La Asistente Capítulo VIII Salida Y Bienvenida

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Axel cumplió en salir temprano de la oficina para ir a buscarla, aquel viernes era uno de esos con lluvia molesta. No se le ocurrió regresar a la empresa sino llegar con ella al bar, juntos como si estuvieran saliendo.

La joven recibió la llamada del hombre que le avisaba su estancia en las puertas del campus, se apresuró a darle el encuentro, le saludó con un beso en la mejilla al verlo y luego ingresó veloz al auto por el tremendo y rato frío que hacía su cuerpo ponerse intranquilo, tembloroso, emocionado, aún más por causa de sus nervios.

-Brise, te ves muy bien.

-Y tú te ves muy bien.- la joven lo vio a los ojos mostrándole una sonrisa coqueta.

-¿Será en el mismo lugar de siempre?

-Sí.

Axel cumplió su palabra de salir antes para ir por ella, la idea en un principio era encontrarse nuevamente con todos en la oficina para salir juntos al Barpub sin embargo el hombre le sugirió a Brise que se adelantaran

Al verla sintió que faltaba poco, era ese día una buena oportunidad de decirle que gustaba de ella.

Llegaron al bar, caminaron a la barra, Axel le invitó algo de tomar a Brise pero ella se negó.

-Perdón Axel es que no consumo bebidas alcohólicas más que vino pero eso lo tomo únicamente con la cena, una pequeña copa es de buen gusto.

-Entonces qué te parece si te invito, vamos a cenar en lo que llegan los demás.

-No, aún es muy temprano pero no te preocupes, después de este lugar te llevaré a cenar, te invitaré un Kentucky.

Axel rió.

-Suena llamativo algo de pollo frito después de una mañana de entrenamiento.

-Qué interesante ¿Qué entrenas?

El ruido de lugar no les dejaba hablar claramente por lo que se veían forzados a acercar su rostro cerca del oído del otro.

-Hago Vale todo y un poco de Muay Thai.

-Wow me encantaría ir a verte entrenar ¿Qué día vas, a qué hora… Supongo que es en la mañana, verdad?

-Sí, un día te llevaré.

-Pero tranquilo yo me pagaré la suscripción podemos entrenar juntos, hace un mes aproximadamente que no voy al gimnasio.

-Sí sé que no me dejarías pagar.- Dijo Axel pensando algo que vino de pronto a su cabeza.

“Es mala idea, muy mala idea decirle que vaya contigo a ese gimnasio”

-Pues cuando puedas me avisas.

-Sí, lo hablaremos después. ¿No quieres que salgamos un instante en lo que esperamos a los demás? Podemos ir al lado de la calle, ahí hay mesas y sillas y además no hay tanto ruido como aquí.

-Tienes razón porque aquí no se puede hablar con este escándalo.

Ambos estaban tan juntos por la gente y por el ruido que los obligaba a hablarse como en secreto que sólo hacía falta abrazarse un poco y tener eso que tanto habían imaginado, un beso.

-¿De verdad no quieres algo de tomar, algo como jugo de naranja, limonada, un refresco?

-Oh una limonada estaría perfecto.

El personal de la barra le entregó la limonada a la joven y una sangría preparada a Axel. Al tener ambos sus bebidas que eran unos vasos largos y delgados él la tomó de la mano para guiarla hasta el lugar.

Caminaron entre la gente para salir al exterior que en realidad no era exterior sino un ambiente abierto de dos pisos al otro extremo, era como el lado que tenía una salida sobre la avenida Reforma una avenida amplia y famosa en el centro de la ciudad,aquel lugar era del mismo dueño sólo que no lo utilizaban más que en las mañanas como una elegante cafetería.

Reposaron en unas sillas dobles cerca del vidrio para tener un poco de luz, la situación era tensa y para ambos nerviosa, estaban solos una vez más.

-El clima sí que es frío aquí.- Dijo Brise con un abrigo encima el cual equivocadamente era delgado.

-Sí, cuando el verano termina el otoño viene un poco caliente pero cuando tiene que llegar el frío lo hace de forma sutil y en las noches.

Se quedaron callados.

Axel no era así, la joven le gustaba y mucho pero no sabía lo que le pasaba en ese instante, no sabía si atreverse a decirle algo, no sabía si ella lo tomaría bien, quería manifestar que estaba interesado en que su relación fuera más cercana.

No dijo nada, en cambio se acercó a abrazarla para cubrirla un poco con su cuerpo del frío.

-Gracias, me encanta que lo hagas.- Dijo Brise ahí en el pecho del hombre inclinada un poco a su izquierda.

-Y a mí me gusta cuidarte.

-Eres tan lindo.

“¿Qué te pasa Axel? ¡Reacciona! Le agradas a la joven no tengas temor de ser rechazado, dile de una vez que te gusta.”

-Brise yo… Pienso que debo decirte algo muy importante…

Y en ese justo momento en que iba a soltar el “Me gustas, eres una mujer única, ¿quieres ser mi novia?”

Justo en ese instante se escuchó el escándalo afuera, George y Jaz bajaban de un carro haciendo como dicen los mexicanos: “Desmadre” que se puede traducir en Limeño como “Desorden, bulla”

Ambos se distrajeron viendo hacia ellos hasta que Oscar los vio juntos y les alzó la mano para saludarlos, ellos respondieron por inercia y se levantaron de su lugar soltandose de inmediato también para saludar.

Brise y Axel regresaron a la fiesta donde se encontraron con todos y empezaron a saludar uno por uno.

-Hola jovencita.- Dijo George animado.

-Hola Brise qué bueno que te decidiste a venir.- Dijo el nuevo.

-Hola hola cómo están, sí me animé a venir después de todo, me trajo Axel.

-Sí ya vimos que te trajo él.- Oscar vio con rencor al hombre, se había dado cuenta que Axel la alejaba de él porque quería estar con ella no para cuidarla sino para tenerla.

Terminaron de hablar entre todos, se sentaron en mesas separadas como la anterior salida, algo que molestó al editor porque él quería estar con ella no verla desde lejos cómo le seguía la corriente a un manojo de locas desquiciadas, ella era distinta, a ella no le entretenía las conversaciones de chicos de revista o uñas postizas en las manos.

Se fue el  tiempo así aburrido  mientras los hombres y las mujeres bebían y bebían, hasta que Jazmín habló muy alegre, ruborizada por algo que se le vino de pronto al cerebro.

-Chicos ¿Cuándo nos van a sacar a bailar?- Lo soltó como si nada.

En ese instante pusieron una canción de género cubano más conocida como salsa.

George se adelantó a ponerse de pie, lo que normalmente pasaba era que se acercaba a Jaz o a la esposa de Ramón para bailar pero esta vez no hizo eso, fue directo con la joven Brise.

Oscar vio atento la cara que ponía Axel y sí “BINGO” su curiosidad fue confirmada, no fue agradable para el mayor, “Eso no se vale.” pensó.
La joven estaba soltera y no le pertenecía a alguien así que iría atrás de ella a la menor oportunidad en esa fiesta de bienvenida.

Y lo intentó, casi cerca de las dos de la mañana cuando Axel la dejó sola habiéndo conseguido otra limonada fría para Brise, se acercó pero no fue el único también se acercó a ella George a invitarla a bailar por última vez.

Axel fue al baño pensando que ya era hora, ahí en la salida le diría que fuera su novia. No tardó nada sólo fue a pensar, a mojar sus manos y rostro a darse fuerza y seguridad, acomodar su blaiser y…

Entonces un hombre que también lavaba sus manos lo reconoció.

-¿Axel?

-Así es soy yo, ¿En qué puedo ayudarte?

-¿No te acuerdas de mí de la prepa? soy Mario.

-Ahh Mario…- No tenía ni idea quién era, tenía que despedirlo cuanto antes ya que le haría perder tiempo. -Qué bueno verte…- Añadió para disimular que sí se acordaba pero su verdadera intensión era irse.

-Oye dame tu Facebook o algo para estar en contacto.

-No tengo Facebook pero te doy mi número de celular. 5634789623

Su amigo empezó a apuntar.

-Oye qué crees que me hace falta dinero, ¿No me puedes prestar unos quinientos?

-¿Tú crees que soy idiota? Ve a molestar a otro, no te daré para que gastes en alcohol.

-¿Y a ti qué te importa para qué lo use?- El hombre estaba ebrio y además grosero.

Axel lo miró acusándolo y se fue sin decir más.

Al salir con todo el ambiente abarrotado se le hizo difícil ver a Brise hasta que la encontró sobre una banca al pie del bar tomando de su limonada muy contenta mientras veía su celular.

Se acercó a ella sonriente y pensó que ya era hora de irse, que vendría bien comer algo.

-Hola ¿Deja tu novio que me siente aquí a tu lado?

-No tengo, puedes sentarte.- Dijo con una sonrisa y en eso se tocó la cabeza.

-¿Te sientes bien, te duele la cabeza?- Preguntó el hombre curioso.

-Sí, bueno no, quizá es porque no he comido pero es extraño porque siento como si hubiera bebido alcohol.

-Pero no has bebido más que limonada…- Dijo preocupado. -¿Alguien se te acercó cuando me fui, viste a alguien que haya podido tener la intensión de conversar o acercarse a tu caso?

-Sí, vino Oscar y George.

-¿Juntos o separados?

-Primero vino Oscar, lo abracé porque me dijo que era su cumpleaños.

Axel se encendió de furia.

-Eso es mentira, falta como un mes o más para eso.- La testosterona empezó a acumularse mientras la veía cada vez más ida y con la voz más lenta.

-Pues me contó eso no entiendo por qué… Luego vino George a invitarme a bailar pero le dije que no que había venido contigo y que posiblemente ya nos íbamos a descansar.

-A ver, primor, pregunto de nuevo ¿Alguno de los dos tocó tu vaso?

-No que yo sepaaa.- La voz de la joven se escuchaba más somnolienta.

Axel miró a todos lados para ubicar a Jazmín, al verla la llamó con la mano derecha y ella se acercó.

-Oye disculpa, cuídame a Brise un minuto tengo que preguntarle a los chavos una cosa. Parece que la han drogado cuando me fui al baño y la dejé sola.

-¿Y cómo sé que no fuiste tú?- Preguntó Jazmín con los ojos entrecerrados.

-Si hubiera querido hacer eso lo hubiera hecho cuando estuve solo con ella, además no soy capaz de esas cosas y tú lo sabes.

El hombre estaba muy molesto y le quería partir la mami a Oscar porque estaba casi seguro que fue él.

Se acercó con ellos y no se anduvo en rodeos.

-¡A ver carbones hijos de sus chinches mamis, ¿Quién la drogó? Y me lo dicen ahora antes de que llame a la policía y les meta una madrina a cada uno! ¡ORALE ME LO DICEN Ya, QUE DE LA CARA EL INCHE COBARDE!

Juan se adelantó y lo sostuvo porque se iba contra George y Oscar.

-¿Qué onda de qué estás hablando?- Dijo el más fresa, Ariel.

-¡Pues dejé a Brise un par de minutos y cuando llego con ella para irnos y dejarla en su casa la veo bien drogada. Eso no se hace eso no es de caballeros! ¿Quién se la quiere echar o qué?

-¿Qué no te la quieres echar tú? Pues tómalo como una ayuda carnalito.- Oscar quien estaba bien tomado le contestó así sin pelos en la lengua.

Y Axel le soltó una derecha en ese mismo INSTANTE, un trancazo que le volteó la cara tirándolo para atrás hasta verlo en el suelo, cuando se cayó el editor le dio una patada muy fuerte en el estómago, sacó su celular y le tomó una foto.

-¡SONRÍE IMBECIL, MAÑANA APARECES COMO ACOSADOR EN LA TELE Y MÁS VALE QUE RENUNCIES Y LLAMES A LUIS, EL LUNES NO TE QUIERO VER LA CARA EN LA EMPRESA, NO SABES DE LO QUE SOY CAPAZ! Ahhh pero eso sólo si no tienes que huir antes, cuando Brise esté mejor le diré que la drogaste y la acompañaré a hacer la denuncia.

El joven alto y blancón tenía la boca rota y no pudo responder nada por la patada que le dio Axel en el estómago, acción que lo dejó así conteniendo el aire sin poder hinchar el pecho.

El chico nuevo miraba todo asombrado, no pensó que para ese día vería un problema así tan grande entre personas de la empresa.
“Una excelente bienvenida…”

-¡Qué desgraciado eres, Oscar!- Dijo George mientras ayudaba al flaco a ponerse de pie. -Ve a pedir disculpas o algo porque te va a ir muy mal mañana.

El golpe lo terminó de atontar, estaba muy tomado y casi no podía caminar.

Axel fue con Jazmín y se acercó a Brise la cual ya casi estaba dormida sobre la barra por completo.

-¿Fue Oscar?- Dijo Jaz después de ver cómo Axel le tiró un puñetazo al joven atorrante.

-Sí, me voy a llevar a Brise a una clínica, voy a llamar a su mamá y hermano para contarle.

-No, no te recomiendo que hagas eso, al menos no si estás interesado en ella.

-Sí lo estoy…

-Si le dices algo a su mamá créeme que harán hasta lo imposible para hacerla regresar a su casa, mejor espera que esté bien y que ella le diga.

-Sí, ya me voy.

-Te ayudo con ella.

Axel la veía, estaba muy ida casi completamente dormida. Ver su debilidad su cuerpo así no le agradaba nada, tenía ganas de ir a golpear más a Oscar.

Jazmín lo ayudó a subirla al taxi, de inmediato este los llevó a una clínica cercana donde la atendieron con urgencia para hacer que expulse más rápido la droga que corría su torrente sanguíneo, tenía conectado del brazo derecho una intravenosa y del otro un medidor de pulso para sus latidos. No le iba a pasar nada malo, el doctor dijo que ella era una chica sana que nada más le hubiera afectado mucho si sufría algún defecto congénito en su corazón pero que por si acaso siempre había que poner el lector en esa desafortunada e inoportuna situación de que fuera alérgica a algún médicamente inyectado en su suero.

Axel estuvo con ella hasta que le dieron de alta, le pareció una genial idea llevarla a su casa y dejarla descansar ahí. (Genial, debía pensar que ella podría espantarse pero lo hizo porque si el compañero se enteraba que la habían drogado este sí le diría a su mamá, aún peor le entregarían toda culpa a él)

Después de cuatro horas de ver descansar a esa hermosa joven cerca de la hora décima del día él se había dormido en el sofá, sentado, muy cansado.

La joven despertó, abrió los ojos, vio a todos lados confundida al bajar de la cama sin reconocer dónde estaba, le alivió ver que tenía ropa pero su corazón latía con rapidez, lo último que recordaba era la fiesta y hablar con Axel, sí esa debía ser casa de Axel, se sentió mejor y más tranquila su respiración y sistema circulatorio empezaba a normalizarse, salió por la puerta y fue a buscarlo.

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