Impulsivo Capítulo XXXIV Narcissa Black – Snape En Taxi 🚖

Lista de capítulos

Capítulo 1 ¡Adiós Y Hasta NUNCA, Hogwarts! Capítulo 2 Universidad De Londres 🤔 Capítulo 3 Profesor Tobias Prince 📜 Capítulo 4 Srta. Jean Puckle 🕒🔊😨 Capítulo 5 ¿La Conozco, Srta? 🤔🧐 Capítulo 6 ¿En Qué Lo Puedo Ayudar? 📕👂😱 Capítulo 7 Suspicacias De Un Slytherin 🐍 Capítulo 8 Reunión De Subterráneo ✒️📋📷 Capítulo 9 Cuando Quiera, Granger 🔎 Capítulo 10 Coincidencia Nocturna 🌃 Capítulo 11 No es malo 🌅🌧️ Capítulo 12 Verla Un Instante ❤️🦁 Capítulo 13 Querido Profesor… 👄 Capítulo 14 Querido Profesor Part 2 👄🔞 Capítulo 15 La Madre De La Joven – 1🍋🔉 Capítulo 16 La Madre De La Joven – 2 🧐😕 Capítulo 17 Impulsivo Part 1 🏰 🐍 Capítulo 18 Impulsivo Part 2 🚂🏰👄 Capítulo 19 La Anciana Y El Chocolate👗🔥🛤 Capítulo 20 La Caja De Cristal 🔓🧧 Capítulo 21 Piedras Y Cielo Nocturno ◾🔥🌃 Capítulo 22 LA BENDITA RADIO 📻 ⌚ Capítulo 23 EL BENDITO TELÉFONO – ☎️📞 Capítulo 24 ¡SUMERGIR LOS CELOS! Capítulo 25 CASA DE CAMPO Capítulo 26 El POCIONISTA SABE LO QUE HACE 🔥 Capítulo 27 ABUELO ESTIRADO 🤨 Capítulo 28 PARTE DE LA SORPRESA 🦁 Capítulo 29 MALFOYLONG 🧐🖋️📜🔥 Capítulo 30 Narcissa Está Embarazada 🤨🌋⚡� Capítulo 31 Te Voy A Degollar 🧠� Capítulo 32 Alex, Hermione, Scamander, Y Severus 🔥 🔥 💼 Capítulo 33 ¿Dónde Estás, Malfoy? 🤫🤺 Capítulo 34 Narcissa Black – Snape En Taxi 🚖� Capítulo 35 Super Mercado Muggle 🦁🐾💊 Capítulo 36 Flashes Del Pasado 😬 📸 Capítulo 37 Scamander Y Baile Del Torneo 🏰 Capítulo 38 La Familia Es Valiosa 🏰 � Capítulo 39 Confrontación, Éxito Y Accidente 🔪� Capítulo 40 Doble Problema Y Segunda Oportunidad 📖 🧠 Capítulo 41 Te Quiero 🟩🔺� Capítulo 42 Consultorio de terror 🔎 🐍 👶

Snape había mentido, ningún rector lo había enviado a un encargo escolar, él sólo manejaba todo su horario en servicio para la universidad. La verdad era que había recibido información secreta acerca del padre de Hermione o bueno, mejor dicho de la “señora Malfoy”, enviado por un contacto que tenía una tienda en el callejón nocturno.

La carta escrita en latín por el vendedor de pergamino, la misma que había sacado esa tarde antes de empezar a buscar a Lucius, decía lo siguiente:

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El embarazo de la señora es avanzado, Narcisa Black entró a la tienda esta mañana cerca de las siete, como bien sabe es la hora donde apenas abre el cuarenta por ciento de los negocios en estas época de fríos, saque sus propias conclusiones, profrsor, pienso que la razón debe ser que no quería que la vieran, esconde bien la barriga.
Desde el momento de su desmayo aquí hasta la fecha han pasado ocho meses, si el desmayo fue producto de los primeros síntomas de su estado, entonces le falta poco para conocer a su pequeño hijo.

Ella regresará en la noche a llevarse sus paquetes embalados por este servidor, si viene unos minutos antes podrá encontrarla.
📜

Snape leyó aquello una última vez antes de ingresar a una taberna escondida frente a la tienda, subió hasta el segundo piso y cerca de la ventana, esperó atento.

Estaba ansioso.

Pensaba en las palabras de la joven, cuando le dijo que ella prefería pensar que su padre estaba muerto antes de verlo con la madre de Malfoy o ver al hijo que ambos habían engendrado.

Ahí estaba ella, aparecía delante de sus ojos como todas esas veces que la había encontrado en su camino con malísima suerte por culpa de Albus Dumbledore, él no quería ir a esos lugares. Si bien es cierto que no existía en el mundo un lugar tan barato como ese callejón nocturno, todos los magos más venenosos asistían a ese lugar y él prefería ir más lejos, sea por traslador o red flu con razón de que nadie lo viera o siguiera.

El mago se atrevió a caminar a la puerta del local y con alta voz, detrás de ella pedir en alto tono lo primero que apareció en su mente.

—Buenas noches, deseo dos rollos de su mejor pergamino egipcio, por favor —sí quería llamar la atención, estaba exagerando y además que nunca pedía “por favor”, al menos no desde que empezó a enseñar en la universidad.

La mujer volteó en menos de un segundo para comprobar que aquella voz era de quien pensaba.

—¿Severus Snape? —preguntó curiosa viendo el atuendo verde oscuro del mayor.

—El mismo que viste y calza, señora Malfoy —le lanzó una media sonrisa y luego su rostro centrino expuso seriedad inmediata.

Ella negó despacio y volvió a ver al frente del mostrador para esperar sus paquetes.

—Ya no soy Malfoy ¿No has ido a ver a Lucius? —su tono era fastidiado, el mago la había fastidiado.

—Hace poco tiempo lo vi, y en esa visita me enteraré que serás madre otra vez y no precisamente de Lucius o específicamente de un Mago.

—Pues las malas lenguas están en lo cierto —no quiso negarlo, la mujer no estaba en condiciones ni con ganas de discutir.

—¿Quién es el afortunado hombre que se casó con una fabulosa Black de buen estatus y que prefiere a los de sangre pura?

—Deja de molestar, Severus, si sabes quién puede ser no me preguntes, sé que no eres tonto, y que Lucius no te ha enviado, esto es personal ¿O me equivoco? —aún le daba la espalda.

Snape no se quedó con las ganas.

—Te has metido con el padre de una estudiante de Hogwarts, más específicamente, el padre de Hermione Granger… ¿Por qué has hecho eso?

—Pues es obvio que no busqué que fuera muggle o que fuera padre de tu novia, Severus… ¿Crees que no lo sé, que no se habla de ti también?

—No me importa que hablen de mí, lo que me importa es tener todo lo que le compete a Hermione, en orden y tú has atentado en contra de su familia.

—No lo hice a propósito, tú no sabes lo que ha sucedido —volteó a verlo con el rostro mortificado y débil—.
El padre de la chica estaba confundido, no pudo soportar que alguien le dijera que tenía una hija y que ese alguien hiciera mal un hechizo para regresar todos los recuerdos de golpe, al hacer mal ese hechizo y afectarle a este individuo, eso provocó confusión y separación de esa pareja de muggles, sólo que la madre ni la hija lo sabían. Me encontré con él un día y todo sucedió.

—Hermione Granger nunca hizo un hechizo mal ¿Crees que voy a creer eso?

—Pues créelo, estoy embarazada de un hombre que amo y por primera vez, ese alguien me ama. No he usado hechizos sólo fue coincidencia, una tarde él y yo nos encontramos y de inmediato empezamos lo que hoy ha provocado esto —señaló su vientre con cuidado en una pequeña caricia.

—No te creo, Narcissa —insistió el mago, asqueado —¡Su mujer lo extraña!

—Pues ya lo ha perdido y no fue culpa mía. Hasta nunca, Severus, ya tengo que irme —la mujer empezó a llorar.

—Esto no se va a quedar así —el mago amenazó.

—Más vale que se quede así, porque nunca me he metido contigo y si te metes conmigo o con alguien que amo, sobre mi cadáver volverás a hacerlo otra vez —la magia de la bruja guardó todo en una pequeña caja que metió en su bolso, al salir de la tienda golpeó el hombro del mayor dejándolo de verdad muy sorprendido.

Parece que es verdad lo que dice, la única forma de saber es ir hasta él y comprobarlo.

El mago esperó un segundos y la siguió. Debía ver al hombre a la cara y comprobar que no estuviera bajo un imperio o hechizo controlador. A la vez se perdía pensando en si quizá, su joven novia se había equivocado como decía esa mujer arpía que detestaba porque antes era tan falsa y superficial. Agradecía a Merlín que el inquebrantable se había roto con ella cuando él levantó la varita para matar a Dumbledore. Por Hermione debía comprobar que ella no mentía.

***

Por otro lado a esas horas de la noche, Hermione iba hacia su casa, se dirigía a un punto dónde poder desaparecer, recién había salido de la casa de Alex porque había ido a ver cómo estaba su hermanito menor, quizo hacer una caminata de al menos una hora desde la misma calle de la universidad hasta el barrio de él y de regreso, pasar a visitar a su madre, sin embargo aún estaba lejos.

Tenía tiempo porque Snape, su eterno vigilante, no la esperaba, entonces se abrió paso cerca del barrio de Alex, unas veinte cuadras hacia arriba sobre una avenida principal mientras pensaba en tantas cosas acerca de Snape.

Sin estar tan cansada empezaba a arrepentirse de caminar tanto sola porque era uno de esos días en que la inquietaba un mal presentimiento, esa cosa mala como un sexto sentido que nunca en toda su vida, le había fallado.

Al llegar a un cruce y voltear a su izquierda para entrar a cualquier pasaje oscuro y desaparecer, tuvo la impresión de haber visto a Snape y se extrañó tremendamente. No insistió a que fuera él pero la curiosidad la llevó a seguirlo aún si estaba muy lejos, por lo menos a setenta metros.

Debía tener cuidado, que la viera podría crear un conflicto y más si él cumplía un encargo de la universidad.

***

Snape siguió a la mujer, para eso subió a un taxi local y ordenó al chofer seguir a esa señora de abrigo largo.

Al avanzar reconocía las calles pero no le tomaba mucha importancia, estaba como a unas once cuadras de la casa del amigo de Hermione, lo sabía bien porque lo había seguido la vez que pensó la joven salía con él a escondidas, y porque el número de la calle donde el taxi avanzaba marcaba catorce y el niño bonito de cabellos castaños que lo había besado, vivía en la cuadra dos.

Al llegar como al número diecisiete, el taxi volteó a la derecha, el chofer le avisó que el otro auto se había detenido.

—Son cuarenta y tres euros, señor.

Snape frunció el ceño, confundido.

—¿Euros?

—Sí señor, si no tiene euros puede pagarme con dólares si es extranjero, serían sesenta y seis dólares.

—¡Por Merlín, esto es inaudito! ¿Por qué cambian de moneda a cada instante? Yo sólo tengo libras esterlinas o monedas de oro ¿Qué prefiere?

El taxista vio un billete realmente grande y un grupo de cuatro monedas de oro en la otra pálida mano del mago.

—A ver déjeme hacer una llamada.

Snape veía a través de la ventana derecha el otro taxi, y luego al conductor, desesperado, se daba cuenta que la mujer no bajaba y seguro se esperaba que no parecieran moros en la costa.

—¡Apúrese o mando a que un ogro se lo coma! —alzó la voz.

El taxista sonrió como si el hombre hubiera soltado una buena broma.
Tomó el teléfono que estaba pegado a su taxi detrás de la palanca de cambios, bueno, su radio, y llamó a la central para ver si podía aceptar una moneda de oro o las libras esterlinas.

—Germain ¿Cuánto vale una moneda de oro?

—Esas cosas ya no se usan, si alguien quiere pagarte con una fíjate en el año que se acuñó, si es antes de mil ochocientos cincuenta y cuatro, te debe valer como diez mil euros, pero esas monedas ¿Cómo las podría tener cualquier inglés?

El taxista dudó, vio al mago de pies a cabeza, se veía bastante anticuado, de esos locos estacionados en costumbres o reuniones conmomorativas de época, aquello, le hizo entrar el bicho de la curiosidad. Pensaba: Estamos cerca de mi casa, el camino ha sido largo pero de todas maneras vendría para acá, así que puedo arriesgarme.

Snape lo miraba cada vez más enojado.

—¿Va a querer las monedas sí o no? —desafió con la mirada, empezando a estar poseído por el mismo Voldemort.

—Sí sí, está bien —el taxista extendió la mano izquierda y el mago le entregó todas las monedas que tenía, provocando que el conductor abra los ojos —Señor pero esto es demasiado —miró detrás de una y el año de acuñada era de mil trecientos veinte y tragó saliva.

—Pues estntonces deme mis monedas —se enojó porque la mujer se había bajado en ese instante y empezaba a caminar hacia el cruce de la derecha —¿Cómo diablos hago para salir de esta apestosa lata de atún? —gritó desesperado.

El taxista se asustó más, parecía que el hombre iba a explotar de lo rojo que empezaba a ponerse por jalar la palanca de la puerta e intentar abrir sin tener éxito.

—Tiene un truco, intente jalar con fuerza —señaló el taxista.

Snape jaló con fuerza pero no consiguió nada más que romper la palanca y cortarse la mano.

Enfurecido le lanzó las libras esterlinas y las monedas al suelo.

—Es suficiente, me largo de aquí —sacó su varita y salió por la ventana como humo en presencia de ese par de ojos incrédulos.

Con la boca abierta, el taxista al ver al hombre que segundo antes estaba dentro de su auto, se dijo en la mente:

Ese sí que es un buen truco.

Snape se bajó justo en la esquina y empezó a caminar rápido hasta encontrar a la mujer y ver que se transformó, su cabello se hizo castaño oscuro, liso y sus ropas más ligeras, un vestido largo y casual y un abrigo azul claro la hicieron verse un poco más joven.

Ella está usando magia, sus sospechas eran mayores.

—Narcissa ¿Dónde está él? Voy a comprobarlo aunque te niegues —Snape le hizo saber de mala gana que estaba justo detrás de ella.

La mujer giró asustada para verlo y le dejó ver una barriga de al menos nueve meses.

—¿Por qué me has seguido? —se puso nerviosa.

—Dime ahora ¿Dónde está él?

—Él no está, fue hacer unas compras rápidas al mini súper después de terminar el trabajo en su consultorio.

—Estás desquiciada ¿No había un lugar más cercano de la casa de la madre de mi novia, para vivir?

—Está lejos, es imposible que nos encuentre aquí. Severus por favor ya déjame en paz.

—No puedo creer lo que me dijiste, mujer, lo imposible es que estés embarazada…

—Lo estoy, estoy embarazada —lo interrumpió con fuerza— y falta poco para que lo vea, que veamos al bebé, será un varón. ¡Por favor te pido que te alejes, déjame en paz! —empezó a llorar de forma silenciosa, angustiada.

El momento era patético para Snape
Hasta que un par de segundos después, un mareo debilitó a esa odiosa mujer.

Snape se dio cuenta y reaccionó rápido, la sujetó e hizo que se siente en el suelo, la tomó del rostro y la miró directo a los ojos para saber qué podría estar pasando en su organismo. Era una baja de presión violenta, lo veía en las venas de sus ojos oscuros, por su puesto se daba cuenta que podía ser el embarazo, así que bajó la voz, suave y mesurado para decir, intentar llegar a un acuerdo.

—Pensé que querías hacerme daño, que todo era un invento, una especie de venganza. Dime ¿Por qué lo has hecho?

La mujer sólo derramaba lágrimas.

—No, yo, de verdad me enamoré, de verdad me enamoré, Severus, no pensé hacerlo así de un día a otro, encontrar a una persona tan única y especial. Aún no puedo creerlo —lloraba, casi no podía hablar, su tono era apagado y ahogado.

—Está bien, está bien voy a dejarte en paz por ahora, esperaré que el niño nazca y luego iré a visitarlos, sabes que no me quedaré tranquilo y deberé comprobarlo con mi magia.

La mujer asintió despacio mientras se secaba las lágrimas y él la levantó del suelo con cuidado, hizo que ella le pase un brazo por la cintura y así, intentar ayudarla a entrar a su casa.

***

Hermione siguió al mayor hasta estar lo suficientemente cerca para notar que seguía a alguien. Algo en su estómago se revolvió con violencia obligándole a agacharse detrás de un arbusto sin darse cuenta que seguía a una mujer y que está había usado su magia para cambiar de aspecto.

Hizo un hechizo dirigido e intentó escuchar con atención cuando vio que se trataba de una mujer, estaba frene a una mujer joven y embarazada, era de noche y no se distinguía bien.

👂
—Estás desquiciada ¿No había un lugar más cercano de la casa de la madre de mi novia, para vivir?
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Hermione quiso anular el hechizo pero un nerviosismo repentino la alertó, subió a ver de nuevo y esa mujer se veía claramente asustada ¿Quién era esa mujer?

👂
—Está lejos, es imposible que nos encuentre aquí. Severus por favor ya déjame en paz.

—No puedo creer lo que me dijiste, mujer, lo imposible es que estés embarazada…

—Lo estoy, estoy embarazada —lo interrumpió con fuerza— y falta poco para que lo vea, que veamos al bebé, será un varón. ¡Por favor te pido que te alejes, déjame en paz!…
👂

La estudiante empezaba a respirar más rápido, temerosa, pensando mal en primera instancia.

Intentó relajarse y escuchar hasta el final.

Después de unos cinco minutos en total, vio que el mago, levantó del suelo a la mujer y le ayudó a caminar.

Ella decidió desaparecer e irse lo más rápido que pudo a su casa, aunque eso le hiciera agitarse aún más.

Un ataque de pánico la invadió pero se agarró del filo de su ropero bajo, y con movimientos lentos se dejó caer sobre la cómoda cama.

No, esto no puede ser, debes de pensar en las posibilidades, Hermione, analiza aquella conversación. Él le pide explicaciones, quizá es una ex novia o una aventura, ella está embarazada y es claro que él no lo sabía hasta hoy, ella se lo escondió. ¡Santo Merlín! ¿Por qué me duele esto?

La estudiante se explicaba en la mente, intentaba estar tranquila y ser madura ante esa noticia.

Entonces, todo debe haber ocurrido antes de tu relación, Severus no es capaz de hacerte algo así, de jugar contigo, de estar con otra al mismo tiempo, es imposible, ha estado contigo todo el tiempo desde el principio, se ha enamorado de ti, existe una explicación ¡No hay razón para alterarse!

Respiró profundo unas dos veces, el aire regresaba poco a poco y sus latidos se tranquilizaban, el olor a su alrededor era espeso, amargo, sus manos temblaban, quería llorar.

A la vez ella pensaba en el estado de esa mujer, a punto de dar a luz y esa desesperación en la voz del mago para decirle que tenía que comprobar algo, estaba claro que se refería a comprobar la paternidad.

Hermione empezó a llorar.

Algo sabía, algo debía saber, no me lo hubiera escondido, sino, no me hubiera mentido, insistir en que no fuera con él, el decir que se quedaría a dormir en otro lugar ¿Por qué? ¿Por qué me has mentido, Severus?

La tristeza pasó a ser enojo y por todos los ruidos de su alrededor, que era la nada gritando entre grillos y su corazón triste derritieéndose dentro de su pecho por la decepción, a pesar de todo, se tranquilizó.

Él te lo dirá pronto, tiene que hacerlo. Cuando venga compórtate y calla. Espera paciente.

Unos minutos después encendió la radio y se metió a dar una ducha larga, tenía toda la casa para ella sola, esa donde Snape le había prometido estar juntos y ser felices a pesar de que para ella era precipitado.

La privacidad le llevó incluso a cantar, cantar como cuando en vacaciones de verano se olvidaba que tenía magia y pintaba algunas cosas sobre las hojas de sus cuadernos de apuntes, esta vez pintaba con su varita, sobre su cabeza, pintaba sobre burbujas de jabón.

Se durmió y cerca de las cinco de la mañana, Snape la despertó con un beso en su mejilla, sobre la cama.

—Preciosa cómo estás, te extrañé —su grave voz conquistadora ya no sonó tan interesante, no porque él no sonara así, sino que la idea de que haya estado con otra le cegaba y la dejaba sorda, la grave voz del mago le hizo abrir los ojos y voltear a verlo de frente al rodar en la cama a su izquierda.

—Hola, pensé que vendrías en la mañana.

—Me tomó menos tiempo, al terminar el encargo regresé a la universidad y estuve en el apartamento avanzando unas cosas.

Hermione ya no creía tanto pero intentó pensar que sí, que sí podía haber hecho tiempo allí.

—Bien, intenta descansar un poco —sugirió ella, suave, le dio una carica en el rostro.

Snape desencajó la mandíbula y entre cerró los ojos viéndola intensamente los labios.

—¿Tú quieres dormir? —soltó con fuerte seducción acariciando el vientre de ella.

—Yo sí —soltó rápido y le dio la espalda con la misma sonrisa tranquila en la que había sostenido esa conversación, después de un milisegundo esa sonrisa, cuando le dio la espalda al hombre, se transformó en un serio rostro con los ojos cerrados.

Snape, sintió que era la primera vez  rechazado y quizá no a propósito, ella debía estar cansada y con sueño sueño.

Se quitó toda la ropa se dio una ducha rápida y acompañó el cuerpo tibio de su novia debajo de las frazadas.

—Te amo —soltó él en susurro y añadió —yo te cuidaré, lo juro.

Hermione escuchó eso, claro que lo escuchó, se giró a él y lo abrazó.

Ahí acomodada en su pecho sin decir nada, se quedó dormida, otra vez.


———————-

¿Cómo están, jovenos y jovenas? Jijiji 🤭

Una simple confusión pasa hasta en este histórico mundo mágico moderno de Merlín.

**

Quería comentarles una curiosidad.

Resulta que estaba en mi cabeza tomar la imagen de Helen McCrory y algunas imágenes de ella contemporáneas, ya saben, buscar describirla a detalle, en su forma muggle de vestir, maquillarse etc etc.

Feliz por eso, de hacer que aparezca este personaje en mi historia, se me ocurrió que tuviera un pequeño homenaje, así como lo leen, pasó por mi cabeza a pesar que en el principio de esta historia era sólo una idea de muchas

Feliz por eso, de hacer que aparezca este personaje en mi historia, se me ocurrió que tuviera un pequeño homenaje, así como lo leen, pasó por mi cabeza a pesar que en el principio de esta historia era sólo una idea de muchas.

Confiezo que no la investigué a fondo ya que mis personajes no se sujetan tanto a la representación cinematográfica sino a la que presenta Rowling en sus libros de HP, entonces al no investigarla no me enteré que estuviera enferma.

Sin tener esa información importante, estaba hasta la mitad de este capítulo cuando salió en todos los medios y grupos de Facebook donde convivo, que ella había fallecido, me refiero a la actriz. 💔 Me cayó un balde de agua fría, la noticia sí me sorprendió, me recordó a cuando por el 2016 me enteraba de qué era un Sevmione y al mismo tiempo escribía los primeros capítulos de “La biblioteca” con Alan Rickman (El actor al que admiro y no se me nota).

Es una desagradable coincidencia, me pasó como con Alan, yo escribiendo de ese actor o investigando acerca de él, recolectando fotos y sin saber… Que el hombre estaba enfermo, peor aún, de un momento a otro me enteré que había fallecido,
Por eso les digo que es una coincidencia desagradable 😢

Ahora sólo queda recordarlos a ambos y estar seguros que ella se debe haber reunido con sus seres queridos y por qué no, pensar que quizá también está conversando ahora con sus amigos o con los que alguna vez actuaron a su lado.

Descansa en paz Helen, te recordaremos.
Descansen en paz, Severus y Narcissa. 🕯

🪔

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