Tabla de contenidos
Capítulo 1 Prólogo Capítulo 2 Miradas Capítulo 3 Me conoces Capítulo 4 El Autor 5 Pudin de Chocolate Capítulo 5 Compañera de Habitación 7 Capítulo 6 Cara a Cara part.1 Capítulo 7 Cara a cara part- 2 Capítulo 8 ¿Qué Sudedio? Capítulo 9 La Hilandera part.1 Capítulo 10 La Hilandera part.2 Capítulo 11 Los Secretos de Snape Capítulo 12 Eres mía, te amo-La espero en el comedor.- El hombre salió con la misma postura recta de siempre, como aquellas veces en que se daba la vuelta sobre sus talones después de decir con satisfacción que la mitad del salón había reprobado los exámenes bimestrales.
-Sí está bien, no tardaré.- Rodó los ojos al ver la actitud de ese mago egocéntrico. Movió su varita como medida rápida para que todo se guardara en el lugar que correspondía, el hombre le dijo que se sienta como en casa así que quizá tomó más cajones de los que se utiliza para estar más cómoda con sus cosas dentro de la amplia habitación.
Usó la varita también para hacerse una coleta alta y poder estar rápidamente lista para entrar a darse una ducha de cuerpo entero y al final sus rizos cabellos.
Salió de la habitación y bajó por las escaleras. Al llegar al último escalón miró hacia la derecha y la izquierda, no tenía ni idea dónde estaba el comedor.
-¿Hay alguien? No sé dónde está el comedor.- Alzó la voz con cuidado en un intento de que Snape la escuche.
-A tu mano derecha.- Dijo la voz del mago desde el ambiente contiguo.
Caminó hasta el portal y lo atravesó.
-Hola, casi me he perdido.- Lo miró y notó que este también había tomado un baño.
-La casa no es grande, es cuestión de que te acostumbres, después del desayuno te mostraré los demás ambientes.
-Gracias.- Vio la mesa y al elfo caminar cerca de ella.
-Tostadas, pan francés, queso de cabra, leche tibia, flan de vainilla, donas muggle, huevos revueltos y tocino. Eso es lo que hay de desayuno y para beber hay una vasta variedad.
La joven lo vio sorprendida, tenía el prejuicio de que era pobre, al menos eso era lo que comentaban algunos alumnos en Hogwarts.
-Suena muy bien, tengo hambre.- Contestó después de pensar más de lo debido y tuvo temor de que él intentara adivinar aquel motivo.
-No, no soy pobre, quizá de alma pero económicamente he reunido suficiente todos los años que trabajé en Hogwarts además de aceptar algunas propiedades de Albus como herencia después de su muerte. He sido un hombre soltero y he procurado ser prudente en mis necesidades pero sobre todo generoso en los ahorros. ¿Le preocupa que no tenga dinero?
-No me importa eso.
-Eso es perfecto.
La joven quiso hacer otro comentario.
-Si desayuno todos los días así en un mes estaré el doble de lo que soy ahora. Gracias por estar dispuesto a cuidar de mí, tengo algunos ahorros así que si en un tiempo necesitas un poco…
-Olvídalo, ahora tú eres mi responsabilidad y si me dejas…- Se acercó al oído de ella intentando ser muy sutil. -Si me dejas quisiera que fueras mi responsabilidad por mucho largo tiempo y no sólo como tu maestro.
Hermione Sonrió sonrojada por la sutil petición, claro que quería que la cuide, aunque imaginarse casada con él era impresionante.
-No podré comer todo eso. Y… Sí me gusta la idea que está en tu mente, Profesor.
Snape alzó una ceja e intentó cambiar de tema rápido pero siguió con los alimentos.
-Desayunarás lo que desees no estás obligada a comer todo, el elfo es buen cocinero. Se sorprenderá al saber que también soy bueno guisando, cocinar no es mi especialidad pero como todo al hacerse con paciencia no tiene que quedar mal, me sale mejor que bien.
-¿Me está animando con sus virtudes? Ok le diré las mías: No soy ruidosa, soy obediente cuando me tratan con cariño, también sé cocinar pero mi especialidad son los postres, soy respetuosa, escribo todos los días en las noches y algunas tardes que tengo tiempo, leo y mucho porque no tengo otro pasatiempo más placentero, tengo conocimientos de medigama por lo que podría ser útil si se enferma y algunas otras cosas más.
-Eso es sólo el uno por ciento de todas sus virtudes, joven bruja. Pues yo soy buen cocinero y buen pocionista y lo demás lo irás viendo con el tiempo.
-Apuesto que lo hace perfecto, todo, como siempre hace las cosas, señor.- La joven no tenía temor de coquetear. -Por lo pronto es muy buen anfitrión, también muy bueno para conquistar.
Snape se acercó a ella, a su lado derecho, se acercó a su oído de nuevo y dijo en susurro.
-Me será más que un placer cocinar algo para ti. Siéntate por favor.- Tomó la silla de ella e hizo que se siente acomodando el objeto con cuidado.
Después de asistirla para que esté cómoda él se hizo hacia su derecha.
-Pensé que se sentaría en el extremo de la mesa como suelen hacerlo los dueños de casa.
-No, ese lugar era de mi padre. A mí no me gusta ser el centro de la atención sobre la mesa.
Hermione sonrió porque prácticamente dijo que en otros ámbitos sí le gustaba ser el centro.
La niña Sonrió viendo el mantel.
-Por favor, dime qué desayunarás.
-Café, pan francés y huevos revueltos.- Dijo viendo al elfo quien hizo aparecer todo de inmediato sobre la mesa y delante del mago.
-Lo mismo para mí, por favor pero cambia el café por té y añada flan de vainilla.
El elfo hizo aparecer los alimentos frente a ella.
-Provecho.- Dijo Snape de forma caballerosa.
-Igual, Severus.- La joven tomó los cubiertos y empezó con los huevos. -Sr. ¿Usted era de los que hablaba con otros profesores a la hora de la cena en Hogwarts?
Snape
Se le quedó viendo a los ojos al entrecerrar los suyos.
-Veo que la pregunta no es broma. Pues a veces me forzaba a mí mismo responder algunas preguntas de las profesoras, la que me hacía conversación casi siempre era McGonagall y Vector. Minerva me hablaba porque yo le daba pena y Vector porque quizá tenía algún interés en mí.
-¿La profesora Vector gustaba de ti?- Preguntó sorprendida.
-Sí, cuando lo descubrí por Minerva le dejé de hablar, en aritmancia era buena pero yo la superaba en mucho así que tenía una buena escusa para alejarme, ella a mí no me gustaba.
-Pero quizá pudo haberlo intentado, no sé ¿Alguna otra profesora o quizá alumna?
-No tenía tiempo y tampoco ganas de perderlo.
-¿Y ahora sí tiene tiempo para perder?
Snape se quedó contemplando los ojos café que lo miraban directo con real interés y seriedad por lo que decidió ser franco y no callarse nada.
-Mi tiempo…- Bajó la mirada por eso de Slytherin que no podía evitar pero después la subió decidido. -El tiempo que poseo ahora es sólo tuyo. Apuesto que nadie te ha hablado así antes, sin embargo si yo pudiera tener las reglas sobre mi espalda de un contrato que he firmado por ser profesor no le diría que me parece irresistiblemente atractiva.- Giró completo hacia ella sin quitar la vista de ese par de ojos café claro como el caramelo que le gustaba intimidar el cual se levanta en hechizo sobre la sartén mágica. -Me fascina su forma de ser, su forma de dar a otros sin pedir nada a cambio, y su atractivo despierta en mí reacciones hormonales que yo creía haber dejado encerrado en una aula de pociones hace más de veinte años. También me atrae de forma sexual y debo admitir que más de lo que podría controlar quizá sea por su belleza física, algo secundario y pasajero pero apuesto que perdurable por un buen tiempo de todas formas su lindo rostro no hizo que sienta sino su apasionada forma de hacer… Por nunca rendirse, su forma de concentrarse, su forma de escribir, su forma de pensar, su corazón es tan limpio lo contrario al mío y a pesar de esas cosas buenas me hace sentir que debo tener cuidado de no encenderla porque saldría perdiendo, yo por supuesto. Usted es como una bombarda rellena de confeti en forma de corazón.- Le dio una sonrisa ladeada ante ese pequeño argumento tierno y apasionado.
Definitivamente nadie le había hablado así antes, se estaba enamorando y le gustaba. Sus nervios la hicieron pintar las mejillas rojas y esto incitó más a Snape.
-Gracias por todo eso que dices y piensas de mí, voy a reafirmar lo que dijo, nadie nunca me había hablado así confesando cosas tan íntimas de sus pensamientos, me es valioso aún saber que a pesar que no es fácil decir, tú me lo dices.
-No tiene que agradecer.
***
Al terminar el desayuno…
-Esta es la gran biblioteca, hay dos mesas y algunas sillas, le puse un poco de luz para que se sienta cómoda al leer, mi escritorio está ahí y puedes tomar todo lo que necesites para tus apuntes o proyectos personales.- Salieron del ambiente hacia el segundo piso, al llegar siguió. -Esta es la primera habitación de invitados no es muy pequeña pero es acogedora, ignore los adornos con los colores de su amado Gryffindor, este era mi “plan C” de que usted acepte venir a mi casa a quedarse.- Caminaron a otro ambiente. -Esta es la sala de música, tengo algunos elementos muggle y algunos instrumentos que ya están hechizados. A lado está el cuarto de baño principal, cada habitación ya tiene uno pero este es más grande y me he dado el lujo de poner algunas excentricidades sólo para usted y yo.- El Mago quiso sonar provocador y lo consiguió. -El tercer piso tiene una sala enorme protegida de luz del sol e iluminada con magia, ahí podremos practicar los hechizos más fuertes y grandes de nuestro largo aprendizaje. Y el cuarto más pequeño conserva cosas mías como juguetes, libretas, ect. Además de cosas pertenecientes a mis padres. Esto es todo.
Hermione asintió y él habló nuevamente.
-Cuando llegue la noche podríamos ir a caminar un poco a discutir algún libro o de mi parte a seguir atrayendo su atención a mí. Quisiera decir que desde hoy oficialmente me haré cargo de usted, nada me complacería más.
Hermione en vez de seguir el tono serio de él al pasar junto a la ventana se abalanzó a abrazarlo.
-¡Llámame por mi nombre, no me trates de usted! Gracias por darme tanta seguridad, Severus.
-De nada, Hermione. Es mi deseo que estés segura y seas feliz.
No dejaba de apretarlo,se separó un poco de él pero sin soltarse del cuello alto que obligaba a hacer el cuerpo de Severus levemente hacia delante.
-Antes de comenzar a aprender quiero proponerle algo.- Dijo suave cerca de los labios del hombre.
-Dime qué, pídeme lo que quieras.- Dijo él dispuesto.
-Mmm ¿Aceptarías ser mi novio?
El Mago se puso muy serio, como pensando.
-Acepto. Con la condición de que aquello no me ponga en desventaja ante ti.
-Está bien.
-¿Me devuelve el cuello?- Sonrió frente a ella viendo sus ojos cafés.
-No sin antes darle un beso.- La joven acercó sus labios tibios al mago tan despacio que lo desesperó. Empezó un pequeño beso que terminó unos segundos después.
-A las 14 horas empieza la clase número uno de DCAO.- Informó Snape.
-¿Qué haremos a las doce horas?
-Yo quisiera… Mostrarle algo en la habitación.- Su voz se oyó seria, sin titubeos.
Hermione asintió y sonrió porque pensó mal.
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