Gabriela se fue a la mañana siguiente sin decirme nada. Quizá avergonzada de lo que había hecho.
Yo no sabía nada de Nicole, ella seguro estaba pasando un lindo fin de semana familiar “Claro que sí”
Yo me dediqué a estudiar, había faltado varios días a la escuela y tenía que ponerme al día.
Aproveché para llamar a mamá pero como siempre no me respondía el skype.
El tiempo se había ido rápido, una semana más se fue, hablé con unos amigos compañeros de la universidad para poder ir al parque de diversiones. No esperaba más que distraerme pero pasó algo más que eso, Nicole estaba en casa pero era como si no estuviera, llegaba de la escuela y luego se iba de nuevo no sé a dónde, casi no hablaba conmigo y me imaginaba que se sentía avergonzada…
Esperé en la tienda de peluches, casi a la entrada del parque pero uno por uno con mensajes de texto fueron disculpándose de no poder ir, incluso Nicole me negó la invitación.
Pero no iba a permitir un desánimo así. Se me ocurrió llamar a Gabriela, pero no porque hubiera sido mi última opción… De hecho cuando se me ocurrió lo del parque, en ella fue la primera en quien pensé, porque le había ido mal y las cosas no quedaron bien entre “ellas”. Yo no tenía nada que ver, es cierto… Pero de algún modo confió en nosotros y nos contó muchas cosas personales, Gabriela necesitaba alguien que la apoye y yo necesitaba una nueva amiga…
-Hola ¿Hay alguien?
-Emmmm ¿Quién habla?
-¡Soy yo, no te hagas!
-Perdóname pero no sé quién eres…
-Soy Keyla, ammm ¿Una amiga?.
-Pues no sé de qué me hablas.
-Vaya pues a lo mejor no eres tú.
Me sentí horrible e incómoda.
-Si necesitas alguno de mis servicios, llámame a partir de las nueve de la noche.
-¿Qué? ¿Con quién estoy hablando?
De pronto colgaron.
Sentía horrible como si realmente hubiera sido ella pero no quisiera hablar conmigo.
Me volteé para caminar de nuevo para el apartamento y sentía que alguien me seguía, era una sensación extraña, ya que siempre solía ser muy precavida para caminar en la calle. Seguí pero apresuré los pasos para llegar a la acera de en frente.
Tenía mucho miedo, estaba buscando ver algún lugar de comercio y entrar pero por alguna razón todos estaban cerrados, era de esos días libres donde la mayoría no trabajaba.
Miré hacia atrás de nuevo y vi a alguien con una capucha sobre su cabeza, traía una playera de mangas cortas muy aguada y grande, tenía unos tenis negros y guantes horribles, cada que yo volteaba, la persona también lo hacía para despistar.
Y entonces sentí que corría pero como estaba en una esquina transitada me paré en seco a ver qué pasaba.
-¡Hey! ¡Dame tu cartera!
-Perdóname, no llevo efectivo pero toma mi celular.
Quería verle el rostro pero no se dejaba ver. Me tomó de las manos y buscaba en mis bolsillos mientras yo intentaba alejarlo con mis manos, por la inercia la única reacción que le mandó mi cerebro a mi cuerpo fue empujarlo con todas mis fuerzas.
Así lo hice y se fue hacia atrás sentado.
-Jajajajaja. ¿Qué te pasa, por qué me maltratas?
Se reía de forma exagerada y burlona, de inmediato se hizo la capucha para atrás.
Y yo me quedé con la boca abierta de ver quién era.
-Oyee ¿Qué te pasa? Ya deja de molestar de esa manera.
-Deberías haber visto tu cara cuando te dije de “querer mis servicios” Jajajajja.
-No seas burlona. Gabriela. ¿Cómo sabías que estaba aquí?
– te seguí por GPS.
-¿Qué? Jajajjaja tú sí que estás tronada de la cabeza. ¿Por qué me sigues?
-Ayer iba al apartamento para visitarlas, pero vi a Nicole con un chico nuevo que la esperaba afuera del edificio. Parece que ella ya me olvidó y creo que yo también. Iba a subir para buscarte, hace como dos horas aproximadamente pero cuando llegaba con mi auto a la esquina te vi salir y te seguí. La razón del por qué usaba el GPS es porque de pronto te me perdiste e un instante. Y aquí estoy. ¿Quieres ir al parque de diversiones conmigo?
-¿Me creerás si te digo que te llamé para invitarte?
-Sí, me imaginé que esperabas a alguien y te dejó plantada así que optaste por llamarme.
-No digas eso, de hecho pensaba invitarte también, tú fuiste la primera persona en quien pensé, ya que no tengo más amigas. Y los chicos de la universidad, pues ellos sí tienen amigos y supongo que tenían planes. Había temor en mí de que no quisieras hablarme por lo de la otra vez.
-¿Te refieres al beso que te di? Porque no he dejado de pensar en ello. Y siento que te debo una explicación.
-No te preocupes, sé que lo hiciste por despecho y por hacerle daño a Nicole.
-Sí, lo hice por eso… Y por otra razón pero mejor cambiemos de tema. ¿Entonces aceptas mi invitación, o quieres que sea yo la que acepte?
-Pues si nos alcanza con cuatrocientos dólares, acepta mi invitación.
-Jajajaja, “Qué deprimente y pobre eres”
-Jajajajja, ¡Calla tonta!… ¿Por cierto, por qué te vez como un chico?
-No lo sé, este look me gusta.
-Te queda bien.
-Muchas gracias ” Amiga”.
-Lo digo enserio, se te ve bien, se te ve más fresca.
-Lo es, no sabes lo que me libré del calor por el cabello corto… Entonces. Keyla ¿Aceptas mi invitación de ir al parque y luego cenar?
-Lo del parque claro que sí, lo otro lo voy a pensar… Y ya deja de coquetear conmigo.
-Jajajjaaj. Vamos a la casilla para comprar los boletos. ¡No estoy coqueteando!
-¡Sí cómo no!
Nos fuimos hacia el salón de boletería, Gabriela se sentó en el mueble por una esquina. Al tener los boletos en la mano, me fui hacia ella.
-Keyla, por favor… ¿Crees que puedas tomar una foto?
-Sí claro…
Tomé su celular y le tomé una fotografía. Ella con esa cara tan coqueta.
-Vaya, me veo tan “Maleante”… Voy a cambiar esta forma a una más seria. Ahora entiendo el susto que te di.
-Jajajaja, sí que te vez “Maleante”
-Mmm, creo que al menos me veo guapa.
-Dirás “Guapo”… Desde que te conocí haz cambiado esa cabellera tan hermosa por el cabello corto y la cabeza rapada de los lados.
-Pues a mí me gusta este nuevo estilo.
-Vamos, se hace tarde y no dará tiempo para subir a todos los juegos.
-¿A todos los juegos? ¿Estás alucinando verdad?
-Ajá!… Creo que a alguien le da miedo las alturas.
-No, no, me subiré a todos menos a la montaña rusa. he visto en Internet todos los accidentes de carritos volando en el aire con gente a punto de morir. Así que mejor no me subo.
-Sí que sabes maquillar tu miedo.
-Basta, no es temor… Es… Precaución… Y… ¿Todos los juegos también incluye el crucero del amor?
Me habló muy mal intencionada con esa sonrisa pícara que la caracterizaba.
-Pero nosotros no tenemos amor.
-Sí es cierto… Pero vamos a pasarla bien el día de hoy.
Me sonrió y nos fuimos. En el transcurso me contaba acerca de cómo fue su vida cuando era pequeño. Me contó que era de los chicos que parecía callado en la escuela e incluso en la casa, pero por tener malas juntas hasta llegó a robar muchas veces en los supermercados.
Nos subimos a muchos juegos y la miraba entendiendo que ella era alguien que necesitaba una familia, una persona que la apoye, que la anime a seguir con sus metas. También pensé que yo era la menos indicada como amiga.
Aún estaba triste, habían momentos en que después de haber terminado de hablar de ella y su vida pasada, bajaba la cabeza y sus ojos se llenaban de lágrimas, como si se aguantara.
Fue una tarde y una noche productiva, porque aprendí muchas cosas de ella, ella era casi diez años o más de edad y recibir sus consejos era lo que necesitaba para no desanimarme de terminar la carrera de cinematografía y comunicación. ¿Qué escusa podía tener si mamá lo pagaba todo? En el mundo hay chicos que tiene que trabajar para poder estudiar y yo por otro lado pensé en dejar la carrera varias veces por flojera… Mamá me ayudaba en todo, iba a comenzar a comprar los materiales y las cámaras que necesitaba para la escuela. Mi trabajo era estudiar y ser buena en lo que hacía. En ese instante lo valoré.
Al terminar la cena nos fuimos en el auto hasta su departamento, me mostró el lugar que había comprado, era genial, estaba extremadamente decorado y limpio, a pesar que había ido tan solo dos veces a revisarlo. Me mostró el proyecto de su empresa de diseño y ropa para mujer. Me mostró los cursos y la carrera de modas que ejercería. Ella estaba tan animada.
Al terminar de conversar la abracé por lo emocionada que estaba y le dije.
“Échale ganas y esfuérzate y verás que todo será para mejor”
“Muchas Gracias” Me respondió con la cabeza en alto.
Salimos del departamento y me llevó a casa, me dijo que había tomado la decisión de ir a visitar a su familia. Había preparado despedirse el día que pasó porque se iría muy lejos para poder estudiar. Después de prometer que me escribiría y que siempre estaríamos en contacto.
Le dije que no me dejara en el edificio sino cuadras más abajo para que Nicole no nos viera.
-Gracias por todo, Keyla. Quisiera conservar tu amistad y que dentro de unos años podamos volver a contarnos cómo nos fue.
-Me parece excelente, yo también le echaré muchas ganas… ¿Cuánto tiempo te irás?
-Unos cuatro a cinco años a Londres. Pero no te preocupes, te escribiré todo lo que pueda, quiero que alguien vea que me esfuerzo.
-Yo sé que sí lo harás.
-Bueno, creo que es hora de despedirse.
-Sí, deseo que te vaya super bien.
Me miró y me abrazó y yo correspondí ese abrazo con todas mis fuerzas. Ella puso su puño en su corazón y me miró.
-Gracias amiga.
-Hasta luego…
Me sonrió de nuevo, subió al auto y lo puso en marcha, cuando ya había avanzado unos metros, se despidió con la mano y el auto se perdió en el camino.
Y yo comencé a ir hacia el edificio con una sonrisa en el rostro mientras imaginaba mi futuro con la carrera finalizada. me concentré tanto en eso que no me fijé del tiempo que transcurrió. De pronto el claxon sonó. Volteé y era Gabriela de nuevo.
-¡Hey! ¿Qué te has olvidado?
La miré y ella riendo bajó del auto por lo que supuse que sí se olvidó de algo.
-Es que se me olvidó decirte…
Se me abalanzó sorpresivamente arrinconándome contra la pared y me besó. Yo correspondí el beso y después le dije.
-¡Eres una desgraciada!
-Oyeee! Tenía que irme con emoción!
Reímos incontinentemente.
Se fue rápido y subió al auto, se despidió de nuevo de mano y el auto se esfumó a la lejanía.
-¡Maldita desgraciada, me agarró de sorpresa!
Me dije a mí misma limpiándome la boca y sintiéndome muy lesbiana jajajaja.
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¿Qué podía pasar? ¿Qué le esperaba en su futuro?
Mis amigos lectores, eso todavía no lo sé.
Ya han pasado dos años aproximadamente, Nicole me dejó el departamento, porque se mudó con su novio que por cierto terminó siendo un profesor joven de la universidad del curso de organización y marketing. Nuestra relación no fue la misma así que ya se había ido desde antes para mí. Quizá yo tuve la culpa o quizá era así como debía pasar.
No sé nada de ella.
Y lamentablemente tampoco supe nada de Gabriela hasta hace unos días que me escribió por skype y me mandó unos guiños. Me preguntó como estaba y así de rápido igual se despidió. No hubo una conversación de reencuentro pero lo que sí sé es que no cambió la fotografía de su perfil, seguía siendo la misma mujer con vestido negro y ojos hermosos.
Este es el fin queridos lectores y blogueros. Mañana es la ceremonia de título y haré un intercambio a Francia de seis meses para comenzar la maestría y las prácticas en una empresa que me dio trabajo.
Posiblemente más adelante estaré presumiendo mis logros.
Cuídense mucho!!!
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