Veneno y Té-more Capítulo XII Relación Prohibida

Hagrid el semigigante tenía una reciente labor para la directora, esta era seguir a Snape las veces que salía del castillo.

Lamentablemente el mago de Slytherin no tenía ni idea de que esto pasaba porque se hubiera dado cuenta pero la estudiante y él no habían salido aún hasta ahora…

Snape tenía ese sentimiento que crecía al dejarlo ser, era peligroso para alguien como él aún cuando se depositaba en una mujer tan madura como su pequeña alumna. Tenía unas barreras muy gruesas que tirar, le faltaba mucho, era largo el camino, ser alguien ideal para ella pero estaba en buen camino, empezaba a tener esa necesidad desinteresada de cuidarla y ver por ella todos los días sin acercarse.

No quería acosarla ni mucho menos enterarse de su diario convivir estudiantil pero tenía que observar sus movimientos con esa forma suya de fantasma muy de las mazmorras.

📜 Una taza de té verde en una casa lejos de esta escuela ¿Sería llamativo para ti?

Quiero invitarte a conocer un lugar que fue mucho tiempo escondite de mi magia y adolescencia hace muchos años, se encuentra en Portsmouth, al sur de Inglaterra, una casa abandonada frente al mar de hace un siglo atrás, por su puesto está hechizada por lo que sólo podemos verla los magos.

El lugar es privado pero desde hace mucho no tiene nadie cerca.

No sé qué escusa darle a Minerva pero quisiera que pasemos la noche ahí, lo tengo todo casi listo.

Se me ocurrirá algo. Hablemos de eso en la noche del martes.

Pdta: Podemos hacer una pijamada 😈

Atte: S. S.

Hermione leyó la carta al reposar en el sofá del recibidor en la torre de Gryffindore,
Rió por lo que estaba en la última parte, se dio cuenta que no era una broma de joven sino algo en doble sentido.
A pesar de ser mensaje malicioso sostenía la seguridad que él sería respetuoso por eso no se preocupaba.

Una jovencita de tercero escuchó cuando volvió a leer la última parte por cuarta vez pero con voz baja,
grave error de la prefecta.

“Una pijamada, podría ser una reunión secreta de las alumnas de séptimo grado.” La jovencita corrió a pasar la voz, tenían que caerles de sorpresa.

Hermione Respondió:

📜 Suena bien, nos vemos en la noche del martes en el lugar de siempre.

Esa misma tarde la estudiante llevó clase de transformación y aritmancia.

Al salir de la última, una profesora con un sombrero puntiagudo la interceptó con ceño serio y recto.

-¿Cómo está, Srta. Granger?

-Muy bien, profesora.

-Voy a ser directa, una joven de su casa que tiene quince años ha sido castigada por repartir pequeños retazos de pergamino para una fiesta de pijamada organizada por usted. ¿Qué tiene que decir respecto a eso?

-Que es completamente mentira, todos mis fines de semana están ocupados con aprendizaje únicamente.

-Me temía que fuera un invento sin embargo hablé con la joven y vi sus recuerdos, ahí la veo leyendo un papel en baja voz y usted menciona una pijamada.

-Son cosas completamente diferentes, leía la carta de una amiga Muggle, ella me invitaba en este verano que viene para ir a su casa.- Mentir no le agradaba pero era urgente hacerlo.

Al mismo compás de caminata se encontraron con el rey de la sutileza, Severus Snape,
Minerva lo invitó a participar de la conversación aunque más parece que lo obligó.

-¿Severus, has escuchado la noticia?

-No sé de qué habla, Sra.- El rostro del mago era confuso y cansado, pensó que podía huir pero era tarde, se dio la vuelta y caminó hasta estar frente a las brujas.

-Lo de la alumna de Gryffindor, castigada y expulsada por una semana por mentir e inventar que Hermione Granger estaba organizando una pijamada fuera de la escuela, una fiesta clandestina por su puesto.

-No sabía nada, Mmm me es interesante… ¿Entonces… Es culpable, al fin tendré el gusto de ver caer a la Perfecta Prefecta coleccionista de buenas notas, Hermione Granger?

-No, profesor, aún no tendrá el gusto y no creo que lo tenga. Hermione ya ha aclarado el tema y es mentira.

La estudiante bajó la cabeza para fingir humildad.

Snape movió la mandíbula con soberbia haciendo una pausa.

-¡Qué lástima!

-Ya puede irse, Srta. Granger.- Minerva la despachó y ella prácticamente salió corriendo de ahí. -Por cierto, Severus, me preocupa la salud emocional de la alumna, me cometan otros profesores que está muy callada y no habla con sus amigos.

-Y luego ¿Por qué debería importarme?

-Severus, sé más sensible. Era una alumna alegre y sociable y ahora está aislada en sus cosas personales.

-Debe ser la adolescencia, está en toda la edad.

-¿No sientes empatía con ella? No tiene a sus padres, no tiene alguien cercano y menos de su sangre para poder hablar de sus cosas.

-Insisto, ¿Qué quieres que haga? Recuerda que soy un mago que debería estar muerto, no soy psicólogo muggle.

-¡NO seas malo! Ella se estaba acercando a ti para contarte sus problemas amorosos así que si se acerca a ti nuevamente, no la ignores y compórtate como un caballero.

-No discutiré mi buena educación contigo, Minerva, y no te prometo nada. Nos vemos luego.- Snape se fue fingiendo molestia.

📜 La esperaré en otro lugar, vaya al invernadero por favor a la misma hora. Hablaré con Minerva el jueves, sé qué decir, la directora me ha dado un buena escusa pero antes de acudir a ella debemos hablar.

Cuando se encontraron en la noche su conversación fue un poco más realista que otra veces.

Snape le hizo entender por varios minutos que tenían una relación pero esta no estaba nada bien.

-Minerva está muy rara desde que nos escuchó a ambos hablar de algunas cosas personales en el aula de pociones.

-Creo entender que puede estar vigilando mis pasos, Severus.

-No sólo a ti… Me hace prometer que voy a cuidar de ti como si fuera un padre. ¡No sabe nada!- El hombre evitaba levantar más la voz, también aguantaba su mal genio delante de ella. -Jovencita, pero si se entera tendremos graves problemas, sobre todo yo.

-Soy mayor de edad.

-No es ético, si me acusa ante el ministerio… Es complicado, la lista larga de reglas rotas por mi persona sería enorme, me enviarían sin discusión a prisión, muchos años.

-No comprendo ¿Por qué suena tan grave, si es amor?- Snape subió la mirada, la palabra en mención lo alteró. -Debería ser justo poder querer a quien se te pegue la gana.- Entristeció y el mago se sintió mal por eso.

Se sintió un poco comprometido a decir algo similar pero decidió guardar aquello para después.

-Tendrás que hacer lo que te pida sólo por un tiempo.
E iremos, iremos al sur. El jueves después de hablar con la directora iré a buscarte, seguro me pedirá que vaya a informar su decisión.
El viernes saldremos en la mañana en el tren de las 10am.- Se acercó a ella. -Todo estará bien.- Le dio un beso pequeño. -Hasta después.- Desapareció.

Hermione subió viendo hacia todos lados para cerciorarse que no veía gatos o alguna sombra en el pasillo que la incrimine.
Con cuidado llegó hasta las escaleras hacia la torre de los leones pero ahí tomó calma sosteniendo entre sus manos un libro delgado de historia de la magia. Parecía que disimulaba pero en realidad estudiaba.

Una tristeza repentina la atacó al llegar y reposar en la cama. Pero no había nada mejor que decir la verdad, posiblemente era mejor estar advertida, no tener tanta libertad para ver al mago.

***

Jueves en la tarde…

Snape se acercó a la directora para pedir permiso de llevar a Hermione a buscar rastros de sus padres.

Con sorpresa Minerva no entendía aquella petición.

-¿Intentas convencerme de que no hay nadie mejor para ella que su familia? ¿O no quieres que la joven se acerque a ti?

-Cuando tenía dieciocho años mis padres estaban muertos, ambos. ¿Por qué ella debe olvidar a sus progenitores. Si están vivos por qué debe fingir que no existen y acercarse a un hombre como yo, acaso su padre no sería mejor candidato para guiarla a ser una buena adulta?

La directora veía los ojos del mago con mucha preocupación, dudaba de sus buenas intenciones pero tenía lógica su explicación.

-Severus ¿Tú puedes encontrarlos?

-Estoy seguro que puedo, pero necesito que ella venga conmigo. Ya es una adulta.

-¿Pero no crees que sea impresionante para ella ver a sus padres no reconocerla?

-Déjame a mí intentar explicarle con paciencia.

Fue una mentira descarada y se lo sugirió la directora sin querer.

Casi al llegar la noche después de pensar por varias horas ella había decidido que todo se lleve a cabo en una nota que le dejó de camino a su despacho en las mazmorras para insistir al mago que sienta empatía por la pequeña alumna y que no la dejara sola durante todo el viaje.

Minerva no se negó era claro, le hizo prometer a Snape con su vida que la cuidaría y él aceptó gustoso pero con el ceño un poco serio, esto le hizo pensar a Minerva que la tarea de cuidarla le era muy pesada.

Pero el astuto profesor tenía todo planeado, como le dijo a su joven novia las cosas pasaron al pie de la letra.

***

-Hermione, te busca el jefe de Slytherin ¿Qué hiciste esta vez?- Tenía los ojos bien abiertos por la sorpresa, Snape estaba en la puerta de entrada a la casa de Gryffindor, ese día habría un terremoto con seguridad.

-Juro que nada, Ginny.- Se levantó del sofá y pensó unos segundos.

Harry y Ron miraban la escena desde el balcón hacia la habitación de los chicos.

-Es una joya tu querido profesor que se atreve a venir a buscarla.

-Calla, Ron. Ya déjala ir.

-¡Maldito murciélago la estaba tocando!

-Basta!!!- Harry se metió en el pasillo para ir por unos dulces de su baúl.

***

Hermione salió, atravesó el marco del cuadro de la señora gorda con pasos lentos y nervios de emoción, Snape estaba ahí de espaldas.

¿Te gustó el capítulo?

0 / 5

Tu calificación:

Suscribirse
Notificar de
guest

0 Comments
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios