¿Quién Eres? Capítulo VII Secretos Para Una Pequeña Bruja

Aprobar examen de transformaciones era muy fácil para aquella jovencita con gestos divertidos frente a su pergamino.

Hermione Granger no le había escrito a ese mago cerca de dos días y no por no querer sino por pensar que sí se había visto muy atrevida. Ya era una joven mayor de edad en el mundo mágico, no tenía las mismas amistades de antes y cuando necesitaba un consejo se iba con la única profesora que le hacía sentir como una hija.

Minerva Mcgonagall le dejó en claro que no apoyaba nada las decisiones y acciones que sola había tomado, no era posible que ella buscara en Snape un varón para sentir que podía amar. La profesora de transformaciones no le prohibió seguir con algo así y es que la niña había soltado todo y no sabía a quién se lo había dicho tan al pie de la letra.

La bruja mayor le dejó dicho algunos secretos de Snape para que ella intentara desanimarse pero pasó todo lo contrario.

-Jovencita, Snape es un mago complicado.- Movió levemente sus manos agarradas por la mortificación que causó las confesiones de Hermione. -Es un hombre primero que nada y tú una niña que apenas empieza a saber qué es lo que quiere en la vida, es común que los alumnos sientan admiración especial por un profesor y siempre ha existido esa clase de atracción e interés intelectual, usted que es una joven lectora de libros muggle sabrá de esas clases de amor descritas en el libro de platón y su personaje orador Sócrates quien tenía a su alrededor jóvenes estudiantes admirando su belleza intelectual… El pensar que uno sabe cómo es una persona por su manera de hablar o escribir no es enamorarse, Srta. Granger, es sólo admiración, por eso se verá en la incómoda situación de que tenerlo cerca, de querer dar el siguiente paso para conocerse, no le dejará más que.. Quedará más que incertidumbres, dudas. Tengo muchos años trabajando al lado del profesor Snape y puedo decirle que su persona no es para nada accesible.

-¿Y qué tal si lo enamoro, qué tal si tomo la decisión de querer conocerlo?

-Sólo no se decepcionen si él no es lo que usted cree. El mayor secreto del profesor Snape es una mujer que estudió aquí y murió hace mucho tiempo, sé que estuvo enamorado de ella y por ella estuvo de lado de Dumbledore antes que del señor tenebroso.

-Eso ya lo sabía… Pero no importa, seré prudente, le pediré disculpas por mi atrevimiento, seguiré y continuaré con todos mis planes estudiantiles y si hay la oportunidad de acercarme, conocerlo lo haré y si no es así entonces voy a desertar en mis sentimientos hacia él.

-Srta. Granger, todos merecemos una segunda oportunidad y yo no digo que usted lo sea pero si no lo es, no le eche la culpa al mago que ya ha sufrido bastante.

-Lo sé, profesora, lo sé. Gracias de nuevo.

La Gryffindor bajó de dirección a hacer tiempo hasta que llegue la cena y empezó a escribir en el libro mágico camino al techo más alto del castillo pero al ver que habían unos dos alumnos intentando aislarse de los demás desapareció y apareció en el puente.

-Ningún alumno tiene permitido venir hasta aquí, Hermione Granger.

-Déjame en paz, Malfoy.

-Te dejo en paz, soy prefecto de Slytherin y sabes que debo cumplir mis obligaciones.

-Draco, por favor, necesito estar sola. Y te doy permiso de contarle al profesor Snape que estoy aquí y no pienso regresar hasta la cena.

-Sus deseos son órdenes, Granger.- El mago de cabello rubio peinado con un lenguetazo de vaca salió haciendo una sonrisa de malicia ya que al profesor Snape le iba a fascinar castigar a un Gryffindor desde hace muchos meses atrás.

La joven continuó con su escrito.

📜 Soy una tonta, soy una estúpida niña como usted dice, pensé que podía estar frente usted que iba a tener las agallas de darle un beso pero no es así como se da una muestra tan significativa de cariño cuando lo que de verdad siento por usted no es admiración o respeto. Yo estoy enamorada de mi profesor de pociones porque no lo conozco y porque siento y quiero que sea como está en mis sueños, la única persona que nos ha presentado ha sido mi subconsciente pero nadie más. Así que nuevamente lamento haberle quitado tiempo, estoy dispuesta a aprender de usted y si me deja, quisiera conocerlo… Usted es tan brillante, tan magnífico… Permítame acercarme y que confíe en mis palabras, sé que duda de mí sé que es porque soy pequeña y que no le ha pasado antes… Yo…

📜 No diga más, no escriba más, si yo la busqué a usted es porque sé que no es cualquier estudiante, cualquier jovencita mimada e inmadura confusa en sus pensamientos. Si me acerqué a usted es porque me interesa conocerla. Por eso le di este libro, por eso le di la manera de poder comunicarnos, estoy cerca porque yo quiero… Todo es porque yo quiero…
Estoy cerca porque…- El mago le quitó el libro de las manos, la había estado contemplando ya que por culpa de Malfoy sabía dónde hallarla. -Pequeña niña imprudente, no le estoy pidiendo que sea mi novia, sólo quería saber que no era el único que se sentía como se siente ahora.

La joven vio directo a esos ojos negros profundos y serios.

-¿Entonces podré seguir escribiéndole en la noche?

-Todas las veces que quiera menos a la  hora que sabe… Estoy en clase. Por favor, regrese al castillo o intente tener cuidado de que otros alumnos la vean desobedecer. Ambos sabemos cómo es el llorón de Malfoy.

Snape se giró serio para salir de ahí y alejarse de forma elegante rumbo al castillo.

-¿Profesor, la próxima puedo ir con usted?- Subió un poco la voz.

-Srta. Jane… Regrese al castillo o yo mismo tendré que llevarla.

-¡No quiero ir!

El mago desapareció delante de ella, la joven miró a todos lados muy confundida y alzó los hombros, se deslizó lentamente para sentarse en el suelo con el libro mágico pero antes de que empiece a escribir su cuerpo dio muchos giros hacia el vacío.

-Ahhh todavía no me acostumbro a desaparecer con otras persona.- Puso cara de asco.

-Srta. Granger, soy su profesor no me desobedezca porque tendré que tomar medidas incómodas. No se separe de mí, como consecuencia a su negativa en petición amable, algo de lo que no estoy acostumbrado a hacer, tendrá que cenar a mi lado.

-Pero…

-Pero nada…- El mago tomó su varita y le lanzó un hechizo silenciador.

La joven cruzó brazos, metió el libro en la alforja de tela y caminó al lado del profesor con el ceño fruncido y molesto.

-Va a acompañarme lo que resta del día hasta llegar la noche y sin chistar.

“No puedo, ¿Acaso no ve que tengo los labios cubiertos?”

“Veo que no se queda callada.” Dijo Snape con su mente.

“Esta no era mi idea de pasar tiempo con usted.”

“¡POR MERLÍN ¿DE VERDAD ES TAN DIFÍCIL CALLARLA?! Como estudiante no debo de repetirle dos veces las cosas, prefecta. No confunda los tratos en la escuela con…”

“¿Con querer compartir con usted momentos agradables?”

“Tengo un momento agradable ahora que podemos compartir.” El mago la miró alzando una ceja.

“¿Cuál?”

“Ayudar a los elfos a poner la mesa para la cena.”

“¿Qué? Pero pensé que cenaríamos juntos.” Dijo la joven con la mente, indignada.

“Sí, junto a los elfos en la cocina.”

La estudiante entre cerró los ojos.

“Es tan exigente y amargado pero no se preocupe eso también me gusta de usted.”

“¡Qué alhago, muchas gracias!”

Snape hizo una reverencia fingida.

Ambos empezaron a discutir con la mente rumbo al gran comedor y luego se desviaron hasta la cocina.

“Bien Hermione, un punto a su favor, al menos vamos a ayudar a los elfos.” Se dijo así misma.

La joven hizo tal cual el mago, fueron cerca de la preparación para ver la cena que se daría, la joven tragó saliva al darse cuenta que olía delicioso. Pero ellos no iban a servir la comida ya que esta aparecía de forma mágica gracias a los elfos y la profesor Minerva, actual directora de la escuela.

Caminaron hasta llegar a los utensilios de plata y menaje limpio y listo.

Snape le indicó un hechizo a la joven la cual tenían que repetir cada cinco lugares porque no se podían levantar todos al mismo tiempo, corrían riesgo de confundirse y hacer trizas algunas vasijas de sopa.

Con cuidado la joven miraba el primer y segundo intento hasta que él le otorgó toda responsabilidad.

El mago fue hasta las bebidas, sopa y pan para la cena dejando en cada charola el lugar exacto donde tenía que aparecer todo.

“¿Profesor, usted ha hecho esto siempre?”

“No, lo hago exacto desde hace unos meses, es mi reivindicación por todas las cosas desastrosas que se permitieron aquí en tiempos pasados  cuando fui director.”

“Ahh qué bien. Pues yo debería dejarle reivindicarse solo, le estoy quitando mérito…”

Finite Encantatem…- Dijo el mago apuntando con su varita la boca de la chica. -Venga aquí.

La llamó a un lado y salieron de la cocina en el corredor junto a esta, estaba un poco oscuro el ambiente.

Se acercó a ella y se inclinó para decirle en el oído.

-No quiero tenerla todo el día en mi mente, es molesto me desconcentra, es incómodo…

-¿De verdad?

-Ya me es suficiente tenerla las horas de la noche y la madrugada.- Miró a la joven directo a los ojos al moverse un poco hacia atrás. -Volvamos al trabajo.

Hermione vio los labios del mago y su mente creyó ver una sonrisa ladeada a punto de ser desapercibida, se sonrojó de inmediato, el mago le estaba coqueteando.

Cuando culminaron la labor que parecía fácil Snape se encargó de darle la excelente noticia a la joven Gryffindor.

-Después tenemos que… Re*co*ger.- Dijo con esa pausa característica en él haciendo una clara sonrisa maliciosa.

-Así que ahora quiere sonreír. ¡Qué oportuno!- La joven rodó los ojos.

Hermione soltó aire fuertemente poniendo sus manos en la cintura al ver cómo el mago la dejó sola.

***

Una hora y media más tarde.

El profesor ponía la mesa pequeña y redonda con un mantel blanco cerca de las mesas rectangulares de elfos y elfinas, agitó su varita con elegancia y seguridad e hizo aparecer frente a ellos un banquete de comida ligera.

El mago dio la seña para que se sirva y la joven sólo tomó la ensalada y el jugo de calabaza.

-¿Poco apetito, Granger?

-Sí, en las noches sólo tomo sopa o ensalada.

-Lo sabía.

La joven terminó su plato e intentó irse.

-Quisiera ir a estudiar.

-Así es, ya ha culminado su castigo, puede irse.

-¿Puedo escribirle más tarde?

-A la hora que quiera.- El mago se levantó y se fue sin decir más.

“Sí que es extraño. Muy extraño.” Pensó la joven.

Cerca de las nueve y media de la noche después de salir de darse un baño, se refugió en su cama con el libro mágico en sus piernas, estuvo rondando la idea de escribirle al mago viendo atenta si este le escribía primero y sí, el hombre lo hizo y ella sintió un hueco en el estómago.

📜 ¿Cómo está?

📜 Estoy muy bien, ¿Usted cómo está?

📜 Bien, esperaba hablar con una joven estudiante.

📜 ¿A cuántas más le escribe?

📜 Únicamente a usted.

📜 No lo creo, quizá yo sea la única que le responde.

📜 No le voy a negar que me escriben, lo que pasa es que a usted es a la única que respondo, a la única que le escribo.

📜 No tiene que mentir, profesor.

📜 ¿Cree que miento?.. ¿Quiere dar un paseo por las afueras del castillo?

📜 Yo, no sé si es seguro…

📜 No importa, si no quiere no tiene que poner escusas.

📜 No es eso… Tiene que venir por mí, tiene que venir por mí, no puedo salir de mi torre.

📜 Dame un momento.

El mago llegó a la entrada donde estaba el cuadro de la señora gorda y le habló.

-Dígale a la prefecta de la casa que el profesor Snape la necesita ahora en su despacho.

-No se preocupe, profesor.

Snape no desapareció, se quedó ahí frente al cuadro.

Su gesto serio frente a la puerta le hacía ver seguro, no tenía ninguna intensión mala, él sólo quería hablar con ella de forma personal.

La puerta se abrió y dejó salir a la joven la cual estaba un poco nerviosa porque no se esperaba que él estuviera ahí.

-Prof… Profesor…

-Venga conmigo.

El mago dejó que ella fuera adelante de él, la joven no sabía dónde iban pero lo último que leyó fue que irían a dar un paseo afuera del castillo.

Estaba muy nerviosa, no podía articular alguna idea o conversación. Su sola presencia le causaba escalofrío.

-¿Le preocupa algo?- Dijo el mago con gruesa y sería voz.

-No, profesor.

-Vayamos más rápido, ¿Qué tal las tribunas del campo deportivo?

-Estaría bien.- Giró para verlo. -Pero no me atrevo a pisar la de Slytherin así que vayamos a la de Gryffindor.

-No hay problema.- Dijo serio. Se acercó a ella. -¿Me permite? Le tocaré el hombro.

La joven se adelantó unos pasos hacia él y estiró su mano como quien saluda a alguien.

Él vio aquél gesto con ternura, la tomó de la mano haciendo presión exacta en la muñeca de la joven, desaparecieron y aparecieron en las gradas, las más altas.

Hermione vio su lugar y se sentó, el mago permaneció parado frente a ella unas gradas más abajo.

-No me diga que se va a quedar ahí parado.

-¿Y cuál es el problema?- Contestó serio.

-Su postura me intimida.

El mago tomó distancia hacia la izquierda de la joven, subió hasta la misma grada y se sentó de forma modosa.

-Creo que ya no la voy a intimidar.

-Pregunte lo que quiera, profesor.

-Quiero saber por qué me sigue escribiendo.

-Ya le he dicho, usted me gusta.- La joven se acercó un poco a él porque definitivamente él estaba muy lejos.

-Y yo le he dicho lo mismo, suena tonto eso, sabe. ¿Qué está buscando de mí? Dígame, ¿Qué espera de mí?

-Yo no busco nada de usted, no espero nada de usted más que usted mismo. Soy consciente de todo lo que hemos hablado hasta ahora y no me arrepiento de nada, quizá mi ser impulsiva pero nada más. Déjeme sabe quién es usted.

-Aquí estoy, pregúnteme lo que desee.

-Primero quiero saber si no le molesta mi insistencia, si no le molesta que yo le escriba y le diga lo que le digo.

-A mí me molestan muchas cosas pero esto no.

-¿Desde cuándo sabe que soy yo? Hoy me pregunté si usted llamó mi atención a propósito, si usted me dio acceso a la sala de investigación para que yo viera lo atractivo que me parecía un hombre como usted.

-Supe que era usted desde que tuve la desafortunada oportunidad de escuchar sus alaridos cuando subía por la escalera. No hice nada con intención, no le di acceso para conquistarla, le di acceso porque es la única estudiante que se lo merece, yo no le di el código, el código se lo dio la directora.

-¿Y por qué dice que desde hace mucho me observaba?

-Porque desde que llegó a esa sala se dio a notar con su delicadeza y empeño.

-No hablemos más de aquello… ¿A dónde quiere llegar conmigo, profesor?

-No me atrevo a decirlo.- Miró los ojos a la pequeña con suave seriedad.

-Sea sincero así como yo. Profesor, quisiera que usted y yo tuviéramos una relación más personal.

El mago se levantó de donde estaba, la pequeña hizo lo mismo intentando adivinar sus movimientos.

Snape se acercó más, sostenía el mismo gesto adusto que poco a poco se fue suavizando.

-Hermosa Jovencita, nunca he estado en esta situación, usted me gusta, quisiera escribir de usted, quisiera acompañarla a cualquier lado que necesite, quisiera ser el responsable de que ría, el responsable de que se sienta bien en este castillo. Sé que acaba de terminar con su simpático e inteligentísimo novio Ron, y no es que quiera suplantar a ese joven porque él y yo no tenemos ningún parangón. Yo… Quisiera que usted me deje tomar su mano y me deje ver muestras de afecto y yo le daré a usted las mismas.

-¿Quiere que sea su novia?- La joven se acercó más al mago, sus pies no tocaban el suelo porque flotaba, estaba en un sueño y no quería despertar, tenía una sensación encendida en el pecho.

-No me atrevería a pedir tanto.

-Pues podemos intentarlo.

El mago no esperó a que ella le ganase de nuevo. Estiró su brazo con temor y se acercó a ella para tocar su joven y tersa mano.

Ambos sintieron la sensación más fuerte que alguna vez habían experimentado en la vida.

-Sé mi novia.

“¡Ahh no quiero despertar!” Pensó la joven.

-Sí quiero.- Respondió Hermione con seguridad y rapidez.

La voz de ella hizo temblar al mago por dentro. Lo siguiente que Snape se dispuso a hacer fue abrazarla con leve temor y lentitud.

Hermione quien estaba más calmada se acercó más hasta que chocó con su pecho, extendió ambos brazos, los metió entre la capa sobre la levita de Snape y lo rodeó con confianza para sentirse como tantas veces había imaginado, protegida, una sensación de recuerdo, cálido, una sensación gratificante y única. Ella acabó de comprobar con el contacto que realmente estaba enamorada de él.

Snape la abrazó más dejándose llevar. Tanto tiempo que no sentía un abrazo sincero, tanto tiempo que no se sentía acompañado a pesar de tantas personas a su alrededor.

-Entonces, ahora tenemos una relación personal.

-Jajaja.- La joven no aguantó la risa. -Tenía que dictaminarlo⬆️ con tanta seriedad, Profesor.

El mago dejó salir por primera vez una sonrisa delante de ella, un poco apretada pero sonrisa al fin y al cabo, le acarició la mejilla suavemente mientras la joven bruja cerró los ojos.

Se acercó y ella pudo sentirlo, Snape se disponía a sellar el dictamen⬆️ de ser novios con otra muestra de afecto importante, no pudo evitar respirar nervioso frente al rostro de la joven, acercó sus labios al rostro terso de ella, su objetivo eran esos labios carmín, suaves y cálidos.

Unos centimetros más lentamente y ambas pieles se tocaron prendiendo la mecha de una gran bomba, quizá la de una extraordinaria explosión.

Snape se separó de inmediato, había tomado de ella la mitad de un beso rápido.

Hermione volvió a abrazarlo.

-Lo quiero.

-Y yo a usted, Srta. Tenemos que regresar al castillo.

-Sí, la profesor Minerva debe estar enterada de esta reunión.

-Sé que habló con ella porque habló conmigo y sé que te habló de mí a pesar que ni ella me conoce.

-Sip, creo que sip. Ahhh no quiero irme…- Hizo rostro de borrego abandonado.

-Srta. Jane, he visto pucheros más patéticos.

-Sí está bien, no voy a insistir. Pero entonces tampoco me escriba en la noche.- La joven intentaba hacer un berrinche y dejar abandonado a Snape parado ahí.

Pero el mago la tomó del brazo con sutileza.

-¿Para qué quiere quedarse conmigo, ahora?

-No lo sé, podemos hacer cosas que hacen los novios.

Snape entre cerró los ojos y sintió un dolor agudo en el estómago.

“Ahora va a relatarme de forma indirecta lo que hacía con su inteligente ex novio, ¡Qué bodrio!”

-¿Qué hacen los novios?- No tenía intención de enterarse pero le daba curiosidad al mago.

-Podemos conversar hasta la madrugada, podemos salir afuera de la escuela sin que se den cuenta, podemos compartir otro pastel, podemos abrazarnos y besarnos, podemos leer un libro prohibido, o robar ingredientes del almacén de Snaaaantresss…. Ayyyy ya metí la pata.

-Dijo todo eso a propósito, lo sé. Pero sin embargo ya sabía que me robaban ingredientes. Ustedes los Gryffindor son un dolor de cabeza… Mire, Srta. Hermione. Le propongo avanzar con los pendientes de la sala de investigación y cuando llegue el fin de semana la invito a tomar un café.

-Genial, me parece bien.

-Ahora vámonos antes de una sanción de la directora.

-Dígame, ¿Cómo funciona el sistema para quitar puntos a las casas?- Preguntó curiosa la joven.

-Sólo podemos hacerlo los profesores y cada jefe de casa, nuestras varitas están conectadas directo con los relojes… Usted ya sabía eso ¿Por qué lo pregunta?

-Cien puntos menos para Slytherin, porque una Gryffindor recibió el beso de una serpiente.

-Granger, eso no servirá porque usted no es profesora.

-Tome.- La joven extendió la mano que sostenía la varita de Snape, se la entregó y le dió un beso en la mejilla.

-Es una bruja… ¡Malcriada!- El mago se enojó por la travesura.

-Yoooo sooooyyyy, un poco malcriada sí.- La joven le sonrió con parpadeo de inocencia y empezó a caminar.

-¡Me las va a pagar, Granger!

Snape llevó a la joven de inmediato hacia su torre usando el hechizo de aparición y después regresó a su aposento sagrado de lectura y escritura. Cuando estuvo ahí no podía dejar de tocar sus labios y recordar todo lo que había pasado con aquella jovencita insolente. Tomó su pequeño libro hechizado y empezó a escribir.

📜 Descanse Srta. Tenga una excelente noche, mañana será un día difícil para usted.

📜 Hola qué coincidencia… Yo iba a escribir exactamente lo mismo para usted. 😘

El mago tocó sus cejas, cerró sus ojos y bajó la cabeza al instante.

“¡¿En qué me he metido, Merlín?!

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“Libertad de nuevo, para poder ir a todas partes físicamente, muchas veces me sentí parte del nido y quería con todas mis fuerzas aprender a volar, ahora nadie me ha enseñado y con las alas tan grandes y tan largas antes no sabía a dónde ir, y hoy, que al final he visto el camino he pensado dejar el nido y emigrar hacia la primavera, tú mi amor, eres la mejor estación del año.” – 2013

#Sevmione ♥️

💡 ⬆️Del latín dictamen, un dictamen es un juicio desarrollado o comunicado respecto a alguna cuestión. El término no tiene una utilización demasiado frecuente en el lenguaje cotidiano, sino que está más asociado al ámbito judicial o legislativo.

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