El desayuno para Hermione era importante y no por ser la primera comida sino porque era esa hora del día donde se planteaba lo que quería dar y recibir durante esos regalos llamados horas, no había época en la vida donde había valorado tanto su existencia.
Aún era aquel asimilar, le pasaba esto por primera vez el ser correspondida al menos de una manera que no estaba segura cuál, era coincidir, era tener algo en común con otro que sólo se hubiera podido imaginar en sus sueños adolescentes de tardes poéticas viendo el horizonte sobre la torre de astronomía.
Lo que había vivido con Ron era sólo el crecer, sólo el aprender qué es que una persona no le de el valor que ella tiene y no de ser una joya sino todo lo que ella podía dar.
Su sentir no era el de una niña de diecisiete era una mujer atrapada en el cuerpo y crecer lento de una vida natural, común.
Para nada era común porque sus sentires a veces le traspasaba su propio corazón cuando apreciaba los apuntes de años pasados anotados en viejos pergaminos, pensamientos intelectuales compartidos con el vacío del viento muy alto en el tejado de su casa, muy alto, en lo más alto de Hogwarts a pesar de sus miedos fuertes a las alturas.
Cuántas veces lanzó versos a personas equivocadas cuando en realidad buscaba un sólo oído, alguien inexistente, nunca recibió sus momentos de pausa en que admiró más allá de las nubes para preguntarse si había vida, donde recitó miles de poemas en latín que su alma gritaban en secreto y sus manos nunca intentaron plasmar en símbolos escritos, textos legibles para los ojos y mente de otros, el llorar por ver el sol salir de lado equivocado, llorar por sentir, no, lloraba porque quería de verdad sentir pero la vida no le dejaba.
“¿Qué complicada fue la guerra, cuántas personas perdimos?”
Una joven como ella lloraba desde pequeña porque todo el mundo se había dedicado a señalarle que era diferente y quizá incómoda, seriedad de disciplina que molesta, disciplina necesaria para las cosas importantes no para ser mejor que los demás sino para demostrarse así misma que era capaz de ser quien ella quería.
Fue sorprendente darse cuenta que era una bruja pero fue más sorprendente el tener esperanza de acoplarse a esa vida. Pero ahora que tantas cosas habían pasado y la habían hecho una joven más valiente, ya no tenía que vivir por otros, ya no tenía que preocuparse por alguien más que ella.
La noche llegó como quien jala la persiana de la ventana para llamar a las tinieblas en el día de sol.
Quería escribirle.
📜 Soy menor pero… No soy una niña.
📜 Para mí usted es una niña.
📜 Está bien, uso pañal pero también sé leer y escribir… Sé sentir y desear, se la diferencia entre observar un dulce tras el cristal de una tienda en el callejón Diagon y el probar un dulce sóla y en la oscuridad.
📜 Já… Así que sabe leer y escribir… Así que sabe desear… Já… Usted es tan atrevida… ¿Sabe afrontar las consecuencias de sus palabras? ¿Sabe cómo siente un hombre, sabe qué es lo que provoca con sus palabras?
📜 No sé lo que siente un hombre pero puedo saber lo que usted siente de esto que hacemos ahora. A usted le puede gustar el que yo le escriba el que yo le hable y le diga todo lo que le admiro, todo lo que me gusta… Todo lo que le deseo… ¿Quién eres?.. Usted seguro a estado en esta situación muchas veces, eso le puede causar placer, que una jovencita le escriba.
📜 ¿Acaso es Legerement? No escriba cosas de mí, no suponga, no sabe y no voy a negar que antes se han acercado pequeñas niñas, obvio no como usted, a querer adularme por saber hacer un trabajo intelectual en Pociones, quizá una magnífica clase entregada para sus anotaciones en libretas y en puntas de pergaminos arrugadas…
El mago puso la pluma en sus labios.
📜 ¿Pociones? Ahhh es cierto, usted da clase de pociones y recuerdo que me dijo que sus alumnos lo odian. Le cuento que yo tengo un profesor de pociones y no todos lo odian pero tiene un carácter muy difícil.
📜 El profesor Severus Snape, sí, él es bastante arrogante pero no porque quiere sino porque… Debe.
📜 Qué bueno que conoce al profesor Snape, es un magnífico mago, un tanto renegón y mal humorado pero excelente mago.
📜 Es sólo un poeta introvertido de pomos de vidrio e ingredientes venenosos… Es un poeta de su propia vida en las sombras y en la oscuridad.
📜… Severus Snape… El profesor… Sev…
La joven sintió un jalón nervioso en el estómago.
“S. S. Naaa no puede ser él ¿O sí?… Dijo Londres, dijo que estaba más cerca de lo que creía… Me nombró Gryffindor y Slytherin, me pidió que sea más Gry, más Sly… Oh por Merlín es él…”
📜 ¿Qué pasa con su profesor, Srta. Jane?
Snape hizo un parpadeo lento frente a ese espacio brillante y mágico, Sr esperaba el final de lo que fuera estaba haciendo con esa pequeña.
📜 Es que él, tiene las mismas iniciales que usted… Usted… ¿En qué escuela enseña pociones?
📜 Soy yo, Severus Snape Prince, Srta. Jane. Miss. Granger.
La joven se quedó con la boca abierta, al fin sabía quién era.
📜 No sé por qué me miente así…
Dijo a propósito ya que sabía que podía ser pero al mismo tiempo dudaba si quería que lo fuese.
📜 Pues… Ahora que sabe quién soy que es donde pienso que saldrá corriendo, ahora que sabe quién soy… ¿Podría decirme lo mismo que me ha dicho hasta ahora?
📜 Por su puesto que sí… Usted me gusta y no sólo porque es inteligente sino porque he visto que es una persona especial y única. Y no sólo le diré que me gusta sino le diré algo que ha estado en mi imaginación, un secreto Gry, un anhelo valiente que demuestre que no pienso como una niña. ¿Sabe qué deseo?
📜 Dígame, Srta. Granger. ¿Qué desea?
📜 Deseo besarlo…
📜 Mmmmh está equivocada…
El mago se molestó por tremenda imprudencia ya que esperaba que se fuera y que todo eso de “Yo le admiro, usted es una persona hermosa” Se acabe de una vez pero no fue así.
📜 Me imagino… Que ahora mismo puedo ir a su lugar sagrado de lectura y escritura, tocar la puerta, verlo con su magnífico traje negro y acercarme para provocar en usted un síntoma de miedo, más temor cuando afloje al soltar un botón de su elegante levita por el cuello. ¿Qué tendría que hacer yo para que usted tema de mí? ¿Sabría usted que después de desear leer unas líneas suyas dirigidas a mí he deseado también leerlas de sus labios? Pues si estuviera delante de usted besaría cada letra, sílaba y palabra que quiera salir con su voz pausada y dura.
📜 Já, no juegue conmigo… ¿Cree que no siento?
El mago dijo sin delicadeza.
📜 Soy una niña, uso pañales pero en mi armario ya no tengo ningún juguete. Las personas no lo son… ¿Alguna vez le han aconsejado aquello, que no se debe jugar con los pensamientos de otros? A mí me lo han enseñado desde pequeña. Sr. Usted me conoce… ¿Hermione alguna vez ha bromeado con usted?
📜 Me sorprende que sabes quién soy y aún sigues coqueteando conmigo.
📜 Quizá porque ese coqueteo que uso ahora es sincero para conseguir algo.
📜 Usted no sabe lo que hace, no sabe lo que dice.
📜 ¿Cree que no lo sé? Sé perfectamente que soy una tonta… Por no haberlo visto… Tenía que ser usted, profesor, y no sé por qué no me di cuenta.
📜 ¿Si le pido que me hable para escuchar su voz lo harías?
📜 Dígame usted, ¿Quiere que sea ahora?
📜 Sí, ahora.
📜 Es de noche, alguien se puede enterar porque estoy siendo vigilada todo el tiempo. Si usted está dispuesto a asumir las consecuencias de mis actos y respaldar mi persona entonces lo haré ahora.
📜 Sí, quiero escuchar su voz decir lo que hasta ahora me ha dicho con imprudencia.
📜 Profesor, usted siempre tan exigente…
📜 No me conoce… Vamos al corredor del ala izquierda en el castillo, aquel cerca de la salida hacia las escaleras del tercer piso.
📜 Bien.
📜 Srta. Jane, no se acerque a mí, sólo quiero escuchar su voz.
📜 Era exactamente lo que iba a hacer… Profesor, también sé leer la mente pero no para estas cosas, no lo haga conmigo, por favor no me lea, mejor pregunte.
📜 Lo prometo, no la leeré.
La joven tomó su libro mágico y guardó la pluma en ella, así vestida con el uniforme bajó muchas escaleras donde empezaba la entrada para el tercer piso, vio a su profesor parado dando la espalda hacia la salida y tembló, se acercó hasta estar a unos tres metros de él, le dio la espalda y se sentó en el suelo.
Su corazón latía muy fuerte, sus manos temblaban, iba ser la primera vez que escuchaba la voz de cerca, la voz del investigador histórico PS401, aquél magnífico mago.
-Hola… Esta soy yo, alguien que sabe quién es usted y aún así quiere acercarse. Profesor… Usted me gusta.
Fue al grano.
-Su voz es más dulce de lo que imaginaba, sabía que era una voz suave y temerosa pero es aún más agradable… No sabe lo que dice, soy una persona, la persona que usted ha visto hasta ahora es sólo lo que he querido mostrar a otros. Usted no gusta de mí.
-Como el profesor Severus Snape ya es admirable pero como PS401 es… Usted… Me… Gusta…- Dijo lento, hizo la cabeza hacia atrás para apoyarla en el muro.
-¿Para qué? ¿Para qué le gusto, Srta. Granger? sea correcta y cuerda.
-Usted me gusta… ¿Quién eres?
-Soy un hombre con secretos y vivencias pasadas, cosas que no quiere saber. Soy un hombre real no sólo la caligrafía que usted admira tanto, usted gusta de eso, no de mí.
-Creo que nadie más ha visto que usted es increíble. Yo no sólo he visto su caligrafía e intelectualidad. Yo he visto un hombre que es hermoso, una persona increíble como dije antes.
-Algo increíble es algo que no se puede ver o tocar. A mí me puede tocar Srta. Granger es sólo que no la voy a dejar.
-¿Por qué, por ser una niña?- La voz de la joven tuvo un tono reclamante que hizo voltear al mago para contemplarla, no estaba muy clara, las escaleras no estaban del todo iluminadas.
-No es que no quiera, sólo que debo recordarle la definición de prudencia y respeto… ¿Sabe que tengo que tratarla igual que siempre delante de los demás?
-Usted es mi secreto por ahora… No le voy a pedir que me trate diferente delante de los demás, me basta con poder admirarlo en secreto, con poder decir que usted es un hombre que me gusta, un hombre que en cierta manera quiero.
-Usted no quiere nada conmigo. Srta. Jane. Sin embargo debo de decir que… Usted también me gusta.- Aquella voz gruesa hizo que la joven cierre los ojos.
-Ya escuchó mi voz, tengo que irme, a primera hora tengo clase y en la tarde… Usted ya sabe.
-Bien. Le escribiré en la noche.- Dijo el mago dándole de nuevo la espalda.
-Y yo lo seguiré observando.
***
Tres de la tarde del día siguiente.
Hermione había encapsulado sus sentimientos y también su tímida forma de ser con aquel profesor, él le dijo que no iba a ser diferente y lo que en realidad pasó en su cabeza cuando el dijo eso fue no poder cambiar toda la madrugada de parecer, no pudo cambiar sus ideas abiertas de intentar tener mejor contacto… La persona con la que habló anoche enseñaba pociones, tenía cabello lacio, largo y negro, tenía una voz fría y era el maestro más amoroso en todo Hogwarts… Obvio era Sarcasmo, aquel profesor era una fría montaña de nieve, un dolor repentino de infección intestinal durante los timos.
Decidió ser ella misma, y él también hizo lo mismo cuando la clase de pociones llegó.
-Las mandrágoras tienen un llanto tan potente que casi pueden revivir a un hombre petrificado, pero no es suficiente, verán, lo que realmente es eficiente en la mandrágora es la sangre que brota por las múltiples mutilaciones en su cuerpo tierno y carnudo, es todo un espectáculo ver el sacrificio que esas plantas entregan en manos de los mejores pocionistas del mundo… Aquí en Hogwarts se utilizó alguna vez para revivir a unos tontos niños sin sentido perceptivos que se dejaron hechizar por una indefensa serpiente llamada Basilisco, una criatura sorprendente y admirable, una pobre e inocente serpiente.- Su voz pausada y silabosa era tan provocable, provocaba darle un tirón de cabello por ser brusco.
Hermione rodó los ojos.
“Ahora soy una niña tonta, qué bien…”
-Esa es toda la clase de hoy.- Snape finalizó. -Pueden retirarse, la siguiente clase vamos a divertirnos y mancharnos las manos con cuerpos carnosos y llantos de dolor.- Esbozó una sonrisa de malicia delante de todos sus alumnos. -¡Largo de aquí!
“Gracias, ayyyy qué bien porque ya quiero escribirle a mi novio, el que no es cruel.” Hermione se dijo en la mente, con tranquilidad guardó sus cosas y se fue.
Los alumnos tomaron sus cosas y salieron sintiéndose muy mal.
La cena llegó rápido, y después de eso un silencio tenebroso en la estancia de las chicas. Hermione Granger se perdió el postre porque tenía que dormir temprano en su itinerario rígido de estudios sin embargo decidió dar un saludo tímido.
📜 ¿Qué le gusta más, los chocolates o las galletas?
📜
La otra persona la dejó unos minutos en espera.
📜 ¿Qué opina del postre que han servido en la cena?
📜 No tuve el privilegio de tomar un bocado dulce.
📜 Ahh yo tampoco…
📜 Puedo conseguirle uno ahora.
La mente de Hermione avanzó a cien kilómetros por hora.
📜 Pues… Consigamos uno para los dos. 🙂
El mago sonrió al saber que la joven quería verlo de nuevo.
📜 Está bien.
Hermione puso la parte posterior de su pluma en los labios y en eso el mago apareció frente a ella haciéndola brincar del susto.
-Aquí está, miss Granger.
Le entregó en las manos una pequeña charola de plata con su postre.
Y luego desapareció.
📜 No no no, espere… ¿Por qué se fue?
La tinta del receptor no escribió hasta pasar unos dos minutos.
📜 Usted dijo que podíamos conseguir uno para los dos, le acabo de dejar la mitad del postre que conseguí para mí.
📜 Ayyy no no no y para colmo la mitad de uno. (La joven sonrió sonrojada) Cuando dije que podía ser uno para los dos, pensaba en compartirlo juntos, uno delante de otro.
📜 Yo puedo hacer eso, la que no quiere es usted. Usted no quiera verme, Granger. No me haga enojar.
📜 ¿Quién dice que no? ¿Quién dice que no quiero?
📜 Estoy tan cerca de usted y… No tengo que decir lo demás…
📜 Yo no puedo salir de la habitación, me están vigilando todo el tiempo.
📜 Son escusas, Granger. Como si no hubiera hecho eso antes… Lo que pasa es que tiene miedo de mí.
📜 Un poco, sí… Pero es natural, profesor. Soy pequeña, inocente e indefensa.
📜 Granger, no me haga reír, jajaja…
A pesar que le dio risa, el mago sentado en su mueble favorito escondió su muy profunda diversión la cuál no se notó a excepción de un parpadear rápido.
📜 Por ahora no puedo ir hacia usted. Quiero pero no puedo.
📜 A mí me parece bien tal cual están las cosas. Srta. Jane. Pudo haber pasado que nunca nos conociéramos, que no nos hayamos visto en la sala de investigación… Hasta ahora no comprendo su insistencia por adular a un mago que no conoce.
📜 No expongo mis sentimientos a un mago por lo que muestra a los demás, yo le digo que me gusta porque de verdad me gusta, usted me es interesante y atractivo.
📜 Usted cree que soy atractivo porque sé escribir y leer… Eso no es interesante…
📜 Jajaja… Si fuera así como usted dice jajaja. Usted me gusta, profesor, porque he visto más allá de donde los demás pueden observarlo, usted me gusta por su forma seria, por su forma elegante, también un poco por su forma amargada, por ser renegón, un rebelde de la sutileza social e interpersonal.
📜 No sea graciosita… Yo pienso, si usted fuera mi novia… Créame que no sería un rebelde social más bien sería un rebelde moral.
📜 Uyyy espero haber entendido bien, entonces ahora sacaremos el lado Slytherin, debí suponer en un principio que era de Hogwarts. Pues lo que ve de mí ahora es la Granger que nadie conoce. A mí me encantaría que sea un rebelde moral, conmigo…
El mago dejó caer sin querer la pluma de sus manos por la sorpresa y la recogió al lado de su muslo.
📜 Es usted tan atrevida, una menor atrevida e imprudente. No me quiere como amigo o como lo que fuese.
📜 Esta menor imprudente lo quiere a usted, como amigo y como lo que fuese. No soy una niña…
📜 En dos días salgo de Hogwarts por una semana, digamos que tengo que desaparecer por unos asuntos.
📜 Dígame si no me va hablar para no esperar saber de usted.
📜 No, saldré pero… Aunque intente no escribirle o desaparecer de usted, no lo haré, yo ahora, me pasa que necesito leerla.
Hermione cerró los ojos.
📜 Y yo necesito leerlo. Lo quiero, profesor, descanse.
📜 La quiero, descanse Srta. Jane.
Hermione se metió bajo sus sábanas y no pude evitar taparse el rostro con ambas manos, su adorable postre lo guardó en su baúl como recuerdo, antes lo convirtió en plástico.
“Así que ya podemos ser amigos… No suena tan mal.”
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“Alguna vez escuché decir a alguien que correr significa “SIN MIEDO” (No temer a lo que encuentres en el camino y encima afrontarlo antes…) Al correr, los obstáculos vendrán a ti con más rapidez y sabrás que las oportunidades te enseñarán que es fácil cualquier cosa, que TODO aunque alto o inmenso, pequeño o invisible ES POSIBLE.” – B.B.A. 2010
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