¿Quién Eres? Capítulo XV Secretos Dichos Al Oído

-No, ¿Qué es lo que haces?- La voz de la joven empezó a sonar deseosa y similar a él.

-Empiezo a imaginar cosas que quiero que pasen contigo…

Hermione tragó saliva y dijo tímida en el mismo tono de él.

-Te escucho… Mi amor.

-Imagino que no te importa quién soy… Imagino que de verdad te gusto…

La joven suspiró cuando sintió que de pronto el peso de Severus se hacía sobre su cuerpo, se acomodaba lentamente sobre ella.

La postura de él contra el respaldar de la cama fue una trampa para hacer que ella se acerque y una vez junto a él su plan era terminar acostados, pareciera de forma maliciosa pero no aquél hombre estaba probando la cordura de la joven con sus propios movimientos.

Snape sentía, sentía que no podría ocurrir algo que arruinara el respeto que él sentía por ella y para asegurarse en un hechizo silencioso colocó un poco de cordura en su cuerpo, se conocía perfecto y sabía  que a la primera oportunidad de expresar emociones con el cuerpo se cenaría a una Gryffindor.

-Tú no me gustas, tú me encantas.- Respondió Hermione con suave voz, la joven pensaba en coquetear con él y aunque sus pensamientos mentales no eran seguros se dejó vencer, el movimiento del mago era imperceptible y perseverante sobre su cuerpo, casi no podía concentrarse en ver aquello porque pasaba de ver sus ojos negros llenos de misterio a sus labios susurrante, no podía ver que él se estiraba lentamente sobre la cama para acomodar su cuerpo sobre ella.

-Bruja, ¿Qué cosas dices? El encantado soy yo… ¿Sabes que uso magia para estar calmado y que empiezo a pensar que ya no funciona?- La voz del mago era más gutural al ponerla más baja, más secreta, no dejaba de ser imponente sino fuerte al eliminar el tono serio y empezar a usar un tono provocador porque su objetivo era asustarla, hacer que ella se frene de tanto atrevimiento.

-Uhh qué miedo.- La joven sonrió frente a los labios del mayor coqueteando fuertemente, él no conseguía nada sobre ella más que antojarla de besarlo hasta el amanecer pero las travesuras se juntaron en su cabezota y sin tomar su varita dijo en baja voz. -¡Finite!

-Já eres tan traviesa. Deberías sentir miedo hablo enserio, no puedes usar hechizos silenciosos conmigo.- Él cedió al juego, sonrió de lado y fue deslizando su cuerpo cada vez más sobre ella. -Las niñas traviesas antes tenían castigos y correcciones que las centraran para la vida, pero como las consienten mucho en ese castillo han conseguido formar niñas como usted de insolentes. Una de las cosas que imagino cuando me acuesto a dormir es poder castigarla como se merece.- Ladeó una sonrisa y la joven casi se derrite por oírlo así.

-No perdía nada con Intentarlo.- La insolencia de Hermione le hacía querer reír a Severus pero se aguantaba, si él le consentía más ella podría aprovecharse y en un futuro manipularlo a su antojo.

-¿Peso mucho?- Preguntó a la joven de forma intencional porque sabría que en ese instante ya debía de sentierle apoyar medio cuerpo sobre ella.

-Un poco pero me agrada, es la primera vez que me siento completamente segura antes de dormir, estar sola en una cama de una torre de un castillo con historias de terror es terrible. Incluso en casa tenía miedo de cerrar los ojos pero ahora ya no tengo miedo.

Se veían a los ojos con intensidad, descifrando casi lo que el otro quería que sucediera.

Snape estaba inflado de emociones y sentimientos, le ardía el pecho por estar tan cerca a ella, quería ser serio quería ser rudo pero su lado blando se doblegaba a ser expresivo, delicado con ella.

“Qué nena tan hermosa” Pensaba cada que la contemplaba.

-Imagino también al acostarme que puedo desaprobar un examen escrito suyo, me molesta que sean tan perfectas sus notas de la escuela y ponga atrás de usted a alumnos tan brillantes de Slytherin y Revenclaw.

-En los exámenes me pone nueve de nota. Y no tengo la culpa de hacer mi tarea a comparación de otros flojos y llorones como por ejemplo Draco.

-Porque me da rabia la forma perfecta en que escribes, te pongo nueve por exagerada. Ahh y Malfoy es uno de mis mejores alumnos por eso es prefecto.

-Lo siento, me esfuerzo tres veces más para molestarlo de esa manera jajaja. Malfoy es un llorón. Y sobre las notas y exámenes o ensayos que le entrego para su asignatura lo hago a propósito únicamente para molestarlo a veces conseguir que se enoje. Es interesante molestarlo, me gusta mucho.

-Me gusta que me molestes, bruja.

Se dieron un pequeño beso.
Sus voces eran susurros de complicidad y deseo.

-Imagino al acostarme que vienes a recuperar algo que olvidaste en clase de Dacao y de castigo te doy a probar las pociones más horribles de mi estantería para experimentar.

-Jajaja.- Hermione rió en silencio. -No me imagino aquello pero sí un buen castigo por el jefe de Slytherin. Me pregunto una curiosidad que apareció… Si tuviera que escoger ¿Hierva alta o recién cortada, profesor?

-Hierva alta, la cortada pierde sus propiedades si la usas en una poción y también pierde su funcionalidad si lo usas como escondite para besar a tu novia.- La voz del hombre era seria pero seguía en susurro cerca a los labios de ella.

A veces pasaba de besarle el cuello a besarle los labios.

-¿Ducha fría o caliente?- Preguntó curiosa.

-A temperatura del cuerpo, pequeña.- Dijo sobre los labios de la joven la cual suspiró al sentir el otro brazo del hombre rodearla por la cintura sosteniendo su propio peso de forma astuta. -Cuando sales a recolectar raíces en la noche de verano el calor es tanto que te hace sudar entonces al regreso prefieres una ducha fría pero si vienes de castigas a unos mocosos con la sangre acumulada en el rostro es mejor el agua hirviendo.

-Sobre todo si los mocosos son leones.- Hermione se acercó a besarlo y morder levemente sus labios, su voz se hacía más rumorosa, secreta y deseosa.

-Imagino al acostarme que pierden la copa de las casas, lloras y vienes para que te abrace, para comportarme como un idiota enamorado sin remedio.

-¿Está enamorado, profesor?

-No mi amor no te amo.- Acercó sus finos labios en el cuello de Hermione depositando pequeños besos húmedos en él, su respiración era más profunda, relaja y paciente pero la respiración Hermione empezó a alterarse.

-¿Qué me va enseñar hoy?

-A besar lentamente.

La joven suspiró y cerró los ojos, cuando menos lo esperó sus labios estaban juntos a los de él en un beso permisivo y anhelante que subía de tono cada vez.

El mago tocaba con sus labios a la joven como si tocara con sus manos las alas de una mariposa blanca para evitar que estas se rompan pero en unos instantes no podía evitar abrir la boca y sentir a duras penas la punta de la lengua de esa traviesa tocando la suya.

Hermione libró sus manos para pensar qué hacer con el mago, el brazo derecho lo abrazó por la espalda y con la izquierda subió y hundió sus dedos entre aquellos cabellos lacios hasta bajar a la nuca del hombre. Ya estaba completamente sobre ella.

Snape la impregnó con su aroma fuerte a lavanda al igual que lo hizo con el ambiente de luz cálida por una sola lámpara encendida, el aliento tibio del hombre sobre su cuello mezclado con el calor de su alto cuerpo era irresistiblemente candente para Hermione, tan sólo su manera de hablar eran tan estimulante y ella a pesar de todo resistía pero su respiración se rindió a soltar aire libremente y más agitado.

El mago pasaba con besos desde su cuello a sus mejillas, de sus mejillas a besarla en la boca con ganas de comerse toda esa lengua inocente.

Finite!- Dijo Hermione intentando nuevamente deshacer el hechizo sobre el cuerpo del mago cuando pudo liberarse de esa boca húmeda y provocadora.

-Já, no te rindes, niña… No haré más nada que besarte.

-Lo sé pero iguala las situaciones, tú estás haciendo trampa y yo me estoy muriendo de más.

-Sentir aquello es humano, pequeña… Pero tienes razón… Entonces… ¡Finite!- El hombre cerró los ojos y apretó los párpados entre sí, su respiración empezó a ser ligera y agitada, su corazón parecía bombear sangre hirviendo a todo su cuerpo.

-Ahora dime si no es más difícil así.

-Tiene razón señorita Granger, lo es.- Paró un momento y alejó su cuerpo un poco. -¡Por Merlín ¿Qué haces Severus?!

La joven se dio cuenta de la discreción.

-No sé si se ha dado cuenta pero estamos solos en una habitación al mismo tiempo que nos castigamos  con besos. También parece que está alterado de la cintura para abajo pero que no le de pena porque yo estoy igual- Sonó a sabelotodo y el mago sonrió tocando su frente con una de sus manos.

-Eres hermosa y más cuando no interrumpes la clase levantando tu frágil mano. ¡Ayyy Merlín ¿Qué haré con esta niña si no puedo?!- Snape dejó de tocar su frente y se acomodó de lado sujetando su cabeza perdiéndose en la mirada de esa joven mujer.

Hermione se sonrojó por lo que escuchó del mago aunque con los besos que él le había dado estaba casi segura que no se le notó el color.

Ella llevó su delicada mano al rostro del mago la posó con íntimo cariño y este cerró los ojos dejándose disfrutar las tiernas caricias y muestras de afecto. También llevó sus labios a los de él en repetidos besos suaves.

-Tú eres un hombre de verdad, ¿Por qué no vivimos esto antes?

Snape permanecía con los ojos cerrados sintiendo los pequeños labios de ella tocarlo, la respiración de esa pequeña chocar con la suya, aquello le agradaba mucho, era tierno, era amor.

-¿Cuánto antes?- Snape hablaba lento y relajado mientras ella tocaba con sus dedos la barbilla, las cejas, el cabello y los delgados labios del hombre.

-No lo sé, hace dos años por ejemplo.

-Hace dos años yo no existía ni para mí ni para nadie.- Mantenía los ojos cerrados.

-Comprendo que estabas ocupado pero sí existías, yo lo vi por los pasillos muchas veces.- Bromeaba a propósito porque quería verlo sonreír y lo consiguió.

El mago sonrió y ella aprovechó a besar esa sonrisa y labios que se hicieron aún más delgados.

-No, yo apenas sé qué es existir contigo. Las personas como yo hace dos años no sabían qué era esto. A tu edad decidí dejar de existir para los demás y por eso perdí la vida mucho tiempo.- No podía evitar usar sermón de ex mortífago.

-El pasado fue duro para muchos, quiero decir que lo fue también para mí y para otros porque perdimos a tantos… Pues… A pesar de saber quién eres ahora me sigo preguntando ¿Quién eres?

-La pregunta es extraña.- El mago frunció el ceño con los ojos cerrados.

-La pregunta es cómo decir “Por qué te amo” ¿Quién eres?

Snape volvió a sonreír, ahora era cada vez más fácil porque la joven lo había ablandado a besitos pequeños.

-Soy… Un profesor de pociones que no despreció lo suficiente a una sabelotodo insufrible. Un hombre de Slytherin que mataría por ti y todo el que quiera acercarse a molestar tu astuta e inocente persona.

-Já… No soy inocente.

-Si te comparo conmigo lo eres, traviesa.
Tú eres alguien que no buscaba, eres el deseo más fuerte cumplido ante mis ojos, el descanso que necesitaba. Eres una hermosa mujer buena y cariñosa que hubiera sido perfecta para estar conmigo desde los veinte años, sin ser superficial, con un cerebro inteligente aunque sea Gryffindor.

-Tú eres cariñoso.- La joven rió con timidez. “¿Cómo que aunque sea de Gryffindor?”- Hermione quería aguantarse de reír fuerte pero no pudo y empezó a reír. -Jajaja cuando quieres ser malo lo eres con ganas, mortífago.

Snape hundió su rostro en el cuello de ella para esconder una sonrisa, no no no, quería reír por primera vez.

-Sé que te estás aguantando la risa, Severus qué malo eres.

-Jajaja.- La primera risa de Severus se asomó. -Soy cariñoso sobre todo con los hermosos Gryffindor… Yo, bruja, soy un secreto para ti.- Volvió a su lugar acostado de lado e hizo la voz nuevamente seria y susurrante.

-Juro que eres todo menos eso, no eres un secreto y no eres cariñoso con los compañeros Gry, Severus, no eres un secreto, mí amor… Juro que empieza a ser todo para mí, profesor…

-Oh qué bonita niña.- Cerró los ojos. La voz del mago fingió ternura aunque sí le agradó lo que ella dijo. -¿Juras que no soy un secreto, por todo lo que sientes por mí?

-Sí, Severus… Por el amor que siento por ti.

-Mmm veamos…

El mago tomó su varita, la alcanzó de forma incomoda en la mesa de noche sin perder la postura, abrió los ojos  lento y luego apuntó hacia la puerta con la punta de esta.

Alohomora!- Dijo con elegancia y la puerta empezó a abrirse lentamente. -Nos estuvieron siguiendo y quizá llevan bastante tiempo metiendo sus narices donde no les importa.- Susurró como en un secreto, miró a la joven por última vez y apareció la confusión de la joven en su rostro.

Dos jóvenes, uno de lentes con cara de curioso y un pelirrojo lleno de pecas tenían sus varitas en mano seguros de intentar abrir aquella puerta o alcanzar a escuchar algo.

Hermione empezó a enojarse, los idiotas la estuvieron siguiendo todo el tiempo.

Las caras de los jóvenes al esfuerzo por ver mejor en esa habitación con baja luz empezó a transformarse sobre todo la de Ron que no creía ver a su ex Hermione acostada tan cerca de ese ex mortífago con el rostro sonrojado y los labios rojos quizá por besos repetidos, su ex Herm se veía cómoda y en una situación que nunca habían tenido ellos, aquello era confuso, horrendo, una pesadilla. Más confusión sintió al ver el cuerpo del mago que más odiaba pegado a ella y su grande mano pocionista tocar el inocente vientre de ella sobre su ropa cuando a él no se le permitió si quiera tocarle la cintura.

-¿Qué, qué… Qué es esto? ¿Profesor, Hermione? ¿Qué hacen?- El rostro de Ron era increíblemente patético y de asombro terrorífico.

-Sr. Wesley, Sr. POTTER, qué inoportuna y molesta visita.- Habló serio. Lo que Ron vio era cierto, él tocaba el vientre de Hermione a propósito porque hace unos instantes no la estaba tocando así.

-¿Cómo está, profesor?- Harry habló con respeto delante del hombre, como en el último año lo había hecho. -Buenooo creo que ya sabemos quién es la persona con la que se escribe tu ex novia, Ron. -Hola Herm.

-¡Hermione, te estoy hablando!- Dijo Ron molesto.

La joven se enojó y volteó a ver al mago quien parpadeaba lento esperando la respuesta de su novia en una postura de que le importaba un rábano la presencia de los jóvenes que más odiaba en todo Hogwarts.

-¿Cómo que qué hacemos? !Pues nos estábamos besando, tonto! Estábamos ocupados hablando cosas interesantes y ustedes son unos idiotas, no tienen que estar aquí.

-Pero… Pero tú y el profesor… Nooo, no puede ser él. ¿Por qué te besa?

Snape y Hermione llevaron su mano a  la frente en una impresión pensante que decía. “No se puede ser más idiota…”

-¿Por qué me siguieron? Déjenme en paz por favor, han arruinado la noche.- Herm quería matar a ambos.

-Yo ya me voy, Herm.- Harry golpeó la espalda de Ron, se dio la vuelta y retrocedió sus pasos para irse.

-¡HERMIONE, no puedo creerlo!- Gritó el pelirrojo. -¡Oh sabía que era tu letra, algo me lo decía sólo que no pude creerlo!

-¿Por qué no puedes creerlo? No no no, olvida la pregunta mejor, ve con Harry. Ustedes no saben qué significa privacidad y hacer perder tiempo a los demás. ¡Vete, no te quiero ver, Ron!- Habló fastidiada.

La poca esperanza de que Hermione volviera con Ron se esfumó.

Snape subió una de sus cejas en señal de aprobación viendo a la joven.

-¡Bien dicho Srta Granger, 10 puntos para Gryffindor!- Snape quería provocar al ex de Hermione.

-¿Por qué el profesor y no yo?- Siguió intentando el pelirrojo con ganas de querer llorar.

Snape volteó a ver a la joven después de ver al imbecil de Ron hacer una pregunta interesante.

-No, esto que vez debió de pasar hace mucho tiempo en cambio lo que pasó entre los dos, Ron, nunca debió de pasar así que si nos disculpas, estamos muy ocupados.- La joven alzó la mano derecha y se despidió de mano exagerando en la expresión.

Snape le tiró la puerta en la cara al pelirrojo con un hechizo silenciador.

-Mmm al parecer ya no soy un secreto en su vida Srta… Hermosa.- Volvió a soltar la varita y se adelantó para besar a Hermione. -Es hora de dormir, pequeña.

Se giró para acabar completamente boca abajo en esa cómoda cama pero no dejó de tocarla, con uno de sus brazos rodeó la cintura de la pequeña para que no se vaya a ningún lado.

Hermione sonrió dejándose caer boca arriba.

“¡Oh Merlín soy novia de Severus Snape, Todos me van a matar!”

“¡Sí eres mi novia no sé si te estás dando cuenta pero estamos juntos en la cama (Le habló a la pequeña como ella le hablaba a él) Y… Nadie te va a matar, no hagas un drama mental y duerme!”

“¡Severus, no me leas y tú ya duerme!”

El mago la jaló más hacia él apretando sin querer el vientre de la joven haciendo que esta se ponga roja por las cosquillas.

“¡YA DUER ME!” La voz en la mente de Hermione sonó tan severa que sólo cerró los ojos aunque no pudo evitar mantener la sonrisa en sus labios hasta que se quedó dormida.

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“La poesía y las letras románticas son como el antepasado, la esencia, la pista del ser humano… Cuando desaparece la belleza, ese arte importante, las personas son frías, Son… Ya no son humanos.” Enero 2019

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