Profesor de Literatura Capítulo XIII Franqueza

Lista de capítulos

NARRADOR OMNISCIENTE (Una semana y media después del incidente de la carta)

__________________________________________________________________

Él estaba en el estudio, eran las primeras horas de la mañana…

Ken, en su vida cerca de las letras, se había expresado de distintas maneras acerca de cualquier tema, él tenía un diario azul marino con el grosor de mil hojas y en una de ellas había escrito sus frases favoritas… Estas son las mismas que escuchaba en una grabación de su voz.

“El día de hoy no se volverá a repetir. Vive intensamente cada instante.”

“La risa es esencial para una buena amistad.”

“Te amo sin saber cómo, ni cuándo ni de dónde. Te amo directamente sin problemas ni orgullo, así te amo porque no sé amar de otra manera. Tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mi mano, tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.”

“Los hombres sólo pueden ser verdaderamente libres en los sueños. Siempre fue así y siempre será así.”

“Algunos nacen grandes. Algunos consiguen la grandeza. Otros la toman como un regalo de graduación.”

“Hay mucho que aprender y siempre hay grandes cosas ahí afuera. Incluso los errores pueden ser maravillosos.”

  “Nunca has mirado a una mujer y te has sentido vulnerable, ni te has visto reflejado en sus ojos. No has pensado que Dios a puesto un ángel en la tierra para ti, para que te rescate de los pozos del infierno, ni qué se siente al ser su ángel y darle tu amor y darlo para siempre.”   

La pluma de Ken empezaba a ser menos directa cuando se trataba de escribir, era un tonto, estaba distraído al haber tomado malas decisiones en esta época de su vida, él lo sabía a pesar de que no tenía ni idea de lo que hacía.

Estaba nervioso por cómo Any lo había enfrentado en esa cafetería, el creía que lo había olvidado y que Any las siguientes veces que lo vio se había comportado igual que siempre, pero el consejo del viejo estaba en su cabeza “¿De qué podía preocuparme? Si no puede estar segura que fui yo”… 

¿Qué es lo que quiere el respetable profesor, Ken?.. ¿Qué es lo que quiere de Any?

-¿Qué quiero expresar en esta carta? (Se habló así mismo en voz alta)

Estaba intentando escribir una carta directa así como le sugirió Any, pero tenía que ser más precavido, para él la carta había sido bastante directa y concisa… ¡Es un tonto, profesor Ken, está equivocado!”

-Soy un tonto, no debí de escribirle nada.

¿Qué es lo que tiene, profesor? ¿Qué le pasa?

-¿Qué me pasa? ¿Qué le digo? ¿Le digo que quiero motivarla?.. ¿Le digo que le agradezco su compañía? ¿Le digo que no se distraiga de su vida estudiantil?.. ¿En qué piensas, Ken?.. ¿Cuándo ha existido algo que no puedes resolver o afrontar?.. Es inevitable, ella tiene que crecer y va a tener muchos chicos a su alrededor intentando tener su atención, la van a distraer, la van hacer abandonar sus sueños. Pero yo ¡No lo voy a permitir!

Él estaba celoso, quería acaparar la compañía de Any, no era el impedir que perdiera el tiempo. ¡Admítalo, profesor, usted está enamorado! ¡Se ha enamorado de Any!

-¡Dios! No puede ser, aún recuerdo ese sentimiento al ver a ese chico acercarse a ella. Me puso tan… Me hizo sentir tan… ¡Tan molesto! Tan…

Usted sintió celos

-Tan celoso… ¿Por qué?

Él miraba sobre su escritorio, se tocaba el rostro a la altura de su frente después de decir eso, miró por la ventana, después a su izquierda y se detuvo viendo ese gran número de literatura clásica romántica.

-¡Santo cielo! Estoy en problemas… No puedo fallarle, no puedo arruinarlo. ¿Qué estoy haciendo?

Cerró los ojos y vio un sin número de momentos con ella, no sólo los vio sino también los sintió, escuchó su voz… Escuchaba su risa, sentía sus abrazos fuertes, veía su pulgar arriba, sus pestañas viendo el papel mientras escribía, su cabello caer por delante de su hombro.

-¡Oh no! ¡Estoy enamorado! (Se habló con delicadeza para intentar calmarse.)

Las imágenes venían rápido y chocaban contra su mente, lo golpeaban muy fuerte, estaban sofocándolo, se sentía mal consigo mismo. 

-¡Estoy enamorado! (Su voz era más débil)

Hasta que el vaso que sostenía sus emociones reventó… Dejó libre los latidos de su corazón y estos comenzaron a juntarse en su garganta y luego en sus pulmones, no podía respirar al intentar hablarse con suavidad.

-Su delicada mano cuando toma el lápiz… (Se emocionó)

-Su forma elocuente de comprometerme o hacer que le compre un helado… Me hace reír… Su rostro cuando se enoja conmigo, la manera incontenible en que me mira, me habla… Cuando toma su pluma estudiantil y dibuja caritas en mis uñas. ¡Oh es tan linda! (Sonrió con sentimiento de ternura)

Seguía hablando en voz baja mientras tapaba sus ojos con sus manos y los codos reposaban sobre su escritorio.

 -Ver sus lágrimas caer por su rostro cuando se había equivocado, sus palabras al decir “Lo quiero” “Lo admiro”, “Necesito de sus consejos”. Su poesía es tan sincera, su forma de estudiar y recitar. Todo el tiempo juega intentando hacer que pierda la paciencia porque aún es una niña, pero cuando no lo es, es una joven inteligente que me motiva a ser mejor… Es una pequeña mujer con ganas de escucharme y acercarse… ¿Qué quieres de Any, ken? Si está cerca de ti. ¿Qué más quieres de ella?

Dejó que las lágrimas corrieran por su rostro mientras su voz se quebró avergonzada.

-Quiero abrazarla también… Quiero decirle que la admiro, quiero decirle que la quiero… Que… Que se ve hermosa cuando escribe, se ve tan hermosa cuando me escucha, cuando me pone atención, cuando está atenta a mis correcciones… 

Se levantó de la mesa y se acercó a su ventana, puso sus manos a los lados y odiándose hizo puños de ellas mientras seguía siendo franco con él mismo.

-¡Quiero darle un beso, un beso en los labios! (Las lágrimas salían, su nariz se tornaba roja pero sentía odio de sus sentimientos.), quiero llevarla a ver el atardecer mientras se queda dormida en mi pecho!. ¡Quiero verla sonreír más de cerca, quiero que me cuente sus secretos al oído, sentirme acompañado al terminar el día, aunque ella esté en su casa estudiando y yo en mi estudio! y tener permiso de llamar para molestarla antes de que se duerma… Tener con ella el compromiso de estar ahí en todo momento, comprarle el café sin que me lo pida. ¡Quiero cuidar de su corazón, que no conozca la decepción… Y tomar su mano con firmeza para que todos los jóvenes vean que llegará segura a casa! (Bajó la mirada)

Su emoción le devolvió el aire y habló con tranquilidad.

-Con ella me siento como un joven torpe de hace medio siglo atrás. Me hace sentir feliz de esperarla y verla entrar por esa puerta del tercer piso. ¡Soy un idiota enamorado! ¡Y no se lo voy a decir! ¡Que mejor sea mi amiga, que mejor sea mi alumna y que nunca se aleje de mí!

Cuando terminó de decir lo que sentía regresó a su mesa y apagó la grabadora.

La usaba cuando quería guardar algo y meditar acerca de ello, a veces tomaba la grabadora y la llevaba con él para ver cómo se ayudaba así mismo, usualmente eran cuestiones de trabajo pero seguro que desde ahora la iba a escuchar una y otra vez hasta hartarse de pensar así.

Se fue hacia su habitación, el reloj marcaba seis treinta de la mañana, tenía que quitarse la pijama, bañarse e ir a trabajar.

Eso hizo…

Casi para irse tomó unos audífonos negros, fue a su escritorio y metió la grabadora en su bolsillo derecho.

Subió a su auto, arrancó, demoró el tiempo justo hasta el estacionamiento y…

En vez de ir a la sala de profesores se fue directo a la biblioteca de la universidad, tomó el rincón más oscuro, se instaló, colocó los audífonos en la grabadora  y perdió las primeras horas para no ver a Any. 

En otro lado de la escuela podían ver a una jovencita dando vueltas intentando hallar a su profesor para contarle que era su cumpleaños e invitarlo a celebrar, estaba emocionada por un año más, era la declaración de su inmadura adultez…

Las horas pasaron y Any no comprendía por qué su profesor ni si quiera había ido a dar clase a los alumnos de tercer año.

Era la primera vez que faltaba sin avisar. ¿Qué le ocurre al profesor Ken? 

Nosotros lo sabemos pera ella no ¡Qué pena!

No había nada en los pensamientos de esta joven más que saber que él estaba en la universidad porque había visto su auto estacionado, había esperado una hora entera en el tercer piso de la facultad antes de ir a clase para ver a su profesor entrar por esa puerta, saludarla con un: “Buenos días Srta. Any ¿Cómo está el día de hoy?”

No pasó…

Ella no podía faltar a clase y seguir en el tercer piso.

Asistió a todas, fue a comer sola a la cafetería, bajó al estacionamiento y se sentó apoyada en la columna frente al auto estacionado de su profesor, veía los dos boletos entre sus dedos, las entradas para la feria del libro que iniciaba a las tres y terminaba a las seis de la tarde de ese mismo día, su mamá le había dado ese obsequio.

Seis de la tarde…

Cuando le dio el último vistazo a su reloj, este marcaba 5:15pm. ya era tarde.

En eso escuchó una voz familiar desde lejos, se levantó y se acercó a la acera de la entrada para ver a Laura.

-Any… ¡Feliz cumpleaños! (Caminaba hacia ella con los brazos abiertos)

-Gracias por el saludo. ¡Qué bueno verte!

-Si no me hubieras dicho nada la semana pasada no podría haberlo recordado ya que soy mala con las fechas.

-Eres mala para recordar casi todo, qué bueno que no te has olvidado de mi nombre.

-Jajajaj. Oye ¿Qué haces sentada en el estacionamiento el día de tu cumpleaños?

-Pff, es una larga historia…

-¿Esperas al profesor de literatura?

-Sí, así es.

-¿Tiene que entregarle algo importante? Es que necesito recoger mi carné de biblioteca ¿Me acompañas?

-Ammm, necesito hablarle al profesor.

-¿Qué es tan importante? ¡Vamos, acompáñame!

-Sólo quería saludarlo… Supongo que me he acostumbrado a verlo…

-Mmm… Tus palabras no acompañan tu rostro. ¿Dónde está él?

-No sé, no lo he visto en todo el día… ¿Por qué dices eso de mi rostro?

-No lo sé, tu rostro se ve desilusionado y triste… 

-¿Por qué estaría triste? Estoy tranquila, no pasa nada.

-Any… No he querido hacerte preguntas personales acerca de esa extraña relación que tienes con tu padre adoptivo, pero siento que estás muy pegada a él. Es como si te gustara estar con él. ¿Tu mamá no te ha dicho nada?

-¿Mi mamá? ¿Qué me diría ella? Y ¡Claro que me gusta!… Es mi profesor favorito, también es mi amigo.

-¿No te has preguntado si…?

-¿Si qué?..

-Si sientes algo por él… Si te gusta más allá de la admiración que le tienes… La otra vez me contaste que te escribió una carta.

-No, no… Pensé que había sido él pero no, seguro fue el apestoso. Ya me había olvidado de eso.

-¿Y si hubiera sido él, tú le responderías con otra carta? ¿Qué le dirías?

-Pero en esa carta no dice nada… Y claro que le hubiera respondido.

-No hablo de esa carta, imagínate que él te lo dice, si dice que le agradas no sólo como su alumna sino como una joven mujer.

-No me mortifiques, no he pensado en eso, no ha pasado por mi cabeza.

Any bajó la mirada.

-¿Nunca?

-¡Mmm, nunca!

-Tu forma de decirlo te está dela-tan-do.

-No, simplemente no puedo pensar en algo así. (Bajó la mirada)

-¿Por qué no? Si los dos se entienden tan bien, además no eres una niña… 

-¡Basta Laura! No creo estar preparada para una relación.

-No digo que tengan una relación… 

-Aún soy muy joven, no puedo pensar en eso… Además si estuviera tan sólo un poco interesada, y él me pareciera un hombre ejemplar… Si tuviera que decirle que me gusta me vería como las más patética de todas las mujeres. Él es un hombre inteligente, ocupado, dedicado a su trabajo, respetable, acostumbrado a estar solo, en cambio yo soy simplemente una joven infantil e inmadura que quiere estar cerca para aprender de él… Al principio pensé que el profesor estaba ayudando de nuevo a este apestoso y escribió esa carta por eso, pero cuando esperé una siguiente carta, esta nunca llegó. Si él me hubiera querido decir algo me lo hubiera dicho de frente porque es un hombre y yo una tonta niña.

-¡Tú sabes que no eres tonta, Any!

-Lo soy… (Bajó la voz y luego la incorporó) Mejor cambiemos de tema. Si quieres vamos a la biblioteca, no creo que lo vea hoy.

-Excelente, gracias y no te preocupes, no volveré a preguntar.

-Te lo pido por favor, no me pongas de nuevo en esa situación.

___________________________________________________________________________________________________________

“Aquello que desconocemos es generalmente lo que más miedo nos da.” – Anónimo

¿Te gustó el capítulo?

0 / 5

Tu calificación:

Suscribirse
Notificar de
guest

0 Comments
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios