Veneno y Té-more Capítulo XXVI Lo has Hecho Bien – Final 🦁🐍

-¿Cómo es azkaban por dentro?

Hermione había amanecido curiosa, fueron dos semanas de arduo trabajo después del baile en Hogwarts antes de renunciar, no le había dicho nada a Severus.

Snape no perdía concentración, sus ojos estaban clavados en una sola dirección estudiando superficies y colores, sus manos se sujetaban detrás de su espalda, su levita negro, un modelo levemente intenso con líneas más orgánicas que le formaban el torso y lo esbelto por la gran altura, definitivamente le hacían ver tan guapo, la joven mujercita no podía ignorarlo.

El aire del ambiente era tan similar al que corría afuera, el olor era fuerte, la tierra era fértil y levemente húmeda, un acontecimiento poco útil para un invernadero. Habían olvidado cerrar el lugar al dejar que en dos semana la magia hiciera por su cuenta e incluso un sistema rústico y mecánico riegue algunas macetas acomodadas con esfuerzo y dedicación por Hermione.

“Por Merlín, esta joven siempre se olvida que tiene magia” Snape ya no decía nada aún con ganas de acusarla en su mente.

-Es oscuro, frío y bullicioso. Estuve apartado en una zona de personas procesadas por delitos menores sin embargo es un lugar deprimente que no le recomiendo a nadie.

-¿Salir con una alumna fue delito menor?

-No, salir con una joven mayor de edad alumna de Hogwarts sí fue un delito considerable sin embargo las personas del ministerio me tuvieron en alto estima desde que pisé el tribunal privado.

-Perdóname, no fue mi intensión que perdamos tantos años.

-No vuelvas a decir que te debo algún perdón, perdóname tú porque sobre todo te pida que no menciones más el tema después de hoy. -Sonó en serio, el hombre ya no quería recordar el tiempo separados. -Quizá tenía que pasar como todo lo que te sorprende en esta vida- Pronunció las sílabas lento como solía hacer al señalar algo muy importante. -Ambos debimos ser cuidadosos sin embargo nadie tiene derecho de condenarnos por estar enamorados.

-Es que me preocupé mucho, sentí tanto dolor en el corazón que estuve enferma muchos meses, creían que era el veneno pero no, era mi constante estado de ansiedad y conmoción. Fue aterrador imaginar que pudiste perder la vida. -sintió nervios de recordar esa sensación desagradable -El lugar estaba repleto de gente traidora del ministerio perteneciente a las filas de Voldemort y que seguro tenían ganas de vengarse por tu traición, tenía mucho miedo, Severus.

-Ya no temas, jovencita, yo no traicioné a Voldemort.

Snape fue al grupo de macetas del principio a unos metros de la entrada sur del invernadero.

-Claro que sí, estabas de lado de Dumbledore -Siguió con su curiosidad.

-No significa que traicioné a Voldemort. De los dos lados hice un trabajo perfecto, Srta. Granger. -Bromeó sin intensión de dejar de presumir.

El hombre recordó por un instante su estatus oscuro y eficiente del pasado.

-No es algo para presumir, eres un bandido. -Metió una peleta dulce en su boca. -Mira las macetas pequeñas, me da ternura los brotes, algunas flores han nacido antes de tiempo.

-Las plantas han crecido con tanta fuerza y vigor que ni si quiera el frío intenso las ha maltratado. Olvidaste poner el hechizo de calefacción y mira cómo empiezan a estar a un pequeño paso del fruto, es impresionante cómo la vida se da casi sola. Tienen un par de meses aproximadamente, colgar las plantas de cabeza ha acelerado el crecimiento y las raíces se han afianzado o incluso subido como si fueran el mismo tallo por la tierra, la técnica que has aprendido en ese libro muggle es admirable después de todo.

-También estoy orgullosa de la compostadora, las lombrices están enormes y crean humus a cada instante.

La joven lo observaba subida en la mesa central del invernadero, esos ojos negros estudiaban sus semilleros y macetas donde estaban sus tomates.

-No me hagas alabar más los consejos de una huerta muggle. – No podía evitar ser odioso.

La joven sonrió por el tono que usó el mago, quería reír porque era él después de todo.

-Invertí tiempo, cuidado y amor quizá el respeto sea más importante para ellas que el calor físico, lo digo porque fue un error tremendo dejarles la puerta abierta. Y bueno algunos días les di besitos a sus hojas para que estén bien.

Snape se llenó de ternura, podía imaginar a su novia haciendo ese tipo de cosas.

-Mis plantas estaban hechizadas pero tienes razón, jovencita. Para todo ser vivo el buen cuidado le fortalece, ese acto es retribuido con agradecimiento.
El arbusto de té azul también se dio muy bien aunque a diferencia de ti que a veces te olvidas que eres bruja… -Alzó una ceja con un gesto odioso. -sí usé magia en sus raíces. Es el mejor sembradío en macetas colgadas de especies naturales, el cuidado es admirable -Sintió satisfacción repentina -Por otro lado también hice un buen trabajo, esta es la segunda vez que se da el té fuera de su habitad natural, todo indica buen augurio.

-No quiero tener el crédito de que las plantas quisieron verse bien para estas épocas, son hermosas plantas de hojas amargas. Me sentiré dichosa cuando pueda empezar a cortar el fruto, te haré una ensalada con los tomates y un pastel dulce para que comas con té de durazno.

Snape caminó hasta ella y le ayudó a bajar de la mesa tomándola de la cintura con delicadeza. Ella era muy tierna y lo mejor era que siempre cumplía con lo dicho, escuchar que le haría un pastel le hizo sentir dichoso y además con hambre porque era un hambriento con apetito como tantos hombres sólo que años anteriores no quiso darse el lujo de disfrutar.

-Lo has hecho bien -No perdió de vista sus ojos café -te admiro por ser tan valiente y fuerte -Hermione no pudo evitar emocionarse sin quebrar su estado feliz. El mayor no sólo se refería a las plantas, a su casa y a todo lo que había logrado sola esos años sin él. -Si no te molesta puedo vender algunas propiedades y quedarme aquí para siempre, contigo, quiero despertar a tu lado, quiero cuidarte, quiero no ser más alguien que te conoció de joven sino un hombre que se enamoró en el momento justo, mi hermosa Hermione quiero que me hagas un pastel dulce de tomate, quiero probar tus labios con sabor a té de durazno, menta de jardín o manzanilla.

Sus manos no la habían soltado todavía.

-Y yo quiero que seas ese hombre -Susurró con suavidad.

-Quiero que seas mi esposa ¿Qué quieres tú? -Clavó su mirada en ella.

Hermione tembló y esa felicidad inquebrantable de tenerlo al fin al lado subió tan alto que no pudo contenerse. No pudo retener las lágrimas que se acumulaban en sus ojos, un nudo enorme cargado de sentimientos la silenció, se sentía débil aunque empezaba a estar muy fuerte.

-Yo quiero casarme contigo, Severus… -Snape le dio un beso suave en los labios, su voz se escuchó aguda por el llanto, sincera y feliz.

-Nada fue más difícil para mí que estar sin ti -Snape se expuso delante de esa jovencita como realmente era y sólo mostraba cuando estaba lleno de sentimientos. Profundas y verdaderas ganas de vivir. Snape se quebró con el ceño fruncido -Se que no soy el mejor hombre para ti y que estoy lleno de defectos, no soy tan romántico como tú puedes pedir que sea, ni si quiera soy tan atractivo como me has dicho tantas veces pero juro que daría mi vida por ti todas las oportunidades que sea necesario, voy a ser leal como tú fuiste leal conmigo sin intentar olvidarme, al guardar mi nombre como si hubiera sido alguien realmente importante en tu vida.

-Lo eres – Lloraba -Eres lo más importante… Eres el más hermoso y único hombre, tú tienes mí vida…

-Te amo -Sacó un anillo de oro con una diamante circular. Era un anillo de compromiso. Lágrimas corrieron por sus mejillas pero desaparecieron porque Snape las esfumó con magia, lo hizo por el carácter que a veces le ganaba, estaba bien expresar sus sentimientos pero llorar aún no le era aceptable. -Vendré a vivir contigo -El mago colocó el anillo en la mano de la joven tan rápido como en un pestañear.

-¿Vamos a retomar nuestros planes de vivir juntos, conocer el mundo y tener hijos? -Secó sus ojos con sus dedos. -He renunciado al ministerio. -Dijo rápido, Snape la escuchó pero decidió que no era importante.

Hermione no titubeó en ninguna palabra dicha, casarse con él, recuperar todo lo que habían perdido por eventos desafortunados era lo primero en su lista.

-No hemos hablado de tener hijos pero la verdad no creo que sea tan distinto como hacer crecer una planta de té. -La abrazó y besó muchas veces en el rostro, era feliz, un hombre animado, con el carácter cambiado y una nueva actitud decidida.

🔸🔸🔸

Tres años después…

En el ambiente amplio y tibio un hombre dormido escuchaba una respiración suave y calientita, bueno, lo caliente lo sentía en su rostro sobre su nariz y boca, los siguientes segundos que despertó estaba confundido porque no se supone que tendría que estar ahí.

Al abrir los ojos se topó frente a él con un bebé de una carita tan pequeña e inocente, unos cabellos largos y lacios con un ronquido tan molesto como el que su esposa tanto tiempo se quejaba de él, una nariz pequeña levemente respingada y una boquita bonita con el contorno carmín como los de la madre, los ojitos de ese bebé estaban cerrados porque apenas se había dormido tres horas antes después de luchar como cuatro con el mago.

Intentó ponerse de pie pero no pudo, el niño nuevamente había pegado la tela de sus ropas con las suyas, estaba atrapado en un hechizo desconocido que tanto lo sorprendía cada semana.

En un instante mientras aún se situaba, la joven mujer invadió su cabeza para darle un simple mensaje.

Severus, el niño tiene que desayunar temprano.

Al escuchar esa hermosa voz intentó desatarse del niño y lo logró.

Hermione, el niño me atrapó en la madrugada, ni si quiera sé cómo logró que me duerma con él en la cuna.

El niño sintió que su papá quería irse de su habitación, una habitación azul que el mismo Severus había pintado, y entonces el pequeño bebé se enredó de su alto cuello como una serpiente para seguir durmiendo.

Noté que dormiste con él, por primera vez pude dormir toda la noche, lindo.

No exageres, ya te dije que yo sólo ronco cuando estoy cansado y este niño me cansa, es un huracán, es un brujo terriblemente diabólico, te digo que me ha traído a su habitación ¿Cómo es posible que pueda aparecer con dos años de edad?

Todavía no tiene dos años, Severus y no es diabólico, sólo es… Tu pequeño bebé, un niño que te adora.

Es que no me deja hacer nada, Hermione, quiere estar conmigo hasta en el baño y ya ni si quiera te recibe la comida a ti, quiere que yo le de a fuerza.

Mi amor, es tu bebé y te ama, ya se le va a pasar esa etapa de necesidad.

Es un mono que no me deja hacer nada y quiere mordisquear mi varita de pino negro. ¡Por merlín ya no sé si es un bebé o un murciélago cachorro!

¿Por qué dices eso? Severus no exageres.

Lo digo porque no deja mi cuello en paz.

El hombre salió hasta la cocina con un nene que cumplía dos años ese día aferrado en su pecho y cuello. Se movió muy raro de lado a lado y luego brincó para demostrar a su bella esposa que ese niño era como un sanguijuelo chupando su energía a diario.

-Míralo, es tan hermoso. Hice su comida favorita, Ginny me dijo que el pastel llegó hace una hora, estaremos ahí a buen tiempo para celebrar con los Potter el cumpleaños número dos de tu heredero. -La joven dejó a un lado algo muy similar a un celular muggle.

-Pa pi to, bebé…- El pequeño abrió los ojos y con su manita izquierda tocó el rostro de Snape y luego el suyo. -Ti mamá, ti papá, mí bebé, domir papá.

-Tú eres bebé, mi amor.- Dijo Hermione llena de ternura.

Snape pudo sentir como su corazón se estrujaba de amor.

-Ustedes son mis vidas, mis amores ¿Qué sería mi vida sin una mujer tan paciente y un niño guapo y vampiro como tú? -Miró esas manitas hermosas y su carita tierna.

-Severus, no entiendo por qué tu hijo salió con ojos color rojo intenso. -La mujer lo había notado antes sólo que no pudo evitar reprocharle al hombre en ese instante.

-Yo tampoco sé, quizá algún antepasado Snape. De todas formas aún no puedo creer que este diablillo sea nuestro pequeño.

-No puedes negarlo, tiene tus cejas, tu cabello negro y tu carácter además de esa magia loca y oscura.

Snape hizo una mueca ladeada de aceptar todo lo dicho.

-Creo que la noche que lo concebimos fue muy intensa – Alzó una ceja recordando el acto. -Mh hagamos más bebés. -El hombre sabía lo divertido que había sido esa semana donde sólo comían y comían al otro.
-Se parece tanto a mí, es la viva imagen de su padre pero de todas formas no puedo tenerlo todo el día en el cuello como si fuera mi corbata o peor, estar con personas y de pronto aparecer en su cuarto para jugar con sus peluches. ¿Cuándo aquí Severus Snape ha jugado con peluches y ha cantado las ruedas del bus giran y giran? ¡Esta es una tremenda y escandalosa situación!

-Ji, ji, ji, Severus, me rogaste que consideremos un hijo durante cinco meses seguidos. ¿Estás arrepentido?

-No la verdad no pero sí estoy cansado, esto es muy difícil para mí.

-Yo te ayudaré no te preocupes, poco a poco seremos mejores en esto.- Le dio un beso suave en los labios. Y no olvides que te amo y de que pensaste que criar un hijo era como hacer crecer una planta de té.

-Lamento haber dicho eso porque definitivamente no es así, es más fácil hacer crecer un arbusto de té azul o inclusive salvarse de la muerte. -Hizo mímica con sus manos de forma exagerada.

El pequeño no dejaba a su papá, seguía trepado en su cuello.

-Mo na da, pan, pollo. -Frotó sus ojos y besó a su papá en la mejilla. -Mamá mamá. -Repitió. -Mamá mamá.

-Ay sí al fin quiere a su mamá.- El hombre se arrancó a la criatura del cuello y se lo dio a su mamá como su fuera un paquete, ella lo recibió como un osito inocente y lo sentó en sus piernas para comer, el pequeño no se movió más, parecía un angelito.

-Este niño sólo se queda quieto con su mamá. -Tenía los brazos cruzados al escrutar a ambos personajes que le causaban una horrenda ternura.

-Y cuando come, come como tú y no se hace una bolita de carne con pañal. -La mujer sonrió, le asentaba perfecto ser mamá. -Tenemos que apurarnos, nos esperan los Potter.

El hombre hizo un quejido disimulado, comió muy rápido y se llevó a su pequeño para cambiarlo de ropa a un levita claro, elegante como el suyo aunque el de él ya saben qué color era.

Al llegar a casa de los Potter hacia mucho calor tanto que esto les obligó a quitarse el saco y quedarse en camisa, Snape quien la mayoría de veces tenía al bebé, tomó a su hijo y lo dejó en el corral de los bebés donde ya habían algunos haciendo travesuras.

-Quédate aquí, Severus, juega con Ginny Potter, con Hans y Draco, no hagas travesuras ni intentes comerte a la pequeña.

El bebé le sonrió y se fue corriendo atrás de la bebé de Harry.

-Oh a bebé. -El pequeño de dos años habló emocionado porque estaba muy interesado en esa bebé de cabellos rojizos.

-Uff, esto no está nada bien. -susrró y los dejó ahí jugando.

 

El mago no era que se precipitara o formara una idea de que su tierno hijo ponga los ojos en la bebé de los Potter pero la realidad era que de día y de noche el pequeño Snape no podía dejar de decir “Gin”, o estaba enamorado o su pequeño corazón se había impresionado con esos ojos azules.

El mago entró a la cocina y besó a su esposa en los labios sin importar quién esté ahí.

-Ay profesor, vayan a otro lado, qué escándalo -Ginny tenía una charola redonda llena de dulces y acusaba a su ex profesor con tono bromista.

-No es necesario que me digas  profesor, jovencita. -Abrazó a Hermione por la cintura por la espalda sin perder elegancia.

-Na, voy a seguir diciéndole, profesor.

Hermione empezó a reír.

Harry quien apenas entró a la cocina saludó a todos de beso y de mano, estaba emocionado por haber visto al hijo de Snape tan bonito y elegante.

-Profesor… -El joven no pudo evitar decirlo y Snape lo interrumpió.

-Otro. -Dijo rendido, soltó a su esposa y cruzó los brazos. -Ya no soy tu profesor, Harry.

-Su hijo es tan guapo aunque la verdad me causa un poco de escalofrío. -El joven de cabello azabache con barba mordió un canapé de gusano rojo de maguey. -Es tan tierno y terrorífico como usted.

-Créeme que a mí también me da un poco de temor. -Hermione le dio un codazo en la costilla a su esposo.

-Tiene los ojos rojos intensos pero cuando hace mucho sol, parecen ser café como los de Herm. La otra tarde que llevé a jugar a Ginny, Severus la llevó a jugar con sus juguetes a su habitación la que por cierto se ve magnífica… -Ginny se sentía feliz recordando qué tan bien se llevaban ese par de bebés. – Y me di cuenta del repentino brillo de sus ojos ¿Por qué tiene ojos rojos, Hermione?

-No lo sé, de mi familia no los ha sacado así que debe ser algún antepasado de Severus.

-Yo también creo que debe ser algún antepasado de mi madre. -El hombre empezó a pensar.

Todos ahí se quedaron viendo en su mente, los ojos del niño.

-Tan guapo mi pequeño, es un poquito Lorenzo pero me recuerda a Severus la mayor parte del tiempo, es terco, decidido y con un carácter inamovible, aún es tierno pero al crecer seguro será la pinta y parada de su padre.

-Sí, definitivamente.- Dijo Harry comiendo una paleta de dulce, el joven se había engordado en un par de años.

La casa estaba ordenada como se había hecho costumbre, cada año cambiaban de lugar para realizar la fiesta de los hijos que eran amigos de la familia.

 

Hasta el hijo de Malfoy estaba ahí que apenas tenía un año de edad, se acercó al pocionista porque le gustaba jalarle el cabello largo y negro.

Todos los niños ahí casi tenían la misma edad.

Luna lovegood era feliz con sus dos hijos, cuando Snape salió de azkaban ya llevaba una relación a escondidas con el hijo de Lucius, y Ron tenía dos gemelitas de cabello gris, se había casado con una bruja de Rumania que presentaba la misma condición metamorfamago que Dora Tonks.

Todos los jóvenes egresados sabían que ese par, León y Serpiente, terminarían juntos, estaban locamente enamorados.

Hermione y Severus habían expuesto su vida en eventos desafortunados sin embargo ya casi nadie recordaba aquello y por muchos muchos años ese escándalo no fue tan importante como verlos adorarse, respetarse y cuidarse.

Su vida apenas había comenzado y con ella un jovencito se hacía grande.


Severus Snape Granger era el mejor hijo, doblemente inteligente, superior a ambos padres. Había culminado sus estudios en Hogwarts con honores perfeccionando sus habilidades de mago y maestro en todas las materias.

Con dieciocho años no había nada que se le podía complicar en las manos, sus padres estaban orgullosos y era ejemplo para muchos compañeros.

Sólo una cosa no pudo evitar errar.

Severus Padre salió una mañana para visitarlo en su departamento, el joven le había pedido ayuda para pasar un momento de hombres, era eso en realidad porque no necesitaba nada más que verlo.

Pero el joven lo olvidó, con dieciocho años y recientemente graduado tenía muchas cosas en la cabeza, lleno de ocupaciones, papeleos y en fin, muchas cosas para cursar la universidad.

Snape padre llegó con un obsequio herencia de su familia, estaba emocionado porque después de meses no lo veía.

Antes de tocar la puerta escuchó un ruido extraño como si se hubiera roto un vaso, se preocupó y no resistió en aparecer sin permiso en la sala de la casa.

Al entrar vio la sala tirada como si alguien hubiera llegado a robar, sintió mucha angustia, una fuerte y tremenda angustia, intentó calmarse y buscar al joven en cada rincón del hogar pero no lo hallaba.

Llegó al pasillo de las habitaciones y detrás de una puerta había luz, aceleró el paso pero al darse cuenta que esta estaba diez centímetros abierta, se asomó lentamente y entonces no pudo creer lo que veía. Su pequeño que era aún más alto y atractivo que él, estaba desnudo sobre una mujer, bueno, estaba matando a una joven mujer de placer, una jovencita que él conocía bien, que perdía el aliento pronunciando el nombre de su hijo agitada y enloquecida mientras recibía a su muchacho con agilidad e ímpetu, una joven que por azares del destino aún no era mayor de edad.

El padre se tapó el rostro sin poder creer que ese bebé que adoraba ya no era tan bebé.

-¡Por Merlín, los Potter me van a matar! -Estaba asustado, Ginny Wesley bebé había perdido su inocencia con su sanguijuelo bebé de ojos rojos, el mayor de sus tres hijos.

.
.

.
.
.
.
.
Fin.

_______________________________________________

Espero hayan disfrutado esta historia como yo disfruté tanto escribirla para ustedes.

Besos a t@d@s, les invito a pasar a mis otras historias hasta que pueda poner aquí un Cap más contándoles con más detalle acerca del pequeño e inocente hijo de Severus y Herms.

Recuerden que esta y mis otras historias están en revisión.

🤭🤭🤭😁♥️

¿Te gustó el capítulo?

0 / 5

Tu calificación:

Suscribirse
Notificar de
guest

0 Comments
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios