¿Por qué yo? Capítulo IX La Hilandera Part 1

Lista de capítulos

-Sólo dormiremos, Srta.

-Yo no he dicho nada, no me lea.- Sonrió al ver la ropa interior del mago color verde oscuro. -Señor creo que exagera con el fanatismo hacia la casa de las serpientes.

El Mago se metió debajo de las sabanas, tomó su varita y dijo:

Accio Libro!- Un pequeño libro del tamaño de la palma de su mano se hizo sobre su regazo.

-¿Va ha leer?

-No, estoy averiguando cómo dormir al costado de una mujer que me gusta.- Parecía broma pero estaba hablando muy en serio.

-Sí cómo no, lo único que quería decir antes que ocurriera la interrupción es que… Sé que no soy la única que lo ha extrañado, Harry se casa en un año más y Ginny le ha propuesto llamar a su primer hijo varón como usted.

-Eso suena bien, mi nombre es mejor que Harry o James.- Hizo gesto desinteresado y luego desapareció el libro. -¿Está segura que quiere venir, conmigo?- Se giró hacia ella apoyando su peso sobre su codo completamente acostado a lo largo de la cama.

-Sí, quiero ir con usted.- Respondió segura.

-He estado en la hilandera desde que salí del castillo, lo he mejorado pero no tiene distracciones juveniles, aunque podría sacrificarme por acomodar algunas cosas y que te sientas como en casa.

-¿Tiene una biblioteca?- Preguntó interesada.

-Sí, parece que no me conociera, mi sótano entero es una biblioteca además de tener algunos estantes en la cocina, sala, despacho y habitación. Tengo una habitación de invitados si deseas tener privacidad.

El quería mantener su propuesta hasta el final y además no presionarla, él era como un desconocido para ella, estaba cerca para enseñarle, cumplir su palabra de enseñarle, de ser su profesor. Algo que quedó incompleto tiempo atrás por las circunstancias que lo impedían.

-Le acaba de decir a un joven universitario que iba a hacerme el amor. ¿Pará qué voy a dormir sola si puedo dormir y aprender con usted?- Lo miró coqueteando con descaro. -La biblioteca lo hace un lugar juvenil, provechoso y divertido, me agradará estar en su casa.

-Ahí vas de nuevo con imprudencia.- Rodó los ojos y se acercó a ella, la cargó como si nada y la sentó sobre sus piernas mientras él estaba semi acostado hacia el respaldar. -También será tu casa, jovencita. No te pido nada a cambio de eso sólo que seas buena conmigo.

-Yo sí le pido algo, le dejaré ser mi profesor si me da también su persona para mí sola.

Ella se acomodó mejor sobre aquellos muslos,se hizo un poco hacia delante juntando su estómago al de él, rodeó al mago con los brazos por el cuello y acercó su rostro.

-Pensé que no era imprudente ¿Usted piensa eso de mí?

-Un poco.- El rostro serio del mago se sostenía a pesar de la tentación por besarla.


-No habría creído jamás que estuviera tan en forma como lo veo ahora, Señor, definitivamente los veinte, cuarenta y cincuenta metros de tela negra sobre usted escondían algo interesante.

-¿Eso crees, Hermione?… Y… Escondo algo aún más interesante para ti.- Apretó las palabras entre dientes, ella quería provocar, él también podía. El descaro con el que lo dijo hizo que ella mordiera sus labios de forma sutil.

-No lo dudo y no sea cruel, usted sólo quiere provocar y va a conseguir que pierda la paciencia, estoy apretando su pelvis con mi entrepierna, ya es bastante castigo para ambos. Yo te ganaré.- Dijo la astuta estudiante.

-Eso crees.- Empezó a presumir. -Soy muy persuasivo, Pará mí incitar es como escribir, soy un Slytherin que consigue lo que quiere cuando quiere.

-Pero yo no soy materia dispuesta a sus experimentos y soy una Gryffindor que tiene lo que quiere cuando quiere.

-De verdad te quiero, Hermione, le invito a tener un noviazgo antes de tocarnos más.- A pesar que estaban tan cerca ninguno empezaba la guerra de besos. -Es una pequeña sugerencia casi sin importancia pero considere que es indispensable para que funcione, le doy chance a que pueda arrepentirse, ahora mismo por favor, durmamos.

-Acepto la propuesta.- Dijo rápido. -Y acepto ir a vivir con usted en la misma casa, será interesante conocerlo como nadie más lo ha hecho, es un privilegio muy grande el que me da. Y… Es curiosop… ¿Cómo… Cómo hizo para salir a comprar despensa e ingredientes para hacer pociones en su casa?

-De noche, o en el día con poción multijugos.- La voz del mago seguía arrastrada, fuerte, conquistadora y grave.

-Brillante, señor, aunque no conozco un mercado que abra en la noche.

-Es cuestión de saber dónde ir. El barrio no se ve muy agradable pero el hogar es acogedor y su servidor es aún más cálido de lo que pueda imaginar.
Te cuidaré si me otorgas el aviso de dónde estarás.

-No tienes que convencerme más, yo quiero ir contigo, Severus.- Se acercó a besarlo despacio y luego se separó de sus labios para preguntar más. -¿Por qué no vino antes si mi interés era notorio?

-Una niña que extraña no es lo mismo a una niña que escucha de los labios de su profesor una confesión como la que hice. Estos últimos meses son los que me tomé para decidir aparecer delante de usted, así de difícil fue.

-¿Por qué fue tan difícil después de haber estado muerto?

-Un rechazo al estar enamorado es malo, dos es peor que la muerte.

-¿Yo lo he rechazado, señor?

-Sí… ¿Recuerda en sexto grado cuando misteriosamente le llegó una carta bastante elaborada y sentimental con el logo de Slytherin y usted ni lo leyó sólo por ser color verde y tener ese animal impreso en la esquina del pergamino?

-¡Oh por Merlín pensé que era una broma de Malfoy!- Tapó su boca.

-Ni te tomaste el tiempo de leerla, y también me tardé en decidir dársela, fue terrible. Pero no importa, yo sé que usted también estaba interesada en mí cuando descubrí un día su forma atenta de ver el mezclar de algunos ingredientes, pude leer sus halagos directo de su hermosa mente.

-Señor, usted es tan malo y entrometido pero sí, ese día lo admiré más que otros días, ese día descubrí su quisquillosa delicadeza, su exagerada forma de hacer las cosas con perfección, vi su pasión por algo que ama, vi que era capaz de eso, no era alguien simple sino dedicado… Lo vi hermoso…

Snape cerró los ojos al escuchar esas palabra, fue como si le doliera pero en realidad veía lo arrepentido que estaba.

-Sería un privilegio quedarme dormido junto a ti y aunque me cuesta un poco la acción el privilegio mayor seria verte descansar en profundo sueño a mi lado.

Hermione sonrió, se acomodó sobre la cama dándole la espalda al hombre y dijo:

-Buenas noches, Severus. No me despiertes muy temprano.

-Lo siento pero tendrá que ser temprano.- Se acomodó detrás de ella y con un atrevimiento gigante la abrazó por la cintura y Hermione sujetó con la mano que reposaba sobre su cuerpo la de él, hizo un pase rápido, entrelazó sus dedos en un contacto magnífico que agradó a ambos.

***

Al llegar a la calle de la casa de Snape el edificio apareció delante de los ojos de Hermione, el hombre había puesto muchos hechizos de invisibilidad y protección.

Él caminaba delante para guiar a la joven, mantenía el rostro parco quizá serio como si de pronto se hubiera acordado quién era él.

-Srta. Hemos llegado.- Le señaló una puerta negra de madera y esta se abrió de par en par. Ella ingresó y lámparas altas se encendieron con luz blanca. -Respecto a tu defensa en contra del trabajo de elfos domésticos para algunas familias mágicas quisiera decir que tengo uno de muy mal humor que quizá te puede caer mal o peor, deseará que sea víctima de abuso.- Dijo serio porque no era mentira, el elfo doméstico que le servía era grosero.

-Ya conocí al de los Black, no creo poder ofenderme de otro.- Lo vio directo a los ojos.

-El mío es un poco más joven pero también grosero. Sólo ignóralo, él te obedecerá porque sabe que debe hacerlo antes de caer en mis manos.

-No quisiera saber cómo lo controlas.- Hizo un gesto sorprendido y luego desinteresado.

-La habitación está en el segundo piso, quisiera que te instales, acomodes tus cosas y luego te mostraré la casa.- Guardaba la seriedad de siempre,  a pesar que no podía dejar de sentirse dichoso, la joven al fin estaba ahí y no podía creerlo.

-Me parece perfecto. Hasta ahora lo que veo es acogedor y hogareño, me gusta.- Sonrió viendo a su alrededor y él sintió alivio.

Hermione hizo un paso decisivo que mostró ansias por querer ir al segundo piso así que Snape adelantó el paso.

-Sígueme, es por aquí.- Escogió la escalera de la izquierda, eran dos idénticas y en el centro de estas una puerta pequeña de algún lugar interesante.

Al estar frente a la puerta Snape abrió y entró primero seguido de la joven, señaló el lugar con una forma elegante y luego se giró hacia ella.

-Bien, jovencita. Esta es la habitación, en el ropero hay batas de baño y ropa de cama nueva por si estos colores no te agradan.- Hizo rostro divertido porque era obvio que podía cambiarlo con magia. -La decoración es similar al vestíbulo de los Gryffindor, caoba colorada, alfombra roja y paredes tapizadas de forma infantil.

Lo que Snape llamó como infantil era sólo la impresión repetida de flor larga en un fondo oscuro, Hermione pensó que quizá estaba bromeando así que no le tomó mucha atención a aquello.

-Me agrada muchísimo, Sr.- Siguió el juego.

-Excelente aunque sabes que con un simple varitazo realmente podremos darle elegancia y estilo.

-¡Wow, quisiera ver eso!

-Usaría mucho verde.- Advirtió en tono enérgico.

-Ya sé de qué habla, olvídelo.- Hizo una sonrisa de lado. -¿Aquí podrá dormir, Sr.?

-Ya he dormido con el lugar así por buen tiempo para acostumbrarme a su visita.

-Ahhh ¿Entonces estaba seguro que vendría?

-Sabía que vendría conmigo por ser una alta y buena propuesta de aprendizaje, creo que no pensé en otro sentido.

-Muy bien.- Miró la cama y el ropero, tomó su maleta rodante Muggle y empezó a desempacar.

-Voy a darme una ducha y en un momento te acompaño.- Dijo Hermione en tono informativo.

¿Te gustó el capítulo?

0 / 5

Tu calificación:

Suscribirse
Notificar de
guest

0 Comments
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios