Veneno y Té-more Capítulo XXIII Besos y Tortura ✨🀄

Hermione estaba enojada, nunca había sentido tanto rencor y es que ser engañada así era decepcionante, no es que se cerraba a ponerse en los zapatos del hombre o a pensar en los miles de motivos que podía tener Snape por no venir frente a ella, que por lo menos haya tocado su puerta y en su cara decirle “Estoy aquí, soy libre al fin.”

Incluso había pensado en la remota idea de que pudiera haberse escapado pero lo descartó al tener indicios en sus propios recuerdos, él no era así sino no hubiera tenido que despertar sola en San Mungo.

Quiso vengarse muchas veces, empezar con el pie equivocado a propósito pero cuando se armaba de valor para atravesar la puerta de su habitación y enfrentarlo se desplomaba al minuto siguiente sintiendo de nuevo ese viento frío llegar por la ventana arrastrando los aires de ansiedad y depresión, un momento triste donde recordaba que lo extrañaba con el alma.

No sabía cómo hacerlo, no sabía cómo enfrentarlo. ¿Qué tenía que hacer?

Estuvo callada dos días, había hablado con Neville para portarse como si fueran novios pero él una y otra vez se negó rotundamente.

-¡Ayy los odio con todas mis fuerzas!- Se lo dijo en la cara al jovencito alto.

-¡Hermione, no por favor!

-¡Júrame por la memoria de tus padres que no lo sabías!- Hermione de pronto tuvo muchas ganas de llorar, no hablaba lo suficientemente alto, casi susurraba encerrada en su habitación con el joven mago de Gryffindor el cual se quedó en completo silencio al escucharla.

-Hermione…- Bajó la cabeza. -El día que salió en el profeta la noticia de que Snape estaba siendo procesado por más cargos.- Caminó hacia ella y se sentó a su lado. -En realidad fue una audiencia donde estaban planeando su liberación gracias a un testigo y su testimonio anónimo favorable. Juro que no sabía nada de esa audiencia ni tampoco sé quién ha entregado sus recuerdos para justificar a Snape y así liberarlo. El ministerio me notificó y pidió que no te enteres, yo mandé una respuesta exponiendo mi desacuerdo tachando la petición como innecesaria porque no podían prohibirte que lo veas.- Tomó la mano de la joven que lo miraba con los ojos acumulados de lágrimas. -Pero… Juro que lo sé desde que ese hombre llegó al invernadero. Me impresionó sus métodos, me impresionó la experiencia que tenía para cuidar especies que ni si quiera había visto antes en su vida, un jardinero muggle no cuida plantas carnívoras así.- Su rostro expresó sorpresa. -Te prometo que no he hablado con él pero sé que no va a tardar en llegar ese momento.

-Gracias…- Se secó las lágrimas y soltó la varita de su mano izquierda, la que sostenía concentrada con carga de hechizo protector. -Pensé que tú lo habías traído.

-No, Herms, si yo hubiera sabido que venía le hubiera reclamado el por qué te dejó sola tanto tiempo.

-Qué bueno que no lo hiciste, que no le reclamaste porque sabes que se hubiera portado muy mal contigo.

-Y por eso, por esa razón no pienso hacerle creer que eres mi novia pero puedo hacerle creer que me gustas…- Sonrió de lado. -Soy tu amigo incondicional, Hermione.

El joven dijo eso de una manera extraña.

-Está bien.- Dijo la joven interrumpiendo al amigo. -Perdón ¿Ibas a decir algo más?

-No.- Negó también con la cabeza sin dejar de tocar las manos de la amiga. -Tranquila, las cosas volverán a ser como antes. Dime, ¿Cómo quieres que te ayude?

-Déjamelo a mí.- Se puso de pie. -Te prometo que tendrás una recompensa de todo esto.

-No, lo mejor para mí es ver que estés mejor al fin, no quiero ver que llores más ¿No te parece que ya es suficiente de llorar?

Hermione Sonrió.

-Yo también creo que ya es suficiente de temer a Snape.

-Aún no puedo evitarlo aunque ahora podré manejar mejor a un boggart.

-Eso quiero verlo jajaja.- Secó sus lágrimas. -Oye…

-Dime.- Dijo Neville antes de tomar el pomo de la puerta.

-Gracias por todo.- Se acercó y le dio un beso suave en la mejilla.

-No hay de qué, siempre a la orden.- Hizo un gesto militar. El joven salió y la dejó sola rompiendo todos los hechizos al cerrarse la puerta de nuevo.

***

Snape estaba preocupado, la joven tenía un pretendiente constante pero ella le había confesado que prefería un hombre grande como él.

Cada que abrazaba al joven ella por encima de su hombro le lanzaba miradas de fuerte incitación. Le hacía acordar la noche del desliz.

Era una descarada, el cariño del amigo parecía sincero y cuidadoso. ¿Por qué le hacía daño así? ¿Acaso estaba herida y cambiada?

La joven le coqueteaba sin ningún límite, otra vez, no paraba, él estaba preocupado de que el niño alto lo notara, podría ser un desastre, podría verse tan mala y lo peor para Snape sería que a ella no le importara.

-Espere no, no haga eso. La va a descubrir un día de estos, si no lo quiere a él simplemente dígale que deje de pretenderla, el joven no tiene la culpa de su indecisión.- Lot intentaba permanecer en cuclillas frente a las plantas del jardín pero la joven lo jalaba a la fuerza al interior del invernadero.

Hermione se trepó en su cuello para intentar besarlo.

-No, Neville puede seguir aquí cuando quiera, es un buen amigo, además es muy lindo y atento, yo no le he dado ninguna esperanza de otra cosa.

-¿Y qué hay para el pocionista? —exigía enojado y acalorado por otro motivo.

-Nada, a él ya no quiero verlo.- Se puso seria, lo soltó y caminó hasta sus plantas de tomate, los que sembró al estilo muggle y estaban junto a la puerta posterior del invernadero.

El hombre caminó detrás de ella con cuidado de no romper el prudente espacio de distanciamiento.

-¿Por qué no? 

-Él decidió hace tres años.- La voz de la joven era rendida, tocaba con sus manos de forma delicada los semilleros nuevos de vegetales. -Decidió ya no tenerme en su vida.

-No entiendo ¿Qué esperas de un hombre de mi edad? De todas formas sólo quieres aprovecharte y luego correrás con el jovencito alto de cabellos café.

-¿Usted cree, señor, que sólo quiero aprovecharme?- Se apoyó en la pared de madera del invernadero junto a la ventana.

Él dio un paso hacia ella, inseguro.

-Simplemente no entiendo qué espera de mí. ¿Por qué está situación a escondidas?

-Yo.- Sus manos tocaron la madera y subió la mirada hacia el techo del invernadero. -Yo quiero, vamos, usted sabe qué quiero…- Lot se adelantó otro gran paso cerca a ella y colocó su mano blanca al lado de la cabeza de ella para acorralarla. La joven cerró los ojos y vio al hombre en sus recientes recuerdos. -He visto que usa tanta pasión cuando cuida de una flor que he sentido repentina envidia y celos.- Habló despacio, como en confesión. -Si así cuida a una flor delicada usted será aún más sutil conmigo, otra vez, apasionado.

-Te equivocas, las mujeres a veces quieren rudeza.- Se defendió el hombre sin necesidad de hacerlo —le dije que sería para mí resistir, por favor no me provoque.

La joven abrió los ojos encontrándose con los ojos de él.

-No lo sé, yo sólo soy una mujer y desearía ver cómo puede tratarme en la cama un hombre como usted.
¿Por qué no podemos tener una relación? ¡Vamos, veamos qué pasa! —dijo animada.

-¡Señorita, qué barbaridad, no soy de metal, basta de ser tan insolente!

No juegues con él, Hermione
La cabeza del mayor quería explotar.

-Y por eso quiero que me toque, quiero darle otros besos y averiguar de sus manos la vocación que tiene hacia el té de manzanilla y almizcle…- Hermione soltó como un latigazo.
El hombre pasó saliva y retrocedió. -No se lo pediré siempre, sus besos me gustaron, sus caricias y quiero más ahora.- insistió atrevida.

-Hermione…- Neville entró interrumpiendo la situación.

-Hola ya voy.- Antes de irse miró al mago de forma intensa, en los ojos. -Buenas noches, Señor.

“¿Qué está pasando?” Se dijo el pocionista en la mente, quizá ella sí quería eliminarlo para siempre de su vida o se estaba volviendo muy fría.

Hermione quien caminaba al lado de Neville había recuperado su rostro triste.

-¿Y ahora qué pasó?- Preguntó el jovencito.

-Nada, amigo, absolutamente nada.- Soltó de mala gana. -Ese es el problema, ya quiero enfrentarlo pero sigue en su tonto papel de hombre mayor y prudente cuando tantas veces me hizo el amor en el armario de ingredientes.

-¡Ayy calla por favor!- El joven mago hizo cara de disgusto.

-El fin de semana iré a la torre del ministerio con él y le daré una última oportunidad.

-¿Por qué en la torre del ministerio? Que sea en el invernadero, ya no lo hagas esperar.

-No lo sé, ya ni sé en qué planeta existo.

Neville rodó los ojos.

-No te olvides de la reunión el viernes.

Hermione asintió.

***

La joven estaba sentada en el borde de la mesa alta y larga del centro donde estaban las macetas grandes y medianas, sus manos descansaban en el pecho de un hombre con suéter negro y un pantalón gris, sus piernas estaban rodeando las caderas de este quien pegado a ella le rozaba únicamente la parte interna de cada muslo. La besaba apasionadamente con una ardor terrible en el pecho por el calor que le dejaba el acto, sus manos grandes y precisas se movían por la cintura y espalda con impecable preocupación y cuidado.

Esta situación se había hecho cotidiana, ella insistía tanto que a veces parecía urgente y más si cedía el mayor.

-Mmh.- Se separó de ella para respirar, estaba agitado. Pero la joven bruja lo jalaba de la ropa de nuevo hacia ella. El hombre besaba muy bien, no había duda de que era Snape. -Espera, déjame tomar aire.

-Tranquilo, ya noté tu exaltación, no me molesta.- La forma en que se besaban por su puesto daba paso a la mente y la piel.

-Eres tan malcriada a veces.- Dijo como respuesta a la sugerencia de que estaba excitado. La seguía besando con furor.

-Ven, vamos a mi habitación.- Lo tomó de una mano. A la joven le urgía tenerlo y más ahora que sabía quién era.

-¡No, te he dicho que no!- Sus susurro eran adorosos.

-Por favor di que sí. ¿Cómo puedes sólo besarme y no sentir más?

El hombre paró de besarle el cuello y pegó su frente a ella rozando los labios suaves e hinchados por culpa suya.

-No puedo.- Susurró. El deseo estaba ahí en su voz. -Quiero y mucho pero no puedo.- Apretó las palabras entre dientes y la besó con más fuerza, ahora usando más la intromisión de su larga lengua.

Ella jadeó, no había sentido una lengua tan atrevida desde que besó a Snape la última vez.

-No me engañas no soy tan ingenua ¿Por qué no me dijiste que saliste de ASKABAN?

El hombre no la escuchó.

-¿De dónde?- Lot hizo que no sabía nada.

-Dime quién habló por ti ¿Cómo te dejaron salir?

El hombre cambió frente a ella, sus cabellos se hicieron largos y negros, su levita justo por el borde de sus brazos y hombros, apretado en el pecho y cuerpo, su capa era tremenda atrás de él.

-Fue tu estúpido ex novio Ron, al parecer nos siguió muchas veces, escuchó y vio más de lo que creía.

-Para.- La Joven lo detuvo y lo empujó hacia atrás. ¿Ron hizo que salgas?

-¿No querías que te bese o ya perdí el encanto por ser diferente a tus expectativas? Quizá porque ahora me veo más joven…

-¡Eres un idiota!- La joven le plantó una tremenda cachetada que transformó el rostro del pocionista a enojado. -¡No quiero volver a verte!

-Mañana se te va a pasar, Granger.

-No, esta vez no se me va a pasar. Ya no soy una estudiante de Hogwarts, has hecho una estupidez y no quiero verte.

-Tranquila no te alteres.

-¿Quién eres? ¿Por qué te portas así?- Empezó a llorar. -Vete, no quiero verte.- Su voz se debilitó y se bajó de la mesa para irse y no voltear atrás.

-No, no vas a irte.- La tomó de la muñeca. -Hermione soy un hombre malo, siempre lo fui.- Su tono cambió. -Tenía miedo no sabía qué iba a pasar, estaba atrapado y preferí sacrificar mi reputación que la tuya.

-Suéltame he dicho que te vayas.- No giró para verlo porque estaba llorando. Su voz era débil.

-Hermione eres mi vida lamento todo lo que pasó, no lo hice a propósito y no quise escuchar tus preocupaciones, olvidé que era tu profesor, olvidé que habían cosas importantes que considerar sólo porque en un instante desapareciste toda razón de mis pensamientos, todo el análisis y toda la cordura, sólo solté mis sentimientos cuando de pronto estabas tan metida en mí como un sueño que podía atrapar con mis manos. Soy un hombre que ha vivido el doble que tú y más de la mitad de ese tiempo me dediqué a acabar conmigo.

Hermione no giró.

-Yo sabía quién eras, no importaba tu pasado, tú sabías que no fue el accidente, yo te miraba desde antes y tú pusiste los ojos en mí desde que cumplí los quince años, seguirme en la biblioteca no sólo era para molestarme. Nos gustamos al mismo tiempo, tuvimos un accidente anterior y nos forzamos ver a otro lado gracias a las terribles circunstancias del castillo, porque yo era pequeña y tú eras mayor, pero cuando todo pasó se quedó la curiosidad, la pregunta si podía pasar.- Le quitó la mano bruscamente y lo desafió con la mirada rota. -¡Tenías tanto miedo de quedarte conmigo que sin querer pusiste un gran imposible entre ambos, me separaste de ti, me dejaste sola! Prometiste que me cuidarías pero estuve tres años sin ti, tiempo que casi acabó conmigo.
Sí, eres un hombre malo pero no te gusta que lo diga yo, eso ya lo sabía y aún así decidí seguir, enamorarme, entregarte mi corazón, mi cuerpo, mi necesitarte. Severus deja de verme como si fuera una alumna de escuela, ya no lo soy y ya no lo era cuando desmayé delante de ti por el veneno de esa bendita serpiente.

-Siempre te veo frágil, la niña que hizo que mi mirada de control cambie a ternura y deseo, no puedo verte de otra manera. Pero vine para intentarlo otra vez, aquella vez no pude hacer nada más.

-¿Cuál fue el miedo?

-Temí hacer que pierdas tu vida y juventud a mi lado con el título de una irresponsabilidad, culpa mía.

-No sólo fue culpa tuya.

Hermione bajo la mirada.

-Por favor, Hermione…

-Calla, no quiero escucharte, quiero ir a beber un poco de agua, acostarme, dormir hasta que amanezca. Por favor, vete.- Entristeció nuevamente.

Snape la miró y antes de desparecer dijo:

-Vendré mañana.

-Puedes hacer lo que quieras pero no entres a la casa.- Se fue.

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