La biblioteca Capítulo 21 Juego De Amigos

Precaución ⚠ 🍋

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Al llegar frente a la entrada se dieron cuenta que no era cualquier reunión de adultos.

Dos hombres resguardaban ese llamativo portal rojo. Se acercaron y estos abrieron de par en par las puertas para que ellos ingresen sin ninguna restricción.

-No sabía que tu amigo organizaba fiestas como esta, parece un antro de ricos.- Dijo el adulto observando a su alrededor con cuidado, miró a la joven y alzó una ceja con síntoma de extrañeza.

-Rápido, vayamos al segundo piso antes de que te identifiquen y empiece la lluvia de flashes.- Dijo la joven al ver las escaleras.

A su alrededor muchas personas bien vestidas, hombres y mujeres de muchas edades rodeados de luces tenues y algunas fosforescentes en un correcto diseño de interiores, era un lugar magnífico y sí parecía un local fiestero de ricos.

Él actor siguió a Verónica con pasos seguros, las manos en los bolsillos y mirada de intriga por las escaleras. Al llegar al segundo piso Rose estaba viendo sus pasos y por donde alcanzarlos. Cuando identificó a la pareja les hizo una seña con la mano junto a una sonrisa de emoción para guiarlos adentro en un lugar mas privado.

-Verónica, qué bueno que te dieron permiso de venir.- Dijo viendo al adulto con una sonrisa de lado.

Alan frunció el ceño mientras sostenía una sonrisa seria, sacó las manos de los bolsillos para intentar relajarse.

-Como siempre tan respetuosa, Rose.- Dijo el adulto entre dientes con sentido del humor y la voz gruesa que lo caracteriza.

Alan miró a Verónica de pies a cabeza que se retiraba el largo abrigo, no sólo la contempló sino que infló su pecho de orgullo.
Iba a dejar que ella entrara primero pero no, con delicadeza adelantó los pasos, entró viendo a todos con mirada segura dejando que todos los presentes vieran su porte y presencia.

Estaba muy bien vestido con uno de sus usuales sacos gris oscuro que lo hacían ver más alto, una bufanda masculina y un look semipeinado, el color de su cabello era la mezcla de blanco y castaño claro.

Ahí delante de todos mientras lo miraban inducido por el calor se retiró la bufanda y acomodó esta de forma ordenada en su brazo.


-Buenas noches.- Dijo a todos con una sonrisa hermosa, fue hasta Alí quien era el anfitrión de la reunión para apretar su mano. -Hace mucho que no lo veía Sr. Alí.- Su rostro cambió a amigable, la última vez que recordaba al árabe estaba abrazando a Verónica mientras él observaba celoso con una rosa en su mano.

-Sr. Rickman es un placer poder verlo de nuevo.- El árabe hizo un gesto para que su joven novia fuera junto a él. Rose se acercó admirando al lector odioso. -Le presento a mi novia, es Rose. Creo que ya ha tenido el gusto de conocerla.- Dijo en tono divertido viendo al rostro de su novia y recordando las veces que hablaron del novio de Verónica.

-Hola Rose, es triste el que ya no podamos verte en la biblioteca.- Dijo Alan con una sonrisa en sus labios.

-Sr. Rickman, la tristeza es más fuerte en mí… No tener que volver a tener a un lector tan elegante y poco exigente como usted.- La joven le apretó la mano con gracia al exagerar con sus palabras.

-Já, lo siento, nos conocimos en momentos desafortunados.- El volteó a ver a Verónica quién saludaba a otros dos hombres con mucha confianza.

-Amigos y amigas, él es mi prometido, su nombre es Alan. Alan, ellos son mis amigos más cercanos Alí, Rose, Benjamín, Mateo e Idris.- Dijo Verónica señalando a cada uno en  medio del pequeño salón.

Él actor analizó a cada uno de los varones con algo llamado “Minuciosidad detallada” con eso se daría cuenta el tipo de confianza que ella tenía con “Sus amigos”. No era que la estaba vigilando sino que quería averiguar qué había estado haciendo los meses que le había dejado de hablar.

-¡Qué impresión!- Soltó con voz neutral viendo al hombre moreno. -El mundo es como un pañuelo, hace unos años que no te veía.- Miró a Verónica. -Ya conocía a este joven, Idris, es un gusto saludarte de nuevo.- Hizo que Verónica atendiera su conversación. -Un joven actor y Dj.- Le dijo a Verónica mientras tocaba con energía el brazo de Idris.

Ella no sabía que el joven alto y moreno era nada más que Idris Elba, y es que este era amigo de Alí quien casualmente lo contrataba como DJ en sus “Reuniones privadas de cada dos meses”, no había trabajado con Alan pero se habían visto en eventos de entrega de premios en el entorno artístico de cine y televisión.

-No sabía que eres actor, Idris.- Dijo Verónica sorprendida.

-Yo tampoco lo sabía.- Dijo el moreno con seriedad fingida y todos los presentes empezaron a reír.

Idris se acercó más a Alan para saludarlo de mano con intenciones de hablarle en secreto y este atendió el gesto con sutileza.

-Dime que Verónica no es tu novia, y que no tiene idea de quién eres tú.- Idris hablaba enserio.

-Verónica es mi novia y apenas hace unos meses sabe que soy actor.- Le dijo al hombre negro también muy cerca a él.

-No puedo creer que hayas atrapado a una joven veinteañera, Rickman.- Apretó los labios con una voz de “No te pases, eres un hombre con suerte.” -Ella nos había comentado que estaba peleada con el novio, si no regresabas yo iba a ir por ella, estaba planeando eso para hoy.- Dijo el moreno con una sonrisa de lado a propósito, quería fastidiar a Alan, estaba cerca al actor  hombro con hombro.

-Parece que el sesenta por ciento de los que están aquí ha querido salir con Verónica. No harás que me enoje, Idris al contrario no los culpo, además de ser una chica hermosa es una chica bondadosa e inteligente, muy agradable.- Se hizo frente al hombre y añadió. -Me alegra verte de nuevo  jovencito, sobre todo ver que no eres lo que muchos comentan.

-Lo sé, dicen que soy muy soberbio y creído, poco amigable algo que también dicen de ti. Lo bueno es que nadie nos molesta en este entorno, la gente simplemente te acepta por quién eres. Me alegra verte también.- Idris tomó con empatia que Alan no se comportara superior o importante.

-No pensé encontrarte por aquí.- Dijo mientras la joven se acercó a ellos de nuevo.

-Mmm entonces veo que ustedes dos, señores actores, ya se conocían. Me alegra, vayamos con los otros.- Dijo Verónica en lo que Rickman puso una de sus manos en la cintura de la joven marcando notoriamente el territorio.

Alan completó el gesto con un abrazo sutil por detrás sin ser atrevido, sin exagerar y siguió el camino hasta los otros quienes se movieron a otra sala.

Entraron y eran sólo ellos, una iluminación tenue como la que estaba en el primer piso, una barra enorme de bebidas y cócteles con dos señores bien vestidos en chaleco. Había una enorme pantalla y muebles que se veían claramente cómodos.

-Bien, esta reunión es en honor a la residencia permanente que me acaban de otorgar, oficialmente soy Inglés.- Dijo Alí. -Y no voy a ser prudente en decir que le conviene a este país por tener a un padre contento en el negocio de autos lujosos y puros de oro desde Arabia Saudí.- Soltó risa burlona.

“Este chico ya está ebrio.” pensó Rose  claramente incómoda por cómo presumía su apuesto novio.

Todos rieron porque lo que dijo fue muy lógico y obvio.

-Esto será así, pedirán de beber todo lo que se les ofrezca, Idris es nuestro Dj pero por petición mía no trabajará hoy sino que celebrará con nosotros, le encargué una de sus mejores mezclas para hoy con pedidos personales claro está, será el fondo musical de esta noche. Los que desean podrán bajar al primer piso a bailar… BIEN, ustedes creen que estoy gastando mucho dinero pero en realidad mientras nosotros estamos aquí todas esas personas extranjeras con dinero en el primer piso están pagando lo que ven sus ojos, no es algo injusto sino algo inteligente.- Dijo Alí con risa divertida. -Entonces comenzaremos con un loco juego hermoso y bastante europeo, los que desean participar digan “Bien”.- Miró a todos. -Tranquilo Alan, es la primera vez que hacemos esto.

-Bien.-
-Bien.-
-Muy bien.-

Todos y cada uno de los que estaban ahí asintieron y respondieron que estaba bien, incluso Alan.

-El juego se llama “La botella retadora” la punta del pico señala a la persona que será sometida a una pregunta indiscreta o a un reto, la persona quien sea señalada con la parte trasera de la botella es quien tendrá el poder de hacer esa pregunta o reto. Los retos se harán con personas en esta sala, con las cosas que están guardadas en esta caja.- Señaló una caja negra debajo de la mesa de vidrio. -O podrán utilizar sus celulares para cumplirlo, todo se vale en este juego y cuando digo todo es “todo”- Alí entre cerró los ojos con malicia.

Las personas presentes abrieron los ojos en asombro.

-Ya es tarde para arrepentirse, no pude encontrar otra manera de convivir más que esta así que… Mi querido amigo Idris sacó la grabación, este juego acaba cuando la última melodía ha culminado. Aquí está la botella, está llena, es un vino fino y caro que al final se dará a la persona más osada de todas. ¡Comencemos!- Dijo con entusiasmo.

Idris apretó el botón del control y Alí giró la botella.

Todos estaban acomodados en muebles al rededor de esa mesa cuadrada y elegante de vidrio. Sostenían intriga, nervios por no saber lo que iba a suceder, esperaban no ser elegidos.

Alan estaba un poco preocupado, nunca había tenido el “Gran honor” de disfrutar de aquel juego. Verónica estaba a su lado y de pronto sintió que  lo tomó de la mano.

La botella giraba y giraba sin parar cada vez más lento y entonces ocurrió lo esperado por Alí, él sería quien elegía primero, la botella señalaba a Alan de forma amenazante.

-Oh esto me encanta, será magnífico poner el ejemplo… Amigo Alan, ¿Estabas enamorado de Verónica cuando aún vivías con tu ex novia?- Alí soltó sin más piedad pero ninguno se sorprendió.

Alan se vio en aprietos, no quiso voltear a ver a Verónica así que decidió decir la verdad.

-No estaba enamorado, pero ella me era muy interesante y atractiva desde el primer día en que la vi. No me juzguen por eso.- Dijo serio.

La tensión se rompió rápidamente y el  juego siguió.

La botella volvió a girar y esta se detuvo frente a Verónica, la persona que mandaría era Rose.

-¡Vamos Rose, no habrá otra noche igual que esta, atrévete!- Dijo Alí.

-¿Desde cuando, el hombre que está a tu lado te fue atractivo sexualmente hablando?…- Dijo Rose con malicia.

Todos hicieron un “Uhhhh ahora lo sabremos.”

-¡Amigaaa, qué indiscreta eres!!!- Dijo Verónica poniéndose muy roja. -Pues me…- Miró a los ojos de Alan. -Al segundo día que hablé con él ya me parecía atractivo de esa manera.

Rose se tapó la boca y Alan se puso muy rojo. Los demás gritaron para molestar.

-Parece que perdió el tiempo, Sr. Rickman.- Dijo Benjamín riendo de forma escandalosa junto a Idris y Alí.

Él actor volteó a ver a Verónica quién estaba roja de la pena y esto le hizo sentir bien, no sabía que había despertado en ella ese tipo de atención desde que la conoció.

Todos empezaron a tomar de sus bebidas.

La botella giró y giró muchas veces haciendo que Alí bese a Rose delante de todos, luego Mateo llamó a la ex novia de Idris intentando tener una cita con ella. Rose besó a uno de los chicos del bar dos veces.

-¡Cambió el lugar, las parejas lejos el uno del otro por favor!!!- Dijo Alí mientras una melodía mezclada empezaba como si fuera un concierto de electrónica y varias líneas, fondos eléctricos se proyectaban en la gran pantalla.

La botella giró señalando a Verónica pero esta vez en manos de Alí.

-Bien Verónica, todos queremos ver cómo besas a… Benjamín o a… Rose. Tú escoge.- Dijo Alí.

Ella se incomodó un poco, por un lado era fácil acercarse a Rose y besarla sin sentir más que una pequeña molestia o podía besar a Benjamín y hacer que el adulto disparara en hormonas de celos.

-Bien.- Dijo ella mientras su galante novio se moría de celos, sabía que iba a escoger a Benjamín.

Se acercó al asiático con mil nacionalidades mientras este la veía con ojos rojos notorio de haber tomado de forma considerable, el joven se adelantó y la besó, ella continuó el beso de forma tímida y luego lo terminó bebiendo un poco de sangría.

Caminó hasta su lugar, soltó sus cabellos lacios para que este combinara con su perfecto vestido ceñido color ocre, el cuál se había puesto en la biblioteca antes de salir, viendo de nuevo a su novio volvió a beber un sorbo de su trago guiñándole un ojo para provocarle más enojo.

La botella volvió a girar y con suerte Verónica tenía el mando sobre Alan.

-Lindo, hace mucho me dijiste que en una de tus películas besaste a un chico… Me pregunto si eres capaz de besar a tu amigo Idris de igual manera.- Se le escuchó curiosa. Pensaba que no era nada tan complicado para un actor.

-No Verónica, no lo voy a hacer porque nunca he besado a un hombre, aquella escena era una actriz con el mismo corte de cabello que el joven actor.- Dijo Rickman con una sonrisa tímida pero con los ojos entre cerrados.

-Genial, ya lo sabía por eso quiero ver cómo besas a nuestro amigo Idris.- Miró a Idris.

-Tienen que hacerlo porque ustedes aceptaron el juego.- Dijo Alí viendo a Idris y luego a Rickman.

-Juro que me voy a vengar, Verónica!!!- Dijo el adulto quien se levantó de su lugar y caminó hasta el alto moreno que también se había puesto de pie.

-Yo tampoco he besado a un hombre, Rickman así que no te atrevas a sacar tu lengua.- Dijo el morenaje con un poco de humor serio.

El actor tomó desprevenido a Idris poniendo rápidamente su pulgar sobre los labios de este, luego lo inclinó hacia atrás para que nadie viera y terminar el beso cuanto antes.

Rose y Alí gritaron juntos haciendo alharaca de lo que sucedía…

Idris actuó como si el hombre lo hubiera besado de verdad.

-Rickman te dije que no sacaras la lengua.- Limpió sus labios con asco y bebió su trago.

El galante actor llegó hasta su lugar quitándose el saco y soltando los primeros botones de su camisa azul.

Otra ronda de bebidas fue servida.

La botella giró, esta vez señalaba a Alí dejando el poder a Alan Rickman lleno de venganza y sonrisa maliciosa.

-Mmm Interesante, Alí y yo tenemos un secreto, sería bueno que él…- Dijo mal intencionado sobre todo porque sabía que ese joven Árabe había estado enamorado de Verónica.

Pero Alí lo interrumpió.

-No te atrevas a pedirme eso, Rickman, eso no.- Dijo Alí sospechando que el actor le haría confesar delante de todos que empezó a ir a la biblioteca por Verónica.

El actor pensó más porque tampoco le convenía que Verónica supiera algunas cosas y dijo.

-Está bien… ¿Con cuántas chicas has salido en Inglaterra hasta hoy?- Era otra pregunta indiscreta pero no lo suficiente para matar la curiosidad que había despertado en Verónica.

-Tres.- Dijo el Árabe seguro.

***

El tiempo pasaba, las personas tenían menos abrigo, camisas desabotonadas, besos con todos los presentes pero solo faltaba ver a Verónica besar a su galante novio.

El alcohol ya recorría libremente en las venas de todos los que estaban ahí.

Tanto el actor como Verónica no estaban acostumbrados a ese ambiente tan libertino, ellos no eran así. Y para mala suerte de la jovencita de cabello castaño la persona que la tenía en su poder era Alí. El desinhibido y alcoholizado Árabe de ojos claros.

-Querida Verónica sabemos que no eres actriz pero estamos seguros que algo debes haber aprendido de tu apuesto prometido. Todos queremos ver cómo nos convences de que ese hombre te tiene locamente enamorada, con un buen beso nos dirás que le tienes ganas…- Todos rieron y aplaudieron para animar el ambiente.

-No es necesario que me bese delante de ustedes.- Dijo Rickman con acento propio y caballero. -…Para saber que ella está loca por mí, todos sabemos que me tiene ganas lo acaba de decir hace un momento atrás.- Dijo el actor sonando presumido con un poco de gracia.

-Nosotros lo sabemos pero queremos verlo.- Dijo Alí, le guiñó un ojo.

Verónica estaba en el punto del alcohol donde ya no hablaba nada, sólo sonreía y asentía, no estaba ebria, ni si quiera había bebido más de dos vasos de sangría que era soda roja combinada con vino tinto y cuadrados de manzana.

La joven se levantó de su lugar vio directo a esos ojos color olivo, mordió  haciendo que sus labios sean más rojos, llegó frente al actor quien se levantó… Pero ella lo empujó para que cayera nuevamente sentado lo que hizo que él abriera los ojos sorprendido. Verónica se subió sobre sus muslos y empezó a besarlo de forma tan sensual que todos los varones presentes desearon estar en el lugar del actor.

Cuando el beso terminó junto a un silencio curioso, el actor veía a Verónica con el rostro más que rojo sobre sus ojos caramelo, estaba descolocado y si no fuera por todos los presentes él hubiera continuado con ese deseoso y hambriento acto de pasión. Había olvidado después de meses la sensación de esos labios en los suyos, era como beber de un manantial del paraíso, era como si en un beso similar el acto sexual hubiera comenzado con sus lenguas.

-Denle hielo al hombre que se está mojando de calor, por favor.- Dijo Alí sonando un poco grosero.

-¿Hielo para todos, no?- Intervino Idris y el resto de varones abrió los ojos y subieron el vaso para darle la razón.

Alan no dejaba de verla incluso cuando el juego siguió haciendo que Benjamín bese a Mateo y Rose vuelva a besar al hombre de chaleco en la barra

Por suerte la música terminó, el juego había concluido.

“Sí!!” Gritó Alan en la mente.

Los adultos se esparcieron, algunos fueron al baño, otros bajaron al baile y el actor no perdió oportunidad de acercándose a Verónica para coquetear.

-¿Así que el segundo día que hablamos ya te imaginabas conmigo a solas?- El actor dijo serio con curiosidad y misterio tomando a la joven de la cintura, la llevó sutilmente hasta la siguiente estancia donde había una terraza. Verónica tenía en su mano izquierda una copa de vino a la mitad.

-Así es…- Suspiró. -Ya me gustabas de esa manera desde entonces.- Sonó suave pero también en susurro.

El actor le quitó la copa de vino para ponerla en una mesa alta que sostenía una vasija negra. Se acercó a ella y empezó a besar su cuello despacio, la rodeó por la cintura con ambos brazos mirando el rostro de ella que lo miraba con deseo notorio.

Alan hizo que salieran hasta el exterior de la terraza que daba vista a la parte trasera de un gran jardín oscuro.

-Sabes, nadie cree que puedo ser tan atrevido, nadie lo creería de mí. Conozcamos mejor las cosas que no le enseñamos a otros, hermosa.- Dijo interesante acorralando el indefenso y delgado cuerpo de la joven contra el mueble oscuro.

-Basta Sr. Actor, está ebrio.- Dijo la joven como deteniéndose a seguir el juego pero con sonrisa maliciosa.

-No lo estoy, recuerdo exactamente cada cosa ocurrida en ese loco juego de tu amigo. Incluyendo cada beso que regalaste a todos los presentes. Los besaste a todos a propósito para hacer que sufriera.- Se acercó más a ella viendo que estaban escondidos atrás del muro de la terraza.

-¿Qué piensas hacer?- Preguntó traviesa.

El hombre la arrinconó más besando y tocando su cuerpo sin control, varios minutos permanecieron olvidando dónde estaban, los labios de Verónica estaban hinchados y rojos y su lengua parecía seguir incluso al pausar el beso, lo mismo pasaba con Rickman pero luego sintiéndose muy agitado paró con prudencia aunque estaba listo para voltearla y arremeter contra ella con ímpetu y locura hasta hacer que esa vasija negra caiga y se rompa en mil pedazos.

Volvió a abrocharse la correa y el pantalón con sutileza, junto a otros besos pequeños regresó el vestido de la pequeña e inocente joven a su lugar.

-Vamos a casa.- Le habló cerca a los labios con voz ronca y Verónica tembló.

-Avisemos al anfitrión y nos vamos… A descansar.- Sonrió la joven que jugaba con él.

-SÍ, descansemos.- Dijo Alan en los labios de ella como si hablaran en un idioma de miradas que sólo ellos entendían.

El mayor guardó la compostura.
Puso el rostro serio intentando no estar tan sonrojado, caminó atrás de la joven siguiendo sus pasos hasta donde estaba Alí que conversaba con Idris de forma amigable.

Y entonces Verónica recordó el juego y el momento en que Alan puso nervioso a su amigo árabe.

Pero guardó la pregunta y se despidió de los demás.

-Ya nos retiramos, Alí… Felicidades por lo de la residencia. Nos vemos pronto.- Verónica le tenía mucho estima al novio de su única amiga.

El árabe la miró, apretó los labios para asentir y luego ver a Alan.

-Ven cuando quieras, hermosa. Estoy feliz por ti y Alan.- Dijo el amigo abrazándola con aprecio.

Rose se despidió de la amiga igual que Idris también abrazó a la joven.

El actor se despidió de todos con una sonrisa y la promesa de regresar cuando sea invitado de nuevo.

-Disfruté de este juego extraño.- Dijo Alan con picardía pronunciando de forma puntual frente al joven anfitrión.

-Gracias por no delatarme.- Alí intentó hablar en tono secreto.

-No hay problema, todo está olvidado.- Alan hizo voz sincera.

La joven alcanzó a escuchar con disimulo.

Alan tomó de la mano a Verónica y bajaron las escaleras, salieron por la puerta grande, bajaron más escaleras, caminaron hasta llegar a la camioneta y…

Cuando se estaban poniendo el cinturón de seguridad.

-¿Cuál es el secreto entre tú y Alí?- Dijo la joven curiosa.

-Oh pues no creo poder decírtelo.- Dijo Alan arrancando el auto.

-Pero no entiendo, tú no conocías a mis amigos. ¿Qué secretos pueden guardar ustedes dos?- Miró a Alan confundida.

-Es mejor que no lo sepas, de todas maneras no es algo importante.- Alan intentó ser persuasivo tocando el muslo de Verónica.

-Bueno, si no quieres hacerlo no importa.- Verónica hizo voz sincera, apagada en ánimo pero sincera ya que no le molestaba realmente si él quería contarle, pero tenía temor de enterarse que él le escondía aún más cosas.

-Piensas que quiero esconder algo terrible pero no es así.- Fue como si Alan le hubiera leído la mente. -Alí… Alí habló conmigo un día, se acercó a hace muchos meses atrás cuando aún nuestro trato, tú y yo era de mucha confianza… ¿Recuerdas aquel día que tuve que despedirme, cuando fuimos a tu departamento y pedimos algo de comer?- Preguntó Alan.

-Fueron vario los días que pasamos juntos en el departamento hablando hasta la madrugada. Cuál día…- Dijo confundida.

-Me refiero al día en que tuve que decirte con palabras que estaba enamorado de ti pero no lo hice… Yo… Cuando estuvimos en el balcón… Ese día tu amigo me confesó algo que me hizo sentir que… Pues escuchó… Él me dijo que tú estabas enamorada de mí…- La vio a los ojos un poco nervioso.

-¿Qué? Él no era mi amigo en aquellas épocas, me parecía alguien extraño. No entiendo cómo pudo decirte algo así, menos de mí y sin conocerme.- Verónica se puso nerviosa.

-Alí se acercó a mí, me preguntó si yo era tu amigo y luego me dijo que estaba en esa biblioteca por ti, que él quería salir contigo pero que era lamentable el haber escuchado cuando hablabas con Rose que tú gustabas de mí, que estabas enamorada de mí. Yo me enfurecí, le dije que éramos amigos pero algo dentro de mí me hizo decirle que si yo tenía la mínima oportunidad de estar contigo lo iba a hacer, que nosotros nos llevábamos bien pero que no creía que tú podías estar interesada en mí. También le dije que no iba a permitir que me engañe al hacer que crea algo tan absurdo y menos iba a permitir que se acerque a ti.- Alan usó voz pausada.

Frenó el auto por si acaso.

-¿Alí escuchó mi conversación con Rose, y tú en vez de preguntar o contarme decidiste simplemente intentar algo conmigo sin si quiera mencionar nada, tan sólo para comprobar que yo… De esa manera, te acercaste así? ¡No era muy difícil hablar o preguntar, me gustabas, Rickman y se me notaba a mil kilómetros!- Verónica empezaba a enojarse. -¿Por qué simplemente no preguntaste en vez de fingir que tenías una nueva forma de abrazarme, que nuestro cariño era diferente?… ¡Oh esto es increíble!- A pesar del enojo intentó relajarse.

-Espera, no lo veas así, yo tenía que intentar, tenía que estar seguro que no te era desagradable por ser más grande.- Soltó aire fuertemente viéndola a los ojos rogando que no hubiera una gran pelea… -No podía creer que una hermosa joven como tú… Y yo, tú y yo…  Lo que él me dijo me hizo sentir celoso, éramos amigos pero tú sabes qué pasa con los amigos de una mujer cuando ella se enamora, sentí que iba a perder todo eso que teníamos, el conversar, reír, ir a comer juntos a tu departamento, estar tan cerca… Porque yo no te quería ver salir con un hombre más joven yo quería que salieras conmigo, Verónica pero me frenaba de alguna manera me conformé en que fuéramos amigos. Él no te conocía pero sé que tú te hubieras interesado en él más que en mí, yo no era precisamente alguien que valiera la pena, sólo era alguien que acababa de salir de una relación terrible.- El hombre se puso más nervioso.

-Alí estaba interesado en mí, eso explica el por qué nunca me pedía ayuda en la biblioteca y no dejaba de mirarme extraño como si tuviera algo que decir, gracias al cielo no me acerqué a él, posiblemente sí lo hubiera intentado… Con él.- Dijo eso a propósito, una gran mentira para ver cómo reaccionaba su apuesto prometido.

-Vez, a eso me refería.- Dijo Alan haciendo una mueca de fastidio con la boca, moviendo la mandíbula.

-¡Claro que no, tonto! No me parecía ni me parece alguien con quien hubiera salido. En cambio el señor profesor de sociales de alguna universidad me era muy excitante, llamativo, varonil… Hiper sexy… Más al ver que eras tan exigente, tan mandón, tan sabio pero sobre todo esa mirada, ese par de ojos hermosos.- La joven le sonrió hablando cerca al rostro del mayor.

-¿Tenías ganas de hacerme el amor por tener ojos bonitos?- El mayor usó un tono de conquista.

-Tus ojos, tu altura, tu forma de hablar, tus labios, tu forma de estudiar en aquel pasillo, aquella vez que estuvimos en París.- Habló como si estuviera soñando con un poco de gracia.

Los dos empezaron a reír al recordar aquella vez que el actor la puso nerviosa con un fragmento de teatro en su apartamento donde sugería que habían estado en París.

-Jajaja me agrada hacer que rías.- Alan se acercó a la joven para darle un beso pequeño en los labios.

-Y tú no sabes lo que provocas en mí cuando sonríes… Esa es la razón principal del interés que un día empecé a tener por ti, cuando sonríes me transmites mucha tranquilidad, me da seguridad ver que eres feliz, tu forma de sonreír me recuerda sólo cosas hermosas, dice la clase de persona que eres, me dice que mereces que todos te adoren y te cuiden y que todos digan lo que eres, un gran ser humano, una persona increíble. Yo no tenía idea de quién era ese hombre serio, solitario, exigente, afanado por hacer un buen trabajo que nunca pierde ese porte importante incluso cuando come pudín… Gracias por dejar que una joven igual de exigente que tú esté en tu vida, una vida muy ocupada y llena de retos.- Dijo Verónica mientras veía brillar los ojos de Alan.

Él hizo un gesto emocionado delante de ella.

-Estoy convencido de que eres un ángel, un regalo que no merezco, he cometido muchos errores en el pasado pero no quiero cometerlos ahora, menos contigo. Le prometí a tu papá que no te lo iba a mencionar  pero me encantaría que pudiéramos…- Se frenó, estaba siendo imprudente. -Mmm no, olvídalo.- Dijo el actor regresando al volante y prendiendo el auto para volver al camino.

La joven se soltó de la correa de seguridad y se abalanzó a abrazarlo por el cuello con una gran sonrisa.

-Quieres un hijo lo sé, porque eres de esos hombres que pueden y quieren tener muchos hermosos niños. Sé que lo quisiste con tu novia y no los tuviste pero yo quiero eso contigo, no sólo uno quizá dos o tres.- Verónica en algún lado escondido lo sabía, era el anhelo de alguien como él, un hombre tan bondadoso como él merecía esa clase de felicidad, una familia real.

El hombre mientras conducía y veía que ella volvía a acomodarse en su asiento poniendo el cinturón de seguridad correctamente en su cuerpo siguió el camino hasta el departamento, pero cuando hubo el primer semáforo no pudo evitar soltar toda esa emoción acumulada en su pecho, se soltó de su cinturón y fue hasta ella para abrazarla y besarla y permitirse dejar caer de sus ojos un par de lágrimas de felicidad.

-Te amo.- Dijo mientras respiraba emocionado.

-Y yo mi amor, te amo.- Dijo la joven refugiándose en el calor de ese abrazo.

***

Alan la besaba de forma incontrolada y Verónica agitada no dejaba de verlo a los ojos luego cerraba los suyos anhelando tenerlos siempre, tenerlo a él para siempre.

Las manos del actor la recorrían por todo el cuerpo sin ninguna restricción ella era suya, eso le retumbaba en la cabeza, le daba energía suficiente para intentar gritar pero se resistía.

Aquél mueble largo sostenían sus cuerpos enloquecidos por deseo, por amor, por promesas de una vida juntos.

Verónica le correspondía esos besos apasionados, sus bocas empujaban al otro como en una pequeña lucha por tener al otro primero por tocarse de formas distintas.

Ella se quitó la ropa como pudo dejándole ver a él su cuerpo juvenil en forma, esos meses que él había estado lejos había empezado a ir al gimnasio, el mismo donde iba con su padre posesivo y celoso, los mismos espejos donde comparaban sus abdominales, el mismo lugar donde creció.

Alan estaba maravillado no sólo por la belleza física sino por lo dulce que ella era, tenía el mismo carácter que Chonger pero ella era una hermosa mujer orgullosa, humilde y sincera.

Cuando ella estaba desnuda completamente él sólo permanecía con los pantalones puestos. Se levantaron del mueble y caminaron hasta la habitación, una habitación que no había tenido suficiente con una sola vez.

Entrar en aquel lugar y caer en la cama les daba excelentes recuerdos.

Después de unos minutos estaban completamente desnudos tapados con una delgada sábana blanca, besándose sin parar.

Él hombre le sonreía entre besos y caricias y la joven no dejaba de verlo a los ojos, el rostro, la piel blanca de su cuello y hombros, era como un sueño sentirlo, había pasado tanto tiempo en que sus cuerpos no se habían reconocido de tocarse tibios o calientes, de escuchar sus respiraciones agitadas por deseo incontrolable de morderse los labios.

-No quiero otros meses sin ti, me agrada la sensación desesperante de la espera pero es una tortura.- Decía Alan mientras besaba el cuello de la joven y se acomodaba sobre ella.

-SÍ, mucho tiempo…- Intentaba responder pero el hombre la tenía atrapada.

Hizo un movimiento extraño, algo que Verónica no se esperaba, la giró un poco dejándola de lado, él se acostó exactamente atrás de ella abrazándola por la cintura, acariciando sus muslos, subiendo por sus caderas, besando la nuca de la joven para aprovechar en hablarle en secreto.

-¿Con cuántos chicos has salido, mmm?- El actor no podía evitar hacer esa voz tan gruesa y retumbante.

-Cien después de ti.- La voz de Verónica era pausada, melosa, agitada por adivinar lo que seguía.

-Mmm son muchos… Y ¿A cuántos has besado?…- El actor arrimó una de sus rodillas separando un poco las piernas de ella.

-He besado a cuatro, tú lo has visto…- Estaba muy ansiosa por sentirlo. El actor pegó su pelvis aún más, bajando lentamente su mano por la mitad de sus glúteos y deslizándose más.

-¿Cuántos te han hecho el amor como yo?- Deslizó sus dedos sintiéndola tan húmeda que no pudo evitar apretar las palabras en un rugido.

-Nadie, ninguno… Mmmmm Alan, nadie me ha tocado.- La joven perdió la cabeza al saber lo que vendría, no habían estado así antes, en esa posición.

-Oh no eso…- Suspiró largamente. -Eso está muy mal…- Empezó a subir despacio sus manos haciéndose hacia atrás con cuidado y de forma precisa, subió su gran mano deslizándose desde la parte delantera de sus muslos, pasando por su vientre y encontrando el pecho de la chica mientras estaba a punto de…

La joven no pudo aguantar gemir al sentirlo entrar en ella con dificultad, fue como si hubiera terminado de aguantar la respiración batiendo un récord, consiguiendo el aire de forma desesperada haciendo la espalda hacia atrás mientras él pasaba de su pecho a sus caderas para tener el  control sobre sus caderas, juntar su pelvis más contra sus glúteos con dificultad haciendo que no haya espacio entre ellos con cada movimiento hacia delante, de contacto, ella lo dejaba pasar más húmeda cada vez.

Empezó a respirar de forma equivocada pero no a propósito sino que el aire que conseguía por la nariz era muy poco sobre todo por su corazón  que latía a mil por hora, no podía igualar eso, era inevitable tenía que respirar por la boca no podía parar de gemir, evitar frenar la sangre subiendo a su cabeza poniéndola roja de inmediato, mientras él la movía por inercia hacia delante y arriba cada vez con más ritmo, la sujetaba fuerte para que no se moviera más de lo que él quería.

Alan se acomodaba mejor en cada intromisión, Verónica gemía más, le gustaba, esa manera esa forma en que él la hacía suya, lo podía sentir completamente unido a ella, podía sentir cómo abrazaba gran parte del cuerpo… “Oh qué hombre” se decía en la mente.

Verónica perdía la cabeza, la cordura su voz era más ensordecedora el sentimiento era desesperante, terriblemente placentero.

Mientras la besaba, Alan había conseguido con sabiduría encontrar el camino con sus dedos rodeando sus caderas, tocarla ahí en el lugar justo. Él seguía y seguía viendo todo el grandioso espectáculo desde donde estaba con los ojos casi cerrados, las grandes venas… De su rostro. Aguantando la respiración…

A veces quitaba toda restricción de gemir junto a ella poniendo la voz más gruesa. Se sentía un poco culpable pero luego se dejaba llevar mientras ella le pedía más.

Su otro brazo se sujetaba del cuello de ella, en ese punto estaban enredados de forma transversal como haciendo una “X” con sus cuerpos.

Ella le pedía más y él no aguantó la sutileza, eso lo excitaba, escucharla exigirle más ritmo, más fuerza.
Él podía escuchar a Verónica cómo estaba a punto de llegar, siguió entrando y saliendo de forma parcial, ella lo apretaba más sin querer y Alan se deslizaba mejor en ella.

La joven atrapó la mano del actor mientras él la agarraba fuerte de la cadera clavando sus dedos en su piel firme y blanca.

Verónica empezó a gemir con ahogo descontrolado tendiendo espasmos, apretando más al actor mientras este no podía resistir.
Alan dejó de exigirse más el contenerse, se acercó para abrazarla de la cintura poniendo su rostro, su boca detrás de la nuca de ella respirando con dificultad haciendo que ella lo escuche y sienta el magnífico término y comienzo de la locura llamada orgasmo. El actor apretó su pelvis contra ella por última vez y de inmediato perdió toda fuerza de su cuerpo.

-¡Ohhhm mi amor!- Dijo sin aliento, se dejó caer junto a ella, encontró la mano de la joven para sujetarla, se acercó para darle pequeños besos mientras ella no podía abrir los ojos del placer.

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“No es amor un amor 
que siempre cambia por momentos,
o a distanciarse en la distancia tiende. 
Oh! no, es un faro imperturbable
que contempla las tempestades y nunca se estremece…” – Jane Austen, Coronel Brandon.

😍
😍

Dos capítulos en uno, feliz año 2019!!!
Gracias por leer.

Y así es como duerme…

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