos a las chicas, no les hacemos más nada.-

-¡Hay no qué feo!-

-Jajaja no creo que un Virlux algún día sea capaz de eso jajajajaj pero me causa gracia la cara que pones jajajajaj, eres muy crédula.

No puedo alterar la vida, si te he amenazado antes solo ha sido vanas palabras yo no puedo quitarte la vida y tampoco puedo tocarte ya que la grasa y el sudor que expide tu piel puede contagiarme con bacterias a las que se expone mi sentido del tacto. Me disculpo de nuevo, no volverá a pasar.-

-Sí, entiendo, ya estaba esperando algo como esa última parte de tu explicación. Sabes, pero ya me has tocado muchas veces, ¿Cómo sabes que no tienes gripe o hepatitis B? De todos modos gracias.-

-¿Qué? ¿Qué es eso de Hepatitis B? ¿Te refieres a una enfermedad viral verdad?-

-Es broma, es broma además los síntomas aparecen después de cuatro a cinco días-

-¡No me agradas!- Me dijo con una sinceridad exagerada.

-¡Gracias Virlux, tú a mí tampoco!-

-¡Bien, no nos agradamos y estoy perdiendo el tiempo, ya veré cómo podré hacer para quitar estas manchas!- Dijo molesto.

-¡Pues Bien!- Dije tranquila.

De pronto un silencio de no saber qué hacer nos dejó callados por más de dos minutos, luego…

-¿Y ahora qué harás? No puedes andar así por la calle con una mano, una pierna y un pie de color sin que se vea otras partes de tu cuerpo.-

-No, no podré-

Ahí me imaginé que hizo un gesto de duda, luego guardamos silencio y comenzamos a pensar, de pronto…

-¿Vicky, con quién hablas?- (mi papá abre la puerta despacio y Virlux se mete con mucha velocidad debajo de mi cama, mientras yo tiraba las cubrecamas y sábanas al suelo a propósito)

-Estaba recitando un poema al conflicto de la contaminación ambiental, papá-

-¿Cómo va eso, amor?- Mi padre me habló confundido.

-Justo eso papá, que no tengo idea de cómo comenzar.-

-¿Por qué no comienza con algo como “Mientras más discos piratas se venden, más peces mueren en el río”?-

-¿Te refieres a la competencia publicitaria, a las ventas, a los piratas o el comercio en general? Yo la verdad no soy una experta como tú papá y déjame decirte que he leído unos cuantos libros y… Vaya, no veo qué tiene que ver los discos piratas con los peces.

-¿CÓMO QUE NO?- Virlux se mete a la conversación sin permiso usando su horrenda voz.

-“Cof Cof”, huy creo que estoy enfermando papá- Aclaré la garganta tosiendo onomatopéyicamente para tratar así de despistarlo.

-¡Huy sí amor, qué fea voz te salió, me asustaste! … Bueno también lo justifica el que estés creciendo y la voz se pone más gruesa-

-Cierto papá, cierto, vez que siempre sabes. ¡Shhhh no te metas tonto!- Le susurré la última parte a Virlux que se escondía debajo de la cama.

-¡Mmm ajá señorita! ¿A quién escondes debajo de la cama?-

-A nadie papá- Comencé a sudar.

-¡Vicky no mientas!-

-Nadie papá-

De pronto se asoma por debajo de la cama y la cara se le transforma.

-Vicky, ¿No te da vergüenza hija?-

-¿Qué pasó papá?- Mi corazón estaba muy acelerado.

-¿Qué, hasta en las sábanas tienes que tener de adorno partes del cuerpo humano? De verdad que no se puede con ese fanatismo tuyo y además tu madre te lo consiente.-

-¿Qué tiene de malo papá?- Pasé saliva mientras que por dentro los nervios de mi cuerpo gritaban un gran “UFFF”.-

-Nada olvídalo, trata de dormir, te echaré el ojo de vez en cuando en la madrugada, así me lo ha pedido el doctor.-

-¿No me digas que te quedarás de nuevo despierto?-

-Sí, no me queda de otra ya que el trabajo me lo exige.-

-¡MENTIRA!- Se metió Virlux de nuevo.

Cuando mi papá ya hacía dándome la espalda, viró con exaltación mientras dijo:

-¿Me decías, hija?-

-Nada papá, nada, anda tranquilo.-

-Mmm huummm sí, hasta mañana pequeña.-

-¡Hasta mañana!-

Volteé y me incliné por debajo de la cama

-Ahora… sí tú, el de las extremidades primavera, te hablo a ti, ¿Quién te da derecho a arriesgar mi vida con esa horrible voz que tienes?

-Yo solo estaba pensando en alto (De pronto hizo aparecer sus grandes ojos frente a mi rostro) ¡Caya! que en estos momentos no estás en condición de mostrar quién eres- (Me caí de la cama por el susto y ese “caya” fue más el grito de espanto de verle de nuevo la cara.)

-Jajaja, ustedes los humanos no saben lo que es la fidelidad y tampoco saben los que es la moralidad, llevan vidas promiscuas con necesidades que les impiden crecer espiritualmente. Bueno, ninguno de tu familia tiene espíritu. Jajaja, son unos tristes religiosos.- Se reía de mí.

-¡Tonto!- Dije molesta.

Esa noche la pasó en el suelo, ¡Qué extraño! ya no tenía miedo de buscar bajo la cama ya que conocía al monstruo que ya hacía durmiendo ahí.

***

-Buenos días, no salió el sol ni para justos o injustos, se recomienda en estos casos abrigarse con piel gruesa o en tu caso ropa sintética-

-Oh, muchas gracias… ahhhh hayyyyyy ¿Qué te has hecho?-

Me alejé un momento hacia atrás mientras lo miraba de pies a cabeza, me puse muy nerviosa porque la presencia que tenía era tan desagradable que no podía aguantar verl.o

-¿Qué, qué?-

-Si mi mamá pudiera verte diría que eres una especie de demonio… Es enserio, la próxima avísame que estás así, piensas que estás en tu casa y la gente te saludará con normalidad, pero no, estás en mi habitación y créeme hay reglas que cumplir y una de ellas es no aparecerte desnudo, no había visto cosa parecida con anterioridad.

¡Dios, casi me da un ataque!-

-Deja de decir esas cosas “Dios” ¿Por qué tanta confianza? No se supone que la llamada religión les pone reglas como “No usar el nombre de Dios en vano.”-

-Me sorprendes, no entiendo cómo sabes eso pero en fin. Con esa piel inestable de color no definido, tu rostro, tu cabeza, solo tus ojos parecen bonitos y al mismo tiempo hacen que todo mi cuerpo tiemble con escalofríos, son espeluznantes, créeme. La primera vez que estuviste aquí cuando lanzabas esos papeles arrugados, gritaba de miedo pero luego desperté. Comienzo a pensar que eres como un fantasma o una grabe esquizofrenia en mi cerebro, lo raro es que ahora mismo no estoy soñando. ¿Por qué no te dejas ver por mis padres?-

-Las cosas grandes y ocultas no pueden ser mostradas a cualquiera, por eso este mundo está lleno de ignorancia e incredulidad. Yo que tú tendría temor en este mismo momento si te explicara quién soy o de donde vengo. Pero no te lo puedo decir, aún.-

-Cada vez que hablas me dejas con más preguntas, pero olvídalo, si pudiera pedirte un favor ese sería el que no te muestres así, es más sencillo cuando solo puedo escucharte. ¿Por cierto, tú no tienes genitales verdad?-

-El hombre no aprendió acerca de la genética en los últimos siglos por sí solo. Es lo único que voy a responder.-

-Te ves… Feo.-

Su piel parecía moverse constantemente, el color se agitaba y cambiaba al mismo tiempo que respiraba, de su cabeza salía una protuberancia que era leve pero en sus cabellos blancos se veía, sería imprudente usar alguna descripción que no sabía cómo interpretar, era como si su piel reflejaba las estrellas, sus ojos eran como dos grandes luceros azules con agua marina como planetas inundados de agua que no se vacían y se quedaban inhertes detrás de sus monumentales párpados de esa piel camaleónica. Si pudiera verlo mi madre, si pudiera verlo el mundo creerían como yo que era algo feo pero en realidad es algo que nadie entendería y era tan real… Sus cejas, pestañas, cabello, el pelo que tenía en la barbilla eran de color blanco con textura ultra fina, a veces lo veía el doble de su tamaño y otras veces era más pequeño pero seguía siendo más alto que un hombre normal, podía entrar en mi habitación porque era una construcción antigua y el techo estaba a cinco metros del suelo. La forma de las cejas formaban una impresión de maldad intencional. Su mirada, su mirada podía absorber todo lo que había en la habitación, podía absorber posiblemente las mentes y consumirlas lentamente. No tenía arrugas, su piel era tersa y se veía tan suave pero no, no era así, ya que había tocado su piel y no es muy agradable al tacto, podría definirse como áspera y pegajosa.

-Perdóname sapiens, deja de mirarme así, no entiendo cómo mis antepasados se juntaron con las mujeres de su simiente. Pero yo, lo más imprescindible es que no importa lo que diga un simple Virlux, pero sí te aseguro que al menos puedo perderme en el ambiente si así lo quisiera, pero tú cuando te miras frente al espejo ni pidiendo un deseo.-

-¡Qué grosero, eres! Tu aspecto físico no me molesta, solo que este golpe de mi cabeza… ¡Olvídalo! Trataba de decir que aún no me he acostumbrado a verte con los ojos.-

-Sé que tú no eres la representación del hombre, pero realmente son criaturas rebeldes.-

-¡Olvídalo ya!-

-¿Cómo?- Lo dijo sorprendido.

-Estoy pensando en tantas cosas ahora, pero ninguna tiene que ver con todo lo que he leído.-

-¿Qué pasa?- Sus cejas bajaban hacia los lados de cada ojos, le daban una expresión tierna, casi como la de una mascota extraterrestre.

-Jejeje, jejeje, jejeje, de pronto preguntas y tienes esa cara graciosa, e ve tierna pero yo sé que no es así… Si te miraras jejeje, jejeje, jejeje-

-¿Cómo, qué cara, qué pasa?-

-¡Mírate aquí! Jejeje, jejeje-

Le mostré el espejo que tenía en el cajón donde guardo los ganchos de cabello. Cuando se vio por más que se miró con la misma cara de confusión no pudo darse cuenta a qué me refería, entonces así, a través del espejo me miró pero primero llamó mi atención con una voz muy fuerte y agresiva.

-¿Ves en esta cara una expresión tierna y graciosa?-

-A ver, ¡Hay qué feo! – Cerré los ojos. -!Ahora la has puesto horrible!- Me volteé y me comí los nervios que me dejó el mirarlo, pero me hice la dura al hablarle así porque me causó miedo nuevamente.-

-No perdamos más el tiempo, tengo que acabar de quitar esta pintura, llevarme lo que necesito e irme para no volver más a pisar este suelo.-

-Tú quieres irte y yo quiero que te vayas, al fin estamos de acuerdo en algo. No deberías quejarte lucerito, ¡Solo cállate!- Estaba molesta y confusa mientras le hablé así, tan fastidiada y triste.

Le ayudé a lavarse con alcohol nuevamente, traje agua caliente para poder poner blanda la pintura que ya hacía seca en su piel, usé jabón, jabón de cabello, usé casi todo lo aparentemente más suave para no volver a lastimarlo. Ahora creo también haber usado lavavajillas jejeje, pero no importó todo lo que usé, no pude sacarle esa pintura de la piel, lo único que pasaba es que cada vez se achicaban las manchas pero no tan rápido como queríamos.

Nuestra sala de operaciones fue de nuevo la bañera, me sentía fregadora de lunas afuera de un restaurante chino, con el cabello tapado, esta vez con guantes y con una bolsa blanca en la cabeza, él me obligó a ponerme todas esas cosas con la escusa de que podía contaminarlo, ¡Mmmm no podía creer que estuviera ayudando a este ser extraño! Virlux se sentía en una sala de emergencias tan preocupado con el avance del tratamiento, yo me sentía humillada por las palabras que él usaba contra mí, luego me puse a pensar que las consecuencias de todo lo que había pasado no solo era mi culpa, no quería estar más esclava “humanosidad” o que diga de su “Virsulidad”.

-¡Es suficiente por hoy!- Dije seria.

-Está bien, solo falta un poco más y no tendré que venir a tu alcoba de nuevo si tú lo quieres así-

-¿Cómo que si yo lo quiero?, espera, estás… ¿Acaso has dicho que si así lo quiero? ¿Realmente ha pasado por tu cabeza que disfruto de tu presencia aunque sea un mínimo?- Me paré y tiré los paños húmedos, luego miré atenta a esos ojos abominables mientras se lo decía.

-No, no pienso, pero sí, casi captas la idea, ya que tu amigo Roddy no ha venido como dijo que vendría, y Matty es tu amiga pero comienza a cansarle que nunca estés para ella. Otros amigos, sabes que no tienes y en cambio la comunicación con tus padres es regular… También sabes que cada vez que llegas a casa ellos no están y no pueden escucharte o simplemente no te ponen atención porque están muy ocupados. Entonces pienso que debes sentirte bien conmigo aquí, al menos discutiendo y ayudándome, fingiendo ser buena con este servidor. Dentro de poco ya no me vas a servir para nada. Es mejor que pienses en irte de aquí o en quitarte la vida, pero para evitar eso, aquí estoy como una tentación de compañía.-

-¡Basta! ¡Cállate ya!, Estás loco, ¿Cómo vas a decir esas cosas?… tú no sabes nada de mí, así que no tendrás mi preocupación sobre el tema, simplemente haré como si no te hubiera escuchado.- Empujé el pomo de jabón líquido y cayó sobre las toallas, me molesté tanto con esa actitud hacia mí, luego le di la espalda para quedarme pensando ahí, quieta.

-Es la verdad y sí me estás escuchando, no finjas que no porque sino estarías riendo ahora y no a punto de llorar, lo siento, no pensé bien que te iba a hacer sentir así. Ya cálmate, no quiero seguir esta conversación incómoda. Pero cuando hay que decir la verdad siempre es en las situaciones difíciles. ¡Es la verdad, mátate!-

-¡Cállate ya! ¡Fuera de mi vida!-

Levanté rápidamente mis manos y me tapé los oídos porque ya lo había hecho, me estaba pidiendo que me quite la vida… Me di cuenta que no me convenía seguir hablando con él. Me recordó a mi mamá, cuando me decía muchas cosas acerca del mundo… y también me recordó a que estaba sola y deprimida… y mis ojos comenzaron a humedecerse.

-Lo siento, no puedo consolarte… Perdóname-

Salió de la bañera de un salto y corrió hacia la habitación mientras comencé a llorar, él no sabía lo que me pasaba, nadie sabía lo que pasaba, mi forma de actuar con los demás, mi forma de criticarlos, fingiendo ser segura cuando en realidad la soledad además de darme placer hacía que olvide a mi pequeño hermano Bryan, el único mejor amigo que tuve hasta los nueve años de edad.

-¡Virlux, no te vayas por favor! Quiero contarte que…- Caminé hacia la habitación, mis ojos estaban llenos de lágrimas.

-No puedo irme así, estoy aquí en el armario, aún tengo la pintura…-

-¡Ya, ya, ya sé! Me molesta que seas así de duro, como si no valoras toda la ayuda que te he dado hasta ahora, cuando la culpa de que estés aún aquí no es mía, te recuerdo que estás en mi habitación y aquella vez estabas en mí habitación, ¡EN MÍ HABITACIÓN! Un lugar que bien sabes, es completamente ajeno a ti. ¿Qué te quejas ahora, qué es lo que quieres criticar? ¿Qué es lo que quieres de mí?- Estaba llorando mientras le hablaba.

-No pienses que solo me importa mi existencia por no decir egoístamente que solo me importo “Yo”, sé que eres la única que puede ayudarme a que regrese a casa, lamento haber leído tus diarios, lamento haberme inmiscuido en tus cosas personales y sentimientos de rencor que tienes, lo que sientes ahora no está bien, si no hubiera sido yo el extraño, ya estuvieras muerta desde hace un año atrás. Sientes ahora mismo que no te deja “el sentimiento” ser libre, no te deja ser feliz, de verdad lamento tanto mencionarlo- Usaba una voz baja y cautelosa que el encierro del armario lo hacía más difícil de escuchar.

-Sé que leíste mis diarios y toda la barbaridad que hablo ahí de los demás, sé que lo sabes por eso me tratas así- Empecé a llorar.

-Sí lo hice, ¡Cálmate, no te derrumbes así! También sé que él era mayor que tú casi por un año, sé que te amaba mucho, quizá más de lo que tú lo amas a él, siempre siéntete segura de eso, quizá no puedas verlo o tocarlo pero él está ahí para ti, tan fuerte, con tanta luz no podría dejarte jamás.-

-Sé de ese sentimiento mejor que tú, nosotros disfrutábamos de la compañía del otro, y no puedo, no puedo por más que quiero dejar de pensar en él, dejar de sentir que lo necesito, no puedo, no puedo. Cada vez que comienzo a sentirme bien con alguien y de pronto veo que sonríe, puedo ver su pequeña sonrisa en aquella persona, esa sonrisa juguetona, en esos momentos puedo sentirlo conmigo, o cuando me abrazaba, cuando me llamaba hermana, cuando me decía que me quería y nos quedábamos dormidos en el ropero. Por eso me negué tanto tiempo a percibir que alguien podría hacerme sentir igual, que alguien pueda reemplazar ese amor, y nadie puede Virlux, nadie podrá nunca hacerlo y… Sí que va a recordármelo una y otra vez-

-Un hermano y un amigo no son lo mismo, un amigo puede quererte porque ha nacido un cariño entre ambos, un hermano además de sentir eso cada que crecen juntos, tiene que quererte porque es su deber cuidarte y es su obligación que seas feliz y no lo hará sólo por un motivo, lo hará porque eso lo hará sentir feliz. Comprende que no es lo mismo, es fácil amar a alguien cercano a ti a pesar de las diferencias porque esas personas te aman y son familia y no les queda de otra. Pero es más difícil amar a los que te odian como yo contigo.- Se acercó a mí muy lento mientras me hablaba. -El amor debe ser igual para todos. Y qué pena que los hombres no saben amar.- Añadió.

-Mi hermano decía eso, él creía mucho en lo que mi madre nos leía. Siento dentro de mí muy feo, me duele, me duele tanto.-

Mientras hablaba señalaba mi estómago, estaba ahogando mi pecho de llanto, me derrumbé al suelo de rodillas, y comencé a sentir que Virlux me cubría con la sábana desde la cabeza a los pies, simplemente alzó la sábana mientras empujaba el aire al extenderlo, luego dejó que caiga suavemente sobre mí mientras que yo me estaba hiperventilando, no me dejaba respirar, me desesperé como un ataque de pánico y se cerraba el paso del aire cuando inhalaba.

-No no llores así, ¡Cálmate si sigues así te vas a desmayar!, tu hermano es feliz por tener una hermana como tú y haber vivido contigo muchas cosas buenas, él también te extraña, no llores más por favor. ¡Ya déjalo ir!- Decía muchas cosas para calmarme, me abrazó muy lento extendiendo y contrayendo cada músculo de sus brazos y manos, lo hacía con cuidado a través de la sábana y se sentó ahí en el suelo conmigo.

La paz empezó a llenarme de inmediato, luego me pegó hacia su pecho, me sostuvo con un poco de tosquedad y nerviosismo pero luego fue suavizando ese abrazo, la inquietud de su respiración por la incomodidad y el temor hacia mí que había echo que note antes hizo que me vaya lentamente, mis oídos se taparon y mis ojos empezaron a nublarse. Cuando al fin él me abrazaba realmente, estiré mis brazos bajo la sabana y comencé a sentir que me iba, él me soltó un poco y luego me dejó que lo abrace con las pocas fuerzas que quedaban mientras yo solo lloraba pero ya no podía respirar ni moverme y entonces me hablaba en un idioma que no podía reconocer al principio, lo repetía una y otra vez hasta que abrí los ojos y me di cuenta que era un canto que retumbaba mis oídos, que me llevaba hacia un lugar vacío y oscuro cayendo como pluma lentamente, sin dolor, un blanco intenso reflejaba mis ojos y luego iba hacia un lugar cada vez más claro, donde había tanta luz que comenzó la ceguera y me fui.

-¡bastra, bastrá tremún sugué,

bastrá, bastrá

bastrá tremún sugué, sugué tremún sugué!- Lo recitó por casi quince minutos que parecieron muchas horas de susurros.

-Me siento enferma, ¿Dónde estoy?, ¡Me has matado, me has matado!, le he dicho a mamá que tengo sus calcomanías de X factor- Le hablaba mientras me veía ahí en sus brazos desmayada, el alma se me había salido del cuerpo y solo miraba todo como una escena fuerte e impresionante y fue ahí que vi el aspecto real de Virlux, me causó mucha tristeza verlo así de lastimado.

-¡Despierta ya! ¿Te sientes mejor?-

-¡Oh Dios! Mis ojos se abrieron ¡Tú eres un ángel caído! de esos que habla el libro de ENOC…

Ayyyyy tengo muchas ganas de vomitar, ¿Por qué me siento como si me hubiera pasado un camión encima?- Le hablaba pero él no me escuchaba, movía mi boca pero no salían palabras reales, aún en sus brazos despidiéndome ya de este mundo dije “Ya me jodí, me morí y me voy para el infierno” le hablé bajo la sábana y me sentía demasiado débil para levantarme, pero poco a poco mis extremidades reaccionaban y mis oídos se destapaban con un fuerte “Peeeee”.

-Si vuelves a llorar así vas a deshidratarte- Lo dijo con una voz muy animada.

Me levanté del suelo y mis ojos ya no veían el recuerdo de Virlux de la misma manera, con la sábana sobre mi cabeza sin poder ver nada pero antes me solté de él despacio, de inmediato jalé la sábana y me la quité de encima entonces él desapareció, ya no podía verlo pero podía sentir que estaba allí.

-¿Ya te sientes mejor?- Dijo con voz suave.

-Pensé que… me había muerto…- Me quedé pensando en muchas cosas mientras decía esas palabras muy bajito.

-No le digas a nadie acerca de esto, no lo hagas tú, no la cantes sola, si te escucha otro Virlux es tu fin.-

-No lo haré, lo prometo, tú eres un…- Luego mejor me quedé callada para averiguar todo poco a poco.

-No, no soy, yo soy hijo de esa simiente, la civilización antes de que existieran los hombres en este mundo.-

-Creo que ya es hora de dormir.-

-Pienso que en un día más podré ir a casa, ellos pensarás que estoy evadiendo mis obligaciones.- Su voz se hacía cada vez más lejana.

-¿Entonces tienes una profesión importante allá en Virlulandia? Pensé que tu trabajo era seguir las órdenes sucias de tus jefes.-

-Yo solo soy un mensajero además ¿Qué es eso de Virlulandia?-

-Oh sí, aprendes las técnicas de cómo espiar a una chica sobre un árbol y tratar a los demás como a raza inferior y celosa. O conocer la debilidad de la gente para atormentarla.-

-No, yo solo soy un Virlux curioso. Me salí de donde yo debería de estar. Y estoy muy tentado a conocer más este ecosistema que se han elaborado. Mientras más tiempo paso aquí eres más sugestiva para mí y debo evitarlo porque si me llego a interesar más en ti podríamos comenzar el fin del mundo.-

-No, según el Libro de Enoc, esa unión estuvo prohibida por el fruto que producía… ¿Puedo preguntarte y con mucha sinceridad te digo, a qué viniste aquí?

-Solo fue curiosidad.- Lo dijo cada vez más lejos.

-No mientas, algo malo está pasando.-

-Estoy buscando algo.-

-¿Qué buscas, es mío a caso?- Dije curiosa mientras me iba acomodando en la cama.

-No, no de ti, uno de tus amigos posee una herencia que podría arriesgar nuestro recóndito paradero junto a nuestra existencia, todo depende de eso que él posee, tanto para ustedes como para nosotros se nos está acabando el tiempo. Y digamos que vine a buscar eso, a recuperarlo para evitar la liberación del fruto prohibido que existió antes en esta tierra, ni nosotros ni ustedes podrían convivir con ellos. Y esto que acabo de decirte solo lo saben dos personas; Tú y yo-

-No entiendo, entonces todos esos cuentos pasarán… ¿La llamada guerra espiritual está en esta tierra?-

-La guerra espiritual está aquí desde hace mucho tiempo, toma vidas y muchas víctimas pero los Virlux no somos responsables, somos como el nudo que se hizo entre ambos lados de la cuerda a consecuencia de la desobediencia, este mundo cada vez está más contaminado, Como te dije antes no buscaba nada aquí, al principio quería saber si era verdad lo que sabíamos sobre esta especie que aunque desarrollado tecnológicamente se ven y creen superiores, son lo contrario y crecieron de una forma equivocada matando todo a su paso y están siendo controlados por nuestros antepasados. Ustedes lo humanos que creyendo que encuentran la verdad están encontrando la muerte.

Necesito pedirte que me ayudes a conseguir lo que quiero. Te soy sincero, uno de tus amigos tiene esa pieza que ya no puede seguir siendo estudiada…-

-¡Qué feo se sintió escuchar eso!- Pasé saliva.

En eso momento podía escucharlo mejor porque se había metido bajo la cama, él había puesto sábanas ahí.

-Antes que despertaras tomé una galleta de encima del escritorio y me la he comido, son de esas galletas que hace tu mamá, y creo que no me siento bien ahora.- Dijo con voz quejumbrosa.

-¿Qué galletas? Si no hay nada en el escritorio solo el plato vacío, mi mamá me hace cuatro galletas y esas me las como en dos o tres días porque son enormes, ¿Dónde están las demás?-

-Bueno, creo que no fue una sola galleta, es que tenía hambre y olía tan bien, extrañaba comer y agua sola ya no era suficiente, son dos días sin comer y no pude resistirlo pero he cometido un grandísimo error.

Bueno, eso es lo que ahora hago aquí en tu habitación, solo esperar que me ayudes a conseguir lo que necesito, me duele mucho el estómago, Vicky-

-Tranquilo Virlux ya se te va pasar, creo que se te aflojó el estómago, si quieres puedes usar el baño para hacer tus necesidades.-

-Ruego que no estés prediciendo el efecto de estas galletas-

-¿Esa persona de quien me hablas es Roddy verdad?- Le regresé el tema anterior.

-Sí, eres muy inteligente y sabías que su…-

Escuché y lo interrumpí.

-…Que su padre tiene una colección invaluable y extraña, no vista por muchos arqueólogos y antropólogos en muchos, muchos años, algunos piensan que dentro de esa colección de la cual presume y esconde con el estado, resolverá muchas preguntas actuales que nos dejarán sorprendidos.-

-Exacto, eso he leído en tu diario y de inmediato quise investigar por mi cuenta, yo puedo afirmar que su padre los tiene porque he estado ahí, que encontré a demás de lo que nos pertenece a nosotros los Virlux, muchas cosas más que ustedes no deben saber y comprender aún, nadie puede leerlo, pero yo sí pude entender mucha de esas cosas, de hecho algunas no me han agradado nada…-

-¿De qué estás hablando? ¿Has estado ahí y no te has llevado lo que es tuyo?-

-No se me permite hurtar, no puedo entrar y llevármelo simplemente-

-Es curioso que lo digas, puedo darme cuenta que has leído mi diario, yo había pensado eso de Roddy, que podía llegar a esa colección de su padre teniendo su amistad, al menos he intentado eso pero no sé si lo logre, ¿Y ahora qué vas hacer?-

-Tú me vas a ayudar, vas a convencer a Roddy a que te regale eso que le pertenece a su padre, luego me lo entregas porque es mío, y te daré lo quieras a cambio.-

-¿Lo que quiera? Pues te quiero a ti.-

-¿A mí? Resultaste ser más astuta que yo, no comprendo.-

-No, no entiendes, a ti no, me refiero a que quiero saber quién eres, ¿Quiénes son los Virlux, quiénes son sus antepasados?-

-¿Qué pensaste que podía querer de ti?-

-Pues no lo sé, mi esclavitud, mis servicios por algún tiempo sin quejarme-

-Especifica eso-

-Pues placer, no levantar ni un solo dedo y tenerlo todo a la mano, mi cuerpo, mi fuerza, el placer que le causaría a un ser humano que no se cansa nunca de tener-

-¿Qué me crees, demente? Ni si quiera había pasado por mi cabeza, pedir algo como eso, sería grotesco y antinatural, no podría nacer de mí tal iniciativa. Si alguien lo hizo antes es porque era un pobre infeliz, yo entiendo perfectamente que somos de distintas especies.

Ya me di cuenta que tienes una mala impresión de los seres humanos, y créeme que muchas personas tampoco lo harían, estoy segura, no pedirían eso-

-Bueno, gracias por darme ese alivio. Por otro lado, lo he pensado y no puedo darte esa información que quieres.-

-Entonces tampoco puedo ayudarte- Me crucé de brazos y volteé porque sabía que de todas formas me daría esa información.

-Ok, mira, abre tu revista de NG… Justo ahí, donde está la línea de tiempo- Tomé la revista y me senté al costado de la cama mientras él estiraba su brazo y me señalaba tan convencido de que me decía la verdad.

-¿Te refieres a los Australopitecus Robustos?-

-No, me refiero a todos esos, todos son animales… Ninguno de esos son nuestros antepasados porque ellos, algunos son evolucionados pero con ayuda genética de los caídos. “Australopitecus Aethiopicus”, Lo que dice en la revista es cierto, bueno, menos esto; Del periodo entre 2.6 y 2.2 millones de años. Te explico, según el “Batahanai” libro antiguo escrito por nuestros antepasados, vivimos desde mucho antes que esta tierra comenzó a ser habitada por especies, y puedo asegurar gracias a ese libro que la estancia de nuestra especie no solo se quedó en África oriental, no solo eran de selva, de desierto, de frío, no solo eran marinos como los que descienden también de ellos que son nuestros las criaturas más peligrosas que puedan existir. Felizmente esa especie de simiente están prohibidos de pisar la tierra. Los “Sefensis” no están en ese libro, ya que desaparecieron tantos años porque se ocultaron en el mar, un lugar donde aún no podrán excavar, en lo más profundo del mar ten por seguro que encontrarán esqueletos que comprueben lo que te estoy diciendo, esa especie es un misterio pero sé que aún hay una colonia más grande que China en cantidad de habitantes viviendo en las profundidades del mar, son como langostas.

Fuerza física, evolución psíquica, fuerza emocional como ninguna otra especie, son de las mejores características de nosotros los Virlux. Y como verás, aún se mantiene de hecho cada vez somos más fuertes pero cada vez sabemos que no debemos usarlo contra la simiente de Adán y nuestros genes de Virlux no han sido alterados hasta la fecha.

-No puedo creer nada de lo que dices!!-

-¡Shhh! Sí, desde aquí no puedo darte más información porque no me conviene-

-¡Sal de ahí, ven aquí! ¿No te parece que estamos hablando de algo importante? Y tú sigues ahí de bajo tan tranquilo-

-Es que no me siento muy bien que digamos, me ha dado sueño-

-Entonces prométeme que más tarde seguiremos hablando de esto, ahora iré a la universidad, ¡Adiós!- Tomé mi mochila y me fui.

Al llegar la noche ya había regresado de mis clases, entré a la habitación y Virlux estaba dormido así que no lo molesté. Me bañé, me puse la pijama, cené y después con la esperanza de que despertara me acerqué, pero llegó las nueve de la noche, luego las diez, y al fin cuando eran las diez y quince minutos me fui bajo de la cama, antes me puse el guante quirúrgico para poder moverlo y despertarlo, pero no estaba, no me di cuenta a la hora que se fue, pensé y me acerqué más ahí abajo para poder tantear el suelo y de pronto comencé a sentir su cuerpo. De inmediato me tomó de la muñeca, me jaló hacia él y abrió los ojos, apareció frente a mí con esa mirada molesta y penetrante.

-¿Qué crees que estás haciendo?-

-Es que pensé que… Quería saber si ya te sentías mejor, quería despertarte moviéndote un poco, quería saber cómo estabas, ¡Disculpa!- El me miraba atento, estaba muy serio y yo muy nerviosa.

-¿No te das cuenta que estaba durmiendo? ¡Regresa a tu cama en este mismo momento y no me vuelvas a tocar!-

-¡Huy qué genio! Está bien, me voy a mi cama- Pensé “Nunca me habían hablado así tan duro, ahora sé que no debo despertar a un Virlux”.

Me acosté en la cama nuevamente, dormía tan tranquila hasta que comencé a sentir mucho calor, la habitación olía intensamente a plantas quemadas, a fuerte humedad, me fui al lado de la lámpara así echada como estaba y vi en la pantalla del reloj digital lo que la temperatura marcaba, 40 grados centígrados, 4:00am, no podía creerlo, no podía explicarme ese cambio tan brusco de temperatura cuando unos momentos antes el marcador tenía menos de la mitad, y ese agresivo olor a humedad cada ves me desconcertaba. Me fui bajo de la cama para despertar a Virlux y entonces lo vi, estaba muy verde, la piel se le había puesto verduzca, los párpados estaban amarillos, me bajé por completo de la cama y me quedé arrodillada, luego tomé su brazo para jalarlo hacia mí pero me quemé como cuando tocas la plancha aún caliente, ohh estaba hirviendo y quizá a más de 50 grados, y toda esa calentura la estaba emanando hacia la habitación.

Tomé mis sábanas, las dejé caer al suelo, entonces lo cubrí y lo jalé de la sábana que estaba bajo su cuerpo, lo que me hizo deslizarlo más fácil y sacarlo de ahí por el suelo que es liso y resbaloso, luego lo saqué por completo, toqué sus párpados para abrirlos y ver sus ojos, en ese momento su corazón latía muy rápido, y su respiración estaba tan agitada que parecía un cronómetro.

-¡Virlux!, ¡Virlux! ¡Despierta por favor, no te mueras por favor, no te mueras!- Lo decía con voz baja cerca de él

Entonces me acerqué a ver sus ojos que ya no eran azules intensos, esta ves se veían muy negros y fue ahí cuando me di cuenta que se había desmayado.

-¿Qué hago contigo ahora? ¿Qué hago contigo?- Le preguntaba con desesperación mientras tocaba su rostro.

Su frente quemaba tanto que no aguantaba dejar mi mano, corrí por paños de agua y alcohol pero se consumían en poco tiempo.

Finalmente por tanta desesperación y sin saber qué hacer tomé mi celular y le marqué a Matty

-Matty, Matty, ¡Ayúdame por favor!- Estaba nerviosa.

-Vicky eres tú, son las 4:15 de la mañana, ¿Qué quieres conmigo ahora? Me hablaba somnolienta al responder después de tres intentos de llamarla.

-Oh Matty ayúdame, ¡Ayúdame! Mi amigo se muere- Estaba llorando.

-¿Qué? ¿Quién se muere? ¡Dime! ¿Quién se muere?- Se despertó de inmediato.

-¡Ven por favor, luego te explico! Necesito que traigas tu auto, cuando llegues a casa entras a mi habitación para que me ayudes a bajarlo y ahí te contaré todo-

-¿Mi auto? ¿Para qué quieres mi auto?-

-Ya Matty, apúrate que se muere y si le pasa algo no sé qué voy hacer ¡Ven ahora!-

-Sí, sí, sí, estoy yendo, estoy yendo, estoy saliendo de mi habitación justo ahora, tú tranquila eh, no pasa nada, no pasa absolutamente nada-

-¡Por favor, apúrate!- Le hablaba desesperada mientras la desesperación me hacía temblar.

-Llego lo antes posible- Me dijo y luego cortó.

Comencé a pensar y a caminar a su alrededor mientras lo veía ahí en el suelo, hasta lo estaba tocando, ya ni me había fijado si tenía los guantes puestos.

-Oh no seguro lo he contagiado con algo, algunas de mis bacterias lo han contaminado, ¡Oh no es mi culpa! !Perdóname Virlux, por favor, no te mueras!- Me decía yo misma y a él como si me escuchara.

De inmediato se me ocurrió que mientras tanto podía bajarle la fiebre, bajé por las escaleras muy rápido sin prevenir mi seguridad ya que estas eran muy empinadas, me metí a la cocina y saqué las únicas dos bolsas de hielo que habían en la refrigeradora, ¡Dios!, muchas cosas pasaban por mi cabeza mientras tanto ¿Qué hago si se muere? ¿Dónde lo entierro?, no sé como pude llegar hasta mi habitación de nuevo cargándolas al mismo tiempo contra mi pecho, logré llegar hasta Virlux, le hice hueco a cada una de las bolsas de hielo con el gancho que estaba sobre el comodín de mis cosas, dejé que hielo caiga por todo su cuerpo, por el borde de él y el suelo, por su pecho, sus piernas, su rostro y cuando ya había vaciado todo comencé a ver que se derretían con una velocidad increíble así que esperé ahí para ver que lo que hacía para bajar la temperatura fuera suficiente.

Pasaron como diez minutos y el hielo casi era agua que su mismo cuerpo absorbía y eso me agradó, luego me acerqué a él y abrí sus ojos para ver si habían cambiado de color al igual que su cuerpo que constantemente comenzaba a desaparecer en el suelo o mejor dicho, camuflarse con el color. Luego pensé más y quise sacarle el alma como él lo había echo conmigo pero no recordé la canción entonces comencé a empujarlo para que despertara pero no despertaba.

Cuando casi pasaron unos diez minutos más, Matty me marca al celular.

-Aló Vicky, estoy afuera de tu casa-

-Ven sube, necesito que me ayudes a bajarlo-

-¿Cómo entro?-

-Oh sí espera ya bajo- Bajé corriendo por las escaleras y luego me dirigí con velocidad hasta la puerta para poder abrirle a Matty.

-Amiga ¿Qué ha pasado?- Me lo gritó en la cara.

-¡Shh vas a despertar a mis padres!-

-¡Ohhhh, te lo tenías bien escondido eh!-

-¡Basta, no estoy jugando!, mira… Lo que verás ahí arriba tendido en el suelo de mi habitación no lo habías visto antes, quizá no puedas creerlo, y te pido por favor que hagas como si estuvieras soñando, te pediré otro favor más, no me hagas preguntas de él hasta que ya esté mejor, por favor, ahora se está muriendo y tengo que hacer algo y tú me vas a ayudar-

Subimos las escaleras muy rápido y en la prisa me resbalé y golpeé mi empeine fuertemente pero con el mismo apuro me volví a levantar y seguí hasta llegar a la habitación donde entré delante de Matty, me acerqué a Virlux, le abrí los ojos y comenzaban a ponerse azules de nuevo pero seguía verde el color de su piel.

-¡Ahhhhh Madre mía! ¡Un extraterrestre!- Se asustó al verlo y se pegó la espalda con la pared cuando retrocedió.

-¡Shhh cállate que vas a despertar a mis padres!, ahora ayúdame a bajarlo hasta la puerta y luego a subirlo a tu carro, necesito un lugar para poder revisarlo mejor y que no sea mi casa-

-¡Ah no! ¡A mi casa no eh, a mí no me gustan los extraterrestres!-

-Te estoy pidiendo un favor, luego lo sabrás todo, por ahora había pensado que podía llevarlo al consultorio de tu mamá-

-¿Y qué, le vas a revisar los molares?- Mientras me hablaba se había acercado a él y lo había tomado de los brazos, yo lo sujetaba de las piernas y comenzamos a bajarlo muy despacio y con cuidado por las escaleras, pesaba como un elefante a pesar de que no era muy grueso.

-No, no, hay que pasar primero por la farmacia, algo que le limpie el estómago porque se comió las galletas que me hace mamá-

-Huy no, ahora comprendo por qué está al borde de la muerte-

-Deja de decir cosas y dime si podremos llevarlo al consultorio de tu mamá-

-Sí, mi mamá deja la llave ahí en el macetero, es una buena idea, pero luego tendremos que sacarlo de ahí, antes de las 8:00am porque sabes que mi mamá es muy puntual. ¡Huy qué feo que estás, demonio!- Lo miró y le habló tan franca como solo puede ser ella, pero Virlux aún seguía desmayado.

Entramos en el auto y lo dejamos en el asiento de atrás, fuimos unas calles más adelante hasta llegar a una tienda que recibe compradores todas las veinticuatro horas del día, yo le contaba lo que había pasado y los síntomas que me dijo tener antes de quedarse dormido, luego me metí a la tienda y le preguntaba a Matty, qué podíamos hacer con él.

-Si está mal del estómago y eso fue lo que hizo que tenga fiebre y desmaye, entonces tienes que comprar algo para la infección, suero por si luego se le afloja el estómago o se deshidrata por tanto sudor expulsado, algo por el dolor si es que lo siente cuando al fin despierte… Bueno, si despierta- Me habló muy calmada.

-¡Tienes que despertar!- Le dije muy preocupada.

-Sí, ya, tú pídele ayuda al del mostrador- Me señaló al chico de gorra detrás del mostrador.

-Disculpa nos podrías ayudar, mi amiga está mal del estómago, hace un momento se desmayó, vomitó y se puso verde, luego sus ojos se dilataron, pero estuvo inconsciente un buen rato-

-Sí, sí, lo que ella dice es cierto, se puso verde y le salió pelo blanco en la barbilla, sus párpados estaban amarillos, yo creo que había abusado de las sombras del maquillaje, tú sabes lo exageradas que son- El chico nos miraba a las dos muy confundido mientras que yo miraba a Matty con asombro y tocaba mi frente con mi mano derecha.

-¿Quién de las dos está enferma? ¿Cuántos años tienen?-

-Ella- Señalé a Matty

-No, ella- Me señaló a mí.

-No, mi amiga está afuera en el auto, creo que se ha intoxicado, pero no vayas porque ha dejado todo el auto desde adentro hasta afuera, muy vomitado-

-¡Wácala qué asco! Sí, sí, entiendo. Adolescentes, nunca miden las consecuencias. Bueno, denle esto, es una inyección de penicilina para la infección, y esta le ayudará a bajar la fiebre, esta pastilla para recubrir el hígado, esta otra para el estómago, este suero y la intravenosa, pero eso sí, deben de saber de alguien que pueda ponérselo bien-

-¿No tienes suero para beber?- Pregunté

-No, lo siento, se nos ha acabado-

-¿Oye, y cómo nos vendes esto si el farmacéutico no está aquí?- Dijo Matty.

-No se preocupen, el farmacéutico me deja siempre una bolsa para los ebrios que llegan en la madrugada, es que el hospital más cercano está como a una hora de aquí por eso hay permiso de vender aunque con receta médica, esta vez puedo hacer una excepción-

-Muchas gracias- Dije.

Luego tomamos más bolsas de hielo y nos retiramos de la tienda

Llegamos al consultorio de su mamá y eran como 5:10 de la mañana, cargamos a Virlux hasta la silla inclinada de los pacientes, prendimos las luces, lo amarramos por si se despertaba agresivo, Matty le colocó la aguja en la vena del brazo derecho y lo conectó al suero, era esa vena gruesa que se notaba con el tacto. Le inyectó en la nalga la penicilina pero antes lo pusimos de costado, luego lo volteamos y en la otra nalga le pusimos la otra, solo faltaban las pastillas pero estas no podíamos dárselas hasta que despertara. Agarramos las bolsas de hielo que esta vez eran cuatro, lo acostamos en el suelo y antes pusimos el mantel del escritorio para que no tocara el suelo, comenzamos a esparcir todo el hielo sobre él y alrededor para terminar por cubrirlo de pies a cabeza y esperamos, esperamos media hora, una hora hasta que comenzó a temblar fuertemente

-¿Qué está pasando?- Dijo Matty.

-No sé, no sé, debe tener frío, ¡Ya sé, le ha bajado la presión por tanto hielo!- (Dije muy preocupada)

-Rápido, rápido, hay que quitarle todo el hielo. ¡Dios santo! ¿Quién va a limpiar después todo este desastre en el piso?- Matty miró con preocupación el suelo del consultorio

-¡Mira, ha abierto los ojos!… ¡Virlux, Virlux! ¿Me escuchas?, estoy aquí, estoy aquí, no te preocupes, trata de controlar tu cuerpo, piensa en que te estás sanando, ¡por favor, despierta!- Me acerqué a él para hablarle.

-Ya no está desmayado pero está muy débil, sigue temblando, vamos a ponerlo en la silla inclinada nuevamente y lo tapamos con las toallas que están ahí en el aparador de utensilios, rápido, pásame las toallas- Me señaló el aparador donde su mamá pone las toallas, y todos los utensilios que usa en cada consulta.

Me ayudó a poner nuevamente a Virlux en la silla, luego lo cubrimos con muchas toallas blancas hasta que poco a poco su respiración comenzó a bajar, el suero se había consumido dentro de él, Matty lo desconectó de la intravenosa, su corazón latía más lento y la temperatura de su cuerpo llegó a 38 grados centígrados.

Esperamos unos minutos más y pensé que podía despertarlo

-¡Hey, Virlux!, ¿Estás bien?-

Le hablaba y le hablaba y solo seguía durmiendo hasta que comenzó a moverse y de sus ojos empezaron a salir lágrimas que caían a cada costado de sus ojos.

-¡Virlux, Virlux, despierta!- Estaba preocupada comenzó a hablar en su idioma extraño mientras quería destaparse de las toallas pero en una pesadilla.

-No, noggué, noggué noggué, nooooggueeeeeé, ¡Ohh Nogguéeeeeeeeee!, ¡nogguéeeeeee!-

-Sabes qué creo, creo que está llorando y está pidiendo a su mamá- Dijo Matty con ese puchero triste.

-No te burles, no ves que está llorando. ¡Virlux, Virlux, despierta ya!-

Me acerqué cada vez más y abrí uno de sus ojos y como la luz del aparato que estaba sobre él estaba prendido con todo lo que da de potencia, hizo que su pupila se encogiera y se ponga pequeña, y de pronto con mucha rapidez me sorprendió, salté de susto, me tomó fuertemente de la muñeca del brazo izquierdo y me jaló hacia él, a lo que hizo que Matty reaccione.

-¡Ahhhh!- Gritó Matty de susto.

-¡Te dije que no me vuelvas a tocar!- Me miró muy feo y luego se quedó dormido lentamente.

-¡Uff, pensé que te morirías!- Dije con tranquilidad.

Entonces nos quedamos ahí viendo como se dormía, Matty puso su mano sobre su estómago y le daba pequeñas palmaditas como si fuera un cachorro y yo no podía hacer que me suelte así que me mantuvo cerca de él sujetando mi muñeca pero con más suavidad.

No importa lo grande que era, lo fuerte que se veía, era muy vulnerable o quizá nosotros ya estamos acostumbrados a esas bacterias pero ellos no, no importa lo fuerte e inteligente, también se podía enfermar y sé que se había asustado, que esa fiebre terrible había causado que esté casi al borde de la muerte. Pobre Virlux y pobre de mí.

Después de una hora más, dejamos todo limpio y Matty me ayudó a traerlo a casa. Él con pocas fuerzas y mareado, lo ayudamos a subir por las escaleras, lo recostamos en la cama y ahí estaba yo…
Sentada viendo a través de la ventana.

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