NARRADOR OMNISCIENTE
______________________________________________________________
El profesor Ken invitó a Leonel para conversar en su casa, iba a contarle la razón por la cual había faltado aquél día que no se apareció, también iba a decirle todo acerca de Any.
Leonel era un tipo serio, incluso mayor que Ken pero había una característica diferente en él que lo hacía completamente más interesante a las chicas de su clase. Él enseñaba en octavo, noveno y décimo ciclo de literatura, él era coqueto, extrovertido y no era tan exigente. Por eso la mayoría de los estudiantes preferían llevar clase con él en vez que con el profesor Ken.
-Dime, compañero, ¿Qué es lo que te molesta?.. Se te nota en el semblante, últimamente no eres tú, estás a la par con tus sentidos. Y siendo honesto ni siquiera sé si me consideras tu amigo. Otros colegas no saben si acercarse a ti porque no saben en qué ánimo estás… Supongamos que estás feliz pero tu corazón no le avisa a tu cara.
-¡Qué gracioso! Pero la seriedad de mi rostro es un defecto que traigo desde joven. Y respecto a lo que venimos a conversar, en realidad es que necesito un consejo, un consejo sabio, uno paciente, uno que me ayude en vez de desanimarme… Claro que no espero que me mientas, todo lo contrario, mientras que lo que pienses sea verdad no me importará si duele que me lo digas.
-¿Eres gay?
-Claro que no, ponte serio…
-¿Entonces tiene que ver con tu vida personal? ¿Algo como tus hijos quizá?
-No, no es acerca de ellos.
-Lo suponía. Después que me contaste eso nunca más me volvista a conversar de algo personal.
-Tienes razón, soy muy reservado para mis cosas. Pero sobre todo debo confesar que después de esa mujer no ha habido nadie más en mi vida, ni en amistad, ni en sentimientos profundos, ni en poesía. No sé cómo comenzar…
-Vamos, ve al grano, sé que eres muy perceptivo pero necesito que seas sincero y me digas las cosas a la primera para poder entender y ser lo más franco posible.
-Está bien… Estoy enamorado de una joven, y esta se ha convertido en mi pesadilla.
-¿Una joven?… No creo que sea alguna profesora de la facultad… ¿Es una alumna?
-Así es, es una de las más brillantes alumnas que asesoro… Bueno… Asesoraba…
-Mmmmm creo suponer quién es… Debe ser la Joven que está en el tercio superior, la del primer ciclo, la que tanto te busca y espera en el aula de profesores… ¿No me digas que es con esa guapa de ojos claros?… ¿Ha pasado algo con ella?
-Exacto, es esa joven, linda sonrisa, persona tierna y brillante, de delicadas manos y cabello que brilla como el sol… De alguna manera me ha cautivado. No puedo dejar de soñar con ella…
-¿Sueñas que la tienes en tus brazos, que están juntos?
-Sueño que la miro, que veo su sonrisa, que escucho su voz cerca a mi oído, que acaricia mi rostro, toma mi mano… Sueño que está junto a mí y puedo abrazarla, puedo besar sus mejillas delicadas… Sueño que río con ella… ¡Oh todo eso lo tenía y ahora no lo tengo por estúpido!
-¿Hacían todas esas cosas?
-Así es, eramos mejores amigos, profesor y alumna… Había confianza, la primera persona a la que llamaba por su nombre y dejaba que nombrara con sus labios el mío.
-¿Por qué perdiste la confianza?
-Cometí un error, hice una grabación en mi despacho, esos que me hacen pensar que luego analizo, una grabación de cuando me dejo llevar por mis palabras, por mi elocuencia… Pero esta vez fueron mis sentimientos. Ahí me hablo a mí mismo confesando que estoy enamorado de ella, que tengo que alejarme, que deseaba besarla en los labios. Pero por alguna razón aquél día quise escapar para intentar resetear mi cabeza de todas esas cosas, escuchando este audio una y otra vez en la biblioteca, en el último pasillo, en el rincón más oscuro con los auriculares puestos a todo volumen… Y la malvada casualidad la llevó a ella hasta donde estaba, escuchó ese audio completo a todo volumen cuando pensé que no había nadie más, cuando para mí era la última vez para borrarlo de mi cabeza… Decidí quitar los auriculares y dejarlo sonar una vez más a todo volumen.
-¡Me imagino lo que debes haber sentido!
-No, no te lo imaginas… Cuando de pronto estaba desahogándome en silencio junto a ese audio, se hizo aterrador sentir que se apagó de pronto… Ahí me di cuenta que era ella, vi su mano dejar de presionar el botón “parar”… Las lágrimas caían de su rostro. De inmediato me levanté y pedí disculpas pero no recibí un disgusto, recibí un beso de ella. Lo siguiente que hice fue confesarle lo que sentía pero que estaba equivocado, que no iba a consentir mis malas acciones. Después de decirle eso, ella me dijo que sentía lo mismo que yo, que se había enamorado de mí, que no sólo era admiración, ni philia, ni amor storgé. Me dijo que por mí empezó a sentir un fuerte amor eros que a veces se manifestaba cuando yo estoy cerca a ella y que había aprendido a controlarlo… Yo me aterroricé y no le creí, pensé que se había sentido comprometida a decirme eso pero no fue así… Me besó y la besé de nuevo, su corazón estaba delante de mí pero yo le dije hasta el final que era una equivocación.
-¡Vaya, la rechazaste!
-No lo hice, pero creo que ella sintió eso, que la rechacé, que no le creí y ahora me ignora… De caminar sola en los pasillos y pasar todo el tiempo conmigo, ahora deja que otros alumnos se acerquen y comienza a socializar hasta con chicos que no le caen bien.
-¿Por qué no hiciste nada? ¿Por qué te cerraste… No dices que ella es brillante y tierna? Además es guapa… ¿Cómo pudiste decir que no a tus propios sentimientos?
-¡No lo sé! ¡No lo sé! Te juro que ese día estaba a punto de estar sobre ella y besarla apasionadamente, pero el momento me trajo malos recuerdos y me frenó…
-¿Acaso ibas a hacerle el amor en tu camioneta? ¡Por favor! ¡No eres un niño! Eres un hombre sensible y dedicado, una persona responsable… ¡Por favor!.. Tú eres capaz de hacerle el amor a una mujer tan sólo hablándole al oído, tan sólo recitando como recitas.
-¿Qué debo hacer? Ella simplemente ha dejado de venir, no me saluda, no me mira, ya no quiere participar en clase… Ya no existo… ¡Me está rompiendo en mil pedazos el no poder siquiera saludarla como antes!
-Tienes que ir por ella… Si no te atreves, escríbele una carta.
-Ya lo he hecho, sólo las arruga y las pone en esa bolsa de basura que lleva dentro de su maleta. Me acerqué a su lugar, le he hablado despacio pidiéndole que hablemos al final de clase, pero ella hace como si no me hubiera escuchado… Hace unos días le recité un fragmento de una obra romántica en clase y me llamó cobarde, me dijo que la había perdido por no enfrentar mis sentimientos… De forma astuta dio su comentario al libro pero me golpeó eso que dijo. Hasta renunció a una mochila nueva, unos cuadernos de apuntes y unos libros que se compró, simplemente no ha querido ir por sus cosas.
-Entonces creo que sólo debes esperar… No puedes acercarte a ella dentro o fuera de la universidad porque te culparán de acoso. Sabes muy bien eso…
-Me temo que sí… Estaba pensando en devolverle sus cosas y tener en ese momento la oportunidad de que me escuche sólo una vez más.
-Inténtalo pero ten cuidado cuando lo hagas… Te aconsejo que seas paciente… Si te ama intentará acercarse de nuevo y el enojo se irá. ¡Vamos! A mí nunca me han confesado amor, ni me he fijado en alguna alumna porque me parecen inmaduras… Pero si te gusta ella, es que debe ser más que especial para ti.
-Lo es… Lo es, Leonel. Voy a intentarlo, sólo una vez y si no me deja acercarme también renunciaré a ella.
-Eres sabio, Ken… Ni siquiera necesitabas mi consejo… ¡Ánimo!
-Gracias…
Así terminó la conversación de los profesores en casa de Ken. Él tenía que idear un plan para poder estar cerca de Any una vez más… Quizá la interceptaría en el estacionamiento o a la hora de salida. O quizá tendría que seguirla.
***
Eso pasó los siguientes días, Ken dejaba el auto en el estacionamiento y caminaba detrás de ella para ver dónde iba.
Hasta que un día ella regresó a ese gran parque…
__________________________________________________________________________________________________________________________________
“Si el hombre fuera constante, sería perfecto” – William Shakespeare
¿Te gustó el capítulo?
Tu calificación: