La biblioteca Capítulo 13 ¿Desperté?

Eran cerca de las cinco de la mañana cuando Verónica abrió los ojos, vio hacia delante en la mesa de noche había un reloj que antes no estaba ahí, era un reloj de hombre se veía caro y la habitación olía fuertemente a…
Desodorante de hombre aunque también podia ser jabón, madera náutica de carácter fuerte que olía a él, su amigo Alan que por lo reciente frente a sus ojos entre abiertos había pasado de ser amigo a ser… ¿Cómo llamarle?..

“¿Así de fácil te entregaste, por cruces peligrosos de momentos incómodos y atrevidos, por respeto y amabilidad de palabras, por fuego que ardía en tu corazón, por deseo fugaz de pasión, por una llamada de confesiones, por una sonrisa elegante, una personalidad de soberbia irresistible, un porte de varón que jamás habías imaginado, por esa forma de mirar fuerte atrapándote de los brazos, por esas manos suaves con caricias de volumen alto y besos enloquecedores en la mejilla, esa sutil y sarcástica forma de hacer bromas y reír… Por esa voz gruesa en el teléfono y cerca en el oído… Por todo eso y por ninguna promesa emitida de sus labios? Qué confundida estás” Se decía así misma aunque el sentimiento que salía en cada respiración no era arrepentimiento sino el inconfundible y desesperante amor inocente de una joven tonta…

Se dio cuenta que estaba desnuda al entrar en razón, también que él dormía profundamente a su lado, desnudo debajo de sus sábanas blancas “¡Diosss, está en mi cama!” se dijo como en un lamento gratificante. Y ese olor que no podía sacar de su cabeza, que había impregnado cada rincón de esa habitación, era él en todas partes, eran recuerdos claros que chocaban en la mente, lo había visto desnudo, lo había tocado a su antojo como si se conocieran años. Todo hacía un nudo en su garganta “¿Qué podrían decir mis padres, qué puedes decir tú misma?” Hablaba sola en su mente.

Las respiraciones sobre el otro, las mordidas en los labios, las manos tocando la piel, el caer en el otro con rendición de cansancio por placer… Y su voz grabada en su mente, la electricidad nerviosa del tacto como se graba el hierro caliente al tocar la piel.

Intentó salir de la cama de manera discreta y sutil porque no quería despertarlo, no quería dar explicaciones y tampoco confesar que estaba enamorada.

Logró salir por completo, bajar de la cama y ver esa escena tranquila con atención, el hombre dormía plácidamente con una comodidad increíble. Sus cabellos entre castaños y blancos despeinados y aplastados sobre la almohada favorita de Verónica eran un espectáculo hermoso.

La joven fue a darse una ducha caliente mientras recordaba esas frases en su cabeza, esas caricias y formas en que se unieron para ser uno, algo que se sentía prohibido, desesperante, no sabía como llamarlo, no sabía si se atrevería a verlo a los ojos. Quería irse de ahí y dejarlo solo… Verónica quería pensar en todo y a la vez escapar de la culpa.

La joven planeaba en su cabeza el irse sin decir nada y sólo dejar una nota porque no sabía qué decir… O sí sabía pero no se atrevería.

Así lo hizo… Fue a la habitación con silencio exagerado, llegó frente al cajón de ropa, se colocó una camiseta apretada de color rosa, unos pantalones de mezclilla azul claro y unos tenis rosas, tomó un suéter de botones color azul claro de esos que terminan en punta en cada lado y no tienen botones. Tomó la mochila azul marino, la cual utilizaba últimamente, sacó una hoja de bloc, una pluma color negro y empezó a escribir.

……………..

Yo no sabía cómo podía ser la primera vez con un hombre y menos con un hombre como tú, las personas le dicen así… “Primera vez” Yo sin embargo siento que es un comienzo pero no sé de qué… Me gustó tanto que me da miedo intentar describirlo y no sé si sería capaz de hacerlo de nuevo para no arruinar este recuerdo…

No quiero despertarte porque me encanta verte dormir así, respirar con descanso verdadero… Me gusta cómo dejaste oliendo la habitación, toda huele a ti, hueles muy bien, ese perfume debe conquistar muchas jovencitas que no te dicen que no cuando las invitas al cine. Jajaja… ¿¡Ayyy Rickman qué has hecho conmigo!? Tengo miedo de esto

Creo que estoy enamorada y eso me hace sentir un poco patética por eso lo escribo.
No estoy arrepentida, mas estoy segura que me hace bien recordar lo que hicimos y parece que ha sido distante el tiempo aunque hayan sido sólo unas horas, me hace sentir extraño en el estómago… No sé qué es esto pero me agrada.

Ojalá no tengas que irte pronto, Rickman

Iré con mis padres, hablamos luego.
……………

La joven dejó la carta sobre el lado donde durmió, antes de irse tomó la ropa del actor, dobló todo con afán y la colocó sobre una silla.

Fue al baño de nuevo porque se temía que algo pasaba, hizo algunas cosas para asegurarse de controlar sus hormonas y detener las consecuencias de horas anteriores. No sabía que de verdad pasaba algo como eso al no ser más intocable. Al caminar no sólo en su cabeza sino también en su cuerpo que un hombre podía decir que la había echa suya. Más sentimientos de culpa.

***

El actor sin embargo se quedó durmiendo unas tres horas más.

Al abrir los ojos se dio cuenta que la jovencita no estaba al estirar su brazo para alcanzarla y poder abrazarla y eso lo asustó porque creía que todo lo que había pasado era un sueño.

Se sentó un poco confundido, vio hacia todos lados y se percató de la nota que le dejó la joven.

La tomó de inmediato y empezó a leer… Mientras leía dejaba salir sonrisas sutiles de lado sintiéndose halagado pero también como un tonto, es cierto ella se sentía confundida y culpable pero él tenía que explicarle.

Al acabar tenía muchas ganas de llamarla porque no quería que estuviera lejos de él. En doce horas más tendría que regresar desde donde vino y necesitaba hablar con ella.

Se levantó de la cama y fue hasta la silla donde vio su ropa que estaba delicadamente doblada, eso puso en su rostro otra sonrisa pero esta vez de ternura…

Del bolsillo de su saco tomó el teléfono, se acomodó en la cama y llamó.

El teléfono timbró casi cuatro veces y entonces ella respondió.

-Hola (LA voz de la joven era de sueño)

-Estiré mi brazo para sentirte y no estabas ¿Por qué me dejaste solo? Debiste quedarte conmigo. (La voz del actor parecía reclamarle, gruesa y autoritaria como siempre pero acompañada de cuidado y suavidad)

-Necesitaba pensar un poco y dormir. Sobre todo dormir… Espero que tú sí hayas descansado.

-Niña, vine hasta aquí sólo por ti porque te extrañaba y porque quería abrazarte y escuchar tu voz todo un día, ven conmigo por favor. No tengo mucho tiempo y tendré que irme de nuevo. Quiero y necesito hablar contigo. Ven, Verónica… (Dijo pronunciando esas palabras como solía hacerlo al explicar algo importante)

-Siento miedo de… Verte a los ojos… No sé si es normal pero me siento un poco avergonzada por tu cuerpo y el mío desnudos en mis recuerdos. Mi estómago ahora, cada que recuerdo todo es como si quisiera ponerse pequeño…

-Ven pequeña, si vienes conversaremos de eso… Mi amor, ven conmigo. ¡Por favor! (Hacía las palabras más rectas y sutiles para convencerla)

-Vale, voy para allá. No tardaré… (Verónica bajó la voz en este último instante antes de colgar, no quería seguir escuchando su voz autoritaria y cariñosa)

El hombre se quedó sentado en la cama, luego se levantó y fue hasta su ropa pero recordó que en la camioneta tenía un par de camisas, corbatas y varios cambios de ropa interior para ocasiones de último momento. Por eso antes de bañarse se cubrió con la ropa que trajo en la noche, fue hasta su camioneta, tomó una camisa, una corbata y unos calzoncillos negros tipo bóxer. Su cabello era un lío, todo despeinado. Las hormonas estaban al cien por ciento como un joven de treinta años, le parecía increíble sentirse así.

Subió al departamento y fue a darse una ducha rápida con agua caliente, baño que disfrutó más de lo que alguna vez el agua a esa temperatura lo hizo sentir antes.

Salió del baño con la camisa entre abierta, la corbata sobre su cuello y los calzoncillos puestos. Sus cabellos estaban entre peinados y despeinado y olían a shampoo de mujer.

Fue a la cocina y se sirvió café muy caliente sin azúcar por supuesto.

Entonces entró a la habitación para tomar su ropa y llevarla al costado de la cocina donde estaba la lavadora de Verónica. Ya había estado en ese departamento muchas veces, antes era como un lugar de distracción para conversar en privado con su pequeña y hermosa amiga… Quizá siempre buscaba la oportunidad de llegar más allá con ella y no necesariamente tener algo íntimo de volumen sexual, sino cariños subidos y consentidores… Pero respetaba el comportamiento difícil y limitante pero sobre todo de respeto que ella tenía con él.

También tomó las sábanas blancas de la cama que por obvias razones estaban sucias.

Metió a la lavadora su camisa clara junto a las sábanas y su calzoncillo azul claro. Esperó hasta que se lavara y se secara pero no retiró nada de ahí cuando de pronto escuchó que la puerta del departamento se abría.

Como un adolescente primerizo dentro del cuerpo de un hombre no pudo evitar sentir nervios y sacar una sonrisa naciente de su rostro serio, siempre controlado y soberbio.

La joven entró a la habitación antes dejando su mochila azul oscuro al costado de la mesa de centro sobre la alfombra pero él no estaba ahí.

Ella intentaba tener una actitud relajada pero estaba nerviosa, por eso hizo un esfuerzo sobrehumano para centrarse e ir a buscarlo y cuando estuviera delante de él no dejar que la controle tan rápido como siempre solía hacer. Es obvio que casi siempre perdía porque él era mucho mayor que ella.

-¿Alan?

-Ammmmm estoy aquí en la cocina. (Dijo el actor con su peculiar voz gruesa que en intimidad dentro de su cabeza era nerviosa pero ella no podía distinguirlo)

Entonces ella apareció por el marco de la puerta delante de sus ojos. Al traspasar la puerta se quedó apoyada sobre la esquina derecha de la alacena, sus cabellos lacios caían sobre su costado derecho y su mirada era notoriamente distinta a otras veces. A veces ella bajaba la mirada porque la de él podía derretirla, le pasó incluso desde el primer día que lo conoció jugando con las palabras serio y en doble sentido.

-Hola.

Él caminó hacia ella y la abrazó con mucha delicadeza y cuidado, no pudo evitar no besarla, atraerla más con síntoma de pertenencia afanado, ella se sentía llena y atacada por mil emociones desconocidas. Él abrió su boca para besarla mejor a lo que ella correspondió rendida dejándose llevar también tocándolo con el sentido del gusto. ¡Qué gusto! No podía resistirlo, era como querer caminar sobre el agua sin mojarse los pies, ese acto estaba preparando su cuerpo de nuevo para decirle “Tómame todas las veces que quieras” ¡Qué peligroso es!

Sus besos sabían a café, los de ella a manzana, pero su abrazo y manos sabían a desesperados aventureros de campo con carbón encendido, llevándola presa sobre un horno más caliente que un volcán a punto de estallar… Donde ella iba a perder…

La abrazó poniéndola delante de él como aquella vez en el balcón, apoyando su cuerpo donde ella antes estaba apoyada y ella ahora estaba de espalda a él, el actor decidía soltarla o no porque la sujetaba a su conveniencia e ímpetu sin lastimarla. Le besaba el cuello a la joven en silencio porque estaba nervioso y no sabía qué decir…

La joven disfrutaba del momento con los ojos cerrados por un par de minutos respirando casi al mismo tiempo, con su delicada mano derecha sobre la mano de actor hasta que él la tomó de la cintura para llevarla hasta la habitación usando una fuerte mirada de invitación inocente y altiva. Y… Se sentaron en la cama.

Él veía la sábana y su mano izquierda apoyada en esta suave tela pero se acercó más ella para rodearla con uno de sus brazos por la cintura y besar repetitiva-mente su sien sobre el hermoso cabello lacio y castaño, la joven sonreía sutilmente por las muestras de cariño, él se daba cuenta que ella se sentía mimada que sentía bien estar junto a él.

Verónica pensaba que era tierno, exageradamente expresivo, dejando en cada beso el deseo y felicidad que sentía por tenerla junto a él.

-¿Tienes preguntas para hacer? Yo… Contestaré todas las que quieras. (Dijo el actor con esa inconfundible gruesa voz)

-Por ahora no tengo preguntas… ¿Y tú? (Dijo la joven viendo cómo él jugaba con las yemas de sus dedos gruesos sobre la piel de su mano delgada)

Aún seguía siendo la tímida y cortante joven, estaba como apenada pero dejaba salir una sonrisa para mirarlo a lo que él parpadeaba con atención dejando ver cómo brillaban sus ojos.

-Ya me lo has… Respondido en ese papel donde me escribiste. Lo mismo que hay dentro de ti siento ahora, aunque yo sí lo esperaba mucho tiempo antes que tú… Mmmm… Quisiera explicar…. Explicarte que lo que pasó entre los dos no fue algo simple ni un antojo ni algo que quería provocar a la fuerza. Va… Más allá de que me gustas mucho, de que… (El actor sonrió viendo al techo) Vaya… Estoy enamorado, Verónica… He estado lejos de ti creo que dos semanas y ya desde las primeras setenta y cuatro horas estaba desesperado deteniéndome para no llamarte y sonar como un viejo obsesionado… Ahora que estás cerca a mí no quiero irme, quiero verte todos los días… (Su voz se pausaba y luego salía rápido pero nuevamente se alentaba siendo seguro)… Pídeme lo que quieras Verónica, para poder hacerte sentir segura de lo que digo, si quieres vamos con tus amigos… Preséntame como un conquistado para el matrimonio con tus padres… Y… Comencemos a planear tener un hijo o dos… Pídeme lo que quieras… (La miraba a los ojos con sinceridad recordando lo que ella había dicho antes alguna noche y lo que pensaba de las relaciones largas en el noviazgo)

-Jajajaja ¡Dios! jajajaj ¡Qué cosas dices! Me haces reír, eres tan lindo… Pero hacer eso ahora sería una locura… Es tan rápido todo… Si llego con mis amigos o peor aún con mis padres y les digo que me quiero casar contigo me meterían al manicomio… ¡No me hagas reír! ¿Acaso quieres casarte conmigo?.. Hasta yo pienso que es una locura. (Dijo la joven)

-Sí, claro que sí ¿Por qué no?.. Hay tantas razones que no me detendrían ¿Acaso tú si las tienes, hay cosas que te frenan de una relación seria conmigo? (Dijo con voz gruesa pensando en que ella lo rechazaría porque es grande)

-Claro que no, pero sería una locura. Ahora mismo sería eso…

-¿Porque soy más grande que tú? ¿Lo dices por eso? (Miró con altivez a la joven y soltó su mano)

-No, simplemente porque no te conocen. Y yo sólo sé que tienes un pasado del cual te has olvidado más rápido de lo que me gustaría que un día si terminas conmigo pase. ¿No piensas en ella?

-No, o quizá un poco pero es algo fácil de explicar, es más fácil que abrir la puerta y salir de algún lugar. Te hablaré de eso cuando quieras pero ahora no. Ahora quiero saber lo que tú piensas. (Tenía un rostro preocupado, sentido, parecía que la perdía en ese instante)

-Yo También siento… que lo estoy, que estoy enamorada pero no sé si es correcto… Apenas me conoces, yo no quiero lastimarte pero sería mejor arreglar las cosas con ella que empezar algo conmigo.

-¿Tú no quieres empezar algo conmigo? (Frunció el ceño sintiéndose como un tonto)

-Alan, por su puesto que quiero (Lo miró a los ojos con seriedad y rendición)… SÍ quiero pero…

-Pero temes a que pueda lastimarte… Yo… Nunca la he engañado a ella y ahora lo que pasó contigo no es un engaño, ni para ella ni para ti… ¡Por favor no es un engaño créeme! Mi relación con ella era distinta que esta que quiero contigo… Quiero una relación seria contigo. Quiero saber si eso deseas porque yo lo deseo y sin embargo comprendería que es algo absurdo porque soy muy grande que tú y piensas distinto. (Hablaba serio, mantenía esa voz gruesa y altiva)

-No me importa cuántos años tienes, no es eso (Tocó el rostro de él con delicadeza para terminar de convencerlo que no era esa razón, cuando hizo esto él cerró los ojos y ella se acercó a sus labios)… ¿Por qué en vez de ir corriendo, por qué no disfrutamos de estas pocas horas para hablar de estar juntos otro día? ¿Cuándo tendrás tiempo de nuevo para venir a verme? Quiero darte amor y comprensión, compañía, cualquier cosa que quieras te daré, no estoy jugando… Sí quiero una relación seria contigo pero dejemos que se vea, no que sólo sean palabras… Además me molestaría mucho ahora que saquen mi rostro en una publicación de periódico diciendo que soy una fan que te conquistó o peor aún que busco tu dinero… Eso sería desagradable… ¡Además no quiero tenerte en calzoncillos en mi departamento, no seas mal educado!

-Jajaja (El actor rió con ganas mientras abría los ojos) ¡Eres tan agrandada!

La joven resbaló una sonrisa desde su interior, sonrisa que marcó sus labios rojizos delante de esa mirada galante que él sostenía.

-Bien, si no te agrada eso no lo haré. ¿Quieres ir a almorzar? Tengo un lugar hermoso y privado cerca de la playa, tendré que conducir por unas dos horas y media… Voy a llamar al director, le diré que me de un día más para estar contigo.

-¿Estás seguro?

-Sí, no me dirá nada, y entonces tendremos tiempo de ver cómo dejar este asunto, también el vernos de nuevo dentro de un par de meses.

-Deja que me ponga algo distinto y vamos.

-Vale, yo voy a terminar de vestirme… Tengo que contarte muchas cosas de esa película y las grabaciones. (Dijo el actor sonriendo)


_______________________________________________________________________________________________________________________________

“Actuar es en gran medida, crear imágenes en tu mente” – Alan Rickman

¿Te gustó el capítulo?

0 / 5

Tu calificación:

Suscribirse
Notificar de
guest

0 Comments
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios