Narrador Omnisciente – Acto 20 – “Pasión”
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Al terminar las clases, la joven estudiante fue a darle el encuentro a su profesor. Habían quedado de verse en el estacionamiento.
Esperó sentada frente a la fila de números donde estaban estacionados todos los autos, sacó su teléfono y marcó a casa.
-Hola, mamá… ¿Me escuchas?
-¿Qué pasa, Any… Me dirás que llegarás tarde de nuevo?
-Así es… Saldré con el profesor Ken.
-Ajá… Ya no me está gustando mucho que te quedes hasta tarde con tu profesor de Literatura… Eres una jovencita mujer y él un hombre solo…
Su mamá sabía lo que pasaba entre ellos pero quería que Any lo confesara.
-Tienes razón mamá… Él es hombre, ya me he fijado en eso… Y también… Me gusta, mi profesor me gusta mucho mamá… (Any no podía creer que se lo estaba diciendo.)
-Sabía que esto era cuestión de tiempo… Dile que no te traiga tan tarde… Después hablamos de esto. (La señora Bautista se escuchaba seria.)
-Pierde cuidado, mamá…
Any pensó que su mamá no se preocupaba por ella, que ni vivía pendiente de su vida… porque como los últimos meses sólo era pelear con su papá…
De algún modo eso la hizo sentir que no estaba tan sola como pensaba.
Pero tenía que decirle a Ken, su mamá se estaba dando cuenta de las cosas.
***
Después de unos minutos, Ken apareció con su maletín… Apretó el botón de las llaves del auto, estaba acompañado de un profesor de comunicación.
-Hola linda, dame un segundo… (Le dijo a Any con cuidado, con la seriedad que lo caracterizaba.)
Any no sabía si subir al auto o saludar.
Ken le hizo una seña para que se acercara.
-Sosa, ella es Any, mi novia.
-¡Qué gusto, señorita!
Any no podía creer lo que escuchó.
-Any, él es el profesor Sosa, llevarás clase con él, el próximo año.
-Es un gusto, profesor. (Dijo Any tratando de olvidar los detalles.)
-Así es, señorita… El próxima año tendrás clase conmigo. Ken me ha hablado muy bien de usted.
-Muchas gracias… Espero llenar sus expectativas, como estudiante siempre trato de esforzarme.
Dijo Any como para salir rápido de la conversación… después pensó que se oyó muy presumida.
-Ya lo creo, señorita Any. El profesor Ken es una persona muy respetable y excelente profesor… ¿Quién sabe cómo será de novio?… Jajaja pero al menos como docente es muy devoto.
-Jajaja… (Any rió y no dijo nada más)
-Entonces los dejo para que disfruten esta bella tarde. (Dijo el profesor Sosa guiñándole un ojo a Any.)
-Hasta luego, profesor Sosa, mañana nos vemos temprano para la conferencia. (Se despidió Ken con un fuerte apretón de manos.)
Ken se acercó a Any para darle un beso tierno en los labios.
-Hola hermosa…
Any pensó que él diría algo más… Pero no dijo nada… Le abrió la puerta, hizo que Any suba y después él entró al auto.
-Profesor, Ken… ¿A quién más le ha contado que somos novios?
-A nadie excepto a Leonel, a este profesor se lo acabo de decir ahora…
-Mmmmm…
-¿Y usted por qué sigue diciéndome profesor?
-Porque usted es mi profesor de Literatura antes de ser mi novio.
-Debería ser su novio antes de ser su profesor de Literatura.
-Usted sigue tratándome de usted… Entonces yo seguiré diciéndole “Profesor”
Ken arrancó el auto con una sonrisa y salió a la avenida, eran cerca de las cuatro de la tarde, habían tantas cosas por hacer…
-Está bien… Yo te diré “Any” y tú me dirás “Ken”. Te diré, princesa, muñeca, hermosa… Etc.
-Estoy de acuerdo, te diré “Ken”… Amor, Lindo Etc.
-Esta conversación no es para nada informal, me siento tan extraño hablándote así. (Dijo Ken con aire serio y luego sonrió.)
-Así me siento yo, profesor. (Any dijo eso para hacer que se enoje.)
-Jajaja, pequeña, dime como quieras.
-Y… ¿Dónde vamos? (Dijo curiosa.)
-Pensaba llevarle a cenar a algún lugar pero si no te parece mal… Mejor podríamos estar a solas en mi casa, confesando nuestros secretos muy cerca del otro… Mmmm… Pedir una pizza, ver una película o ayudarte con la tarea de final de semestre.
Any se puso nerviosa al oír eso.
-Todo suena prometedor…
No sabemos lo que estaba pensando Ken, pero llevar a Any era estar en una situación peligrosa y comprometedora. En fin…
Llegaron a casa del profesor, Ken se portó como un caballero todo el tiempo… Le abrió la puerta de casa, ella entró y dejó su mochila en el lugar de siempre, luego se apresuró a subir al despacho de Ken.
Ken subió atrás de ella, mientras subía por las escaleras y tocaba con su mano el borde del barandal… Muchas cosas pasaron por su cabeza… “Tocarla… Resistiré lo más que pueda” Se dijo así mismo en secreto.
¡Ken, ten cuidado con lo que haces! ¡Te meterás en problemas!.. Es lo que nosotros podríamos intentar decirle ahora pero se estaba dejando llevar por el deseo que estaba en su corazón… ¿Qué quiere con Any, profesor Ken? Usted quiere hacerle creer a Any que lo de sus sentimientos es reciente, pero en realidad fue usted el que estaba un paso adelante en todo momento.
***
Ken llegó hasta el despacho y vio a Any pasar sus delicados dedos sobre sus libros favoritos, esto le causó cierta emoción.
-¿Te gustan esos libros?
-Casi son todos los que yo tengo en una misma fila… Romanticismo francés, es una lectura pesada pero la adoro.
-Tenemos tanto en común, Amor.
-Y… ¿Dónde veremos la película? (Dijo con curiosidad viendo para todos lados, buscando una pantalla.)
Ken no dudó ni un segundo y le dijo…
-El único lugar cómodo para ver una película es mi habitación… (Su mirada fue tan fuerte y segura.)
Any sintió algo tirar dentro de su estómago.
-Si es así entonces vayamos… (Dijo Any segura, tratando de no mostrar el temblor que empezó a manifestarse por sus piernas.)
-Después de usted, señorita Any.
Ken le envió una mirada galante e hizo una reverencia de cerviz.
Entraron a la habitación, Ken se retiró el saco y la corbata y Any sólo atinó a sentarse en el borde de la cama frente al televisor.
-Permíteme…
Ken hizo que Any retrocediera hasta la cabecera de la cama.
-Retírate los zapatos si deseas… No creo que quieras cubrirte con las sábanas, esta habitación es el ambiente más caliente de la casa porque el sol le pega directo durante todo el día.
-Estoy bien así.
-Bien…
Ken se retiró de la habitación y luego regresó con el teléfono inalámbrico hasta la mesa de noche de lado derecho…
Se sentó le sonrió coqueto y dijo:
-¿Deseas comer pizza o alguna comida en especial?
-Sí, está bien pizza.
Ken tomó el teléfono y llamó para pedir pizza, al terminar de pedir, se levantó de nuevo de la cama y fue a traer la película que verían.
-Esta es la que quería que viéramos… “V de Vendetta”, es una película fuera de lo común, el personaje principal es admirable.
-No la había visto pero confío en que será buena.
-Te veo nerviosa ¿Tienes algún problema en que estemos aquí, solos?
-Sí estoy nerviosa… También curiosa, por todo lo que se siente estar en la habitación donde el hombre que te gusta se levanta todos los días abriendo los ojos con el sonido de una alarma… Yo lo estaría… Nerviosa si estuvieras en mi habitación porque es un lugar lleno de secretos y pensamientos…
Ken sonrió y le dijo:
-Así es… Es casi inevitable ponerse nervioso, y sí, este lugar no sólo es donde descanso también es el lugar donde sueño despierto… Y… Últimamente contigo. (Ken cruzó los brazos y se apoyó en la cabecera de la cama viendo a Any directo a los ojos.)
-Las habitaciones son para los sueños inconscientes… Pero sobre todo para los secretos… (Any estaba muy curiosa, quería una conversación franca, una de confianza.)
Ella le sonrió respondiendo con la misma intensidad de los ojos de Ken.
Se decían muchas cosas con solo mirarse.
-Si no te molesta que husmee en tus recuerdos… ¿Puedo preguntar… Desde cuándo las cosas cambiaron, desde cuándo me vez con esos ojos? (Dijo Any.)
-Pregúntame lo que quieras… Quiero comenzar con… Empecé a sentir cosas distintas a nuestra amistad el día que me regalaste el libro… No… Tengo que confesar que desde antes, aquél día cuando descansábamos en el parque y hablábamos de libros… Aquél que empapé tu rostro con agua… Puse toda mi atención en tus palabras pero no podía evitar verte a los ojos, la forma en que cae tus cabellos lacios, la forma en que te enojaste… La sonrisa inocente que luego sueltas al estar cómoda… Algo pasó aquella vez, me sentí cómodo al estar cerca a ti cuando mi soledad era el tesoro más valioso que poseía… Me encantaba estar solo hasta que tú empezaste a ser parte de cada sorbo de mi café, o cada que terminabas tu pastel de vainilla y robabas un poco del mío después de mentir que detrás de mí estaba Leonel… Esos juegos de traviesa, esa mirada que me hacía pensar que podía acercarme a… Yo… Estoy tan orgulloso de ti, de tu esfuerzo… Pero no pude hacer nada contra mí, contra lo que hacías cada día… En mí.
Ken le dijo Any que se acerque a él con una seña de sus manos. Any se levantó del filo, se retiró los tenis y se acurrucó en el pecho de su profesor…
Ken besó su cabeza al estar cerca y Any dijo:
-Yo no sé el día exacto… Tampoco lo estaba buscando, pero un sueño fue el culpable de que me imagine muy cerca a ti, me refiero… (Lo miró a los ojos.) Tocándome, besándonos… Ese día me sentí culpable, me sentí como una tonta… ¿Cómo podría llamar la atención de un hombre como él? Pero sabía la razón exacta del por qué me atraías y por qué seré tuya desde ahora. Y no sé por qué algo me dice que empezaste a coquetear desde el primer día que recitaste en la clase… Y si no hacías eso… ¿Qué podías esperar de mí?… Si esa forma de hablar, tu voz, no sólo me había puesto nerviosa a mí, después de haberte visto siempre serio y reservado.
Ken estaba derretido ante el calor de Any en su pecho, ante las palabras sutiles que confesaban el principio.
Ken era un hombre sabio, nada simple, sabía cómo conquistar a una mujer, sabía cómo tratarla, el problema es que leer ni escribir te hace un experto de sensaciones y vivencias…
Había leído de amor tantas veces pero nunca había estado tan cerca, sintiendo que esto lo desarmaba, lo hacía débil…
En sus pensamientos equivocados circundaba la probabilidad de entregarse, sabía que ella no se iba a negar pero debía de estar seguro. Así que cada vez su voz era más gruesa más cercana al oído de esa pequeña estudiante infiltrada de literatura.
-Es similar a lo que sentí… (Ken la veía a los ojos, se recostó más en la cama, con el cuerpo de lado, hizo que Any automáticamente deje estirar su peso de largo, quedando con la cabeza sobre la almohada, viendo directamente a sus ojos.) Pero escuchar cada momento “Te quiero” hizo desarmar el suelo bajo mis pies… Eres tan sincera… Tan expresiva, me culpo todavía por haber desviado tu mirada de tantos muchachos atractivos a tu alrededor… Me culpo por tener ventaja de saber lo que te gusta y lo que no.
Se acercó más a ella, su aliento tocaba los labios de Any…
Any sintió temor, no por tenerlo cerca ni por imaginar que quería sentir el peso de su cuerpo sobre ella, sino porque mucho tiempo pensó que la unión de dos personas es la cúspide del amor, que no iba a experimentar más que eso. Pero quería, con todas las ganas entregarse… Ella estaba enamorada, locamente enamorada…
-¿Por qué tengo miedo? (Dijo ella.)
-No tengas miedo, no haré nada que tú no quieras, no sólo ahora, no sólo en la cama… Todo el tiempo que tu quieras y en cualquier lugar… Pero si tú… Me das el control voy a tener que enseñarte y tú sólo guardarás silencio.
Los ojos de Any se abrieron, luego los cerró y asintió dando un convencido “Sí”…
Empezaba a sentir calor por el cuello… La sangre fluía desde el corazón hasta sus piernas pero por algún motivo se juntó un poco en su vientre.
Ken se arrodilló frente a ella y retiró su camisa sobre la cabeza, la corbata aún colgaba en el centro de su pecho, la estiró con las dos manos
Any abrió los ojos y vio a su profesor desnudo de la cintura para arriba… Ella empezó a temblar y dijo:
-Esto es lo que más deseo… ¡Por favor, quiero ser tuya!
Los ojos del profesor se ensombrecieron por la excitación al escucharla, desabrochó la correa y el botón de su pantalón, estaba preparado interna y externamente para lo que quería hacer.
Any permaneció con los ojos cerrados como invitándolo a seguir, él con temor posó su cuerpo sobre ella, una de sus rodillas estaba entre las piernas de Any, la arrimó a la derecha para hacer que la pierna de Any se moviera y él pudiera apoyar su otra rodilla justo en el centro, con la pierna izquierda hizo lo mismo que con la derecha…
Puso sus dos manos con suavidad sobre los botones de la blusa de la pequeña Any y empezó a des-abotonarlos lentamente…
Any abrió los ojos por unos segundos, el pantalón de su profesor estaba abierto hasta el tope, podía notar lo deseoso que estaba con sólo ver la tela de su bóxer…
Luego volvió a cerrar los ojos y por instinto se mordió el labio, Ken la miró, ese gesto le dio aún más valor de seguir.
Desabrochó aún más la blusa, empezó a ver la delicada y tersa piel de Any, acercó sus labios y empezó a rosar con sus labios la piel de su vientre… Cada que hacía esto, desabotonar otro botón, besaba su piel subiendo por el medio…
Hasta que chocó con el brasier de ella al desabotonar el último botón…
Ella suspiró y tembló, dejó ver a Ken cómo se sentía sin decir nada… No podía evitar dejar escapar el aire por su nariz, dentro de sus pulmones tenía tanto aire, la sangre de su cuerpo la estaba sobre-oxigenando y su respiración competía con la de él. Trataba de relajarse pero sus cuerdas vocales dejaban escapar pequeños gemidos de excitación… Sus labios apretaban pero no podía contra la voluntad de sus reacciones naturales.
Ken al oírla soltó con ambas manos cada lado de su blusa completamente abierta, se acercó más y respiró sobre la piel de sus pechos debajo de esa tela negra que sostenía su femineidad superior, se acercó más y besó cada uno por encima de la copa, dibujaba líneas con la piel de sus labios, subía por el cuello de Any muy lentamente, también dejaba caer su peso aún más para hacerle sentir lo listo que estaba… No dejaba de contemplar su belleza…
Ken tomó ambos brazos de ella e hizo que estos lo rodeen por el cuello, bajó hasta su cuello y empezó a besarla con pasión, su oreja, el cuello, sus labios… Ella aceptó gustosa, le hacía sentir sensaciones que nunca antes si quiera había leído.
-Mmmmm… (Aire exaltado con la voz de Any.)
El profesor bajó sus manos por el vientre de Any, tomó el botón de su pantalón y lo abrió, luego bajó el cierre completamente.
Pudo ver la tela de su ropa interior, también de color negro… “Ohh” Ese contraste entre la tela y su piel lo hizo aluciar. Pero tenía en mente otro acto para ese instante.
Alzó su pierna izquierda para dejar sólo la pierna derecha en el medio de Any… Bajó con sus dos manos el pantalón de su alumna, no quería desnudarla, sólo quería tener suficiente acceso a ella, por eso lo bajó más hasta dejarlo a la altura de sus rodillas. Volvió a recostarse sobre ella y mientras besaba su cuello fue posando lentamente las yemas de sus dedos en su ombligo, bajó hasta poder rosar por encima de la tela el lugar que la haría enloquecer, aquel pequeño lugar de ella sobre la tela.
-Mmmmff, me estás torturando… (Dijo Any casi jadeando con el tono de voz que Ken quería escuchar.)
Esto hizo temblar a Ken y dejó también que el aire saliera brusco por su nariz, jadeando excitado.)
-Shhhhh! (Susurró Ken en su oído sin poder controlar su respiración.)
Después empezó a besarla con mucha pasión, casi dejándola sin aire y mientras hacía eso, estiró la tela de su bóxer para acomodar el molesto y excitado bulto de su pelvis.
Pero tenía curiosidad de sentirla, quería intentar…
Llevó los mismo dos dedos guiados por el del medio por debajo de la liga de esa ropa interior negra, se dejó llevar por debajo alcanzando cada vez la intimidad de Any, entonces notó que la tela estaba húmeda…
-¡Ohh inocente, pequeña!
… La piel de su dedo medio estaba a milímetros de sentirla hasta que lo hizo… Rozó con sus dos dedos en la entrada de esa inocente intimidad.
-Mmmfff (Any gimió al sentirlo, él perdió la cabeza.)
Escucharla y sentir lo húmeda que estaba casi hizo que Ken terminara dentro del bóxer pero aguantó…
Retiró su mano sólo hasta dejar sus dedos sobre ese lugar que quería tocar, hacía círculos con ellos, muy suaves sobre su piel y colocó el bulto de su pelvis entre las dos piernas de Any… Empujaba sobre ella mientras la acariciaba y besaba… Le estaba haciendo el amor con la ropa puesta.
-¡Ohh mi amor! (Dijo Any casi sin aire, él lograría llevarla a un mundo desconocido frotándose contra ella.)
Ken sintió que el bóxer le apretaba mucho así que decidió sacar su intimidad afuera y continuar con ese mismo acto.
Estaba tan excitado, podía acabar en cualquier momento pero aguantó aún más… Tocó a Any con devoción y ella sólo dejaba que él la llevara… Pero Any no quería quedarse en silencio…
-¡Por favor, por favor! ¡Tómame, no puedo más!
-Shhhh, espera, amor…
-Casi termino… ¡Por favor! (Dijo Any sin voz.)
Él la soltó y con mucha velocidad retiró el pantalón de ella por completo, le bajó la ropa interior, Any veía todo esto con impaciencia a pesar que sólo tardó unos segundos.
Ken se acomodó entre sus piernas habiéndose deshecho de toda la ropa que aún tenía encima.
Se posó sobre ella entre sus piernas con el corazón que le quemaba, miraba su cuerpo, el cuerpo entero, frágil y hermoso de ella… la piel de ella ardía al contacto de sus manos… Se fue hacia sus labios y su cuello y sin usar sus manos… Se unió a ella sin hacer ninguna pregunta…
-Ahhh mi amor! (Dijo él respirando en el cuello de Any, concentrándose en la unión, la besaba y después recuperaba el aire. Cerraba y abría los ojos, veía a Any, lo entregada y cómo es que estaba… Era suya al fin, él lo sentía…)
Entonces agudizó su exaltación con ella, haciéndolo despacio como grabando en su mente cada segundo.
-Ohhh mmm … (El sonido de la voz de Any era ahogado)
Él bajó una de sus manos mientras movía su pelvis y empujaba contra la cama la de ella. Tocaba con la piel de sus dos dedos el mismo lugar de antes.
Any rodeó con sus brazos el cuello de Ken, él la sujetó fuertemente con su brazo izquierdo por debajo de su espalda aferrándose a ella como queriendo fundirse en uno solo.
Así continuaron por varios minutos hasta que Any dejó salir el grito más sutil, agudo y ahogado de la tarde, duró unos segundos que para Ken fueron eternos… Él esperaba ese momento y como controlando la llave de un lavabo dejó salir toda la energía de su interior…
-Mmmm Any… (Su rugido fue sutil y delicado.)
Pero antes salió de ella y jaló la sábana para no ensuciarla.
Se aferró de la cintura de ella rodeándola con ambos brazos, descansó su rostro entre sus pechos, su barbilla tocaba la tela negra y… Se dejó caer sin aliento…
-Te amo! Te amoooo, Any!
-Te amo… Ken!
El vientre de Any subía y bajaba por la agitación, Ken estaba todo sudado, se quedaba dormido sobre ella lentamente.
La mano derecha de Any sujetaba el cabello de Ken por la nuca, sus párpados la empujaban a dormirse con él…
Cerró los ojos había perdido toda percepción de la realidad.
Pero los abrió por última vez y contempló el cuerpo de Ken desnudo sobre ella…
Lo Admiraba…
Quiso decir algo más pero cerró los ojos y se dejó llevar por el éxtasis hasta dormir en un sueño profundo.
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“El hombre es libre, pero deja de serlo si no cree en su libertad; y cuanto más fuerte supone al destino, tanto más se priva de la fuerza que Dios le ha concedido al dotarle de razón.”
“El amor es una especie de locura, que me gusta, pero una locura más de la filosofía que es totalmente impotente, es una enfermedad a la que está expuesta la humanidad en todas las etapas de su vida, no importa a qué edad, y que resulta incurable si ataca en la vejez.”
-Giacomo Casanova-
*** No se pierdan el siguiente y último capítulo*** –
“¿Puede Any dormir esta noche, conmigo?”
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