Después de la cena, Hermione repasaba todo lo apuntado en el boticario que visitó en el callejón Diagon.
No pudo evitar dejar abierto el libro mágico donde vio que Snape empezó a escribir mensajes para tener su atención. No le sorprendía porque el mago se lo dijo.
Esperó el tiempo prudente para desesperar al mago y después de esto le respondió.
📜 Buenas noches… (10 minutos después)
Srta. Granger… (30 minutos después)
Sé que está ahí y que me está leyendo, puedo darme cuenta. (Una hora después)
Le había dicho que tendríamos que ir con Hagrid al bosque prohibido… (Una hora y media después)
Usted es una joven malcriada… (Y entonces Hermione respondió)
📜 Buenas noches, Sr.
Si ir al bosque prohibido es algo que tiene que ver con la continuación del aprendizaje cuando estuvimos en el aula de pociones, entonces iré.
📜 ¿Por qué la engañaría, qué está sugiriendo, cuál sería el otro motivo por lo cual yo querría tenerla conmigo en un lugar donde los gritos no se escuchan hasta el castillo? (El hombre sonrió de forma maliciosa)
📜 No sugiero nada, la otra alternativa es que usted pueda ir solo con Hagrid para resolver cuestiones personales y netamente de sus responsabilidades, no mías.
📜 Sólo quería que viniera a ver los huertos de ingredientes que yo mismo he trabajado durante los últimos ocho años, es importante que reconozca el lugar.
📜 Es magnífico, una excelente razón por la cual deseo ir. Tiene razón, le agradezco que me haya hecho la invitación.
📜 ¿Quiere que vaya por usted o vendrá a la cabaña de Hagrid?
📜 Si desea venga por mí, no sé qué tan tarde vendrá, quisiera darle la libertad de que considere el mejor momento.
📜 Era fácil preguntar, Srta. Me refiero a la hora.
📜 No me moleste, Sr. Intento ser educada.
📜 No era un reclamo, era un consejo.
📜 Bien entonces pase cuando usted crea conveniente.
📜 Hermione, perdóname por no ver tu recuerdo.
📜 Sr. Nos vemos más tarde.
Estaba siendo muy ruda.
La joven cerró el libro y volvió a tirarlo, su comportar era un esfuerzo máximo por no ceder. No tenía a nadie más cercano que él para compartir o conversar pero debía de haber respeto entre ambos. Estar con él era disfrutar de su compañía aunque sea como compañeros hasta que ya no pudiera resistir ese juego de ex novia inconquistable.
***
Horas después…
Snape llegó tarde, casi eran las diez de la noche, tocó la puerta con dos golpes, la joven se asomó por la ventana y abrió la puerta con magia.
-Puede pasar, tardaré un segundo en bajar.
La cabaña que desde afuera se veía pequeña y de un sólo piso era mucho pero mucho más amplia en el interior.
Snape caminó hasta pasar a través de los marcos de la puerta, la cual se cerró detrás de él. Y entonces su vista se deslumbró, la estancia interior cambió completamente de proporción y la diferencia de luz fue notoria.
El lugar que pisaba su amargada persona era un pequeño recibidor con una chimenea regular. De lado izquierdo había una pequeña y delgada escalera de madera pulida y pintada de forma elegante que olía a caoba, estos escalones dejaban ver el segundo piso no muy alto, alcanzaba a ver la cama. Seguido del recibidor estaba una biblioteca y una pequeña sala y comedor juntos, detrás de este lo que parecía una entrada hacia una cocina y al lado derecho un baño de tina, ducha y lavamanos miniatura, parecía que todo estaba apretado pero en realidad había orden y espacio suficiente para recibir invitados.
-Este lugar es mágico al cien por ciento, Srta. Es impresionante.- Fue sincero, el lugar se veía muy bien, no había discusión en ser la cabaña de una joven mujer con magia.
-Ya bajo, Sr. Deme un segundo.
La joven dio un último vistazo a su amplia habitación.
-Le decía que es magnífico en lo que ha convertido este lugar, desde afuera se ve simple pero aquí es toda una vivienda, y bueno su presencia y buen gusto hace todo más elegante.
-Me halaga y no sé si es sincero… ¿Ya había estado aquí, Sr?- Preguntó con curiosidad.
-Sí, a tu edad, cuando decidí ser aprendiz, lo más que logré cambiar aquí fue la calefacción, cambié madera de pino por madera de cedro el cual quema más rápido y con furia pero al usar un hechizo retardante logré frenar el consumo de la madera y eso… Fue lo más magnífico, los tiempos han cambiado y he ahí la prueba.
-Es sólo cuestión de ingenio, se me antojó una casa… ¿Ya nos vamos, señor?
-Sí, lo siento.- Snape intentaba ser amable pero ella no le dejaba, seguía molesta.
Cuando estuvieron frente a la puerta de Hagrid este salió estornudando mil veces, traía la cara roja y un gran pañuelo verde en la mano.
-No podré ir esta vez, Severus. Te quedo mal, deberán ir solos.
-Hagrid, en la mañana estabas perfecto.- Snape lo lanzó como si le interesara en realidad.
-El clima es muy cambiante.- La nariz del semi gigante sonaba muy congestionada.
-Está bien. Iré con la señorita es importante y no puedo cancelar el tour.
-Sí, profesor, tengan una buena noche.- Hagrid se despidió y cuando se estaban alejando volvió a hablar. -Disculpa, Severus.
-Deme un segundo.- Dijo a Hermione con cuidado. -No te acerques porque podrá contagiarte.- La seriedad con la que le habló hizo avanzar un paso más a Hermione en dirección del bosque.
-Sí, me adelantaré al camino.
Snape asintió. Al llegar frente a Hagrid este le habló en susurro.
-¿Cuando va a parar estos síntomas, son varias horas, te esperaba hace una atrás y la otra poción no siento que funcione… Cuánto durarán mis síntomas?
-Hagrid, sé paciente, se te quitará rápido. A menos que me haya equivocado al escoger en la tienda Wesley, según las indicaciones del producto tiene una receta pero si no tenían ni idea de lo que hacían los que lo fabricaron posiblemente la contra poción tardará en surtir efecto.
-Está bien, todo sea por el plan que tienes entre manos. Te deseo la mejor de las suertes.
-¿Estará ahí la carroza?
-Como me lo pediste. Intenta no sea tan llamativo cuando la llames.
-Gracias.- Severus alzó una ceja como si el hombre le hubiera pagado a tiempo.
-De nada, la cuenta está saldada.- El alto hombre le extendió la mano para apretar la del pocionista pero este sólo la vio e hizo una inclinación.
Snape se giró para continuar los pasos atrás de la joven esperaba con todas sus fuerzas que la situación no la fuera a incomodar pero estar con ella sola en el bosque era precisamente lo que había planeado.
Cuando la alcanzó esta preguntó de inmediato.
-¿Donde iremos está muy lejos?
-A una hora de aquí, exactamente al sureste del bosque prohibido, debemos pasar el espeso prado de hierbas de ajenjo, eneldo y menta de jardín, seguir el camino antiguo por la ex casa de la familia Lotto, y entonces habremos llegado.- Dijo serio viéndose inteligente e importante como si lo que dijo fuera cualquier cosa.
-¿Caminaremos una hora?- Subió un poco el tono de su voz y vio a todos lados.
-No, iremos en carroza.- Movió la varita con una sacudida de alerta hacia arriba y dos cosas negras parecidas a caballos con Alas llamados thestral jalaban una elegante carroza negra, las criaturas hicieron un alto y la carroza se detuvo casi entre el aire y el suelo. -Al pasar todos los lugares que mencioné casi saldremos del bosque para poder ver los cultivos.
-Entiendo. ¿Quién conducirá?
-Mi elfo.- El hombre hizo una media sonrisa fingida. Caminó hasta el transporte, abrió la puerta y la invitó a pasar de forma respetuosa. Su rostro no cambiaba de expresión seria.
-Los thestral pueden volar, no comprendo por qué deberían seguir el camino sobre el bosque.
-No pueden volar encima del bosque prohibido porque se perderían, dentro de este tenemos muchas criaturas mágicas en peligro por lo que casi el ochenta por ciento de este lugar está hechizado y el que quiere llegar a algún lado lo hace caminando o en carroza.
Ella caminó hasta él y apoyó un poco de su peso sobre el agarre del pocionista, subió las gradas hasta acomodarse por completo, Snape entró y cuando se vio sentado frente a ella, dijo:
-A los cultivos de Hogwarts.- Su voz fue firme la cual alcanzó al elfo con rotunda autoridad.
La carroza empezó a moverse y Hermione quien estaba sentada frente al mago veía su libreta y hacía que leía.
-¿Está cómoda en su cabaña?
-Bastante más de lo esperado, es cálida y acogedora.
-Eso es de verdad muy grato, es grato escuchar que está cómoda.
-¿Por qué es amable conmigo, señor?
-Sólo intento cuidarla.
-Antes no lo hizo.- Sonó como reclamo.
-Usted es tan difícil… No puedo olvidar…- Su voz salió en tono de reclamo, suspiró tocando sus cejas y se sentó junto a ella. -¿Todo lo que pasamos se le ha olvidado? Lamento mucho haber ignorado su petición. Lamento haber dicho que se acabó, lamento haber usado palabras desagradables en un intento de disculpa. Hermione, estaba muy y exageradamente enojado. Acababa de hablar con un tipo que me retó a ver el que pudiera conquistarte, la soberbia que usó casi logra que lo mate.- Apretó las palabras entre dientes.
-No y no creo poder olvidarlo por más que me esfuerce.- Respondió rápido a lo primero. Seguía viendo su libreta pensando qué decir acerca de lo último que mencionó el mago pero quería ser cortante. -Sabía que estaba enojado pero como siempre exageró.
-También pido disculpas por exagerar sólo que hay cosas que no soporto de los demás y tú pareces aprovechar… Los privilegios que tienes con mi persona.
-¿Qué privilegios tengo?
-Mi completa disposición…- Iba a decir más pero se frenó para no decir cosas que en vez de arreglar destruyan buenas impresiones.
-Y su completa trampa también… ¿Cree que no me he dado cuenta de que Hagrid se tomó una poción para enfermar de catarro? Es tan difícil ver a Hagrid así en otoño como es difícil para usted aceptar que se equivoca.
-Nunca me equivoco.- La soberbia de Snape saltó de nuevo al ruedo. Tomó con su mano izquierda la libreta de la joven y la cerró con ambas manos, después la lanzó al asiento frente a ellos.
-¿Y qué pasa con Hagrid?- Lo quedó viendo a los ojos en desafío, en acusación.
-¿Qué puedo decir? Me has descubierto.- Hizo un gesto expresivo con ambas manos hacia los lados y ella sonrió.
-No sabía que el profesor hacía trampa.
-Siento perder toda cordura cuando me llamas así. Y sí lo hice porque quería estar contigo. Llámame así sólo una vez más…
-¿Cómo… Profesor?
El hombre asintió.
-Profesor, profesor Snape.- La voz de la joven salió suave, en comprensión y astucia.
-Hermione, lo lamento.- Esta vez su tono sonó a un Snape que ella nunca había escuchado.
-Sí, está vez es sincero.
Snape veía esos ojos café de cerca como pocas veces los había visto, el brillo que reflejaban de perdón que más parecía cariño… ¿Cómo fue posible decirle “se acabó” a esa forma de mirar de una mujer, cómo pudo decir que no quería ver todos esos sentimientos transmitidos en aquella joven mirada de amor, eso que no había visto antes, lealtad, respeto, emoción por tenerlo?, podía ver lo que él ocasionaba al uso de sus palabras, sabía que lo había logrado, había logrado tener atención y piedad.
Entonces no esperó más, lo soltó con rapidez.
-Sé mi novia de nuevo, ven a vivir conmigo.- El mago estaba impaciente.
-Acepto.- Ese acepto continuó firme en la forma que lo miraba y en ese ligero asentir de aquella cabeza castaña.
Snape separó sus labios los cuales por la tensión estaban apretados y estiró la mano para tocar la de ella con temor.
-¿Podemos sellar el dictamen?- Severus estaba seguro de lo que pedía pero el temor que aún estaba en su cuerpo era el de haberla tenido lejos y no sentir precisamente complacencia sino vacío, no quería sentir ese vacío de nuevo, de despertar y escuchar el silencio, de llegar la noche y no repasar los ecos de sus conversaciones.
Hermione asintió perdiéndose en los ojos negros del mago hasta que sus párpados se juntaron en un lento cerrar de ojos.
Snape se acercó a sus labios y le dio un pequeño beso inocente, lento que apenas la tocó.
-Pero…- La joven dijo y él abrió los ojos con temor aún sin despegar su piel de ella.
Al pasar dos segundos se hizo hacia atrás.
-Pero… ¿Pero qué, ahora pondrás condiciones?- Levantó una ceja.
-No, no es eso. Voy a quedarme un tiempo en Hogwarts, si lo vemos desde un lado positivo nos conviene. Antes iba a verte sólo tres veces por semana que son las veces que me ibas a instruir y ahora serán todos los días. Esta decisión la tomo para estar cerca y además para investigar a este mago Malik que por cierto acabo de descubrir que es uno de los magos que vimos en la conferencia de magia en la sala de investigación. Me quedaré en Hogwarts dos semanas.
Snape frunció el ceño intentando recordar.
-¿Tu tío es un mago que vimos en la sala de investigación? Y no sé qué decir con respecto a que estés cerca de este mago.
-Estoy segura que es uno de ellos sólo me faltan las pruebas. Severus, el hombre dice que es mi familia pero lo dudo mucho, siento que sabe mucho de mí y posiblemente se esté haciendo pasar por un integrante real de la familia, pero su anillo de masón es lo que me intriga, mi familia no tenía contacto con esas cosas muggle, no es posible que mi bisabuelo le haya heredado eso.
Severus se quedó viendo en sus recuerdos, el haber visto en su mano un anillo, la joven tenía razón.
-Sí recuerdo el anillo pero no sé qué es un masón. No te quedes dos semanas en Hogwarts, que sea una.
-Son magos, Severus… ¿No recuerdas que tú mismo me lo dijiste? Y sí me quedaré dos.
-No, no lo recuerdo. No recuerdo haber dicho nada acerca de eso.
Hermione sintió aún peor que antes el presentimiento de temor.
-Está bien, Profesor. Me quedaré una semana pero tienes que ayudarme.
-Con todo gusto lo haré.- Se quedó pensando y luego agregó. -Vayamos a esos cultivos, tienes que verlos.
-Me alegra saber que no era una completa mentira.- Dijo de broma y el mago se lanzó a besarla arrinconando su cuerpo contra la pared de madera en el fondo de su asiento.
Cuando él se separó después de unos minutos de intenso beso que quita el aliento, la joven sonrojada quiso decir algo peor él volvió a callarla.
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