____Jueves en la tarde tres semanas posteriores al incidente de la novia de Rickman____
Eran las primeras horas laborales del turno tarde donde las jóvenes cruzaban sus horarios, Verónica hablaba con Rose acerca de su extraño amigo, en el tema de conversación se acercaban motivos de dudas por el hombre mucho mayor y experimentado que ella…
-Y eso es lo principal, prácticamente es lo que me está incomodando. Pero no lo sé, siento que simplemente es algo desconocido para mí, nunca antes había frecuentado tanto a alguien que es del sexo opuesto y menos que sea tan grande… A veces sólo cierro la boca y escucho lo que quizá es su forma de pensar. Tú me dices que no lo tome a mal pero sí sentí que me estaba coqueteando (Verónica no le quería contar ciertas cosas que había ocurrido entre ellos como tomarse de las manos dentro de la biblioteca, miradas coquetas y otras cosas que sí eran demasiado personales)
-¡Ayyy Verónica te falta tanto salir y conocer! Pero no te sientas mal, no puedes sentirte mal si te gusta.
-Espera, Rose, ¡Es increíble!… ¿En todo este tiempo que te resumí lo que pasó has entendido que el hombre me agrada de una manera más directa y personal que ser amigos? (Dijo Verónica con seriedad)
-¿Por qué te enojas, Verónica? Las personas se atraen todo el tiempo… Tú eres mujer, él es hombre… ¿Qué tiene de malo? ¡Admítelo, admítelo, Admite que te gusta! ¡Vamos! No tiene nada de malo si me lo dices, te juro que no iré corriendo a contárselo… ¡Admite que te gusta!
Mientras que las jóvenes conversaban, llegó el misterioso hombre extraño del turno tarde, casi siempre llegaba en la noche pero esta vez era temprano. Este hombre era aquél que Verónica nunca intentó interrumpir a diario, obsesionado con la lectura variada, aquél al que nunca se acercó por ser callado. Este se veía grande de al menos unos treinta años de edad con rostro de ser extranjero. Él escondía la mirada cuando la joven se acercaba, todos los días con una timidez exagerada, pero en este instante sólo se quedó a un lado del mostrador después de que entregó el carné, hacía como que leía las actividades recientes en la biblioteca en un cuadro de periódico mural que se extendía a un metro del mostrador. Pero… Lo que realmente hacía este hombre era escuchar la conversación. A él le gustaba la joven, de hecho estaba en la biblioteca por ella.
-Está bien, sí me parece atractivo, de hecho me parece muy atractivo… Pero tiene novia de muchos años y tan sólo ese motivo hace que me frene de alucinar y ser una ilusa tonta, por eso es que me comporto tan seria con él, porque si somos amigos entonces debemos serlo siempre. Estas dos semanas nuestras conversaciones han sido más fluidas, comprensivas y bastantes cercanas pero no quiero que pase más que ser amigos.
-Eres muy cobarde, Vero. Pero te lo dejo a tu criterio, al menos en esta situación de infidelidad de la novia, quizá en poco tiempo sea un hombre libre y pase algo… Digo, si el problema pasó de verdad ahora mismo debes estar separados… ¿Qué es lo que más te agrada de él?
-Me agrada muchas cosas de él… (Verónica se quedó viendo sus manos mientras estaba apoyada en el mostrador con sus dos codos y Rose la escuchaba con atención), Siento que es de forma inerte porque me recuerda a papá pero tiene otras cosas particulares que se desvían de la admiración por ser más grande e inteligente… Cosas como su mirada… Esa forma tan intensa y seria de observar erguido, galante, soberbio, parece misteriosa su mirada como si detectara cosas dentro de ti al traspasarte con ella, o sus ojos claros que acompaña con una sonrisa sincera y desarmadora, sus manos fuertes y delicadas… Cuando me tomó de la mano y estaba tan cerca a él sentí algo extraño en la siguiente respiración, como si ese sentido se hubiera abierto y estuviera más sensible… Fue justo ahí donde sentí el olor que tiene, un olor varonil, siendo sutil pero de carácter fuerte, como llevado de su cuerpo a mi rostro con una tibia brisa nerviosa. Así me sentí, nerviosa… Por eso me agradó cuando dijo que me iba a extrañar. Y hace unos días nos quedamos juntos en mi sofá.
-Ya me di cuenta que no te gusta nada ese hombre jajaja… Casi no pude entender todas las cosas que dijiste jajaja… Yo hubiera dicho: “¡Sí me gusta, quiero tenerlo en mi cama!” Pero te oíste ridícula con eso de: “Su olor fue llevado a mi rostro como con una brisa tibia y nerviosa” (Rose lo dijo como recitando y luego añadió) ¡Qué ascooo!
-¡Basta, por eso no quería decirte nada!.. Yo sé que da risa pero es porque no te está pasando a ti. Y no le quiero dar tanta importancia. Esta será la única vez que hable así de él, lo prometo.
-Desde que te conocí supe que eras una inocente voz suave y desesperante, Verónica, caes mal Jajajaja.
-¡Qué mala onda eres! ¡Tú eres una mala amistad y además mala influencia para mí!
Las dos jovencitas empezaron a reír, pero Verónica no dejó de pensar en lo que dijo desde aquella hora.
Lo malo también fue que el joven chismoso había grabado con atención esas palabras en su cabeza, sintiendo un poco de coraje dentro de él, con muchas razones de conocer al otro hombre y contarle todo.
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______Noche de la presentación de Teatro, horas después del incidente de la novia de Rickman________
-Quisiera que no te sintieras así de preocupado, no creo que ella sea capaz de tener algo con tu amigo.
-Deja de ser inocente, a mi edad tienes las cosas en claro. (Dijo Rickman decaído)
-¿Pero por qué tiene que ser tan complicado? Por favor haz caso, si la enfrentas te dará una buena explicación, ¿Y si sólo necesitaba tiempo para estar a solas? Quizá la habías aburrido en algo. ¡No lo sé! Quizá sólo quería pensar e irse un rato, las mujeres somos complicadas y yo sé que por eso te mintió. Trabajas y casi no estás en casa…
-Ella me conoció ocupado, pero no es eso, Verónica… Esto ya había pasado antes, estaba saliendo con otra persona, me dijo que no pasó nada con él. Verónica, te haría entender con una simple pregunta… ¿Estarías tranquila si vez a tu novio con otra mujer?
-No la verdad, creo que no. Pero… Quizá pase lo mismo ahora, vuelvo a recalcar, tú estás trabajando siempre, quizá ya no hay tiempo para conversar como antes o simplemente quiere llamar tu atención.
-No me siento mal, créeme. ¡Deja de ser inocente! Me incomoda que no tenga confianza de decirme las cosas. Algo como: “¡Alan, no me pones atención!” (Dijo él, alzaba y alzaba el vaso para beber una y otra vez sin parar)
-¿Tú le has contado de mí a tu novia? (Dijo la joven con curiosidad siendo directa, provocando una pausa silenciosa en su conversación)
-No, ella sabe que tengo conocidos y amigos por todos lados, no hay necesidad de decirle. (Dijo Alan con astucia como teniendo la razón)
-¿Y así te quejas de tu novia? (Ella le reclamó) Lo que haz dicho es una gran incoherencia. Se supone que no puedes esconder nada, tienes años con ella. ¿De qué se trata su relación? ¿Acaso no es comunicación y confianza?
Él se quedó pensando, hizo silencio sentado en la alfombra beige en la sala de la joven con la cabeza recostada en el mueble más cómodo de la sala. La joven estaba a su lado izquierdo también apoyada contra las faldas de ese mueble pero de lado del brazo izquierdo.
En algún momento llegaron al apartamento pero quién sabe cómo acabaron sentados en el suelo alfombrado, con vasos en la mesa de centro tomando jugo de naranja mezclado con vodka. La joven no tomaba mucho porque el alcohol no le gustaba así que se ponía más jugo.
-Vero, Vero, Vero… No puedo hablarle a mi novia de ti, pequeña. Porque tú me agradas mucho y ella es celosa, me pediría que deje de frecuentarte. Yo no quiero dejar de hablar contigo ni dejar de ir a la biblioteca. Casi empiezo a filmar esa nueva película y ya no voy a poder verte, eso me entristece un poco.
La miró y tomó de la mano a la joven entrelazando sus dedos. Aferrándose con mucha confianza, ella se sintió un poco incómoda al principio, estaba nerviosa ante ese acto inesperado que acompañó con palabras también inesperadas… Pero luego se dejó caer en su hombro pensando en el problema y olvidando el sentimiento.
-Pero ¿Y si te causo un problema con tu novia? (Dijo la joven con normalidad) Sí deberías contarle a ella de mí.
-No lo harás, no te preocupes. Tampoco voy a contarle de ti, menos ahora.
-Yo también voy a extrañar ver al lector exigente y engreído. También te extrañaré, Sr. Alan.
-Durante tantos años he perdido muchas amistades buenas, hombres y mujeres por ciertos caprichos que ella tiene, yo la quiero tanto, la estimo y la aprecio pero quizá ha llegado el tiempo de acabar con ella, ¡Sí lo acepto! ¡Me da miedo no saber conocer a otra persona por la edad que tengo! Tengo miedo de no acostumbrarme a otra voz a otros cariños, a otros recuerdos, a otra rutina… Siento que es la hora de acabar con esto y dejar que ella averigüe otra forma de sentir… (Hizo una pausa y seguía tomando cada vez con más vodka en el jugo, intentó ya no hablar del tema y preparó palabras para la joven Verónica) Niña, si empiezo a filmar voy a escribirte todos los días, lo prometo y también te llamaré… Por cierto ¿Qué te pareció el joven que te presenté? ¿Es atractivo, verdad?
-Muy atractivo y galán pero no me gusta más que eso, su nombre “Tom” es raro, se la pasó hablando de su carrera y me aburrió un poco.
-Vamos, ten paciencia, es joven y no sabe aún cómo tratar e impresionar a una mujer. (Su voz empezaba a sonar más relajada y gruesa)
-Parece que en vez de defenderlo y beneficiarlo, me estuvieras diciendo que tú sí sabes cómo tratar a una mujer. (Dijo Verónica con una sonrisa en el rostro)
-¡Que va! Eso sólo es tu impresión… Porque si lo digo es… Es que ya he tenido su edad. Y claro que sé tratar a una mujer. A ellas les gusta que las escuchen, les gusta los obsequios, que seas caballeroso, les vuelve locas que les des la razón en todo.
-Jajajaja, Sí Sr. Lo que usted diga!!! una forma interesante de pensar pero no ocupa a todos las mujeres del mundo… (Dijo ella intentando hacerlo reír)
-No me digas Sr. Dime Alan. Tenemos mucho tiempo hablando de muchas cosas, somos amigos, no me digas “Sr.” Además… ¿Puedo confesarte algo pero no te enojas?
-Dime de qué se trata y veré si tengo que enojarme o quedarme tranquila. (Dijo la joven pensando que iba a salir con otro sermón)
-Tienes un cuerpo muy hermoso… (Le dijo directo y ella se quedó paralizada)
-Oyee, vas a hacer que me sonroje… Pero gracias tú también eres un hombre atractivo, además me caes bien. (Dijo la joven tímida creyendo que ahí acababa todo, y que eran los efectos del alcohol en Rickman)
-En la tarde cuando fuiste a darte un baño, recordé antes de ponerme a leer que tengo tu bolso en mi maletero desde el viernes. Me acerqué a intentar decírtelo detrás de la puerta para no olvidarlo de nuevo, pero cuando llegué la puerta del cuarto de baño estaba junta y te estabas desvistiendo, pude verte semi desnuda y en vez de irme de inmediato vi cómo te quitabas la ropa interior, la parte de arriba (Habló todo esto con sinceridad y haciendo las mímicas de la acción) Lo siento. Fue mi tonta curiosidad.
-Ammm (La joven vio hacia el suelo intentando no alterarse y no estar más nerviosa) Creo que eso sí no me lo esperaba… (Tosió un poco por casi atorarse con el jugo de naranja) ¿Qué se supone que responda a esa confesión? Ahora me siento incómoda.
-Lo lamento. Han sido pocas las veces si no es que decir unas dos veces que una mujer ha llamado mi atención tanto como tú de esa manera, con su timidez, su simpatía, su forma transparente de ser y su hermosura… Estás desperdiciando el tiempo porque mereces que un hombre acaricie toda esa piel hermosa que posees… Siento mucho ser tan sincero… Me sentía mal por eso de haberte visto pero ahora ya me siento más tranquilo al decírtelo.
-¿Merezco que un hombre me acaricie? (La joven alejó la botella de vodka de Alan y la escondió detrás de ella, a la vez dejó la de jugo)… Ya no bebas más porque comienzas a ser otra persona… Y no te preocupes, todos los hombres son unos pervertidos. A ti te lo perdono pero… Sólo por esta vez… Además de que mañana no vas a recordar nada de todo lo que estás diciendo.
-Bien. (Dijo él tranquilo parpadeando por el sueño)
-Anda a la habitación, descansa allí. Yo me quedaré aquí. Voy a leer un libro y luego me dormiré en el mueble. (Le dijo la joven)
-No puedo permitir que hagas eso. Claro que no… (Dijo Alan intentando levantarse del suelo)
-Espera, no es nada de otro mundo, me he quedado en el mueble un sin número de veces con un libro reposando en mi pecho. Es en cierta forma… Placentero. (Dijo la joven, se levantó de la alfombra y fue hasta el estante, tomó un libro cualquiera porque la sala estaba oscura y regresó)
Regresó hasta donde estaba Alan y se sentó con el libro que tomó. Y él se atrevió a decir viéndola a los ojos.
-¿Por qué no usamos la cama, los dos? (La tomó de la mano, ella lo vio a los ojos y pensó “Ya vete a dormir porque dirás más cosas de las cuales te vas a arrepentir” y entonces lo soltó del agarre con sutileza) ¡Vamos! (Dijo él insistente al sentir que ella lo soltó de la mano con temor) Será divertido además podría enseñarte muchas cosas que no sabes… (Dijo pausado intentando conseguir algo de ella)
La joven lo seguía viendo… E hizo una prueba de alcoholímetro con una simple pregunta redundante para asegurarse que estaba equivocada, que él no le estaba insinuando nada. Bueno, esto era lo que ella quería, ya no sentirse tan incómoda.
-¿Qué es lo que le da curiosidad, Sr. Rickman? ¿Qué me está proponiendo? (Dijo ella sutilmente)
-No hay curiosidad ni misterio, lo único que quiero es que no duermas en el mueble. A mí déjame aquí, de todas formas no podré dormir. Pero… En realidad… Tenía ganas de hacerte el amor porque me gustas mucho… Me pareces muy atractiva… Pero lo he pensado mejor y no creo que sea correcto…
“Conclusión, está ebrio” Dijo la joven en su mente y añadió… “Ya no dejaré que beba en este apartamento”
-Estoy segura que es incorrecto (Le dijo la joven con seriedad)… Entonces quedémonos aquí los dos y cuando tengamos mucho sueño… Sólo cuando tengamos mucho sueño vendrás conmigo a la habitación. (Pero la joven se daba cuenta que estaba cansado y además se había pasado de vodka, en cualquier momento caería al suelo)
-Eso me da tranquilidad. (Dijo él ya sin saber lo que decía)
-Olvídalo Alan, vamos a la cama, ven. (Lo ayudó a levantarse, se puso a pensar que no había peligro con él si lo llevaba a la habitación)
-¿Entonces sí aceptas? (Dijo él con curiosidad, con una sonrisa pícara y somnolienta)
-SÍ claro, sería un enorme placer (Dijo la joven siguiéndole la corriente para que de una vez se acostara en la cama)
Así ella logró que esté erguido sobre sus pies, a pesar que él era tan alto y grande, más de veinte centímetros más alto, lo rodeó con uno de sus brazos y empezó a dirigirlo hasta la habitación para finalmente ponerlo sobre la cama. Al conseguir que esté sentado le quitó el saco y la camisa, lo dejó con una camiseta ceñida al cuerpo de color negro y lo empujó hacia atrás para que quede acostado, le quitó la correa del pantalón, después le abrió el cierre e intentó jalar fuerte para quitarle esa prenda.
-Woww, vas muy rápido, pequeña. (Dijo él con una voz débil y “aparentemente coqueta” apunto de morir en sueños)
-Tranquilo, déjame todo a mí. (La joven rodó los ojos y pensó… “Si fueras soltero y no estuvieras ebrio podría aventurarme porque no estás nada mal, pero NO gracias”)
La joven empezó a quitarle los pantalones después de haberle quitado los zapatos y las calcetas. Jaló un poco más y este empezó a deslizarse por sus muslos hasta llegar a sus rodillas y luego salir por ambos pies, cuando lo logró dobló el pantalón con cuidado ahí en la alfombra de la habitación y se dio cuenta que tenía que enderezarlo a lo largo de la cama para que pueda dormir. Se puso de pie y cuando le tocó el rostro le dijo.
-Alan, (Se acercó a su oído) ¿Puedes intentar acomodar tu cuerpo a lo largo de la cama? Porque así como estás no podremos hacer nada.
-SÍ, pequeña. (Dijo aún más dormido)
Ella vio cómo él se acomodó, intentó arroparlo y mientras lo hacía vio a OTRO MUY despierto.
-¡Ahh caray! Más vale que los dos se vayan a dormir. (La joven dijo esto en susurros deteniendo la vista en la pelvis de su amigo, terminó de arroparlo hasta el cuello) ¡Mejor me voy de aquí (Dijo en susurros)
Pero lo contempló un momento, el hombre que veía arropado era una gran persona, un buen amigo pero empezaba a comportarse muy extraño con ella, tenía que evitar eso.
Fue hasta la sala antes habiéndose cambiado de ropa, se puso una camiseta de manga cero con un oso pirata estampado en el pecho, y un short corto con muchos ositos azules estampados en la tela… Esa era su pijama, se colocó unas calcetas tobilleras de color blanco. Con una sábana blanca, se sentó cubriendo sus piernas y empezó a leer sobre el mueble, al cabo de una hora se quedó profundamente dormida.
***
Pasaron muchas horas y abrió los ojos… Él estaba ahí frente a ella, había tomado una silla y sentado al estilo vaquero la contemplaba con un rostro resplandeciente.
La joven parpadeó muchas veces viéndole a los ojos y se cubrió la cara con la sábana.
-Veo que ya has despertado, qué bueno porque fue un martirio escucharte roncar toda la bendita noche como si estuvieras en mi oreja. (Dijo ella)
-Lo siento, por roncar… Verás estaba esperando que despiertes porque tengo muchas dudas… Una de ellas por ejemplo es saber por qué amanecí así en calzoncillos. (Él hizo una sonrisa al decirlo, la verdad es que el actor recordaba poco de lo que había pasado horas anteriores)
-Yo te retiré el saco, la camisa y los pantalones después de que te caías de ebrio en la noche, mejor dicho en la madrugada de hoy… Dijiste tantas tonterías que si las repito será el día más vergonzoso de tu vida.
-Gracias al cielo, pensé que habías abusado de mí. (Dijo con ganas de reír)
-Claro que no, no sería capaz de abusar de ti… (La joven hablaba seria) El que quería abusar de mí eras tú. Y mejor no hablemos de eso, casi no he dormido por tu culpa. ¡Ya vete a casa, déjame dormir! (Verónica hablaba enserio)
-Te prepararé el desayuno si quieres… (Dijo él relajado)
-¡Sólo déjame dormir por favor!
-Pero ve a la cama… (Dijo Alan)
-¿Qué hora es? (Dijo la joven como olvidando algo debajo de la sábana que cubría todo su cuerpo)
-Doce del medio día, es bastante tarde.
-¡Ohh noooo, se me hace tarde para ir con mis padres!… (Dijo la joven asustada)
Él se levantó de la silla y la acomodó donde estaba, se quedó en el muro viendo cómo ella hacía un esfuerzo exagerado para levantarse y caminar con su pijama de niña hasta el cuarto de baño.
-Jajaja tu pijama hace que te veas tan tierna.
-¡Largo! ¡Déjame en paz! (Dijo ella)
El cabello de la joven era lacio, incluso levantada se veía bonito, un poco desordenado pero bonito.
-Parece que alguien se levantó de mal humor. (Dijo él queriendo conversar)
-Creo que no has entendido que no he dormido, por eso estoy de mal humor. Con tu permiso iré a darme un baño tibio y cuando salga no quiero verte aquí. (Sentenció la joven)
-Creo que hablas enserio. (Subió las cejas sorprendido al decirlo)
-Alan, Sr. Rickman, ya vaya a casa por favor!!! (Ella quería deshacerse de él)
-Está bien pero quería darme un baño… (Insistió él)
-¡No, no conseguirás eso aquí! ¡Mire Sr, Alan, tenemos que hablar de muchas cosas! Pero en este momento tengo que llegar con mis padres, es mi oportunidad para hacer las paces con él… No he dormido, me siento un poco incómoda por las cosas que me dijiste en la madrugada con insinuaciones indecentes, además de no dejarme dormir por tus ronquidos.
-Lo lamento, explícame qué pasó. (Dijo serio intentando hacer conversación, se sentía confundido)
-¡Ve a casa, toma un baño, relájate y estudia cómo siempre! El lunes nos veremos. ¿OK? ¡Te lo prometo!
-Está bien, como quieras. Nos vemos el lunes entonces.
-Vale. (Dijo la joven con mucho mucho sueño caminando hasta el cuarto de baño)
Él en cambio no se quedó tranquilo pero hizo caso a la joven.
Vio su ropa doblada que olía fuertemente a Vodka, rebuscó en su mente pero no encontraba nada.
Se vistió, tomó sus cosas y se fue del apartamento.
Al llegar pidió comida china, se sentó a estudiar intentando concentrarse y repetía una y otra vez… “¡Que llegue el lunes para enterarme!”
Pero no volvieron a hablar del tema aunque en ella se quedó esa incomodidad.
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