Santino 2 Saga (EAUMT) Capítulo I Tanto Tiempo

Lista de capítulos

-¿No te esperabas esto?

-La verdad es que fue una sorpresa leer tu credencial. Aquél día en tu habitación de mujer, no puse atención, ni si quiera con exactitud a tu fotografía. Me has dejado helada e incluso puedo creer que esto es una estafa.

-Jajajaja, ¿No crees que estás exagerando?

-¿Cómo le hiciste para cambiar tu voz? ¿Cómo le hiciste para estar tan… no sé, con tanta barba?

-Jajajaja ¿Cómo podría hacerlo sino en la transición de “esto” que vez?

-¡Pero, pero no me dijiste nada! Tu fotografía de skype seguía siendo la misma. Hasta hace unos días que quitaste la foto. ¿Cómo me encontraste?

-Keyla, no te das cuenta que estaba esperando este día con tantas ansias para ver tu rostro, justo la reacción que ahora tiene, esa expresión de deseo Jajajjaaj. Los primeros dos años estaba muy ocupado, estaba concentrado en la carrera de diseño, pero si te decía algo no iba a poder traerte hoy aquí. Aunque planeé que no vinieras hoy sino unos días después. De verdad que no me aguanté de que me vieras así. Pero esa conferencia nos dio la oportunidad antes de lo que pensaba, sé que no pasó por casualidad, ese día te encontré.

-Déjame confesar algo… Sí llegué a imaginar que estabas ocupado por los estudios e incluso que pues te habías olvidado de todo lo que hablamos cuando nos despedimos porque un buen tiempo sí estuvimos alejados de Skype. ¿Cuántos años tienes? Te ves maduro, ¡Vayaaaa! De verdad que estás diferente. ¿Puedo ver tus cicatrices?  

-Por su puesto… Mira.

En ese instante se quitó el polo delante de mí y además de ver dos par de cicatrices que casi no se notaban por la vellosidad, veía… Pues eso… “Veía”

-¡Ohh, son interesantes… Ya sabes… Tus cicatrices!

-¿Qué te parece mi nuevo aspecto? 

Se puso erguido y se dio una vuelta lenta.

 Dentro de mí dije “Ayyy caramba” Pero para no hacerlo más hombre de lo que ya estaba, le dije.

-Se te ve muy bien.

Se acercó con el torso desnudo y se sentó en la cama.

-!Ya ven aquí! ¿Qué haces parada en la puerta? Parece que quieres huir. Cuando hace dos horas te convencí de que vengas a mi apartamento.

-Acepté porque dijiste que tenías papeles importantes para comenzar a trabajar en tu empresa.

-¡No lo niegues, linda! Viniste porque te gusté mucho, además estabas esperando que pase algo. Sino, no me hubieras hecho caso de venir a ver mi habitación.

-Me estabas mostrando la remodelación de tu apartamento. ¡Recuérdelo, Señor Caruso!

-Mira, Keyla, querida ex amiga. Hace cinco años me despedí con un beso y prometí que nos veríamos de nuevo. ¡He guardado ese beso por cinco años! No le he dado mis labios a nadie más. La transición, las hormonas, los efectos secundarios de las pastillas, el gimnasio, la universidad… Muchas cosas pasaron pero no me he olvidado de ese beso.

-¿Beso? Me estabas fregando la paciencia que es diferente. Recuerda que yo no quise ese beso. En aquél momento acababas de romper con Nicole. Además que no… Pues ya sabes… No sentía ninguna atracción por ti y tus siliconas.

-Pero dijiste que era “Sexy”… Keyla, no quiero hablar de Nicole, no hay que mencionarla nunca más. Ya que me di cuenta que el pretexto de habernos conocido esa madrugada, la entrevista y cómo esa chica se burló de mí. Todo ese pretexto fue porque aquella chica no era la indicada. Yo creo que la chica que quiero eres tú.

-Basta de regar tantas flores “Caruso”, o ¿Qué te gusta más… Te gusta que te diga “Gabriela”?

-Gabriela ha muerto, ya no me digas así. Yo… Siempre fui Gabriel Santino. Tú lo sabes, yo te lo dije.

-Pero también recuerdo muchas cosas con las cuales no me atrevería a darte un beso nuevamente.

-¡Vamos Keyla! No seas mala, eso es el pasado y ya lo sufrí mucho como para que lo recuerdes.

-Lo siento, es lamentable. Porque me hubiera gustado conocerte como estás ahora antes de saber todos esos secretos que guardas. 

Se acercó a mí aún más… Estábamos sobre la cama, él sentado a mi derecha, estiró su mano y me tomó de la cintura. Acercó tanto su rostro al mío que sólo necesitábamos empezar.

¡Ayyy caramba! Yo también quería besarlo, porque se veía tan atractivo, era otra persona.

-Keyla. ¡Mírate ahora! Ya no eres una chica de universidad. ¡Estás tan hermosa! Sé que es inevitable, sé que también quieres lo mismo que yo.

Se acercó para besarme, mientras yo veía esos labios y esa barba tan varonil.

-¡Basta, Gabriel!  

Me paré bruscamente, y lo alejé de mí con brusquedad.

-¿Y ahora qué?

Me dijo sorprendido porque pensaba que me iba a acostar con él.

-¿Qué? ¿De verdad crees que va a pasar algo? ¿Ves en mis ojos el haberte creído? Pero si sé exactamente como eres. Repartir besos para ti es tan fácil, incluso cuando tenías pechos de mujer era tan fácil para ti hacer caer a alguien para que se acostara contigo, sea hombre o mujer. ¡Yo escuché todos los audios, Gabriel!… Tengo buena memoria. Son las mismas palabras.

Me levanté y me fui de la habitación con dirección a la puerta del apartamento, salí, caminé por el corredor y me subí al ascensor mientras veía al “Señor Caruso” Correr con dirección a las escaleras. Traía esa sonrisa en el rostro de: “Gilipollas” 

Estaba un poco disgustada pero a la vez estaba emocionada de verlo. Fueron muchos años de no saber… De haberme incluso olvidado de todo… Estaba disgustada porque en la cena estaba dispuesta a besar a un “Hombre” hermoso, un italiano de treinta y nueve años aproximadamente, con cabellos oscuros y ojos como el cielo.

El ascensor llegó hasta la cochera y busqué mi auto. Lo encontré, me subí en él esperando encontrar las llaves dentro, arranqué el auto y lentamente bajé el primer puente hasta la salida. Pero me encontré con un desquiciado sentado frente a la salida. Me bajé del auto molesta observando a este tonto sonreír.

-¿Qué demonios haces?

-Evito que te vayas.

-De todas formas tengo que irme porque hay mucho trabajo para mañana.

-¿Qué trabajo?

-¡El de tu empresa claro está!

-Eso puede esperar unos días. ¡Ven conmigo a Italia!

-Jajajajaja. ¡Sí que hicieron malos efecto esas pastillas para convertirte en hombre de nuevo!

-¡Por favor, ven conmigo a Italia! Tengo un tour para darte… Y… que conozcas a mi familia.

-¡Dame permiso por favor! Tengo mucho trabajo y estoy un poco atrasada.

Se levantó del suelo, así de loco sin polo. Y me abrazó.

Yo accedí al abrazo, me hizo sentir nostálgica.

-Me da mucho gusto verte. ¡Está bien! Puedes irte pero mi propuesta estará en pie hasta que aceptes… Aunque también quisiera pedirte otra cosa.

Me hablaba mientras me sujetaba de la cintura y yo apoyada en la puerta de mi auto.

-¿Y ahora qué quieres?

-¡Un beso! ¡Sólo será un beso!

-No.

-¡Vamos, uno pequeño!

-¡Que no!

-¡Sé que quieres!

-No, Gabriel.

Se acercó a mis labios. Estábamos a punto de hacerlo pero me frené, lo miré con astucia y me quité las ganas… 

De inmediato lo empujé contra la puerta de mi auto, y lo tomé de sorpresa para besarle apasionadamente y dejarlo sin respirar. Lo besaba con ganas de sus labios, fingía que estaba a punto de llevarlo de nuevo a su apartamento, y mientras hacía eso lo estaba apartando de mi auto y abriendo con sutileza la puerta. 

Al terminar ese excitante momento (Tengo que admitir que fue excitante) Al terminar me subí al auto, bajé la luna de la ventana y me quedé mirando hacia el frente sintiendo que el aire me faltaba y él estaba como si hubiera corrido una maratón. Volteé y me toqué los labios para limpiar el rastro de mi venganza.

Y Le dije:

-¡No quería! Pero tenía que irme con emoción. 

Le tiré una sonrisa burlona y me despedí con un beso volado. (Habría cobrado el beso que me robó muchos años atrás aunque también me di gusto de sus labios)

-¡Keyla!

-No te escucho… ya arranqué el auto.

-¡KEYLA!

Corrió para alcanzar el auto… Arranqué de nuevo y él se lanzó contra la ventana donde estaba.

-¡Oye! Vas hacer que te lastime. ¡Suelte la ventana, Señor Caruso!

-Keyla, no me puedes dejar así. No seas cruel.

-Ciao, bello! 

-Jajaja. ¡Si te vas iré atrás de ti, tocaré a la puerta de tu apartamento y no te dejaré en paz! ¡Recuerda que sé dónde vives!

Gritó.

Había avanzado unos cinco metros. Retrocedí hasta estar a su costado. Abrí la ventana nuevamente a pesar que ya la había cerrado. 

Le dije que se acerque con una seña de mi mano y cuando lo tuve cerca de nuevo.

-¿Qué quieres hacer?

Le dije con tono coqueto.

-¡Quédate!

Susurré frente a su rostro.

-Sabes que no puedo quedarme, lindo.

-¿Por qué “NO”?

-¡No soy como piensas, mi amor!

-Sé que eres una mujer que ha cumplido su palabra. Sé que quieres que sea tuyo porque me lo dijiste con la mirada en el restaurante.

-Todo se puede hacer. El problema está en… ¿Qué tal si no quiero y te estás equivocando?

-Eso es diferente. Además acabas de prenderme como un fósforo y me tiraste al suelo.

-Gabriel, ya basta. ¡Tienes que ser un caballero!

-¿Acaso no recuerdas ese beso antes de irme? ¿Acaso no recuerdas ese beso en tu habitación? ¿Por qué yo sí? ¿Por qué no he besado a nadie más?

-No me digas esas cosas porque no me importan.

-¡Se valiente y contéstame!

-No hay nada que responder. ¡No seas loco!

Se tiró sobre el auto como un loco para alcanzar la otra puerta y entrar pero tenía las puertas con cerrojo.  Así que no le quedó de otra que hablarme desde afuera de la ventana del copiloto.

-Por favor, sé valiente y contesta mi pregunta.

-Ayyyyy está bien. Primero, Sí recuerdo ese beso, el beso que nos dimos en la habitación cuando estabas enojado con “Aquella ex amiga mía” porque te terminó después de que dormiste con ella dos veces. Aquella vez tenía miedo, porque no me pareció correcto que lo hicieras por despecho, para dañar, para vengarte de ella. Mientras ese día yo te invité al departamento porque te vi dolido, te vi llorando y mal, muerto de amor por ella. ¿Qué querías que haga? ¿Que te diga que era tu problema?.. Segundo; ese beso fue de sorpresa, yo no lo esperé pero tú si lo planeaste con esos defectos que en aquella época te hacían cometer tonterías. Tercero; ese beso al despedirnos fue igual. tengo que admitir que me la pasé muy bien contigo aquél día, la invitación al parque, los juegos mecánicos, la cena y… Ese día conocí lo que habías sufrido, conocí más de ti. Sí sentí algo especial ese día. Pero… Luego lo olvidé porque no he sido, no soy y nunca seré la segunda opción de un hombre. También recuerda que eras una mujer transexual, un hombre con pechos y cara de muñeca, “Créeme, que nada atractivo para mí”.

-No Keyla, no te has dado cuenta. Yo me he quedado pensando desde aquella vez. He pensado en todo lo que pasó. Quizá aquella chica me hizo entender que tenía que cambiar y ser hombre de nuevo. Para mí, y ahora para ti. Ese día en el parque de diversiones… Dejaste algo importante para recordar… Me dejaste amistad, me dejaste una relación sincera, me marcaste con bondad, con intimidad porque me hablaste de ti… No sé por qué confiaste en mí. Más que cualquier persona con la que he estado. Me sentí como yo mismo, me diste confianza. Mira todos estos años que pasaron y puedo describirte con exactitud aquel día, estaba esperando este día para decírtelo. ¡Me gustas! Pero no como antes me ha gustado otra persona.

-¿Qué haces? ¿Qué tratas de hacer?

-Quiero devolverte todo lo que me diste. Y también quiero ofrecerte este nuevo hombre que vez, que no cambió por nadie, sólo por él en estos últimos años. Aunque lo motivaron muchas razones, entre ellas la esperanza de devolverte el beso de despedida, la esperanza de intentar con alguien como tú. Porque llega en todas las personas esa etapa de preguntarse ¿Quién puede ser para ti para siempre?… Llámame como quieres; llámame “enamoradizo” llámame “sentimental” pero si tuviera que escoger a una mujer de verdad. Esa serías tú. Una joven estudiante que se ha convertido en una mujer profesional, una mujer que me hizo sentir su amigo. Una que con un beso en una tarde de compartir secretos, me hizo recordarla durante cinco años, cada día, cada mes… Me hiciste planear en encontrarnos pero ¡Mira! Te estaba buscando en Estocolmo porque había perdido tu número de teléfono y no podía seguirte por GPS como antes lo hice… Y ese día en la conferencia de empresas, ese día no sabía que estarías ahí. ¡Sí! Planeé vernos, planeé cenar y acercarme de distinta manera pero se dieron las cosas. ¡Estabas ahí y no por casualidad!

-¿Por qué juega entonces? ¿Por qué juegas a ser un psicópata sexual?

-No juego. !Pero sí me atraes de esa manera, sobretodo después de ver lo que has crecido!

-Gracias por todo lo que me has dicho porque nunca lo he escuchado antes de nadie. ¿Me estás diciendo que estás enamorado de mí?

Cambió su voz.

-Sí. También comprendo que tú no lo estás y que por eso ahora estás tan confundida de oírme. ¡Perdóname keyla!

-¡Perdóname tú a mí! Porque me gusta lo que escucho pero no es suficiente. ¡Nos vemos mañana, señor Caruso!

Arranqué el auto y antes de irme le dije.

-También me dio gusto verte. 

Puse en marcha el auto y salí del edificio.

Mirándolo ahí parado a través del retrovisor. 

________________________________________________________________________________

Todas las imágenes de esta historia son propiedad de terceras personas.

¿Te gustó el capítulo?

0 / 5

Tu calificación:

Suscribirse
Notificar de
guest

0 Comments
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios