Mr. Potter Actúa Raro Capítulo VIII Día Tres – Víspera De Navidad ❄️✨🖼

Hermione no volvió a tener audiencia con su profesor, este no le solicitó verse, era el último mes del año día siete para ser exacto. Durante casi cinco meses se habían cancelado muchas clases de defensa contra las artes oscuras al igual que las de pociones, estas en el nuevo ciclo cerca del intermedio se habían tomado con el nuevo profesor Horace Slughorn.

No lo vio en muchas cenas, difícilmente se encontraba con él en los corredores, habían rumores de que era  enviado constantemente por Dumbledore a Londres para hacer algunas diligencias, la conclusión de la pequeña era que quizá no coincidían y la más dura que no quería verla.

Sentía que se había pasado con él, todo lo que le hizo de mentirle para estar cerca quizá lo había incomodado o espantado de alguna manera.

Un año nuevo, diecisiete años de edad, el sexto en Hogwarts ¿Qué podría salir peor que tener un “Mejora las espectativas” en pociones? Tendría que esforzarse por un sobresaliente en los exámenes finales, quizá eso le hacia pensar más en su profesor, no había otro a quien acudir para asesoramiento. Sentía que era urgente aunque sea tener algunos consejos, la recomendación exacta de una lectura, aunque sea el milagro de verle una sola vez más, necesitaba, se conformaría con saber cómo está.

Dejaba un poco de lado los asuntos de cursos y notas para pensar en él, sentía un poco de temor, ella sospechaba que Snape podría estar reunido constantemente junto a Lord Voldemort, creando planes y estrategias para ganar la guerra psicológica contra su compañero Harry.

Unos meses atrás los posibles sentimientos hacia Ron que la confundían se vieron apagados por completo cuando este anduvo con Lavender Brown.

Fue realmente insoportable ver al chico con ella pero no por celos sino porque realmente eran tal para cual.

Sus compañeros planeaban las actividades a causa de las fiestas decembrinas. Ron los invitó para esas  fechas especiales a una reunión entretenida en la madriguera, su principal intención era intentar recuperar a la joven castaña pero no lo conseguiría porque esta ya no pensaba en él, Neville los invitó a ir a casa de su abuela porque esta tenía que ir con su hermana enferma y el  hogar se quedaría solo como para pasarla súper.

Hermione por otra parte la pasaría junto a sus padres.

Hubiera sido perfecto poder reunirse todos en la madriguera pero ese fin de año no sería, Harry estaba perdido y necesitaba tiempo para concentrarse, la única familia que le quedaba, Sirius Black estaba muerto y el Ministro de magia al fin había visto la verdad con sus propios ojos.

La noche del día siete Hermione intentó quitarle el libro de pociones a Harry pero no tuvo éxito por lo que su valentía la empujó a bajar hacia las mazmorras para ver si tenía un poco de suerte y no, no la tuvo. Snape no estaba, al menos no para ella.

***

Días después en la madrugada del veinte preparó sus maletas hasta cerca de las seis de la mañana, fue al andén junto a otros alumnos que salían del castillo y llegó hasta Londres donde la esperaban sus padres.

Con ellos llegó a su casa, desempacó y acomodó todas sus cosas para pasar un buen rato en esos días. La madre de Hermione estaba curiosa de enterarse acerca de las cosas de la escuela por otro lado el padre prefería no preguntar.

Ellos estaban enterados de algunas situaciones difíciles en el castillo sin embargo Hermione se guardaba aquellas donde había estado a punto de morir y es que ¿Qué hija bruja y adolescente le dice a sus padres que ha estado a punto de morir en varias ocasiones por proteger a un niño con una cicatriz en la frente? Era absurdo, no eran buenas nuevas para esos padres y menos para unos Muggles.

La tarde del día veintitrés salió de paseo con sus padres al museo británico, en el cual había estado muchas veces cuando era una niña de ocho y nueve años por razones de la escuela.

Esa tarde se daba cuenta de que no recordaba detalles importantes, estaba impresionada destapando vestigios de magia en algunas problemáticas históricas, pinturas, esculturas, escritos antiguos en exposición, tan entretenida sin despegar un ojo que en una sola obra de arte se perdió por casi veinte minutos.

-Cariño, Hermione ¿Ya tienes hambre?

-No mamá pero si ustedes tienen pueden adelantarse, los alcanzo en el lugar de siempre sino les aviso antes.- Podía llegar muy rápido a cualquier lugar por eso de que era una bruja y se les olvidaba a ellos, sus padres.

-Está bien, jovencita, no tardes.

Hermione asintió viendo otra pintura donde un hombre con elegantes vestimentas escondía debajo de la capa algo tan similar a una varita.

“Es impresionante.” Sacó la instantánea al hablarse dentro de su mente como en secreto y tomó algunas otras fotografías, después guardó la cámara en su bolso.

Un grupo de personas extranjeras que venían de América eran arrastrados por un guía ansioso y extrovertido desesperado por enseñar su cultura, a la pequeña le pareció divertido entrometerse así que siguió la mancha de gente hasta estar en lo más oscuro del lugar en el segundo sótano, la parte más baja y lúgubre la cual mostraba algunos vestigios de guerra, soldados destacados y reconocidos como héroes, las historias terroríficas de los protagonistas malos e inciertas pruebas con cantidades de personas muertas.

Leer aquello no le hizo sentir bien.

La iluminación hacia esos cuadros y objetos en urnas de cristal eran precisas para un cuento de terror. La niña pensó que era suficiente para ella, con eso de que la magia se mezclaba entre los muggles tenía temor y presentimiento de que no debía estar ahí. Pensó que era mejor un lugar con más cálido sol de atardecer golpeando quizá una ventana en ese invierno que ese ambiente húmedo, oscuro y frío.

Subió hasta el tercer piso donde todo estaba un poco más iluminado y pudo descansar un pequeño instante cerca a un ventanal con un alféizar extremadamente grande, tan grande que ni estirando sus brazos hacia delante alcanzaba sacar sus dedos al aire del exterior (Bueno, sus guantes.) Ahí se quedó inclinada muy levemente con sus manos y codos  contemplado todo lo que sus ojos veían cerca o distante al museo, apreciaba los colores con sus iris y sus  sentimientos.

Ella no sabía la apreciación importante en vigilancia que un hombre tenía desde que dejó Hogwarts horas atrás, este la miraba desde una columna retirada, apoyado levemente, expresaba paciencia en sus ojos pero también admiración, al igual que la joven este también extrañaba un poco de compañía casual, social, interés real por él tan especial como había vivido meses atrás.

Severus Snape contemplaba por primera vez las facciones de ella al estar relajada y despreocupada por sacar buenas notas, su vestir sutil de color gris y negro elegante, atuendos que no sólo la hacían femenina sino también verse como una joven mujer, atuendos que resaltaban sus rizos castaños, sus pestañas y ojos claros.

“Es muy tarde para creer en posibilidades ¿Y si ya no siente nada?” Se dijo el mago en secreto. “Eso no te impide ser sincero”

Peleaba contra lo que había escuchado de ella, esa noche antes de alejarse lo suficiente para que la niña perdiera cualquier tonta idea prematura donde él dejaría el tiempo ajustado para seguirla con dirección a donde ella deseaba o encontrase a escondidas por la necesidad de verse rompiendo principios y órdenes directas. Estaba ahí creyendo que no era atrevido sino que cumplía con su deber de protector, de sinceridad, de lealtad. “Te contradices por unas simples palabras que se repiten una y otra vez en tu débil mente, Snape.” “Ve, háblale.” Insistió por sexta vez para luego caminar hacia ella hasta estar tan cerca que Hermione  escucharía su voz y lo reconocería.

-Buenas noches Srta. Granger.- Habló seguro como lo haría si la saludara en algún corredor del castillo a horas de madrugada para quitarle puntos.

Hermione frunció el ceño con extrañeza, no sintió temor sino curiosidad por voltear y confirmar que el haber escuchado a su profesor detrás de ella era real y no su imaginación o fuerte deseo por estar frente a él.

Habían sido muchos meses, largos días de querer recibir una invitación para verse aunque eso no sea para hablar de gustos o amor (Cosas imposibles de su ilusionada mente.)

Giró, lo miró como si la última vez que le había hablado había sido ese mismo día temprano. Lo miró con respeto y ligera muy imperceptible emoción.

-Señor.- Hizo gesto de atención y alegría. -Es grato saludarlo.

-Jovencita, es grato para mí contemplar su templanza. Venga conmigo por favor.- Pidió Snape.

-Oh lo siento no estaba sola.- Snape se preocupó al escuchar eso pero siguió escuchando a la joven. -Mis padres me esperan pero podría tener unos minutos con usted.

-Está bien sólo quería decirle algunas cosas, será suficientes unos… Unos ciento veinte minutos…- Hermione abrió la boca creyendo en eso y preguntando diez mil veces en su mente “¿Cómo ciento veinte minutos? Pero si le dije unos minutos” 😱 -Vayamos con sus padres, es importante lo que tengo que decir, les diré que la llevaré a cenar y después a su casa temprano.

Hermione no podía creer que él quería llevarla a cenar y no sólo eso quería pedirle permiso a sus padres para que estén solos quién sabe qué haciendo o qué hablando en esa gran ciudad.

La intención de Snape era saber por qué la curiosidad le insistía ¿Dónde vive esta señorita, estará segura ahí? Y también quería estar a solas con ella aunque eso lo expusiera como el noble profesor cuidadoso, el que aprecia a su alumna y la premia delante de los padres Muggles.

-Sí, dígame por favor ¿Hay problemas en Hogwarts?

El hombre se adelantó dos pasos más cerca para no subir mucho la voz sino más bien bajarla lo más que podía.

Caminaron juntos de forma natural unos metros de donde ella estaba hacia una esquina con doble columna cerca una ventana similar por donde ella veía minutos antes hacia la calle.

Se quedaron quietos cerca de la esquina y él al parecer con duda le dijo.

-Le haré un adelanto antes de llegar con sus padres.- Se irguió para verse correcto y serio. -Espero que no haya tenido problemas estos meses con el nuevo profesor de pociones.- Le pidió con una seña de mano que camine delante de él.

Hermione sonrió nervisa y se adelantó un poco.

-Usted debe saber que me ha ido muy mal. Este semestre ha sido un desastre.- Volteó un poco hacia atrás para poder decir eso al mago.

-Pero bien en comparación con el alumno Potter.- Dijo serio, escondía algo detrás de sus palabras no dejaba de mirar al frente.

-Potter ha sido el mejor de todos.- Hermione recordó aquello y sintió un poco de envidia.

-La verdad no es esa pero después se lo explicaré no ahora. Vayamos con tus padres.- Sugirió el hombre de levita una vez más.

Sus pasos se hicieron más rápidos.

-Sí, me esperan desde hace unos minutos, espero no tenerlos preocupados.

Hermione al salir le dijo al hombre que necesitaban aparecer cerca del restaurante donde ellos solían comer. Snape dejó que la joven le toque el hombro para desaparecer y que lo lleve al destino que ella conocía bien.

Hermione aún no podía creer que el pocionista parecía estar ansioso de hablar con sus padres.

-Confieso que había escuchado algunos rumores de que la joven Gry la cual colecciona buenas calificaciones había tenido problemas en el curso. Por eso vine aquí aunque parezca tarde y es que puedo ayudarla pero no para la escuela sino para que pueda resolver problemas del futuro. Pero primero quiero decir lo que vine a decir. Usted es una niña…

Hermione se extrañó por eso que escuchó, él hizo una pausa. Habían llegado a una calle llena de callejones.

-En todo caso soy una adolescente a punto de ser adulta.

-Mmmm sí, una adolescente responsable e inteligente que creo puede ser capaz de escuchar atenta lo que quiero decir, un tema delicado pero sobre todo importante…

-Por su puesto, Señor. Entenderé cualquier cosa que me diga.

Desaparecieron al meterse en uno de esos callejones y luego aparecieron en otro donde los edificios eran más grandes, estaban a una cuadra del restaurante.

-Primero, déjeme hablar a mí, me refiero a delante de sus padres quisiera ser yo quien pida permiso de tener un poco más de su tiempo a pesar que está disfrutando una tarde merecida de vacaciones junto a ellos.

-No se preocupe, ellos entenderán.

Snape se adelantó e ingresó al local, Hermione estaba detrás de él, buscaba con la mirada a sus padres los cuales la reconocieron y le alzaron la mano junto a un:

-Hija estamos aquí.

Snape los vio, dio unos pasos adelante y sorteó las mesas hasta llegar frente a ellos. Hizo una venia de respeto sin perder la seriedad en su rostro y saludó.

-Buenas noches señor y señora Granger, soy Severus Snape Prince, profesor de pociones y de algunos otros cursos en Hogwarts la escuela donde su hija es una excelente estudiante.- Le dio la mano a la madre  y al padre de Hermione.

Hermione se puso roja por el cumplido. “¿Qué trama, profesor?”

-Es un gusto.- De pie frente al mago se presentaron. -Como dijo nosotros somos los padres de Hermione ¿Qué ha sucedido?

-No nada, nada por lo que puedan preocuparse al contrario. Me encontré con su hija en el museo porque la verdad tenía intensión de encontrarla.- Miró a la joven de forma rápida y volvió a los ojos de la madre. -Quería pedirle permiso de llevarla a cenar porque tengo cosas importante que comunicarle a su hija, no tendrían de qué preocuparse la llevo a casa en un par de horas.

-¿Por qué no comen con nosotros?- Dijo el papá.

-Lo siento, Señor, es algo que sólo puede saber ella, por ahora. Además no podemos hablar libremente de algunos asuntos que nosotros cuatro sabemos no son muy comprendidos en comparación a los tema de conversaciones para un restaurante muggle.

-¿Muggle?- Preguntó el padre.

-Me refiero a…- Se inclinó un poco hacia el señor Granger. -Personas que no tienen magia.- Su tono fue educado y cuidadoso.

Hermione se preocupó por la forma y el tono que usó, sintió temor. “Está hablando muy en serio ¿Qué estará a pasando en Hogwarts?”

-Está bien profesor, por favor acompañe a mi hija hasta antes de las once, no la deje sola es lo único que le pido me refiero a que por ninguna  razón imprevista permita que llegue sola a casa.

-De ninguna manera le fallaré, no dejaré que ella regrese sola, le doy mi palabra que la joven estará a las once en la puerta de su casa.

-Está bien.- El padre asintió y Snape volvió a hacer una venia de respeto para girar e invitar a la joven a acompañarlo.

Hermione se despidió de mano mientras el mayor le detuvo la puerta de salida.

***

Veinte minutos después Snape la llevó a un barrio muy transcurrido de gente que parecía ser común. Casi a la mitad de la calle se vislumbraba con leve brillo dorado un portal elegante que decía en francés “Le sorcier affamé.” en la recepción que significaba “El Mago hambriento.”

“Buen nombre para un restaurante de magos.” Pensó la jovencita confundida. “Como que no se esconden mucho estos hechiceros.” 🤔

-Son bastante sutilez los dueños, Profesor.- Subió las cejas y apretó los labios como en un. “Al menos los del ministerio encuentran el lugar porque lo encuentran.”

Snape asintió aguantando una risa de lado y la invitó a pasar con un ademán.

Hermione ingresó, habían una escalera exactamente frente a ella a dos metros y de lado derecho una puerta de caoba rojo con trasparente cristal y letras de “Bienvenidos”

Snape le señaló que tenían que subir, ni bien terminó de pisar el último escalón la magia empezó a aparecer, además de la forma en que ese ambiente había sido adornado era la magia de los comensales que sin ninguna restricción usaba su varita para incluso servirse un poco de agua, partir un pastel o llevarse el tenedor a la boca.

“Qué exageración.” Pensó la joven al ver ese último hombre obeso.

-¿Le gusta la comida francesa, Señor?- Se dirigió a Snape con curiosidad.

-No, aquí sirven lo que sea que se le ocurra comer.

Y aunque ya parecía suficiente haber subido por esa escalera alfombrada con paredes rústicas y llegar a esa amplia área de mesas, bancos altos, una barra de bebidas, un área familiar, Snape la hizo subir por otra escalera más.

Al llegar al piso superior esta tenía el suelo alfombrado de azul y banderines verticales con escudos de la casa de Ravenclaw.

Los espacios de aquel lugar estaban separados por íntimas mesas para dos e iluminación interesante acompañada de elagante silencio, manteles blancos, cojinos azules, sillas del mismo color y aperitivos de naranja que exparcian ese aroma dulce al ingresar.

El hombre la invitó a sentarse cerca de una ventana.

-Espero haber asertado en el lugar. Si su observación es buena sabrá por qué vengo aquí.

-Es hermoso, no había estado antes en un lugar así. Y bueno, esperaba banderines y color verde por todas partes pero creo que viene porque seguro el dueño debe ser su ex alumno.

-La esposa y el dueño fueron mis alumnos, el jovencito es Slytherin pero ya podemos ver quién manda.

Hermione sonrió.

El atento mozo vino después de unos minutos que se habían sentado.

-Buenas noches espero estén cómodos ¿Qué desean pedir?

Snape miró a la chica.

-Quisiera sopa de verduras y un jugo de naranja.

El mozo apuntó en su libreta afanoso.

-Para mí carne con papas a la francesa y un jugo de manzana.

-¿Quisieran algo más, quizá leer la carta o ver la especialidad de hoy?

Snape miró a la joven.

-Yo estoy bien por ahora, gracias.- Sonrió la joven.

-Como gusten, señores.

El mozo se fue y los dejó solos.

-La primero que diré es que le voy a ayudar con pociones y lo segundo es.- Su semblante se suavizó, el ceño del hombre cambió como con leve dolor o preocupación. -Sé que quizá esto pueda impresionarla o tal vez incomodarla pero… Escuché lo que dijo ese día que me fui de su habitación, al dejarle el pan con un poco de agua.

-Yo… Yo sólo dije… Yo…- Hermione se sintió expuesta.

-No, no tiene que decir nada acerca del tema sino que tendría que opinar lo que yo pienso de eso.- La miró a los ojos. -Cometí muchas cosas malas contra usted pero creo que la peor es haber dejado que su persona se vuelva importante y cercana. Tengo… Yo también tengo sentimientos hacia usted los cuales no puedo expresar pero quiero y necesito hacerlo…- Sin dudar pensó en tutearla y así dejar atrás muchas cosas inquietantes y morales las cuales le impedían ser libre de expresarse. -Me pareces una mujer atractiva y ya no puedo verte como si fueras mi alumna, he padecido el no verte más después del invernadero y aunque tengo muchos problemas y cosas en la cabeza lo único que pasó fue que cada día pensaba más en ti…- Hermione no podía creer lo que escuchaba, tan directo como quizá sólo él podía ser. -Pero no quiero que esto que te digo cambie la poca confianza que encontramos en el otro meses atrás. Ante todo te respeto pero esto que tiene un poco de mí y de ti no podía callarlo menos dejar pasar más tiempo, ya no podía.- Snape se mantuvo serio, determinado, se arriesgaba a tener un rechazo pero no le importaba a esas alturas de su vida. -Me atraes, Hermione, eres una mujer hermosa.

Hermione vio sus ojos perdida en sus iris con una concentración tal que el mozo llegó y se fue para no interrumpir y ellos no vieron ni oyeron nada.

-No cambiaría la confianza que encontranos meses atrás, no pensaría distinto de ti, no pienso ahora mismo que seas atrevido. Con sinceridad te digo que esto no lo esperaba, me halaga mucho. Yo te admiro y lamento haberme portado mal, aún no te he dicho algunas cosas pero creo que lo sabrás pronto. Y lo importante que debo decir acerca de esto es que también me atraes y bueno…- Sonrió a Snape. -Me has atraído desde hace un par de años pero más desde que empezaste a dar clases a Harry.

-He podido sospecharlo un poco, soy irresistible para alumnas brillantes como tú.- Hermione quiso reír frente a ese tono soberbio que no parecía ser una broma.

-Pues provecho con sus otras alumnas brillantes, profesor.

-No, no hubieron alumnas antes que tú y no creo que hayan después.- Tomó su jugo de manzana y empezó a beber sin perder seriedad. Al bajar el vaso a la mesa continuó. -Búscame las veces que quieras, Hermione, la verdad es que voy a estar ansioso de que eso pase tan sólo porque ayudarla en lo que pueda será más que un placer y también porque quiero estar cerca a ti.- El hombre le sonrió de lado y ella casi se cae ahí en su lugar muerta de impresión por tan maravilloso gesto. -Comamos por favor.

Ambos comieron sus platillos y cuando tomaban sus bebidas ella acercó su silla a la de él haciendo que el mago se tense un poco.

-¿Me da permiso de coquetearle?- Dijo con picardia, usó ese tono falso de inocencia.

-No, no tiene permiso, usted es menor de edad.- Snape quizo ser tajante.

-Pero faltan seis meses para cumplir dieciocho, quizá después podríamos ser novios.- La joven colocó su mano en el muslo del hombre.

Snape con el borde del vaso en sus labios absorbiendo el jugo de manzana tuvo un ataque de tos, el líquido que tenía que ir por el camino hacia el estómago se fue hacia el esófago provocando una compulsiva tos explosiva que salpicó como lluvia sobre sus piernas, mantel y un poco de la mano de la chica.

-No, espera ¿Qué haces, niña?

-Usted me gusta, yo le gusto. ¿Quiere ser mi novio?- Se acercó más a él retando con el mover lento de sus labios.

-Me encantaría ser eso o más pero no ahora porque me cuelgan.- Snape no se alejó sino que acercó sus labios delgados aún más a ella después de intentar secarse con la servilleta todo lo que podía.

Hermione mordió su labio y rozó los labios del hombre provocando con descaro, el mayor rugió por dentro e hizo el rostro más cerca para dar un beso de verdad pero ella se alejó.

-Le daré un pequeño beso mañana cuando falte un minuto para que sea navidad, profesor.

Él alzó una ceja y entre cerró los párpados.

-Inténtalo, traviesa.- Snape se irguió en su lugar para arreglar su ropa y terminar su jugo de manzana.

Mientes tanto la joven hizo un hechizo silencioso para limpiar todo.

***

De camino a casa de ella ambos coordinaban la hora en que se verían de nuevo.

-¿Qué te parece a las ocho?- Dijo el mago.

-Perfecto.- Sonrió la joven con coquetería.

Snape hizo una venia de cuello y se fue.

Hermione abrió la puerta de su casa, entró sin darse cuenta que en la sala estaban sus padres. No pudo evitar soltar su emoción.

-¡Por Merlín esto no puede estar pasando!

Los padres se le quedaron viendo confundidos.

-¿Qué no puede estar pasando?- Preguntó la mamá.

¿Te gustó el capítulo?

0 / 5

Tu calificación:

Suscribirse
Notificar de
guest

0 Comments
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios