Las chicas quieren un Snape (Part 2)🧥

Lista de capítulos

Capítulo 1 ¡Adiós Y Hasta NUNCA, Hogwarts! Capítulo 2 Universidad De Londres 🤔 Capítulo 3 Profesor Tobias Prince 📜 Capítulo 4 Srta. Jean Puckle 🕒🔊😨 Capítulo 5 ¿La Conozco, Srta? 🤔🧐 Capítulo 6 ¿En Qué Lo Puedo Ayudar? 📕👂😱 Capítulo 7 Suspicacias De Un Slytherin 🐍 Capítulo 8 Reunión De Subterráneo ✒️📋📷 Capítulo 9 Cuando Quiera, Granger 🔎 Capítulo 10 Coincidencia Nocturna 🌃 Capítulo 11 No es malo 🌅🌧️ Capítulo 12 Verla Un Instante ❤️🦁 Capítulo 13 Querido Profesor… 👄 Capítulo 14 Querido Profesor Part 2 👄🔞 Capítulo 15 La Madre De La Joven – 1🍋🔉 Capítulo 16 La Madre De La Joven – 2 🧐😕 Capítulo 17 Impulsivo Part 1 🏰 🐍 Capítulo 18 Impulsivo Part 2 🚂🏰👄 Capítulo 19 La Anciana Y El Chocolate👗🔥🛤 Capítulo 20 La Caja De Cristal 🔓🧧 Capítulo 21 Piedras Y Cielo Nocturno ◾🔥🌃 Capítulo 22 LA BENDITA RADIO 📻 ⌚ Capítulo 23 EL BENDITO TELÉFONO – ☎️📞 Capítulo 24 ¡SUMERGIR LOS CELOS! Capítulo 25 CASA DE CAMPO Capítulo 26 El POCIONISTA SABE LO QUE HACE 🔥 Capítulo 27 ABUELO ESTIRADO 🤨 Capítulo 28 PARTE DE LA SORPRESA 🦁 Capítulo 29 MALFOYLONG 🧐🖋️📜🔥 Capítulo 30 Narcissa Está Embarazada 🤨🌋⚡� Capítulo 31 Te Voy A Degollar 🧠� Capítulo 32 Alex, Hermione, Scamander, Y Severus 🔥 🔥 💼 Capítulo 33 ¿Dónde Estás, Malfoy? 🤫🤺 Capítulo 34 Narcissa Black – Snape En Taxi 🚖� Capítulo 35 Super Mercado Muggle 🦁🐾💊 Capítulo 36 Flashes Del Pasado 😬 📸 Capítulo 37 Scamander Y Baile Del Torneo 🏰 Capítulo 38 La Familia Es Valiosa 🏰 � Capítulo 39 Confrontación, Éxito Y Accidente 🔪� Capítulo 40 Doble Problema Y Segunda Oportunidad 📖 🧠 Capítulo 41 Te Quiero 🟩🔺� Capítulo 42 Consultorio de terror 🔎 🐍 👶

Snape estaba de buen humor, eso era extraño en él.

Dos semanas después de haber dormido con Hermione casi dos días seguidos y de haber planeado verse lo necesario sin mantener contacto por el portal o en persona, tratar de disminuir  lo que fuese podía causarles problemas, intentó conectarse con Hogwarts y dedicarse a lo suyo.

Ese día,
Cerca de las tres de la tarde, cuando supervisaba algunas clases de vuelo del profesor Amaru, se imaginaba que podía ser superior al otro profesor cuando  entrenaba la puntería y el físico con los anotadores de Gryffindor, ahí también estaba su casa Slytherin, la casa que fue invitada por el entrenador para un juego amistoso de Quidditch después de un entrenamiento fugaz.

Sujetaba sus manos por detrás de su espalda y no estaba en lo alto de la tribuna verde si no en la tribuna de Ravenclaw para así estar lo suficientemente lejos de una loca bola de cuero, por incidentes pasados.

En la tribuna de Gryffindor por ser día festivo, se encontraba un mar de chicas y chicos alentando a su equipo.

*

Amaru había entrenado muy duro con sus pupilos (Eran jóvenes de primero a quinto, suplentes del equipo oficial), tanto que él creía que serían rápidos, superiores e invencibles. Y no estaba equivocado, sí eran rápidos e invencibles, pero los jóvenes Slytherin eran entrenados también por un excelente hombre el cual aún estaba pagado por la familia Malfoy porque el capitán aún era Draco.

Alumnas fan del mago de las mazmorras, en vez de seguir el juego, seguían los movimientos de Snape con los binoculares mágicos, tenían todo tipo de aparatos que pudiera hacer ver a Snape de cerca y en todo su esplendor, pero como este profesor era extremadamente observador, se había dado cuenta.

—¿Ninguno puede acertar en el blanco? ¡Qué decepción de raza! —Amaru tenía más confianza con sus estudiantes, por eso les hablaba así. Cuando él decía “Raza” se refería a la naturaleza europea de los niños, les decía que eran malos, algo que por su puesto era mentira, sin embargo los niños sacaban todo el coraje que se podía al ser “motivados” de esta manera.

Amaru tenía unas lanzas de madera que él mismo había fabricado para entrenar psicomotricidad, mecánica y habilidad mientras los niños volaban a toda velocidad. Al otro lado del campo y debajo de los aros, estaba colgado un gran círculo de madera con tres círculos pintados y cada uno indicaba la precisión con la que la punta redondeada perforaría este centro.

Pero Snape se sintió ofendido cuando escuchó eso de que su raza era mala en los deportes, además que los inútiles de los niños en el entrenamiento, lamentablemente Slytherin su casa, no había acertado ni en las marcas más lejanas del blanco.

—Profesor Amaru —habló lento y en llamada de atención. Su voz fue grave—, hay algunos jóvenes que apenas tienen pocas clases de vuelo o magia y usted les dice eso. ¿Los motiva así?

Las chicas prestaron atención y sus rostros se pintaron de rosado, en cambio los jóvenes en la tribuna se imaginaron un enorme enfrentamiento, por eso al mismo tiempo dijeron:

—Uhhhh —como el aviso de una pelea.

Amaru tomó su escoba con agilidad y subió en ella como si fuera esta una tabla de surfear, con ella llegó hasta estar frente a Snape en una postura altiva y las manos cruzadas por el frente.

—Señor —dijo con respeto—, no hablo en serio —explicó con sus manos y volvió a cruzar estas por el frente—, además no les pido que vuelen con su escobas para lanzar hacia el objetivo, ellos han querido hacer ese reto —sonó explicativo aunque no perdía esa postura de superioridad por todos esos músculos que saltaban aún debajo de su camiseta rojo vino y sus pantaloncillos bien apretados—, les dije que lancen frente al objetivo usando sus manos porque es un entrenamiento físico.

—¿Y usted puede acertar, profesor? —dijo Snape con ganas de burlarse en un tono creído.

—Nosotros —se refirió a él y los magos de su país, sin dejar ese tono presumido—, entrenamos esto al ser tan sólo unos niños de seis, es por eso que somos superiores en este deporte. Somos fuertes y veloces por nuestras extremidades superiores —señaló sus bíceps y algunas chicas a lo lejos soltaron suspiros (Unas pocas chicas)

Snape alzó una ceja como si no creyera aquello.

—Deben tener alguna deficiencia, estoy seguro —Snape afirmó creído.

—Si desea puedo probar que soy superior que usted —Amaru retó con una sonrisa tranquila en sus labios. Pensó que Snape iba a correr de hacer deportes porque las malas lenguas habían llegado a él con un chisme que decía que Snape no gustaba de sudar o correr.

El pocionista alzó la vista y desencajó la mandíbula.

Mientras tantos las chicas empezaban a ponerse nerviosas ya que Amaru era mucho más fuerte que Snape y un poco más alto, casi nada (Eso se veía a simple vista)

—Usted no es superior a mí, Amaru. Porque así como usted dice, esto es sólo un juego para niños —Snape afirmó al mismo tiempo que su mano derecha hizo un pase para quitarse la capa y dejarla flotar sobre una banca del estrado.

Ahora sí se escuchó una ovación tanto de chicos como chicas en las tribunas, y los jóvenes con lanzas que volaban en los aires, cada uno, paró de golpe en su sitio para prestar atención.

Amaru flotaba ahora casi en el medio del campo, con sus brazos cruzados para aumentar sus bíceps y Snape no se quedó ahí.
El mago de Slytherin no conforme con haber retirado la capa negra de sus hombros, empezó a desabrochar uno por uno cada botón en esa enorme fila en su torso, mientras lo hacía las chicas no perdían ni un detalle.

El profesor de vuelo se quitó la playera para estar más cómodo y ninguna jovencita lo miró, pero cuando Snape al fin había logrado abrir su levita por completo y se dispuso a quitarse esta con elegancia y cuidado, todos hicieron un exagerado ruido, porque este hombre de cabellos lisos y negros hasta el hombro, nunca había expuesto su camisa en público. ¿Qué más se podía decir las chicas de Gryffindor? Estas en automático, enloquecieron a tal punto de intentar tirar sus pulmones por la boca.

Severus remangó su camisa en cada brazo e hizo un gesto al otro profesor para que empiece, después de esto cruzó los brazos sobre su pecho.

—¡Profesor, quiero ser esa camisa blanca! —Melissa una joven de sexto año no pudo resistir, y sin querer abrió la boca a otras estudiantes.

—Profesor ¡Habían músculos! —El hermano menor de Finigan se rió junto a su prima la cual admiraba a Snape desde hace poco y en ese instante veía atenta hacia la cintura del profesor con su enorme catalejo.

—¡Profesor, apriéteme como a su varita! —Parvati dijo en serio aunque con ganas de hacer enojar a su profesor y aumentar el furor.

Snape alzó una ceja y volteó a su derecha para apuntar con su varita hacia donde los jóvenes habían empezado un escándalo que adulaba su figura. Hizo un gesto con esta al poner la punta en sus labios en vertical para que guarden silencio.
Cada una de las mujercitas ahí hizo un gesto de que querían ser esa varita tocando sus pálidos labios, por eso en automático, gruñeron.

Pero Snape aumentó un gesto donde deslizó la punta de esta en su cuello y luego escondió el objeto en su cintura para tener libre las manos. Giró a ver al imprudente Amaru y así esperar el reto.

—Profesor Snape, será un sólo tiro —miró a uno de sus alumnos para que este muchacho le pase una lanza, este la lanzó hacia sus manos con elegancia y Amaru lo recibió como si nada.

Snape asintió y recibió una también desde más lejos, el objeto se acomodó en vertical a su costado y daba la impresión que tocaba su piel, sin embargo él no tocaba el objeto.

La gente a su alrededor guardó silencio y Amaru hizo un esfuerzo de su brazo derecho para clavar directamente la lanza en el perfecto objetivo con un sonido seco al atravesar la madera, con un rastro y recuerdo de la punta rompiendo el aire a toda velocidad.

Snape volvió a alzar una ceja y caminó hasta el otro extremo de las tribunas para estar aún más lejos, subió al barandal con perfecto equilibrio después de dar un hábil salto y sin tocar la lanza o la varita, alzó la lanza a su lado junto a su brazo para lanzar con toda su fuerza usando exclusivamente su excelente magia.
Todos se quedaron estupefactos al sentir cómo la lanza dejó una huella de aire veloz junto a su oreja yendo de aquí allá entre los que estaban en sus escobas y luego cayó en picada para atravesar la lanza de Amaru por encima de la punta.

Amaru abrió la boca por haber sentido la lanza pasar por entre sus cabellos ondeantes y largos,
un movimiento increíble porque la intención de Snape no era atravesar el blanco sino la punta de la lanza de Amaru de arriba a abajo y lo había logrado.

Todos los chicos en la tribuna gritaron con mucho entusiasmo, no cabía duda de que Snape era hábil también para esas cosas superficiales (Así hablaba él).

—Nosotros en Inglaterra, sobre todo en Hogwarts, desde los seis años de edad, no nos ensuciamos las manos —sentenció lento y grave para presumir, darse la vuelta, atraer sus pertenencias con magia y caminar hacia la salida en medio de los gritos, y el intenso sol a esa hora.

Amaru sonrió y activó el entrenamiento con dos palmadas.

—Quince minutos para empezar el juego —Gritó y voló hacia donde estaba el círculo para quitar la lanza que Snape tiró y le costó desprender con la mano derecha, de la suya. Sonrió por ver la fuerza de Snape y su magia, con la cual manipuló el largo objeto sin usar su varita—, Por esta vez me ganó, profesor —susurró para él al decidir mejor quitar el objetivo del campo.

***

Un día después Snape estaba al principio del bosque prohibido rodeado de algunas alumnas que acosaban su nombre y persona, luego él las formó en una fila de al menos veinticinco chicas pertenecientes a los últimos años escolares, con diecisiete y dieciocho años de vida.

—Una por una me dirá qué quiere y qué ofrece… —Fue interrumpido por una joven rubia al principio de la fila que le dijo que debía acceder por lo menos a una. Le pareció buena idea con tal de no seguir arrastrando por aquí y por allá, una gran multitud de jóvencitas alocadas—, si una de ustedes me convence y llama mi atención, recibirá un beso (No quiso especificar de quién)

Lentamente y por la colina detrás de donde estaban, Albus Dumbledore aparecía con una sonrisa coqueta en el rostro. Miró a Snape y este le alzó una ceja porque se le ocurrió que el mayor de ojos azules sería quien se sacrifique por él.

Albus no interrumpió sino que se sentó de forma elegante sobre una roca cercana para ver qué pasaba. Ahí escuchó el discurso de la primera chica, una muy simpática. Cambió su rostro de curiosidad a impresión e hizo un hechizo para escuchar mejor.

—Quiero casarme con usted, este año salgo de Hogwarts —dijo a Snape, su voz era coqueta y dulce como una angelical persona pero la apariencia no defendía su exposición, ya que había alterado la ropa de la escuela para verse provocativa.

—Mh, no gracias, no puedo aceptar —habló aburrido, miró a la que siguió e indicó que pase hasta estar frente él.

—Hola profesor, tiene unos ojos negros muy hermosos, soy de sexto año para la casa de Slytherin. Quisiera pedirle una noche apasionada con usted, sin límites —Aquella voz era más viva y malévola.

Albus desajustó su corbata al sentir repentino nervio ajeno, pasó saliva de la impresión porque apenas era la segunda chica de la larga fila.

—Profesoe Snape, lo único que quiero es un beso —sonrió coqueta otra chica, tenía el cabello rojo como Diego encendido.

Snape pensó qué hacer y le dijo que camine a su lado derecho, había una pre seleccionada al fin.

“Lo tengo, Albus, besarás a las chicas que me pidan un beso” le habló a la mente del ex director.

El mayor sentado en la piedra negó rápido y metió en su boca un caramelo de limón.

Mh, será divertido ver quién quiere besar a un hombre como yo”

Así una a una pasó hasta que las últimas le pidieron lo mismo que la otra chica “Profesor, lo único que quiero es un beso”

Albus se arregló la corbata, apuntó con su varita su cabeza para ponerse un poco de gel y estar bien peinado, preparó su mejor rostro coqueto y se acercó hasta Snape porque algo lo decía que ese Slytherin las iba a estafar con él y la idea no le desagradaba tanto.

Mientras tanto las chicas que estaban a la derecha del Slytherin sonrieron al mismo tiempo por ver al otro mayor acercarse, su querido ex director, este se veía físicamente más atractivo que días antes.

—¿A cuál de todas besarás? —Le dijo a Snape por la espalda.

¿Quién dice que seré yo la persona que junte los labios con ellas? Tú has llegado justo a tiempo.
Le respondió Snape con la mente.

—Bien, jóvenes —señaló con la manoen extrema rectitud—, ellas se quedarán aquí y el resto se irá al castillo —Snape intentaba ser lo más exigente que podía.

—Profesor, pero… —muchas dijeron al mismo tiempo.

—Pero nada, vayan ahora mismo, ¡Es una orden! —insistió con voz de malo.

La multitud de pies y zapatos de escuela caminaron en grupo hasta llegar al castillo, se giró con brusquedad y miró a las chicas con seriedad y enojo.

—¿Ustedes quieren un beso, cierto?

Las chicas vieron sus ojos negros y soltaron una sonrisa pícara.

—Sí, señor.

—Pues ahí está el profesor Dumbledore, y él estará encantado de besar sus mejillas.

Snape se dio la vuelta para ir al castillo mientras Albus hizo aparecer una mesa, una silla, un pergamino y una pluma con un tintero. El mayor se veía elegante y con una sonrisa coqueta en los labios.

—¿Quién me dará un beso?

Dos de ellas dijo “Yo”

Les hizo firmar a cada una antes de acercarse a darle ese suave contacto en sus mejillas.

Así Snape se libró de toda esa tontería y Dumbledore ganó admiradoras nuevas.

***

Todo parecía estar bien en el castillo, no habían problemas o envidias y algunos profesores nuevos también tenían detrás de ellos otro grupo de señoritas que aumentaban su ego con admiración y extremado respeto.

Las reglas de distancia y respeto parecían haber aflojado un poco.

A la vez algo extraño pasaba en el corazón de Dumbledore, ¿Qué sucedía? Porque nadie competía con él, nadie lo trataba mal, sin embargo quería más.

Una de esas cosas por ejemplo era volver a ser director y no dejar que Snape suba al cargo. Por eso una noche su persuasión delante de Minerva ayudó a abrir el paso y hacer que dude de dejar a Snape con su mandato. McGonagall le había estado hablando de Severus y lo excelente que había sido como ayudante después de su recuperación, esas investigaciones particulares como ayuda a los niños de intercambio con Karkarov donde por su puesto estaba Hermione Granger, McGonagall estaba satisfecha y le confiaba todo a Snape, pero Dumbledore acertó en su cometido, al contar en chisme de que él Slytherin estaba comprometido y necesitaba tiempo para él.

Quería poder, era eso, quería otra vez ser a quien todos necesitan tanto en el Ministerio de Magia como en Inglaterra y finalmente en Hogwarts.
Nadie notaba esa actitud y ambición porque cada uno se distraía y Dumbledore permanecía un poco distante y callado.

En el corazón de Dumbledore también había celos, porque la magia en sus manos tenía que ser más fuerte que antes y aún no podía porque la varita que quería estaba escondida, la tenía su alumno Harry.

***

Hermione ya había llevado el curso en Durmstrang unos dos meses más cuando sin querer llegó al castillo una invitación para una reunión privada en una casa cerca del castillo hundido, escrita a mano por Dumbledore después de convencer a la parejita de esposos que era momento de revelar su relación precipitada, sin dejar notar su verdadera intención, y mostrar a la líder de Hogwarts que Snape era incapaz incluso de seguir como profesor. Albus se aprovechaba de ellos ya que al pocionista le daba igual continuar o no en Escocia.

La reunión de dio justo cuando Hermione cumplía el último mes en Durmstrang y terminaba el intercambio que había prometido a Snape del cuál había logrado unos avances intensivos e increíbles en artes oscuras, además de ser una experta en oclumancia y pociones. Debía empezar sus prácticas y sólo después de eso empezar a recibir un sueldo como maestra en la misma casa de estudios que le dió todos sus conocimientos.

Esta mujer esperaba demostrar y compartir lo aprendido, pero no esperaba que ir a Hogwarts le causaría tantos problemas al encontrar de repente unos tres pretendientes además de su serpiente.

___________________

Quien se eleva demasiado cerca del sol con alas de oro, las funde” – William Shakespeare

Basada en el mito de Ícaro, esta frase propone que el exceso de ambición puede degenerar en la perdición de todo lo que se tiene.

#Sevmione

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