¿Quién Eres? Capítulo XXIII A Propósito

-¡No puedo creerlo, yo debería enseñarle a usted!

-Srta. No exagere, mis métodos son distintos.

-Es la segunda vez que se arruina una poción.

-Lo lamento, soy profesor de DCAO no de pociones.- La voz del mago empezaba a ser incómoda.

-Pero es que, para graduarse debe aprobar todas las materias en su escuela. Es imposible que no pueda hacer dos simples pociones de tercer grado.

-Lo siento, así no fue en mi casa de enseñanza. Las materias en que era más débil pude pasarlas sin problema con los suficientes puntos para graduarme.

-Ahora lo veo y lo que no entiendo es… El profesor Snape lo envió a usted para darme algunas clases avanzadas de esta materia sin embargo debe confesarle que es muy malo, deberá decirle que sólo me hizo perder el tiempo y ensuciarme las manos.- Hermione usaba tono enfadado e indignado, el mago le caía muy mal.

Malik sólo sonrió viéndola a los ojos, disfrutaba verla así de enojada.

-Se lo diré, lo prometo, cuando salgamos de aquí se lo diré.

-Sí por favor, yo ya no quiero estar cerca… De usted, el profesor hoy se lo pidió porque saldría a una reunión de la sala de investigación, la próxima prefiero esperarlo. No sé por qué accedí.

-Eso sería conveniente, digo, esperar a su profesor favorito.- El Mago no dejó de verla a los ojos, movió su mano hacia la derecha para tomar el pomo y sin querer la tocó con suavidad, se quedó quieto viendo la reacción en el rostro de Hermione.

-Sr. Malik, debe tomar el pomo de vidrio, no mi mano.- Hermione la quitó de inmediato.

Pero él se quedó en silencio viéndola casi penetrando en su joven mente como en la comunicación de un secreto o quizá una confesión.

-Lo siento.- Sonrió con timidez.

Hermione frunció el ceño con una sospecha clara, el mago era un tremendo mentiroso.

-Usted no es malo en Pociones ¿Cierto? Usted está fingiendo se está equivocando a propósito.

-¿Por qué está tan segura?- Dio un paso hacia ella y para la joven fue suficiente de esa despeinada presencia.

-No estoy segura es cierto pero acabo de caer en la idea de que lo he visto antes, no recuerdo dónde. Sé que lo he visto antes, no años atrás sino hace poco. Se equivoca a propósito, eso es más que una falta de respeto hacia mí.

-Es posible que le sea conocido, quizá porque soy familia.- Se acercó más a ella. -Soy tan cercano como para que confíes en mí y tan lejano como para que comprendas mi forma de verte.- El Mago fue osado al tratarla con total confianza y convertir su voz en una insinuante y descarada situación de conquista.

La joven sintió un tirón fuerte de incomodidad y dejó el lugar sin mirar atrás, antes de salir añadió unas palabras.

-Por favor deje todo en su lugar.

Al llegar al pasillo amplio rumbo a las escaleras que la llevan hacia su torre se detuvo un instante.

“¿Qué trata de hacer este tipo? ¿Quién se cree para hablarme así? Yo lo he visto antes, no recuerdo dónde pero lo he visto antes. Tendré que mostrarle a Severus lo atrevido que fue al fingir que no sabía hacer dos pociones intermedias para reemplazarlo en su clase. Se equivocó porque quería que esté cerca y no precisamente para conocerle como su familia.”

Fue directo hasta su habitación y cerró la puerta pensando en la mirada de aquel hombre.

***

Al día siguiente Severus llegó por la tarde y no le creía a Hermione.

-¡Severus, por favor, el mago se me insinuó! Puedes ver mis recuerdos si deseas, llévame a verlo.

-Hermione, está bien, el hombre no tiene una presencia caballerosa pero es tu tío, intenta convivir con él, conócelo un poco.

-No sabes lo que me pides, el hombre se ve muy interesado en mí. Él dijo:  “Cercano como para que confíes en mí y lejano como para que comprendas mi forma de verte.” Eso es claramente una insinuación, su forma de verme es como tú me miras sólo que él tiene una forma de ver que me pone muy enojada.

-¿No será que estás viendo cosas donde no las hay? ¿No será que quieres ponerme celoso?

-¡Oh por Merlín, te odio! De todas maneras tomé mi recuerdo y usé el pequeño pomo de vidrio que me diste hace mucho, por favor nada te cuesta verlo.

-Lo haré, lo prometo.- Le recibió el pomo de vidrio y lo guardó en la capa.

-Tengo que empacar, la próxima vez que pise el castillo ya no será como estudiante.

Snape le mostró una sonrisa de lado.

-Es cierto, la alumna se convertirá en ex alumna, la joven que captó toda mi atención es parte de mi vida ahora. Y debes de saber que seré más estricto contigo cuando aprendas.

-No esperaba que fueras menos estricto.- Hermione sintió un balde de agua fría en su espalda cuando él se acercó y la sujetó de la cintura, acercó su rostro a ella con intención de besarla pero no lo hizo. El hombre se estaba vengando porque ella interrumpió un beso apasionado.

-¿Ha entendido, Srta. Granger? ¿Sabe dónde va a quedar el profesor que conoce, sabe qué va a pasar con el ortodoxo y prudente docente de Hogwarts cuando estemos a solas en nuestra casa?

-Es tu casa, y aún no sé qué pasará pero lo que mi imaginación me muestra es… Una locura.

-Y como tú sueles decir… No sabes lo que dices, Hermione. Aún no me conoces y tu mente no lo puede imaginar.- Levantó ambas cejas y rozó sus labios en los de ella sacando un jadeo acrecentado desde las entrañas de la joven, no pudo resistirlo, Hermione no podía con el contacto de cualquier parte de esa alta figura oscura e intelectual.

-Ya debo de irme, nos vemos en dos días.- Se dio la vuelta y se fue, él no la besó así que tampoco lo hizo para hacerle entender que estaba enamorada pero que no era cuando él quería.

***

Un día después cerca de las siete de la noche el mago Malik caminaba por las tribunas del campo deportivo, sólo daba vueltas con un cigarro en la mano, desde unos días ya no usaba su usual ropa muggle sino que ahora se vestía de traje y por cierto uno que lo hacía ver elegante.

Snape lo estaba buscando, fueron como tre horas de recorrer todo el castillo, le envió un patronus pero parece que este no le entendió.

-Sr. Malik, ¿Cómo le fue en clases con primer grado?

El joven mago menor que Snape por tres años, miró al pocionista y respondió con respeto.

-Muy bien, los alumnos son inteligentes aunque se comportan como bebés.

-Tienen once años de edad, ya es lícito castigarlos si le parece conveniente.- Dijo Snape intentando ser condescendiente.

El otro mago le mostró una sonrisa pícara por entender a qué se refería.

-¿Siempre son tan poco acertados?- Malik se detuvo y se apoyó en el barandal de la tribuna Rav sin mirar a Snape, sólo con ojos fijos sobre el centro del campo.

-¿Insoportables? Sí lo son, pero con el pasar del tiempo empiezan a molestar menos, ponen mejor atención y cuidado. Recuerde que vienen del mundo de los Muggle es cuestión de que se acostumbren.

-Dígame a mí.- Lo miró un instante. -He de confesar que necesito acostumbrarme a este frío lugar ya que donde vivía el clima era mucho más cálido. ¿Para qué me buscaba, Señor?

-Quería hablarle acerca de la Srta. Granger. Me hizo un comentario negativo con respecto a que detectó un comportamiento extraño de usted.

-Ya le dije, sólo fue que me estaba exigiendo demasiado y me cayó mal su soberbia.- Intentó justificar lo de las pociones.

-No hablo de la asignatura o de las pociones que arruinó, verá, ella me dijo que usted se le… Insinuó.

-¿Insinuación para qué?- Dejó de ver a Snape desviando la mirada al ser expuesto así.

-Insinuación indecorosa de atracción y gusto por ella.

El Mago se quedó pensando, armando las frases en su mente sin temor.

-¿Y si ese es el caso, cuál sería el problema? Soy hombre, ella mujer.

-Es una alumna.- Snape empezaba a hervir por dentro, pudo apretar los puños en ese instante sin embargo se aguantó.

-Ex alumna, Severus. Pronto será colega.

-Pero ella…- No sabía cómo decirlo.

-No soy estúpido, sé que también te gusta. Ustedes no son nada así que eso me da derecho de participar en ese llamar su atención.- Las expresiones del mago al hablar eran un claro desafío, era exagerado y rotundo.

Y entonces el pocionista explotó.

-¿Así que crees que no soy nada de ella?- Se adelantó para desafiar a Malik con un enfrentamiento de duras palabras en alza, pero se dio por enterado que el mago más joven era un poco más alto, la primera vez que alguien era más alto y sí, soltó todo el secreto con saña. -Ella… Es… Mí… Novia.- Su voz pausada regresó indignada y fuerte como hace muchos meses no la usaba. -Tenemos una relación amorosa, hasta hoy invertimos sentimientos mutuos. Y por si quieres ir a divulgarlo…

-No lo haré, tranquilo, Profesor.- Malik interrumpió. -Pero como no están casados me temo que me importa un pepino su noviazgo. Yo…- Soltó el cigarro y esta vez formó un puño negro de cenizas enorme delante de ambos como advertencia y reto, Snape frunció el ceño, era una guerra declarada. -Voy a.- Sonrió de forma maliciosa. -Intentar conquistarla y luego veremos qué pasa. Hasta luego, Sr. Novio.- Usó su mano derecha para mandar a Snape un beso volado antes de desaparecer con sus pasos al empezar a bajar escaleras.

Era definitivo, el mago sintió que su volcan interior bilis explotaba, el tal Malik descarado no iba a respetar su formal relación con ella, podía matarlo ahí mismo pero se contuvo, tampoco podía acusarlo ya que él también había cometido algunos errores. Sólo se lamentó no haber visto el recuerdo, se lamentó no haberle creído a Hermione y conociéndola ahora ella le iba a contradecir para acercarse a Malik como él se lo había pedido.

Apretó los dientes odiándolo con todas sus fuerzas.

Al llegar a su despacho, su aposento sagrado de lectura maldijo el nombre de Malik en siete idiomas pero sobre todo en latín.

Fue hasta su estante de pociones y escogió unos cuantos pomos, eran experimentales, los había usado sólo contra Voldemort para evitar ser manipulado, estás pociones se las entregaría a Hermione lo más pronto posible.

***

Faltaba veinticuatro horas para que Hermione llegue al castillo con sus cosas personales, después de eso Snape la llevaría a casa con él, nadie estaba enterado sólo ellos.

Ese día se fue más rápido que la nimbus 2000 montada por Harry, Severus esperaba ansioso por verla entrar al castillo, algo de lo poco que había visto de la joven era su carácter, sabía que le iba a ir mal con Hermione, una corazonada profunda le advertía sobre todo por sus recientes actos desinteresados 6 soberbios.

Cuando la vio la llamó a reunión en el aula de pociones, al final de las clases como a las seis de la tarde ella ingresó y él le contó todo lo del descarado  Malik.

Hermione no habló sino que sólo escuchó con atención, su rostro se iba transformando de serio a enojado por tener razón. Recibió las pociones de las mismas manos de Snape durante esa larga conversación y cuando él se detuvo para callar no precisamente porque quería terminar de contar el atrevimiento de su contrincante sino por la desesperación de no oír a la novia, ella preguntó lo que él no quiso responder.

-¿Viste mi recuerdo?- La joven usaba un tono que sonaba ligeramente en reclamo.

-Espera, ¿Has escuchado lo que te dije?- Fue el único intento que se le ocurrió para evitar responder pero fue peor.

-Severus, es fácil esta pregunta. ¿Viste mi recuerdo?

Tomó coraje, podía superar su mal comportamiento, al menos eso creía Snape.

-Lo siento es que no tuve tiempo.- Sacó aquella voz desinteresada y gruesa que una joven como ella podía odiar rápido.

-Yo también lo siento, Severus, quizá el mago tenga razón…- Eso fue una patada en la canilla de Severus. -Quizá Malik pueda participar ya que debo de rogar a mi novio para que haga algo tan simple por mí, además de insistir en no creer lo que con preocupación le cuento. Voy a seguir tu primer consejo, acercarme e intentar tener un trato familiar con él.

Parecía que el mago la escuchaba desde su imaginación que de ese mismo instante, estaba seguro que ella diría algo como eso.

-¡Basta, Hemmine, estás siendo absurda!- Le alzó la voz… MUY GRAVE ERROR.

-Absurdo pensar que has podido ignorar mi recuerdo, has preferido preguntar a Malik arriesgando el que una negación de él hubiera sido salida fácil. Hasta ahora sostendrás lo mismo. “Quizá estás viendo cosas donde no las hay.” ¿Sabes qué? ¡Quizá esas cosas que ahora existen te las vas a tener que aguantar!

La joven se dio la vuelta y salió dejándolo con la palabra en la boca.

-Mo co sa in so len te. ¡Saldremos en la noche!- Gritó para que ella oiga eso último.

Y lo que no sabía el mago era que la iba a tener difícil.

La cena empezó diez minutos tarde, nadie se dio cuenta. El retraso se debió a un accidente en cocina, unos niños elfos pensaron que era divertido nadar en la sopa y en el jugo de calabaza, Snape quién supervisó todo lo arregló rápido.

Hermione que aparentaba desinterés estaba molesta, Malik la observaba mientras el borde de su copa tocaba sus labios al ingerir un poco de vino.

El pocionista también la veía y a veces veía a Malik.

Minerva veía a Severus ver a Malik que a su vez veía a Hermione.

Hagrid veía a Minerva ver a Severus que a su vez veía a Malik sin dejar de ver a Hermione.

Vector veía a Hagrid que a su vez veía a Minerva que a su vez… Bueno, sólo estaba confundida, la tensión era clara.

-Profesora, ¿Qué está pasando?- Sprou preguntó con curiosidad a Vector.

-No lo sé, parece que todos están disgustados con Malik, ha de ser porque es muy malo en Pociones.- Vector sonaba segura de lo que decía.

-Oh es que sí, escuché eso en la tarde.- Sprout se tapó la boca. -¿Van a despedirlo?- La curiosidad flotaba en el aire.

-No lo sé, escuché a Hagrid decir que sí pero suena absurdo porque el hombre es profesor de Defensa y no de pociones.

-Entonces… ¿Severus está enojado porque quiere suplantarlo también en pociones?- Sprout insistía en saber más haciendo preguntas que no eran serias.

-No, Severus está enojado porque la joven Granger a escogido aprender Defensa con Malik y no con él.

-¿Por qué molestaría aquello a Severus?- La curiosidad llenó el pecho herbológico de Pomona.

-Porque quizá Minerva le dijo a Hermione que hiciera eso, a Snape no le importa pero sólo el ver que las Gryffindor prefieren a Malik a pesar de sus errores le cae mal, es como desacreditar su capacidad y experiencia.

-Es cierto.- Sprout decidió callar

Cuando la cena terminó al igual que la tensión en la mesa de maestros, Snape fue a buscar a Hermione. La atajó en un pasadizo, la vio con seriedad y fue directo.

-Vamos a casa.

-¿Por qué tan temprano?

-Vamos.

-¿Y si le pido a Minerva quedarme en el castillo?

-No te vuelvo a hablar en toda tu vida y lo nuestro se acaba.

-¿Entonces quieres obligarme a vivir contigo?

-Ahora sólo quiero que estés lejos de Malik.

-Mmmm veo que no te importa lo nuestro… ¿Debo asumir las consecuencias de mis palabras y acciones, cierto? Bueno, lo digo por si vuelvo a considerar irme contigo o quedarme en el castillo.

-Sí.- El mago fue cortante y claro.

-Entonces tú también asume tus palabras y las consecuencias de estas.

-¿Qué hice mal?

-Ignorar mi petición.

-¡Vendrás conmigo, Hermione!- Dio un paso hacia ella y la tomó de una mano con leve brusquedad.

-¡No me vas a obligar!

-¿Quieres ver que lo haga?-  Desaparecieron y aparecieron en una habitación. -Tienes diez minutos para recoger tus cosas y venir conmigo, si no lo haces, terminamos.

-Y usted tiene diez minutos para aceptar que me falló y pedir disculpas como se debe, si no lo hace terminamos.

-No lo haré, nueve minutos y contando.

-Me debes una disculpa, Severus.- Volvió a reclamar con su joven voz.

-Entonces está dicho…- El Mago se dio la vuelta para salir por la puerta y antes de traspasarla dijo. -Se acabó, jovencita.

-Que así sea entonces.- Determinó para tener la última palabra.

Snape sintió que ella lo golpeó en el rostro con furia, se fue más que enojado pero ella… Ella se llenó de tristeza y temor.

Hermione se dejó caer en la cama, la sensación en su garganta era desesperación, esa impotencia, enojo, decepción porque nunca antes alguien le había hecho sentir así, él no tenía derecho de tratarla como se le daba la gana. Tenía que sostener su decisión por más que doliera o hasta que el mago volviera a insistir pero fue ahí donde lo dudó, dudó que el mago fuera a buscarla nuevamente.

-¡Estúpido orgulloso!- Se acostó en la cama y empezó a llorar con rabia.

Pero…

En un arranque de cólera tomó su libro mágico para escribirle al mago y se dio cuenta que este ya no tenía magia.

“No es posible, me ha censurado… Bien, si así lo quieres está bien.” Pensó y lanzó el libro contra la pared.

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