-¿Me dices que no tienes ninguna experiencia trabajando de forma dependiente en alguna oficina?
-No señor, nunca he trabajado con otras personas a mi alrededor pero sí he tenido muchos jefes y muy exigentes.
-¿Entonces me dices que escribes?
-Así es, lo hago desde muy joven en mis tiempos libres pero la verdad es que quisiera hacerlo todo el tiempo, supongo que más adelante podré hacerlo.
-Comprendo, cambiando un poco de tema, veo que tienes experiencia en atención al cliente ¿De forma directa o por algún otro medio?
-De las dos maneras.
-¿Sabes usar bien una computadora?
-Sé usarla tan bien como uso mi celular, manejo programas de edición, texto y diseño gráfico. También sé usar una cámara fotográfica.
-Eso es bastante importante. ¿Has manejado un archivero alguna vez?
-Nunca pero no creo que sea difícil.
-Me agrada tu actitud, eres bastante desenvuelta.
-Gracias señor debo añadir que trabajo bajo presión, me encanta aprender y no me gusta refutar ante un mandato, prefiero mil veces la corrección pero también intento resolver las cosas por mí misma.
-Bien, muy bien, voy a presentarte a tu jefe directo, él te dirá qué hacer, posiblemente va a guiarte los primeros días para que te familiarices con las cosas en la empresa y todas las áreas que hay. Como vez tendrás otros compañeros pero ninguno estará ligado a ti de forma directa, eres la asistente de la persona que te presentaré. Ten un poco de paciencia, puede verse un poco serio pero es un excelente líder y una gran persona.
-Gracias, Señor.
-Puedes decirme Luis Antonio.
-No, prefiero decirle Señor si no le molesta.
-No me molesta.- Le estrechó la mano.
Luis salió de su oficina gerencial y fue hasta la oficina de Axel para avisarle de la joven Brise quien estaba muy anciosa por aprender lo que tenía que hacer.
Axel escribía afanoso sobre el teclado de su computadora, corregía algunos textos pendientes.
Luis lo interrumpió y le dio una seña, la llevaría ante él dentro de poco.
El gerente regresó a su oficina y guió a la joven hasta la oficina de Axel quien Lucía el aspecto arreglado y serio de siempre.
-Axel, te presento a Brise Lania, tu asistente desde hoy. Brise él es Axel tu jefe directo
-Mucho gusto, Sr. Axel.- Axel apretó levemente la mano de la joven.
-Los dejo para que hablen.- Luis cerró la puerta de la oficina dejando a solas a sus empleados.
-El gusto es mío, Brise. Soy el encargado de tu persona en esta área de la editorial, Luis debe haberte explicado algunas cosas.
-Sí, Sr.
-Puedes decirme Axel.
-Sí Sr. Axel.
El hombre se sorprendió ya que nada había cambiado cuando ella antepuso “Sr.” pero no hizo caso a eso y siguió.
-Lo que harás por ahora es algo que he estado haciendo por cuestiones de emergencia pero en realidad yo no me encargo de eso, yo trabajo de otra manera que ya te mostraré después. Antes que nada te enseñaré el archivero y te daré la clave de la copiadora, el chico de sistemas te dará tu correo. Vas a trabajar en el cubículo cerca al área de ventas pero no tendrás nada que ver con ellos por ahora. Para empezar el recorrido me gustaría saber algo de ti y tus trabajos anteriores.
-No tengo mucha experiencia en un trabajo similar a este sin embargo sí he trabajo antes, no sé manejar un archivero ni usar el tipo de copiadora que vi en la esquina del ambiente posterior. Tengo veinticinco años, estoy estudiando literatura en la universidad Vicente, y tengo toda la disposición y ganas de trabajar pero sobre todo aprender, sé que puede ser preocupante el que no sepa algunas cosas pero juro que capto todo muy rápido y me esforzaré.
-Gracias por ser sincera, eso significa que nos tomaremos un poco más de tiempo para que aprendas pero no te preocupes, te ayudaré. Y si de todo lo que te explique en el día no entiendas algo, ten la libertad de acudir a mí. Vamos, te llevaré al archivero.- El hombre de puso de pie.
-Sí señor, Axel.
Brise siguió al hombre a todos los lugares que él iba, primero la acompañó hasta su cubículo para que deje sus cosas y después la llamó hasta el archivero cuando ya no tenía nada en sus manos.
-Por aquí entramos al archivero, son más de trecientos clientes y cada semana tenemos nuevos o trabajamos con algunos de los que ya existen. Este debe estar siempre ordenado y actualizado y de eso te encargarás tú. Cada que llegue cliente nuevo ya sea por mensaje de ventas o gerencia a tu correo, deberás imprimir y copiar los documentos o textos que tengan y lo colocarás en una carpeta color beige, esta la pondrás dentro de estas color verde con número y nombre y de igual manera manejarás los mismos clientes pero en el archivo de Excel dentro del servidor de la empresa. ¿Hasta ahora tienes alguna pregunta?
-No señor, me queda claro. Sólo debo saber el lugar del servidor en la computadora y listo.
-Sí, te lo mostraré en unos minutos. De este lado está la papelería, podrás tomar todo lo que necesites siempre en cuanto le avises al joven encargado o a mí.
Bien, ahora iremos a la copiadora.
Salieron del archivero y la llevó hasta la esquina del ambiente posterior.
-Aquí le pones la clave, y sacas las copias que quieras. Podrás enviar a imprimir desde tu computadora hacia esta minolta o a la impresora de color si es necesario, es muy fácil, lo sabrás de forma intuitiva.
-Entiendo.- Asentía a todo lo que él explicaba de forma seria.
-Lo primero es ordenar el archivero porque se han estado perdiendo muchos documentos y textos impresos. Puedes ir haciendo eso si deseas y luego abrirás las carpetas de los clientes de esta semana. Mh… Luis debe haberte explicado tu horario de comida y creo que como vas medio tiempo es media hora.
-Está bien Sr. Y sí me lo dijo, me dijo a qué hora sería el refrigerio.
-Entonces te dejo hacer, estaré en la oficina por si necesitas algo.
-Muchas gracias, Sr.
Seis horas después…
-Cuéntame ¿Cómo es tu jefe?
-Una persona seria y amable.
-¡Ayy me aburres!
-¿Y qué quieres que diga? ¡Pon atención a la clase, me distraes mucho!
-Cuando salgamos de aquí me tienes que contar todo con lujo y detalle.- Susurró cerca del rostro de la joven.
-Está bien. Pero… Pensé que saldrías hoy con tu novio.
-No, eso puede esperar, el chisme es primero.- Dijo Nacho emocionado.
-Pero no tengo nada que pueda ser interesante más que archivos y computadoras.
-Mmmh, habrá más, ya lo verás.
-¿Vas a interrogarme o algo así?
-Algo así, muñeca, algo así.
Al terminar la clase de literatura contemporánea el amigo la llevó a la cafetería.
Mientras tomaban un poco de café (Bueno, ella tomaba té) él no paraba de preguntar.
-Ahora sí quiero todo con detalles. ¿Cómo es tu jefe, me refiero a físicamente, cómo lo vez?
-Pues… Es un señor correcto y serio.
-¿Es grande?
-Sí supongo, se ve como de treinta y seis o treinta y siete. Te digo, es un hombre grande, serio y responsable.
-Ahh pensé que podía ser más joven.
-Pero, ¿Puedo preguntar por qué?
-No lo sé, me daba ilusión que ocurriera algo así como una telenovela donde te enamoras de tu jefe y luego el aire te golpea para que sientas el poder del milagro.
-No vine a este país a enamorarme, jajaja me haces reír, no tengo tiempo para eso. Además uno nunca debe tener confianza con el jefe.
-¿De qué planeta vienes?
-De venus, claro.
-Qué graciocita y sí he leído el libro. Dime cómo es físicamente, él.
-Es ordenado, bien vestido, camisa, corbata y creo que saco. Su barba está arreglada, tiene cabello corto a estilo militar, sus ojos son café muy claros. Sus labios son delgados y rosa oscuro. Tiene una mirada muy fuerte, la VOZ gruesa, autoritaria e intimidante pero no de mala gana sino que impone respeto… Sus gafas me encantan.
-¿Es atractivo?
-Sólo es mi jefe.- Dijo sin más que decir.
-¡Ayyy ya olvídalo qué desesperante eres!- Hizo un gesto divertido.
En una oficina cerca del campus…
-La joven se ve entusiasta, me va a ayudar con el archivero pero no sé si pueda con lo demás. Todo lo que te dije que haría falta, nada de eso has traído y sí está bien… Ahora roguemos que no se vayan como los otros jóvenes pasantes.- Axel se tocaba la cabeza preocupado.
-Esta chica se ve responsable y sé que hará un buen trabajo.
-Por lo menos un mejor trabajo que Oscar sí.
-Jajaja la traes contra el pobre chico.
-Es tu protegido, admítelo, Luis.
-Claro que no. Por cierto la joven es extranjera, le va a costar adaptarse más así que no la presiones, por lo que se ve tiene algunas costumbres más serias que otras personas.
-No me di cuenta.
-Es que eres formal igual que ella.
-Tendré cuidado con eso entonces, ya me voy, nos vemos mañana temprano.
—
En una habitación de un campus universitario…
-Daniel, es divertido estar un poco lejos de la ciudad, lo que no es divertido es lo difícil que es olvidar que falta mucho para volver a salir juntos.
-Ay hermanita, quizá pueda ser un poco difícil adaptarse pero verás que con el tiempo las cosas estarán mejor y sobre todo no sentirás que cuando digas algo que no conoces debas estar alerta a que te hablen en doble sentido.
-Aquí suelen hacer eso, a veces es molesto pero otras es gracioso, un poco.
-Sí me imagino, recuerda que debes sacar notas altas, nada de flojera Srta.
-No, prometo que tendré las mejores notas.
-Debo ir a dormir, voy a viajar a Colombia en un día y no puedo desvelarme más.
-Descansa, Dani. Un abrazo.
-Tú también, Brise. Mañana llama a mi mamá si puedes, está un poco triste y te extraña.
A la mañana siguiente cerca de las once horas…
La joven tenía casi todo el archivero ordenado, había hallado en muchos de los aparadores donde se ponen cosas, carpetas con documentos de clientes los cuales fue metiendo dentro de donde correspondían, había hecho tan bien su trabajo que ya sólo faltaba un poco y los nuevos clientes que eran como cinco, podría terminarlo al siguiente día.
Tomó unos minutos más y después regresó a su cubículo donde esperó hasta que fue hora de salida.
***
Tres días enteros pasaron, abriendo y cerrando carpetas donde estaban los archivos dentro del servidor en su computadora, la red no era muy grande y los archivos que manejaba los cuales estaban conectados con otras áreas se los estaba memorizando, números de clientes y números de orden con sus respectivas carpetas en el gran archivero que alguna vez se veía como un gran caos. Ahora era un ordenado y actualizado lugar que daba gusto usar.
No tenía contacto con nadie porque era muy reservada, los momentos de silencio y ocio aprovechaba a abrir una nota sobre su escritorio y escribir hasta que sus manos estén cansadas.
Escribía muchas cosas, historias, cuentos, poesía sin que los demás se enteren.
Todos los días eran similares a otros que quedaban atrás, hasta que se le designó nuevas actividades, su jefe Axel era amable, un poco distante pero no a propósito sino que era su estilo, serio y encimismado en sus cosas porque era todo un experto en lo que hacía. Su otro jefe en cambio, el gerente, era aún más amable, los respetaba a ambos y estaba tan agradecida por su trabajo, ese tipo de trato era el correcto y todo le parecía tan familiar.
Pero aún faltaba algo importante y era acoplarse con otros para organizarse en actividades que solían realizarse como socialización o algún evento por costumbre, como celebrar cumpleaños y dejar escrito sobre una tarjeta buenos deseos para alguien que no conocía. Dar dinero para un obsequio, poner dinero para comprar tamales o tortas que ella no solía consumir pero que le hacía el intento para poder ser parte de algo.
Una de sus compañeras le habló, era de ventas, la mejor vendedora de toda la empresa.
-Cómo estás, eres nueva me doy cuenta. ¿Siempre eres así de callada?
-Es que intento concentrarme en lo que hago, no suelo distraerme.
-Pero yo no te distraigo.
-No digo eso. Lo digo por mí, me meto mucho en mis labores y ya no veo qué pasa al rededor.
-Ah te pareces mucho a tus dos jefes, son muy serios.
-No sé si eso es un cumplido, diré que gracias.
-Jajaja, ¿De dónde eres? Tienes un acento raro.
-Soy de Lima.
-Ahh, entonces extranjera y… ¿Ahí son serios y antisociales como tú?
-Já, hay gente distinta pero sí son más serios que aquí.
-Comprendo. Deberías intentar hablar un poco en el almuerzo.
-Lo intentaré, gracias.
-Por cierto, una advertencia… No confíes en Oscar, es un joven mujeriego y siempre busca conquistar a las chavitas como tú.
-¿Quién es Oscar?
-Es el gerente de operaciones.
-¿Es el jefe que yo tengo?
-No, ese es Axel y con él no hay problema al fin y al cabo no habla con nadie y siempre está metido en sus cosas.
-Entiendo, así debe ser supongo.
-¿Estar serio y no hablar con los demás?
-Sí, es bueno concentrarse en el trabajo.
-Sí, estoy convencida que eres muy rara. Pues déjame contarte que este viernes es cumpleaños de Karen, vamos a ir a un pub cerca para celebrar su cumpleaños. ¿Vienes con nosotros?
-No lo sé, tengo que ver los horarios de la universidad, si se cruzan posiblemente no podré pero veo y te aviso.
-Ojalá puedas ya que sería una forma para que los demás te conozcan.
-Intentaré ir. Por cierto, una pregunta más. ¿De quién más tengo que tener cuidado en la empresa?
-De chicos pues, sólo de Oscar, a veces George que es un coqueto conversador. Pero también hay un chavo que casi cae mal porque no es muy buena onda, es Ariel. Siempre está de mal humor, no le pidas nada, si tienes que hacerlo mejor ve con tu jefe y él que lo haga.
-Gracias, Jaz.
Al salir de la oficina ese día se fue a la cafetería donde tomó té con su amigo Nacho, ese lugar le había agradado mucho, le recordaba a alguno que ella frecuentaba donde vivía.
Se sentó, sacó su libreta de notas y empezó a escribir.
El mundo es más diferente de cómo lo había visto antes, ser serio en el trabajo no es tan bueno que digamos, concentrarse, meterse de lleno en algo que te han mandado no es tan bueno, es mejor voltear un pequeño instante y ver qué dicen los demás, escuchar su música y platicar.
Brise estaba un poco confundida, había tenido dos o tres trabajos en algunos call center y sus ventas o tratos con los clientes eran por una llamada, y también estuvo como dos años en una empresa de catering donde servía café y refrescos a alumnos de postgrado.
Los jefes que tuvo o incluso sus compañeros eran muy serios y ella pensaba que trabajar así estaba bien. Algunos de los jefes que tuvo siempre con el ceño fruncido, siempre exigentes, siempre sin hablar y sus compañeros igual que ella se preocupaban por hacer bien su trabajo e intentar conseguir un ascenso no voltear a ver qué pasaba al rededor sino en tu propio lugar.
Ahora entendía que quizá en otros lugares no era así, que a veces se tenía que ser más extrovertido.
Se levantó de la mesa habiendo pagado el recibo de su café y fue a tomar una clase de literatura clásica.
—
Días después, viernes…
-Hola Brise, disculpa el atrevimiento me preguntaba si vas a ir a lo de Karen.
-¿Quién eres?
-Estoy aquí con Jaz en la empresa, soy Oscar.
-Pásame a Jaz por favor.
-Sí.
-Hola Brise, te estamos esperando en la empresa, de aquí saldremos todos.
-Tenía un poco de tarea pero está bien, la haré mañana. Esperen unos minutos y llego, sería interesante ir.
-Sí pequeña aquí te esperamos.
-Gracias Jaz.
Minutos después la joven llegó a la empresa.
Ella era una joven delgada, con un cuerpo marcado por el constante ejercicio, influencia de años pasados de algún deporte que había dejado, el cuerpo de una adolescente que se quedó en el el principio de su juventud porque incluso se veía mucho más joven, su cabello café oscuro entre lacio y ondulado se dejaba caer más de un hombro, sus labios eran gruesos y su rostro tenía ese semblante entre inocente e inteligente. Era ambos pero sólo ella sabía cómo su personalidad la expondría ante otros.
Estaba vestida con una playera sin mangas color blanco con un estampado en el pecho de una torre en color plata, la playera era larga, de un material elegante color marfil pero formaba su cuerpo con sutileza hasta llegar arriba de los muslos, tenía unos leging como de cuero ceñido a hasta los tobillos y unos zapatos para la ocasión. Su abrigo era como un saco capa estilo asiático recto de los hombros y los cortes finales que pasaban las rodillas, con botones grandes también de plata que combinaban con sus aretes, dige y reloj pulsera.
Jaz la recibió e hizo algunos piropos.
-¡Qué linda te vez, jovencita!
-No sabía qué ponerme, es la primera vez que salgo en grupo para celebrar un cumpleaños, normalmente he ido a casa de unas amigas a charlar en la sala y tomar algunos refrescos o sangría mientras de fondo musical los parlantes tocan no muy alto.
-Tranquila, siempre hay una primera vez para todo.
-¿Puedo esperar en mi cubículo?
-Sí, Karen está llegando a la empresa, si recuerdas no vino porque le dieron libre el día.
-Ahh es cierto. Pues estaré en mi computadora.
-Ahorita te aviso para salir, iremos en el carro de Oscar.
Unos minutos después mientras veía algunas cosas en su escritorio y la computadora…
-¿Brise?
-Mande, señor. (Ella empezaba a usar los modos y tratos que usaban en la empresa con las autoridades)
-Pensé que trabajabas medio tiempo.- El hombre tenía en las manos dos carpetas llena de documentos.
-Sí, me han invitado a salir con ellos, para serle sincera Sr. No quería ir pero me han llamado muchas veces al celular, tuve que contestar y quiero intentar convivir con ellos.
-Pero si no quieres no vayas.
-Pues a veces es bueno salir de la comodidad a la que uno está acostumbrada. ¿Usted irá, Señor?
-No lo creo, tengo que ir a casa a terminar más trabajo.
-Intente ir, quizá se ponga un poco divertido. Bueno… Es que un ruido enorme con parlantes y olor a cigarro no es muy divertido pero quizá sí lo sea.
-Já, veo que tienes expectativas muy altas de la salida. Mh no sé quizá vaya y me aparezca un momento por ahí… Por cierto quería felicitar el trabajo que hiciste con el archivero, está muy bien ordenado y pude encontrar algunos clientes más rápido de lo normal.
-Gracias Señor.
-De nada, y no te pongas a trabajar ahora que eso no te lo pagan.
Brise sonrió cuando él empezó a caminar hacia la puerta de su oficina que estaba a dos metros de ahí.
Apagó su computadora y cuando alzó la mirada un dulce de menta sujeto de unos dedos estaban frente a ella.
-Hola, ¿Qué es eso?
-Son los caramelos que dan en recepción.
-Ah, gracias. (Lo recibió y lo guardó en su bolsillo) ¿Cómo te llamas?
-Soy Oscar, encargado del área de operaciones.
-Felicidades por eso.
Oscar sonrió.
-Dime, ¿Tienes novio?
-No, no lo tengo.
-Mmm ¿Por qué no si eres una chica muy linda?
-Gracias por el cumplido, pero no tengo supongo porque eso no es que se consiga como cuando vas a comprar al súper un paquete de galletas. Un novio es algo serio.- Brise alzó las cejas.
-Sí aunque a veces puedes sólo salir con alguien y no tener algún compromiso con él.
-¿Tu has tenido ese tipo de novias sin ser novias?
-Es que no se llaman novias.
-¿Cómo se llaman entonces?
-No lo sé. ¿No sabes qué es un free?
-No tengo ni idea de qué me hablas.
-Ya te explicaré en la reunión.- Le guiñó un ojo y rió de forma extraña.
Mientras tanto el jefe escuchaba todo lo que ese joven le decía a la empleada nueva.
“Ay Oscar tú no cambias nunca, vas a lastimar a esa jovencita.”
Esos minutos de espera fueron decisivos porque Axel al final de todo decidió ir con ellos.
El plan de Oscar sin embargo era intentar conseguir algo de la joven nueva.
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