-Okinawa resort & botanical park Uriagaon, Nagaon 782003…
-Suena interesante, lindo.
-Charles compró el boleto para dentro de dos días, le fue tan complicado.
-Ohhh Charles puede hacer lo que sea. Por favor, espero no estés gastando mucho en esto.
-No, claro que no y ya sé que eres muy ahorrativa y solidaria.- Sonrió expresivo y besó el hombro de su joven esposa.
-Perdona que te pregunte pero me quedé con lo de ayer, ¿Quién te llamó?
-El Hospital donde doné sangre para un familiar.
-¿Y qué te han dicho?- El gesto de Verónica cambió a serio, se detuvo de empacar y cruzó los brazos.
-No es nada, mi amor por favor es sólo una invitación para una endoscopia de exploración.
-¿Una invitación o una sugerencia clínica?
-Según ellos dicen que algo en mis proteínas sanguíneas…- El actor abrió el ropero y sacó tres sacos largos para guardarlos en la maleta mientras hablaba a Verónica. -… Y conteo hepático fue irregular, que por eso debo hacer un estudio de explotación.
-Ahh es sólo eso… Bueeenoooo, ahora estoy más tranquila.- Verónica se acercó al hombre. -Es que en las mañanas escuchar algo como eso es tan… No es para nada preocupante, sabes…- La joven exageró con sarcasmo y frunció el ceño viendo al actor como si lo que le dijeron fuera algo innecesario y banal.
-Por eso no quería decir nada, estas cosas son bastante incómodas e inoportuna.
-Amor por favor, están hablando de tu cuerpo, si te pidieron descartar con una prueba debes ir.
-No, no iré ahora.
Verónica empezaba a desesperar por lo que soltó aire fuertemente.
-¡Oh sí, iremos hoy mismo! No tomará mucho tiempo.
-Verónica, ¿Y qué pasó con el viaje?
-Tranquilo, iremos de todas formas. Pero antes pasaremos a Londres.
***
Un día después la pareja esperaba turno de consulta cerca de una hora y media en Royal Hospital.
-Pequeña, los hospitales no me agradan.
-No se supone que agraden sino que curen.
-De todas formas ya perdimos mucho tiempo.- Vio su reloj.
-Sr. Rickman pase con el doctor Sandler, pasillo dos.- Dijo una enfermera en tono serio.
-Vez, ya nos toca.- Verónica se acercó para besarlo en los labios.
Caminaron juntos, Verónica caminaba unos pasos más adelante intentando llegar antes que él por alguna preocupante intuición.
Pasaron dentro del consultorio y un hombre de escasa barba blanca y rostro bonachón les dio la bienvenida.
-Srs. Rickman buena tarde, estaba viendo el estudio de su padre, el conteo hepático es muy irregular por lo que se le sugirió una revisión endoscópica pero ahora que reviso los resultados creo que será necesario una resonancia de cuerpo entero.
El actor y Verónica ignoraron la parte que mencionó el. Doctor acerca de “Su padre.”
-Por favor Doc. Dígame que no nos vamos a tardar varios días en esto, tengo una luna de miel pendiente.- Dijo el Alan aburrido.
-No, la revisión la haremos hoy mismo, si lo citamos y conseguimos comunicar los resultados fue porque era urgente que viniera. Sólo tiene que firmar y lo prepararemos para la sala de resonancia magnética, si encontramos lo que buscamos ahí ya no será necesario hacer la otra prueba.
El actor cambió su semblante de serio a preocupado y Verónica sentía mucho dolor estomacal por los nervios.
Unas horas después se le hicieron unos cuántos análisis al actor para medir su colesterol, su uria y hemoglobina los cuales resultaron perfectos.
Verónica hizo un par de llamadas para avisar a Rose dándole la sorpresa de que se había casado en París nada más que con su eterno amor Alan Rickman, Rose lo tomó a mal porque él había dejado a su amiga al preferir actuar, iba a decirle unas cuantas cosas amargas a su amiga hasta que Verónica le contó lo que pasaba con él, la joven que también se había casado un año antes con Alí, el árabe, avisó a su esposo y quedaron en ir a Londres desde Croydon para darles el encuentro.
Alan pasó a la sala de resonancia y ahí se quedó dos horas mientras su joven esposa regresó a la sala de estar donde habían tres sofás, algunas sillas y dos máquinas expendedoras que incluía fruta, café y refrescos, intentó comer algo pero el dolor en su estómago era más fuerte así que por primera vez en toda su vida se conformó en tomar un café con crema que no era orgánico, el dolor era preocupación, hambre y nervios.
Se sentó en uno de los sofás jugando con los botones de su celular porque quería llamar a su madre y contarle pero se detuvo muchas veces borrando y borrando mensajes escritos con distintos comienzos hasta que el doctor se acercó y se paró frente a ella mientras ella aún con demasiados nervios y un nudo en la garganta alzó la mirada.
-Srta. Rickman, su padre…- Dijo el doctor con clara voz pero la joven lo interrumpió.
-Soy señora y no es mi padre es mi esposo, nos acabamos de casar.- La joven se puso de pie.
El rostro del doctor era serio, sobrio y no tan bonachón como antes.
-La exploración completa que hicimos nos aclaró más el panorama, me temo que se confirmó la irregularidad en el conteo hepático y es que el hígado del señor está inflamado y graso por lo que vamos a enviar una dieta estricta de vegetales y nada de alcohol a menos que sea vino y sólo una pequeña copa diaria, mi asistente está redactando aquello y también hemos encontrado otra irregularidad, tiene dos lesiones uno en el páncreas y otro en el principio del intestino delgado, calculamos que son pólipos de menos de un centímetro por lo que se extirparán en la prueba y se enviará a revisión, el señor nos dio su autorización así que lo estamos pasando ahora mismo a la sala de intervención, le daremos una anestesia general vía intravenosa para mantenerlo dormido mientras hacemos la extirpación de los pólipos.
-Entiendo que después de retirar los pólipos necesitarán unos días para enviar los resultados de estos.
-Sí así es, necesitamos saber si nos enfrentamos con pólipos cancerígenos aunque como le mencioné son de un tamaño muy pequeño, en general el noventa y cinco por ciento de pólipos con ese tamaño son benignos pero de todas manera tendremos que hacer la biopsia a cada uno.
-Hágalo, ya estamos aquí… Y… ¿Qué pasa con sus alimentos, no va a poder comer aún? Es que llevamos casi dos días sin comer de forma adecuada.
-Srta Usted vaya a almorzar en lo que el paciente sale de la intervención, es ambulatorio por lo que esta misma noche estarán juntos en casa, no se preocupe. Y por el señor no se angustie, tiene conectado una vía para suero que lo mantendrá hidratado y con la correcta dosis de minerales, cuando salga de aquí podrá tomar sopa.
-Muchas gracias, estoy muy agradecida y ahora mismo espero unos familiares.
-¿Del señor?
-No, de ambos… Supongo que a su familia directa él les dirá después.
-Dígame Srta. Podría sacarme de una duda… ¿Él es Alan Rickman el actor que hace de Coronel Brandon?
-Sí, él es Alan Rickman.
-Ah sí me parecía conocido. Bueno, vaya a almorzar aunque debería llamar cena.- El doctor vio su reloj. -Acabaremos en una hora y media más una hora en que desaparece la anestesia.
-Gracias Doctor, me alegra ver toda la buena atención y responsabilidad que tiene con nosotros.
-De nada, llegó a un buen hospital.- Se giró y se fue por el pasillo.
-Hasta más tarde.
Verónica se fue por el camino amplio para ir al sanitario, después tomó su celular para llamar a Rose, el teléfono timbró tres veces y la joven respondió.
-Vero, estamos a quince minutos ¿Cómo está Alan?
-Él está muy bien, pero lo tienen que intervenir ahora de forma ambulatoria así que aprovecharé a comer algo, no he comido nada en casi dos días.- La voz de Verónica se notaba cansada.
-Por donde venimos hay muchos restaurantes vente con un taxi a la avenida. Estamos en Cannon B108 le diré a Alí que se estacione en el restaurante Eastern Chicken.
-Bien, estoy saliendo del hospital para tomar un taxi.
-Sí amiga ven con nosotros para que comas algo y seguro que tampoco has dormido.
-No he dormido bien… Y ya no me importa si es orgánica o inorgánica la comida porque podría comer plástico del hambre que tengo.
-¡Jajaja qué exagerada!
-Muchas gracias Rose, pude haber llamado a mis padres pero no fui lo suficientemente valiente, tenía tu número por eso me tomé la libertad de molestar.
-No hay que agradecer nada, cuenta con nosotros para lo que sea, además hace tiempo casi matas a tu padre cuando este se enteró que salías con Mr. Rickman el egocéntrico y hoy pudiste causarle lo mismo a tu madre.
-Sí, ella también está un poco enojada con Alan pero se tendrá que enterar de todas maneras. Ya estoy subiendo al taxi, hablamos más tarde.- La joven apagó el celular y le dijo al conductor. -A Eastern Chicken por favor.
-¿Eso es Cannon Rt?
-Sí, está muy cerca.
El auto se puso en marcha.
La joven no podía estar más preocupada pero sentía que habían hecho bien en ir de inmediato, probablemente Alan no aprobaba estar en un hospital cuando debía de estar en un avión rumbo a Japón, a él le encantaba viajar, pasaron muchas noches antes de ser novios hablando en casa de Verónica acerca de lo que disfrutaba volar, conocer lugares y gente nueva pero sobre todo probar muchos bocadillos.
Verónica de hecho lo notó, el hombre estaba subido de peso no era como cuando lo conoció pero no le importaba porque se mantenía en forma y ágil además de que era todo un galán.
El taxista estacionó el auto en la entrada, dejó que Verónica baje, le pague y luego arrancó.
La joven al ver a su amiga apresuró el paso a su encuentro y la abrazó, era tiempo de no verse, durante el trabajo en la universidad se habían visto poco pero por el viaje a Francia llevaban buen tiempo sin hablar.
-Amiga, se siente bien verte de nuevo.
-Digo lo mismo, Verónica, resulta que eres señora, que te casaste en secreto.
-Fue algo loco, una historia larga que contar pero ahora acompáñame a comer algo, ya no resisto más.
-Vamos Vero no te preocupes. Alí ven aquí la pequeña Vero seguro quiere saludar a su amigo señor árabe.
-Qué gusto verte, Hill, tanto tiempo que dejaste a la deriva a un fiel lector de biblioteca en Croydon.
-Ahh esa biblioteca ya no era mi lugar, no creas que no la extraño porque sí lo hago, sus pasillos, los libros de la sección mejor leídos, la campana de anuncio en la entrada, mi amistad con ustedes la de todos los días pero aún la tenemos y es lo que me hace a pesar de todo sentir bien en el corazón.
-Pequeña, vamos adentro.
-Sí muero de hambre.
Los amigos entraron y más rápido que muchas veces anteriores pidieron lo primero que vieron en la lista; pollo, ensalada, papas a la francesa que el mozo no tardó en surtir.
-¿Sigues llendo al gimnasio, Vero?
-No, Rose, hace como quince días que no voy, en Francia empecé a ir pero supongo que me dio un bajón de ánimos y dejé de ir.
-Ahh pero llegó Don Rickman “Llámame Alan y te subió los ánimos.”
-Ese hombre es la adicción más grande y sana que tengo.
-¿Adicción?
-Sí, tanto tiempo y no dejé de pensar en él un sólo instante, soñaba, sentía… Cuando lo vi y la forma cómo nos encontramos nuevamente fue como si sólo hubiera pasado un día aunque con la pasión escondida cual volcán dormido que estalló al vernos a los ojos, amo a ese hombre con locura y nunca pensé decir que me casé locamente enamorada.
-Sí Vero, definitivamente el hombre te compró con alma.
-Es hermoso, es un hombre maravilloso un poco autoritario y serio pero me encanta el resto de sus maneras.
-Mmm y cómo es en la cama nunca has querido revelar el secreto.- Rose le preguntó cerca al oído de su amiga para que su esposo no se entere.
-Es un… Cómo decirlo, es un maestro de sociales y relaciones interpersonales jajajaja.
Las dos soltaron la carcajada.
-El buen Alan, ojalá podamos hablar con él en la noche.
-Estoy un poco preocupada pero creo que hicimos muy bien en venir de inmediato al hospital, hasta mañana en la noche sale un vuelo nuevo a Japón así que aprovechen su persona toda una madrugada.
-¿Podemos quedarnos en tu casa?
-No creo que vayamos a Croydon, iremos a casa de Alan que está a diez minutos, es un departamento grande, no le dije pero seguro estará encantado.
-No queremos molestar, Vero.- Dijo Alí.
-No es molestia además el lindo Alan regresará cansado y le alegrará verlos, ahora mismo debe saber que están aquí.- Verónica mintió.
-Entonces pasemos una noche de conversación con el actor más sexy de Londres.- Dijo Rose recordando a Verónica contarle algunas cosas que ellos antes hablaban.
-Jajajaja.- Alí y Verónica empezaron a reír.
***
Horas después los tres estaban en espera de que Alan despierte de la anestesia. Sentados cada quien pensando en un mundo distinto de ideas sobre todo Verónica la cual no era negativa.
La joven había pasado lo de su padre algo que tomó por sorpresa a todos pero felizmente había salido bien y con esa misma experiencia se decía a ella misma “Sale Alan, nos vamos de vacaciones y regresamos sólo para continuar con el trabajo.”
Al mismo tiempo empezó a orar a pesar que no sabía cómo su familia era atea nunca le habían enseñado pero lo intentó.
“Sr. Dios no te conozco porque no nos han presentado, he escuchado varias historias de ti con casos increíbles…” Bajó la cabeza y tapó su rostro, Rose vio aquello y no hizo nada porque se dio cuenta que estaba en una torpe oración. “No sé si existes y la verdad es que no tengo idea de quien eres, pero dicen que sanas, dicen que tienes mucho poder y mandas algunas veces a que personas se libren de cosas mortales, yo me he portado mal no soy inocente y quizá no merezco nada, si existes y lo ves todo ya debes de conocerme sabes que tengo muchos defectos y que nunca te he pedido nada pero si existes y si me escuchas hoy, sólo dame un poco de ayuda con Alan a quien seguro también conoces, él está en una circunstancia incómoda donde está pendiente un diagnóstico científico sobre él. Perdóneme Señor, no siento nada por usted pero tengo esperanza de que puede ayudar, si es tan poderoso como dice entonces haga algo si ese es el propósito para Alan… Amm no sé qué más decir, creo que se dice: Que así sea.”
Rose escuchó algunas palabras de aquello de lo último y dijo.
-Que se haga tu voluntad, Dios.- Puso su mano sobre el hombro de Verónica. -Dale una oportunidad, nunca quisiste escuchar cuando intenté hablarte de él, pero has estado en mis ruegos desde que te fuiste de Croydon así que no te preocupes.
-Lamento no haberte permitido que me hablaras de aquello.
-Bueno, no creo haber sido la indicada porque no voy mucho a la iglesia pero sí creo que puede ayudar en estos temas, cuando me contaste lo de tu padre oré también junto a Alí.
-Alí es musulmán.
-Recuerda que mis padres son cristianos y yo no sé qué soy. Alí es Musulmán es cierto pero también marxista, qué importa eso, su libro habla del Dios al que acabas de hablar.
-No estoy desesperada sólo intentaba…- Rose interrumpió.
-Lo sé, sólo intentas probar. No te preocupes no te avergüences.
Verónica sonrió por lo tonto que se oía aquello pero luego no le dio importancia más tomó todo como una buena forma de comportarse con ella.
Una hora después una de las enfermeras traía a Alan rodando sobre una silla de ruedas. Él sostenía su mandíbula con una de sus manos del mismo brazo con el que recargaba su codo en la baranda, su gesto era aburrido. Cuando vio a Verónica le dijo a la enfermera que se detuviera y se puso de pie.
-Mi amor, listo ya te saliste con la tuya.
Alí se acercó y saludó a Alan de mano.
-Sr. Qué gusto verlo de nuevo.
Alan lo miró con escrutinio, intentó tener la postura de siempre delante de él. (Recuerden, unos centímetros más alto.)
-Qué bueno verte, Sr. Supe que se casó.- Lo llamó señor a propósito.
Y Rose dijo.
-¿Quién se lo dijo, Verónica?
-Apareció en los diarios. ¿Cómo estás Srta. Malcriada?- Habló a Rose con autoridad.
-Jajaja nunca cambia señor “llámame Alan”.- Rose hizo un gesto con las manos cuando mencionó su nombre, lo abrazó muy fuerte y sin soltarlo dijo. -Felicidades por tu boda.
-¿Quién te lo dijo, Verónica?- Alan no la soltó del abrazo.
-Sí está vez sí fue Verónica y déjeme confesar que si no me lo decía lo iba a odiar toda la vida.- Golpeó en el pecho del hombre con uno de sus dedos mientras Alan se quedó viendo con una ceja alzada. -Y tampoco hubiera venido aquí.
-Yo también la quiero, señora Rose.- Dijo y la apretó de nuevo.
Se soltaron mientras que Alí y Verónica querían reír por esa actuación.
-Más le vale ponerse bien, tenemos que ir a mi casa a celebrar.- Dijo Alí con intención que consiguió. De inmediato todos recordaron el juego con la botella y los tragos hasta el tope de alcohol en una casa con pinta de antro.
-Noooo niño, tengo una luna de miel pendiente pero al regreso nos desquitamos con un par de copas de vino.
-No puedes tomar vino, vas a tener una dieta exricta y agradece a Dios que me tienes de esposa.
-¡Oh no, es mi fin!— Alan se tomó la cabeza pero de pronto trastabilló en un paso.
Alí lo sostuvo y la enfermera quien observaba todo les dijo:
-La anestesia se pasará por completo en unas horas más, no dejen que camine y denle un poco de sopa de verduras, aquí está la receta y la dieta estricta.
-No se preocupe, Srta. Ella me cuidará.- Dijo Alan mientras dejaba ver una de sus sonrisas sexys. Tomó de vuelta la postura recta e interesante.
-Gracias enfermera.- Verónica recibió el sobre con los papeles.
-Quiero comer algo, tengo mucha hambre. ¿Qué les parece una carne al carbón con ensalada de champiñones? ¡Por favor!- Dijo el actor con tono de súplica.
Todos sonrieron por la broma.
Dos horas después en lo que hicieron tiempo llegaron al departamento de Alan, un lugar donde Verónica nunca había estado antes y menos sus amigos.
Al llegar Alan se sentía mucho mejor por lo que decidió darse un baño caliente.
Alí y Rose ayudaban a la joven esposa con la cena, de camino a ese departamento compraron unas provisiones, tofu, verduras y arroz integral. Pero Alan sólo tomaría sopa por tres días.
-¿A qué hora sale su vuelo?- Preguntó Alí.
-Mañana once de la noche.- Verónica usó tono emocionado.
-¿Alan podrá viajar?
– El doctor dijo que sí. Por cierto… ¿Qué les parece si vienen con nosotros?
Rose sonrió de emoción.
-La luna de miel es únicamente de dos.- Dijo Alí.
-Iremos a un resort. Ustedes pueden estar por su lado y en la noche podremos juntarnos a tomar un trago, después de eso la madrugada es de nuevo sólo de ustedes dos.- Verónica usó un tono interesante y les guiñó el ojo derecho.
-Suena tentador.- Dijo Alí.
El joven Alí tenía mucho dinero, darse unos días libres sí que era posible.
Alan salió de la ducha para cenar con todos algo ligero después de eso todos tomaban té en la sala, estaban muy ansiosos por iniciar una larga y amena conversación.
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“Todavía estoy viviendo la vida donde se llega a casa, abro la nevera y hay medio bote de yogur y media lata de Coca-Cola.” – Alan Rickman.
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