La biblioteca Capítulo 7 Pizzas De Teatro

Los hombres y las mujeres no pueden ser amigos…
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El actor despertó como siempre viendo hacia la ventana, con los ojos iluminados por el resplandor del sol rebotando por doquier.

Metió la mano debajo de la frazada para alcanzar su celular que estaba incrustado en una de sus costillas. No perdía la mala costumbre de quedarse con el aparato en la cama a pesar que su novia le había reclamado un millón de veces.

Al tenerlo en las manos lo subió hasta su rostro, prendió la pantalla y vio cinco llamadas perdidas. “Diablos” Dijo en voz baja.

Al ver eso y la hora, dio un salto en dirección a la ducha, intentaba quitarse la pijama para entrar desnudo y sentir el agua sobre él al mismo tiempo que marcó a su amiga.

-Hola, ¿Con quién hablo?

-Hola Verónica, soy Alan. Perdóname por no responder pero estaba profundamente dormido.

-Alan, qué bueno, te estuve llamando. No te preocupes, sabía que el actor estaba dormido o quizá el profesor estaba en clase jajajaja.

-¡Qué graciosa! Sí, el actor estaba dormido… ¿Entonces sí vendrás a la obra de teatro? Pasaré por ti a tu departamento en un momento.

-Claro, hoy no tengo que trabajar pero… ¿Y qué pasa con tu novia, por qué no la llevas a ella?

-Me ha visto un sin número de veces en el teatro. Aunque para ser franco creo que no le agrada verme actuar por los besos entre actos. Además no está, se fue de vacaciones sin mí.

-¡Qué pena, sería estupendo unas vacaciones para ti! Bueno, si ella no tiene problema yo puedo sacrificarme y ver qué tanto alboroto con eso de que eres famoso.

-¡No molestes, niña! Hoy mismo verás cómo son las cosas. Yo sé que no me crees pero las cosas serán distintas desde hoy.

-Sólo bromeo, y además qué me importa si eres o no, de todas maneras no me gustan las personas presumidas… Y bueno hace mucho que no voy al teatro. Gracias por la invitación.

-¡Tú eres más presumida que yo!.. De nada. Voy a darme una ducha caliente e iré a tu departamento. La obra es en la tarde pero no quiero almorzar solo.

-Vale. Sabes que eres bienvenido, nada más no comiencen con tus locuras de que te escogí por otro hombre o que me llevaste a París.

-Jajaja. Está bien. Hablamos luego. (Dijo con esa inconfundible voz gruesa)

-Ven con cuidado, te veo en un momento.

Alan colgó la llamada en lo que dejaba regulada la llave de agua caliente. Muchas cosas pasaban por su cabeza, debía avisar a su novia que saldría con una buena amiga, además de preguntarle cómo le iba en sus vacaciones. Pero decidió esperar un día más.

***

Casi dos horas después de haber salido de la ducha y estar listo. Fue con su camioneta, se encontraba afuera del edificio de Verónica.

-Hola, ¿Dónde puedo estacionar el auto?

-¿Estás abajo?.. Dame chance por favor, voy a dejarte sin seguro el ascensor (Dijo la joven)

-Muchas Gracias, Srta… (Respondió el actor)

-Mi número de estacionamiento designado es el “15”

-Mmm, debí deducir que era el quince. Estaciono y llego en unos minutos contigo ¿Vale?

-Vale.

La joven fue a la cocina para dejar la botella de jugo de naranja recién comprada (Orgánica por su puesto, no le agradaba las cosas que tenían conservantes), fue hasta la pantalla del intercomunicador para ver a través de la cámara del ascensor. Vio que él subió y de inmediato le dio acceso. El actor sólo tendría que subir y la puerta se abriría sola delante de ella.

Esperó que suba y así sucedió.

El actor alzó lo que tenía en las manos, un par de bolsas de mandado y le dio una sonrisa de gusto al verla.

-No sabía qué iba a gustarte, traje muchas cosas e incluso ingredientes para hacer pizza. (Dijo Alan)

-Gracias por molestarte, pero no como otros alimentos que no sean orgánicos.

-Pongo mucha atención con eso, he aprendido a ser detallista todos estos años, por eso todo es orgánico. Lo supuse después de que comí el pudin.

-¡Ohh me sorprendes!.. ¡Alan bueno, muy bien! (Dijo la joven bromeando)

-¿Quieres que te ayude en la cocina? (Dijo él con sinceridad y ella se sorprendió)

-Mamá siempre me inculcó que debo ser una excelente anfitriona pero como esta vez nos pusimos de acuerdo, estaría genial que me ayudes para terminar más rápido. Si deseas puedo prepararte un sándwich de pavo en lo que está listo todo, debes de tener hambre.

-Eso sería más que estupendo. (Dijo el actor)

En unos minutos la joven tenía el sándwich listo con pan blanco, se lo entregó en un plato tendido.

Él lo tomó con sus manos y le dio un gran mordisco.

-¡Mmmmmmmmm esto es delicioso! La mayonesa me encanta.

-La mayonesa no contiene aceite, es un secreto de mamá. Es ligera y libre de colesterol también tiene un aderezo hecho por mí.

-Es simplemente fabulosa, la combinación de la pechuga de pavo con aguacate, ajonjolí, lechuga, finas rebanadas de jitomate, espinaca… Uff todo está muy bien. Siento un sabor ligero a limón… (Dijo haciendo un gesto de catador)

-Es el aderezo pero también le puse unas gotas de limón en la lechuga.

-¡Muchas gracias, jovencita!

-De nada (Dijo juntando sus manos y haciendo una pequeña inclinación amable) Te compré jugo de naranja. Para acompañar ese sándwich y la pizza. Yo desayuné como a las ocho de la mañana.

-Excelente… (Hizo un gesto con su mano mientras saboreaba lo que estaba en su boca)

Él concentrado en comer. Después de unos minutos, los dos estaban involucrados haciendo dos pizzas de tamaño familiar para poner en el horno microondas. A Verónica le encantaba el queso por lo que fue generosa con el ingrediente, sin embargo Alan disfrutaba del sabor semi picante del cabanossi.

Después de casi una hora, dos pizzas humeantes estaban delante de ellos sobre la mesa blanca de la cocina.

-Para ser un actor, eres detallista en la cocina, además de humilde.

-Olvida que soy actor, soy “Alan hambriento en este instante” (Dejó salir una voz gruesa junto a una sonrisa satisfactoria mientras veía esas pizzas aún tronaban por estar calientes)

-Bien, no volveré a molestar con eso… Y ahora mejor comamos.

-Estoy de acuerdo. (Abrió muchos sus ojos dejando ver a la joven el color de sus ojos por primera vez)

-¡Vaya, no había notado el color de tus ojos, son claros y bonitos!

-Muchas gracias, me loo dicen todo el tiempo. ¿Y de qué color son tus ojos?

-No lo sé, no he intentado pintar con ellos jejejej. Pero creo que son cafés.

-Mmmmm… (Hizo una mueca de “Esta chica es una payasa”)

Entonces le dio una sonrisa suave a la joven y ella le guiñó un ojo con astucia.

La joven tenía la pieza plateada con la rueda llena de dientes afilados que se incrusta en el centro haciendo caminos triangulares desde adentro hacia afuera. Metió la espátula triangular para subir esa fracción y llevar la pizza sobre el plato de Alan.

El actor veía atento pasando saliva sin poder esperar más para darle un mordisco a esa belleza de pizza y lo hizo.

Comenzaron a comer acompañados, muy cerca del otro disfrutando el momento hasta que terminaron satisfechos por completo, era tanta su hambre que casi no dijeron nada.

Después de eso el actor ayudó a lavar y limpiar todo. Ella no podía creer que él fuera tan acomedido.

-¿A qué hora tenemos que estar ahí? (Dijo la joven)

-En dos horas.

-Bien, iré a bañarme.

-¿No tienes que esperar un momento? (Dijo el actor)

-Claro que no, usaré agua tibia casi caliente. Sólo será un segundo.

-¿No te bañaste en la mañana? (Dijo Alan con intención de hacer una broma)

-Sí pero ya es tarde, otra hora del día… Tú también deberías darte un baño.

-Claro que no, me esperaré en la noche.

-Bueno, dame media hora. Por allá está el estante de libros por si quieres leer algo.

-Vale.

Alan se levantó de la silla, fue hacia el estante, escogió un libro cualquiera y lo abrió para leerlo. Mientras tanto recordó que había encontrado en su camioneta las bolsa de la joven y no le dijo nada. Así que intentó acercarse al baño para avisarle porque temía olvidar ese detalle de nuevo.

Se acercó más con temor y un mensaje llegó a su celular lo que hizo que se frene. Vio la pantalla del celular y se acercó más a la puerta, esta estaba junta. 

Casi no escuchaba ruido lo que le hizo pensar que ella ya estaba dentro de la ducha a punto de abrir la llave de agua tibia.

La curiosidad lo mataba, ella era una jovencita atractiva, no tenía nada de malo si la veía un momento… Pero cuando se asomó a esa pequeña rendija de al menos quince centímetros, la vio y se quedó impresionado, no se imaginaba que iba a tener esa reacción, bueno era hombre pero había visto a muchas mujeres semi desnudas, pero ella tenía un cuerpo tan hermoso y delicado… La joven traía ropa interior blanca, bueno, ya se estaba deshaciendo de la parte de arriba, del brasier. Entonces él se acercó más a la puerta, el ojo que veía con más atención tuvo una dilatación de iris porque lo que veía le agradaba, era hermosa. “¡Qué hermosa!” Dijo en su mente.

-¡Diablos! ¿Cuál es tu problema, Rickman? (Se dijo así mismo y volvió a la sala donde escogió el mueble más cómodo para sentarse a leer mientras esperaba a Verónica, su amiga.)

Después de unos minutos, más de media hora por su puesto, ella salió.

-¿Me tardé? (El actor la miró como si no hubiera pasado nada)

-Casi nada, sólo unos cincuenta minutos. (Dijo viendo su reloj plateado)

-Lo siento, siempre tardo al secar mi cabello. ¿Ya estás listo?

-Sí, por cierto, te ves muy guapa. (Dijo haciendo una mueca de caballero)

La joven tenía un vestido negro recatado junto a un bolso que combinaba con él, no era alto, apenas más alto de las rodillas, era ceñido, era simple pero se le veía elegante. Su maquillaje era suave como la de una jovencita que iba a exposición de alguna clase en la universidad y sus zapatillas combinaban a la perfección.

-Muchas gracias Sr. Rickman. (Dijo inclinándose como una princesa) ¿Vamos? (Hizo un gesto con el brazo para que Alan la sostenga de ahí)

-Vamos. (Él la tomó del brazo)

Durante el camino vio cómo ella pintaba sus labios de carmín suave usando el espejo retrovisor de lado izquierdo.

Vio con atención cómo ese elemento se deslizaba suavemente por sus labios tan jóvenes y sin experiencia de besos. Ella para terminar apretó dos veces sus labios entre sí para dar uniformidad, una uniformidad simple pero bastaba para decorar sus labios. Él al ver este gesto, imitó de forma inerte el movimiento y luego sacudió la cabeza al escuchar el claxon del auto de atrás que le indicaba que la luz ya estaba en verde. Arrancó el auto e intentó pensar la hora en que llamaría a su novia.

***

Alan la hizo sentar en los asientos más cercanos, literalmente los que estaban frente al escenario, ahí ella esperó hasta que la obra empezó en las siguientes dos horas. 

Ella escuchaba atenta cada diálogo, todos los parlamentos, cada escena cambiante y situaciones interesante entre todos los actores, él era el personaje principal. No había nervios, no había tensión en sus palabras, definitivamente era un actor experimentado y además ovacionado en la última escena, lleno de flashes, lleno de aplausos.

Ella constantemente asentía como diciéndose así misma “Qué bien que decidiste venir y ver esta pieza hermosa de Teatro, como hace mucho no lo habías visto”

Fue intenso para ella, fue intenso para todos los presentes, era tan diferente ir al cine, era tan diferente leer un libro de teatro y otra cosa abismal la excelente interpretación de todos esos expertos actores, pero escuchar todo ese ruido sin fin de palmas era algo inexplicable, te hacía sentir emoción ajena, te hacía sentir orgullo, un orgullo sincero por la otra persona a la que conocías.

La joven se levantó y empezó a aplaudir con muchas muchas ganas igual que todos alrededor mientras los actores de par en par salían a saludar y despedirse.

***

La joven fue hasta el pasillo para esperarlo, muy cerca de ahí estaba el camerino de los actores. Y Afuera de este muchos fotógrafos intentaban entrar y encontrar el mejor ángulo para fotografiarlo, incluso algunas admiradoras se habían colado. Verónica veía esta escena con una sonrisa sincera en el rostro a unos metros desde donde él apareció y empezó a firmar autógrafos a cerca de veinte mujeres y tres hombres.

Mientras Alan llenaba esas caratulas de revista o fotografías con su firma, alzó la mirada y vio a Verónica hasta donde estaba, sus miradas chocaron y él la miró como diciendo “Al fin lo estás viendo” y Ella asintió con la cabeza e hizo como si aplaudía enérgicamente pero en silencio mientras se reía y bajaba la mirada aceptando que se había equivocado.

El actor sacó su celular y la llamó.

-¡Eyyy! ¿No quieres venir al camerino para presentarte a los actores?

-Jajajaj, ya basta, ya lo entendí… Pero mejor te espero en el auto.

-Venga, no pasa nada…

-Prefiero esperarte en el auto ya que hay muchas admiradoras esperando tomarse una fotografía con su ídolo. Yo espero, no te preocupes.

La joven colgó y se fue camino al auto de Rickman, le dio su espacio y también lo esperó por largo rato hasta que este apareció con unos lentes oscuros, los mismos que usaba al ir a la biblioteca. Entró al auto, ella lo quedó viendo.

-¿Y bien? (Dijo el actor con un tono ligero de soberbia)

-Te debo una disculpa, eres muy buen actor. Además de ser muy profesional en lo que haces. ¡Felicidades!

-Muchas gracias, jovencita. (Sonrió para ella)

-Gracias a ti por invitarme. ¿No me firmas a mí una fotografía, me la vendieron afuera del teatro? (La joven seguía de bromista aunque lo decía enserio)

-¿Estás bromeando, verdad? No te voy a firmar eso, somos amigos, los amigos no se piden firmas… Además ¿Cuánto gastaste por eso?

-Diez libras jajajaja. (Ella empezó a reír)

-Sabía que era una broma. (Dijo él rendido y arrancó el auto) ¿Quieres acompañarme a una reunión? Estarán sólo los actores de hoy.

-Me encantaría pero no quiero molestar.

-Vamos, te presentaré a muchos jóvenes. (Insistió el actor)

-Hablas como mi mamá cuando quiere llevarme a su club de damas.

-Vamos, será una reunión amena, será en un restaurante privado, han alquilado todo el segundo piso para nosotros.

-Está bien. (Aceptó la joven)

Tardaron como cuarenta minutos en llegar hasta ahí, habían muchos autos elegantes pero una entrada discreta.

Subieron por unas escaleras elegantes hasta el segundo piso, sí que había gente, estos habían llevado a sus invitados.

El actor hizo que le sirvan dos copas de vino tinto y fue hasta donde la joven estaba. De pronto junto a él apareció un joven actor que se acercó a saludar.

-Sr. Rickman, ¡Es grato, verlo!

-Hola jovencito, te presentaré a una buena amiga, es aquella, la que está ahí, tímida.

Los dos caminaron hasta ella.

-Verónica, te presento a Tom, Tom Hiddleston. (El joven actor extendió su mano a ella)

-Es un gusto, Sr. (Ella apretó levemente su mano)

-No le digas Sr. que se enoja… Toma, te traje esto. (Rickman le entregó la copa de vino)

-No te preocupes, Alan. Estoy empezando a acostumbrarme a esa palabra. (Dijo Tom dejando salir una sonrisa coqueta frente a ella.) ¿Es tu sobrina?

-Te dije que era una buena amiga. 

-Sí es cierto, perdón.

Cuando el actor iba a dar su primer sorbo de vino, vio por encima del barandal del segundo piso hacia el primero, ahí estaba una persona que no se supone que estuviera ahí.

-¿Me permites un momento? (Dijo Alan frente a los jóvenes)

-Sí claro. (Dijo Verónica mientras el joven le sonreía a verónica y empezaba con el sermón de que era actor)

Al pasar unos minutos, casi una hora de estar con el actor escuchando atenta, Alan regresó con rostro descompuesto.

-Lamento interrumpir, jovencitos. ¿Me permites? (Le dijo a Tom) Necesito decirle algo a Verónica.

-¿Qué pasó, Alan? (Dijo Verónica)

-Espera… (Hizo una pausa cuando el joven actor dijo que iría por más vino) Es que mi novia está aquí.

-Pues preséntala, me encantará conocerla. (Dijo ella emocionada)

-Pero es que se supone que estaba de vacaciones, la acabo de llamar y me dijo que estaba en su hotel pero está ahí abajo con ese hombre que es un amigo en común de los dos.

-Pero si es un amigo en común no tienes de qué preocuparte, quizá quería darte una sorpresa.

-No seas inocente, ella me mintió, dijo que estaba en España de vacaciones.

-Ufff (Verónica hizo un gesto rendido) No pienses mal, acabas de decir que es un amigo que tienes con ella, además ¿Cómo no va a saber que estás aquí, que es la celebración de tu primera presentación de esta obra?

-Vamos, te llevaré a casa. (Dijo el actor un poco sacado de sus casillas) Nadie sabía que celebraríamos aquí, apenas fue de último momento, yo se lo hubiera dicho pero no he hablado con ella hasta hace unos minutos que insistió que estaba en su hotel.

-Está bien, no te preocupes. Seguro te dará una buena explicación. Mira desde el lado bueno, tú sabes que ellos se conocen y son amigos. (Volvió a insistir la joven)

-Un hombre y una mujer en una mentira no pueden ser amigos… (Dijo Alan)

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