Después de ese mal momento regresé a la playa de nuevo, casi había ido unos ocho días seguidos…
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Prendí la televisión porque hoy sería mi día de descanso, pero al ver lo primero que salió en la pantalla pegué un grito de rechazo y la apagué…
-¡No nooo! !Nada, nada, que me recuerde las cosas feas del pasado!
Entonces sonó el timbre… Y bajé corriendo…
-¿Sí, a quién busca?
Hablé por el intercomunicador…
-¿Disculpe, usted es la señorita Saly?
-Así es.
-Tengo algo para entregarle.
-Pero dígame qué es.
-No lo sé, señorita, es que viene embalado.
-Pues no puedo recibirlo si no sé qué es, lo siento.
-Pero no puedo quedármelo.
-¿Entonces quién lo envía?
-No lo sé, no dice… Pero viene de Santa Bárbara.
-¡No es posibleeee! ¿Se acordó de mi cumpleaños después de varios días? (Dije en voz baja)… Espere por favor, le abriré la puerta.
Abrí la puerta de la entrada principal y venían dos señores de gorra beige con una caja de al menos dos metros.
-Mmmm, al parecer se acordó de mi cumpleaños. Pero se retrasó dos semanas así que ¡No te emociones!
Me hablaba a mí misma recordándome el no ser tan sensible y emocional.
-Puede pasar…
-Gracias, ¿Está bien si lo dejamos ahí o lo llevará a algún otro lado?
-Por favor, si no es mucha molestia me encantaría que lo llevaran a la primera habitación subiendo la escalera.
-No es problema.
Subí detrás de ellos y luego me quedé sola frente a esa enorme caja. Analizaba la situación y quería adivina qué era.
Así que me acerqué y le abrí un hoyo por un lado, un hoyo enorme con una de mis navajas de adorno. Y…
Cuando por fin pude apreciar lo que había dentro, terminé de sacarlo con mucha delicadeza y en el fondo había una postal sin firma que decía:
¡Feliz cumpleaños Saly, espero que estés bien! ¡Te envío un enorme abrazo y un oso!
¡Mmmm qué original! Un juego de palabras…
Pues no lo sé… Terminé de ver el oso con detalle y era un oso de al menos 1.80 metros, muy similar, aunque no estaba segura que era el mismo… El que me dio Michael el día que me pidió que fuera su novia.
Entonces recibí una llamada…
-¡Saly Salyyyyy! ¡Happy Birthday!
-Hola Chris cómo estás.
-Yo feliz porque es tu cumpleaños.
-Mi cumpleaños fue hace dos semanas atrás o más creo…
-¿Enserio? Michael me dijo que hoy era tu cumpleaños.
-¿Hoy? Creo que te jugó una trampa.
-Pues si no es hoy entonces debe de haber sido eso o quizá… ¿Él también olvidó tu cumpleaños?
-Mmmm noo claro que no… De hecho estuvimos tan cerca ese día… Fue emocionante… Como gritos de euforia de sus fan ese día de mi cumpleaños… (Me refería el día que estaba presentando su álbum en Nueva York)
-Vaya,qué bueno que la pasaste bien…
-¿Qué día fue tu cumpleaños?
-Fue el mismo día de la presentación de Invenci… (¡Qué tonta soy, ya se lo dije…! Espero que no se haya dado cuenta, no creo que él haya estado con Michael.
-¿Cómo? ¿El día de la presentación? No recuerdo que Michael haya salido del hotel, ese día yo estuve ahí en la firma de autógrafos a su lado y luego fuimos al hotel… ¿Será que se han escapado un rato?
-¡Ahhh sí siiiiii, eso, exactamente! Es tu amigo pero no creo que te cuente todo.
-Pues qué bien, me alegro por ti… De saber que estuviste ahí para verlo.
-Oyeee y si no soy muy curiosa… Puedo preguntar qué más te ha dicho de mí… Es que como que me da curiosidad si esto es real, me refiero a lo que está pasando con él.
-Pues él siempre me habla de ti, dice que estás muy bien, que te ve casi todos los días, que le encanta ver tu sonrisa mientras escribes…
(Vaya, parece que Michael es un mentiroso)
-Ajá, ¿Qué más te dice de mí?
-Dice que lo aprecias mucho y que lo amas. que antes de ayer estuvieron juntos en la playa.
-Jajajaj, pues creo que le encanta hacer tantas metáforas, es un exagerado.
-Dice que le encanta tu voz en el teléfono.
-Ajá ¿Qué más? (Comencé a sospechar algo raro de todo esto)
-Pues no lo sé, siempre habla de ti. ¿Tú qué sientes ante todo esto que te digo?…
-Yo sientoooo… (Me había emocionado de todo lo que escuché pero guardé la calma) Ayyy amigo, voy a confesarte algo… Siento que nada de esto es real. Siento que estoy bien a pesar de muchas cosas…
-¿Por qué dices eso, Saly? Estás bien, te escuché un poco triste.
-No, claro que no, al contrario, estoy feliz por mí y por Michael. La está pasando muy bien últimamente. ¡Oyeee, gracias! ¡Gracias por tu regalo!
-De nada. Pero créeme que es un regalo de corazón.
-Ya me tengo que ir, tengo un cóctel más tarde con unos inversionistas de papá. Me presentará para hacer negocios o algo así.
-Claro, te llamaré luego.
-Fue un placer escucharte, ¡Hasta luego, Chris!
-¡Hasta luego Saly!
Después de esa llamada tenía muchas cosas delante de mí que me hacían pensar… Michael mintió a Chris de mi cumpleaños, Michael se olvidó de mi cumpleaños, Michael sigue hablando de mí…
-Michael… Michael ya es parte del pasado.
Lo dije en voz alta para creérmelo.
La tarde llegó y empecé a alistarme, me compré un vestido el día de ayer, el que utilizaría hoy, era completamente negro con aplicaciones de piedras en el filo del vestido sobre mis muslos, unos zapatos sin mucho tacón de color negro gamuza, un collar de plata con aplicaciones en piedritas brillantes, muy pequeñas pero elegantes. El cabello hice que me lo plancharan.
Esperé que llegue mi padre, él venía vestido de la tienda de ropa, como siempre él hacía todo a última hora.
Nos subimos al auto que mi papá recientemente había adquirido… Uno de sus vendedores le debía mucho dinero, casi 180 mil dólares, pero al cobrarle no pudo responder a la deuda, así que le dio uno de sus autos, un peugeot negro 208 que estaba maltratado porque lo usaban sus corredores de piques. Así que mi papá lo aceptó y lo restauró, invirtió en él como unos 45 mil dólares y le quedó muy bonito.
Realmente el auto había quedado muy bien.
Nos subimos al auto con un chófer que contrató papá e hicimos un viaje de una hora y quince minutos hasta un restaurante de cinco estrellas en Culver City.
Ahí nos esperaban dos o tres inversionistas que manejarían mi dinero al aceptar lo que me proponen.
Así ya habíamos llegado, entramos y nos llevaron a una mesa muy hermosa para seis personas pero sólo nos esperaba un hombre. Nos presentamos y luego nos sentamos hasta que llegaron otros dos hombres más, igualmente bien vestidos en smoking.
-¿Cómo está señor Dante?
-Muy bien Señor Víctor, vamos a empezar la reunión con estas tres propuestas…
Uno de ellos sacó de su portafolios muchos documentos y comenzaron a exponer las propuestas de inversión pero yo sólo los escuchaba como ida de ese lugar.
-La primera propuesta es la inversión de cuarenta millones de dólares en la franquicia de venta de autos Honda, Ford, Chevrolet, las comisiones son muy altas y las dos sucursales ya están surtidas tanto con los productos como con los trabajadores.
-¿Ya tienen eso bajo control? Porque mi hija no quiere saber nada que tenga que ver con administración o supervisión.
-Hemos tenido en cuenta eso. La segunda propuesta es de ciento cincuenta y cinco millones y es la compra de dos hoteles frente a Hermosa Beach California, las ganancias son altísimas, pero la recuperación de los primeros 70 millones se darían en cuatro meses por las remodelaciones. Debe de tener en cuenta que anualmente hay una ganancia de 240 millones de dólares libres de impuestos ya que el primer piso es rentado por cinco franquicias como Starbuck, Anytime Fitness, Subway, McDonalds, Circle K. Y todas ellas le pagan renta.
-Prefiero los hoteles pero también quiero comprar las franquicias a las que estoy alquilando espacio.
-Espere, aún falta la tercera propuesta. Y es comprar acciones para Fox, Apple o Sony notbook. Estas les darían una ganancia aproximada entre 150 y 290 cada año.
-Mmmm Apple no me convence y menos Sony.
-Pero durante los próximos años se verá un incremento de sus ventas al 300% por las innovaciones de Steve Jobs, sobre todo los lanzamientos de su Ipad touch.
-¿Qué es eso?
-Una computadora portátil pero no tiene teclado y consiste en una sola pieza y la pantalla se puede controlar sólo con la yema de los dedos.
-Vaya suena interesante. ¿Papá cuánto dinero hay para invertir?
-Tú tienes solo ciento setenta y cinco.
-¿Tú cuánto tienes papá?
-Yo tengo ciento cuarenta millones.
-Papá, hay que asociarnos, escoger la segunda opción y además con lo que quede vamos a comprar acciones para Apple.
-Mmmm pero se supone que ibas a invertir tu dinero, no el mío jajaja.
-Es sólo una idea. De todas maneras seguimos teniendo ganancias, entonces préstamelos y te los devuelvo en nueve meses… Eso si no quieres asociarte conmigo.
-Eso está mejor. Es mejor que comiences a separar tus responsabilidades.
-Entonces… Voy por la segunda y la tercera por favor. Pero papá, quisiera poder ponerlos a tu nombre.
-Hijaaa… No… Bueno, no hay problema.
-Muchas Gracias Señorita Saly! Mañana empezaremos el papeleo.
-Sí está bien. Háblame más de Steve Jobs.
Le dije interesada, entonces él me sacó toda la información acerca de Apple.
Luego llegó el mesero muy elegante a ofrecernos algo de beber y comer.
Pedimos, nos trajeron la comida, algo simple y luego los inversionistas seguían hablando a papá de dinero.
Yo suspirando de tanta emoción (Uyy sí claro) que me da un cáncer en dos meses y todo se va a la porra. Eso es lo que pasaba por mi mente aún, la muerte de mamá, las negativas de los doctores ante lo complicado de su enfermedad, mis abuelos gastando mucho dinero para tres faces de quimios que la mataron. La pirmera ronda era la quimio común (Según de alta calidad para el linfoma) Luego la segunda ronda era una mezcla más fuerte que terminó por convertirla en un cadáver en vida. Después de esas quimios podían operarla y transplantarle la médula con tratamientos de células madres para que estas acabaran con el cáncer. La tercera fase de quimios, la que se supone no iba a ser necesaria la terminó de matar. ¿Tanto dinero para que termine muerta en el segundo día? Su cuerpo tan débil, era un disfraz de Zombie. No era mamá los últimos días de su vida, no le hubiera gustado pasar por eso pero mis abuelos insistieron.
-Hija, ¿En qué piensas? Los chicos te estaban preguntando si querías ir al evento del treinta aniversario de un cantante.
-¿Cómo se llama?
-Michael. Igual que tu amigo con el que salías.
-¿Mmmm y qué canta o qué?
Dije desinteresada
Uno de los inversionistas respondió:
-Pues canta Pop, baladas, música combinada.
-No gracias, prefiero la música clásica.
Dije con un poco de rencor. Y luego uno de los inversionistas saltó de su asiento cuando recordó algo
-¡Eyyyyyy! hoy iba a estar aquí en mezanine a las diez de la noche con unos colegas que le dan la contaduría.
De pronto sentí que algo tiraba mi estómago hasta la salida.
-Ahhh pues…
No supe decir nada. Y el inversionista mayor dijo.
-Pues si desean podemos presentarlos con Jacob, es el de la delegación de protección civil de California, asesor de Michael, él también estará en la reunión.
“Piensa rápido” Me dije a mí misma en la mente.
-Pues no me interesa conocer a Michael, el que me dices que es cantante… Pero sí sería importante conocer al delegado de protección civil. Es que quiero realizar un par de eventos en la playa y me gustaría tener la confianza de acercarme al señor Jacob.
-Sí, claro que sí, él es de confianza y te puedo presentar en este momento si así lo deseas. Espera, le llamaré.
-Gracias.
Dije astutamente a lo que papá reaccionó extrañado.
-No sabía nada de esos eventos.
Me dijo cuando se me acercó con los ojos abiertos. Mi papá se preocupaba de cosas porque era un tacaño.
-Pues es algo que se me acaba de ocurrir, Papá, no te preocupes, déjamelo todo a mí.
Entonces el inversionista dice.
-Hola Jacob, disculpa que te llame ahora, quería saber si estás en el Restaurant Roosevelt como me comentaste.
Al otro lado del teléfono.
-Sí aquí estoy, acabamos de tener una reunión con el señor Michael y ahora estamos conversando un momento.
-Es que tengo una cliente inversionista que quiere hacer un contacto contigo… Establecer permisos para unos enventos en la playa.
-Claro que sí, es cuestión de que me la presentes e intercambiemos números.
-Muchas gracias, ¿Dónde estás? Podemos ir contigo, sólo será un momento.
-Sí por supuesto, suban, estamos cerca del balcón de mezzanine. Ahhhh Kevin y si no es mucha curiosidad… ¿Es guapa…?
-¿Quién?
-Tu clienta…
Al escuchar esto me sonrojé y el inversionista intentó bajar el volumen de su celular. A pesar que no tenía el altavoz, el móvil tenía muy buena recepción de audio. Para colmo, yo estaba sentada a su derecha.
Después de eso el inversionista mientras le respondía me sonrió y dijo con seriedad y propiedad.
-Por supuesto que lo es. También estoy con otro de mis clientes que casualmente es su padre.
-Ahhhh ok, está bien. Suban, los estaré esperando.
-¡Por favor!
Dijo el inversionista mientras hacía un ademán de que caminemos con él.
-Esperen, yo me quedo aquí.
Dijo papá
-Ahora bajo papá no creo demorar mucho.
Así empecé a caminar de lado de Kevin el inversionista mayor y los otros dos inversionistas que no hablaron tanto conmigo.
Subimos unas escaleras hacia mezzanine, unas muy elegantes y nos acercamos al llegar al segundo piso, miramos a todos lados pero parece que el inversionista no encontraba a su amigo. Y sólo fueron unos cuantos segundos cuando alguien junto a la terraza alza la mano.
Así es, seguro es él. (Dije para mí)
-Ahí está Señorita Saly.
-Oh ya veo, vamos para allá.
Dije con seguridad, entonces acomodé mi cabello con normalidad y nos fuimos acercando pero no veía a Michael. No puedo negar que me sentía tan bien al caminar a lado de tres hombres altos y llegar ahí frente a algunos más.
Ya estábamos frente a la mesa y todos se levantaron de sus sillas para saludarme.
-Les presento a mi clienta, ella es la señorita Saly.
-Es un placer conocerte.
Dijo el primer hombre. Él era muy alto y muy galán, tenía la barba en forma de candado.
-Mucho Gusto.
Dijo el segundo hombre que era alto, rubio y de al menos unos cincuenta años.
-Es un placer Señorita.
Dijo el tercer hombre que también era rubio pero aún mayor que el anterior.
-Encantado de conocerla. Soy Jacob.
-El placer es mío. Por favor, tenga esta tarjeta, es mi número personal.
Dije.
-El señor que está aquí es Samuel y es uno de los guardaespaldas del señor Michael.
Él me hizo mirar al hombre que estaba de pie desde que llegamos.
-Es un placer.
Dijo este hombre que era negro, muy alto y robusto.
-Cuidado le rompes la mano.
Dijo uno de mis inversionistas. Mientras yo sonreí muy coqueta y traté de hacer un chiste para llamar la atención:
-No pierda cuidado, así como me ve, tengo más fuerza que este hombre tan atractivo. (Miré al guardaespaldas)
-Jajajajajaj.
Rieron todos.
-¿Dónde está la estrella?
Dijo Kevin.
-El señor Michael está ahí, se había ido al sanitario.
-Entonces crees que ¿Pueda saludarlo?
Dijo Kevin
-Ahí viene, está a unos cuarenta metros firmando autógrafos para esas personas en aquella mesa.
Dijo uno de los hombres mayores. Y todos volteamos a verlo.
-Pues entonces hay que esperarlo.
Dijo Kevin mientras yo vi al Michael y sentí muchos nervios pero lo seguía viendo junto con los demás como si no lo conociera.
De pronto él alzó la mirada y nos vio a todos de forma rápida y siguió firmando pero entonces pasó como dos segundos que al parecer me reconoció en la imagen que había quedado en su mente y volvió a ver rápido y con detenimiento hacia donde estábamos.
Me di cuenta que quiería hacer tiempo… Parecía que no había intensión de acercarse así que comenzó a saludar a cada una de las personas que estaban sentadas ahí en aquella mesa.
Me sentí un poco incómoda pero la verdad es que no estaba segura de lo que pasó y como tampoco quería saludarlo pues le hablé a Jacob y Kevin.
-Disculpen señores, en este momento no tengo mucho tiempo pero me encantaría hablar con ustedes ¿Qué les parece dentro de una semana?
-Tengo su número, Señorita Saly, me pondré en contacto con usted en estos días.
Me extendió su mano y dijo.
-Aquí está mi tarjeta. Por favor, tómese la molestia de marcar cuando guste.
(En ese momento se escucha el entusiasmo de Kevin)
-Es un placer conocerlo, Señor Michael.
-El Placer es mío.
Dijo Michael. Y yoooooo ¡Ohh! me sentí en problemas, sobretodo también con el compromiso de saludar. Pero seguí seria escuchando lo que decía Jacob.
-Dentro de una semana podemos reunirnos en Torrance, en el restaurante del hotel Madison.
Dijo Jacob.
-No tengo el gusto de conocer ese hotel pero le confirmaré la reunión estos días ya que sí necesito con urgencia ese permiso para dentro de dos meses. (Dije seria)
-Pierda el cuidado, le estaré llamando más seguro pasado mañana.
-Muchas Gracias, Señor Jabob.
Le dije mientras extendía mi mano para despedirme de él a lo que respondió.
-Por favor, dime Jacob a secas.
-Está bien. “Jacob a secas”.
-Jajaja, me agrada que tenga esa confianza, es muy graciosa.
-Jajaj Gracias…
Dije para terminar la conversación.
-Señorita Saly.
Dijo Kevin y yo volteé para verlo a los ojos.
-Dígame. (Dije seria y luego sonreí)
-Le presento al Señor Michael.
Me hizo un ademán señalando a Michael que estaba al costado de mi hombro izquierdo.
Me giré con precisión y lo miré con una sonrisa grata, respetuosa y amable, sobretodo intensa y directamente a los ojos para ponerlo nervioso.
-Es un placer conocerlo, Señor Michael.
Y lo conseguí. Lo puse nervioso.
-Ahhh… Yo… (Se quedó pausado en ese sonido y luego extendió su mano.) ¡Qué placer… El verla y conocerla!
-Disculpe que este saludo sea muy corto, pero tengo que irme. Fue un gusto. (Apreté su mano en señal de amabilidad mientras hablaba con cuidado frente a todos esos caballeros.)
Podía sentir su mirada sobre mí mientras que mi estómago se llenaba de mariposas. Me despedía de cada uno de los varones.
-Permítanos acompañarla hasta su auto.
Dijo Jacob y Kevin.
-Les agradezco su amabilidad.
Los dos caminaban junto a mí, uno de cada lado.
Llegamos hasta donde estaba papá que terminó por pagar la cuenta y se levantó para acompañarnos.
Entonces me entró una llamada.
-Hola, ¿Quién habla?
-Ho… Hola Saly, te ves… ¡Hermosa!.
-Disculpe, ¿Quién habla?
Entonces vi hacia el balcón de mezzanine muy rápido y ahí estaba Michael apoyado en el barandal con el teléfono en la mano y viendo hacia donde estaba yo.
Desvié la mirada de nuevo hacia Kevin.
-¡Saly, perdóname!… No he podido llamarte.
-Mmm disculpe, ¿Con quién hablo?
-Salyyyy, soy yo.
-Perdóneme pero no le escucho bien. Si no me va a decir quién es, me temo que tengo que colgar. Hasta luego.
Le colgué el teléfono. De todas maneras no le escuché bien aunque sí presentía que era Michael, por su voz y porque también tenía un teléfono en su mano a la altura de su oreja.
Me alegra que me vea como una adulta rodeada de hombres de negocios respetables.
Un cóctel de adultez es lo que tuvo sus ojos.
A ver si ahora hay un interés distinto una opinión distinta ante mi presencia.
Aún me gustas tanto, Michael!… Espero que podamos ser amigos de nuevo.
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¿Qué pasará ahora?
¿Volverá a llamarla?
*** Lectores y Lectoras…***
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