Impulsivo Capítulo XX La Caja De Cristal 🔓🧧

Lista de capítulos

Capítulo 1 ¡Adiós Y Hasta NUNCA, Hogwarts! Capítulo 2 Universidad De Londres 🤔 Capítulo 3 Profesor Tobias Prince 📜 Capítulo 4 Srta. Jean Puckle 🕒🔊😨 Capítulo 5 ¿La Conozco, Srta? 🤔🧐 Capítulo 6 ¿En Qué Lo Puedo Ayudar? 📕👂😱 Capítulo 7 Suspicacias De Un Slytherin 🐍 Capítulo 8 Reunión De Subterráneo ✒️📋📷 Capítulo 9 Cuando Quiera, Granger 🔎 Capítulo 10 Coincidencia Nocturna 🌃 Capítulo 11 No es malo 🌅🌧️ Capítulo 12 Verla Un Instante ❤️🦁 Capítulo 13 Querido Profesor… 👄 Capítulo 14 Querido Profesor Part 2 👄🔞 Capítulo 15 La Madre De La Joven – 1🍋🔉 Capítulo 16 La Madre De La Joven – 2 🧐😕 Capítulo 17 Impulsivo Part 1 🏰 🐍 Capítulo 18 Impulsivo Part 2 🚂🏰👄 Capítulo 19 La Anciana Y El Chocolate👗🔥🛤 Capítulo 20 La Caja De Cristal 🔓🧧 Capítulo 21 Piedras Y Cielo Nocturno ◾🔥🌃 Capítulo 22 LA BENDITA RADIO 📻 ⌚ Capítulo 23 EL BENDITO TELÉFONO – ☎️📞 Capítulo 24 ¡SUMERGIR LOS CELOS! Capítulo 25 CASA DE CAMPO Capítulo 26 El POCIONISTA SABE LO QUE HACE 🔥 Capítulo 27 ABUELO ESTIRADO 🤨 Capítulo 28 PARTE DE LA SORPRESA 🦁 Capítulo 29 MALFOYLONG 🧐🖋️📜🔥 Capítulo 30 Narcissa Está Embarazada 🤨🌋⚡� Capítulo 31 Te Voy A Degollar 🧠� Capítulo 32 Alex, Hermione, Scamander, Y Severus 🔥 🔥 💼 Capítulo 33 ¿Dónde Estás, Malfoy? 🤫🤺 Capítulo 34 Narcissa Black – Snape En Taxi 🚖� Capítulo 35 Super Mercado Muggle 🦁🐾💊 Capítulo 36 Flashes Del Pasado 😬 📸 Capítulo 37 Scamander Y Baile Del Torneo 🏰 Capítulo 38 La Familia Es Valiosa 🏰 � Capítulo 39 Confrontación, Éxito Y Accidente 🔪� Capítulo 40 Doble Problema Y Segunda Oportunidad 📖 🧠 Capítulo 41 Te Quiero 🟩🔺� Capítulo 42 Consultorio de terror 🔎 🐍 👶

-Ven, jovencita.

-¿Por qué no me dejas dormir? Siempre me despiertas tan temprano, Severus. De verdad empiezas a caerme mal.

-No seas perezosa, en la mañana a primera hora todo lo que haces te sale bien.

-Tú lo dices porque nunca dormías y ya te has acostumbrado a descansar en dos horas… A ver dime ¿Qué hora es?

-Es tarde, cerca de las seis de la mañana.- El hombre parecía estar hablando en serio.

-¡No, no hay manera de que me obligues a ponerme de pie!- Se tapó hasta la cabeza con las sábanas, estaban en la cama del mago.

-Tienes que hacerme un té y algo para desayunar.

-Jajajaja no, hazlo tú, yo soy la invitada, si estuvieras en mi casa estarías muy bien atendido y te dejaría dormir hasta la hora que quieras.

-Hermosa, tu razón es tan interesante y bueno, imagínate que eres mi esposa y vivimos en la misma casa.- Hizo una sonrisa de lado. -La próxima vez que durmamos juntos será en tu dormitorio.

-Entonces el que despierte primero atiende al otro. Digo, si fuéramos esposos. Vale, la próxima dormimos en mi habitación.

-Mhh se que estás bromeando.- Dijo el mago que era completamente capaz de servirse él sólo, pero la probaba con esa propuesta, porque él sabía que a veces se conocía las costumbres del otro en conversaciones rápidas como esa.

Quedó sorprendido, por lo práctica que era esa niña y además por la madurez que se intensificaba porque no expuso incomodidad al saber que él pensó en la posibilidad de que ella, esa estudiante de universidad, sea su esposa.

La idea no le molestó y además respondió rápido, quizá porque ya se le había pasado por esa cabeza castaña.

-No te escucho, tengo sueño. Déjame dormir media hora más, te haré el amor, te haré algo de comer y te ayudo en lo que quieras.

-¿Qué pedirás a cambio? Voy agarrando la medida de tu persona, Srta.- Acusó.

-Já, no se vale que me estudies… Pero sí, si te hago el desayuno te pediré que me hagas la tarea de la universidad.

Snape levantó una ceja.

-Mmm puede ser…- Puso su gran mano en la pierna de la joven. -Tengo que decir cambiando un poco de tema.- Se apoyó levemente en la cama. -Me gustó leer contigo hasta altas horas de la madrugada, eres una buena compañera de estudios.- Dijo con grave voz y seriedad Severusniana.

-Y tú eres el mejor compañero de estudios e investigación que he tenido.- Su voz arrastraba sueño irresistible y lentitud.

Él se quedó escuchando atento.

Hermione hizo silencio dejándose llevar por el intenso sueño, se habían acostado cerca de las tres de la mañana y él le obligaba a conversar tan temprano ¿Cómo era posible que no estuviera cansado?

Snape notó su sueño pesado y de pronto sus demonios lo apoderaron, se antojó de su inocencia, recordando el vestido que tenía puesto antes de acostarse a dormir.
Se llenó de ganas de ella, ahora que estaban juntos era fascinante encontrar el momento perfecto para tenerla y ese instante donde ella estaba dormida era simplemente perfecto.

Se metió debajo de las sábanas acariciando su piel y besando todo su cuerpo de camino hacia sus muslos delicados y suaves. La giró con cuidado para que quede boca abajo como un angelito aterrizado sobre nubes blancas, dormida. Su cuerpo le provocaba una enorme tentación de intromisión suave y delicada, así estaba tentado y quería quitarse las ganas.

Puso sus rodillas para apoyarse a cada lado de la cintura de esa muñequita inocente, se sostuvo con la mano izquierda sobre la cama sin tocarle la piel de la espalda, se inclinó para bajar y besar su rostro recostado al lado derecho sobre una blanca almohada. Sus manos pocionistas al encontrar el equilibrio con sus rodillas, se pasearon hacia abajo tiernamente tocando superficialmente como para no romperla pero al mismo tiempo dejando una sensación profunda en el tacto, intenso y preciso, quería encenderla aunque no estuviera inconsciente. Sabía que podía usar magia pero si lo hacía no iba a ser divertido.

-Eres tan hermosa cuando duermes.- Susurró sobre su cuello pero ella no lo escuchó.
Estaba desnudo, una parte masculina de su cuerpo al descubierto se irguió de forma precipitada anhelando más esa tibieza y conexión íntima.

Acercó sus caderas y con magia colocó dos almohadas debajo de esa pelvis perfecta que tanto adoraba, dándole un mejor acceso hermoso y antojable.

Su erguida masculinidad, el extremo suave se paseó por esa aterciopelada piel rojiza que por la caricia guiada de su blanca mano empezó a humedecerse lentamente mientras presionaba y jugaba en el borde para ingresar.

Snape no podía creerlo, de verdad esa jovencita estaba dormida.

Con un hechizo simple aceleró el acceso en ella con más humedad y fue ahí que pudo con mucha dificultad y cuidado deslizarse hasta lo más cálido, apretado y profundo de ella, cuando lo hizo no pudo evitar gemir.

Entró y salió sosteniendo en el rostro un gesto culposo pero enloquecido, la niña le encantaba y el sentimiento por ella incrementaba su placer como nunca antes con otra mujer.

Despacio y cuidadoso separó sus rodillas para bajar más cerca a ella pero no pudo evitar aplastarla un poquito y emocionarse al sentir tan bien de tenerla sin que ella se de cuenta. Sí, era un desgraciado aprovechado y pervertido, eso definitivamente estaba mal, pero como nunca lo había hecho era una imprudencia estupenda.

Jadeó al no aguantar la exaltación, la sensación era intensamente deliciosa, sus cintura era una obra de arte y esos pequeños quejidos que empezaban a despertarla y subieron de volumen lo tentaron a perderse en el experimento.

-Ahh qué estás haciendo.- Gimió despertando de golpe y sobresaltada, Snape se estaba aprovechando se ella.

La joven reaccionó rápido usando su varita, lo ató de manos y pies para que no se mueva y lo llevó a la pared mientras lo veía con el rostro muy sonrojado, la fuerza salió de su magia.

Snape estaba amordazado, su cabello lacio suelto como cortinas en su rostro y acorralado con la espalda contra la pared, se había dejado hacer.

(Cuánto había cambiado el profesor, aunque la verdad era que le daba curiosidad dejarle a la chica defenderse, se había pasado, lo aceptaba ¡Y qué pasada!😈)

-¡Eres un bandido maloso!- Dijo con queja frunciendo el ceño tapando su cuerpo como podía.

Él se quería reír pero se aguantó.

La Joven entró a la ducha, salió y él seguía ahí sin poder hablar.

-¡Shhhultuhhmu!- Intentó decir el mago, era divertido el castigo pero ya quería salir de la pared.

Hermione sonrió admirando a su hermoso novio mayor desnudo, con la varita le quitó la cuerda que estaba sobre su boca evitando que hablase y coqueteó con la mirada al posarse sobre la mirada oscura.

-Dime, Severus.- Su voz era tranquila con un tono leve de inocencia y niña buena.

El hombre intentó ser un caballero y pensó mucho qué decir.

-Dije que me sueltes, que te pido disculpas por mi impertinencia y abuso de posesión.- Al poder hablar se soltó así mismo por un hechizo al atraer su varita en una de sus manos amarradas.

La joven Sonrió, lo vió erguirse exponiendo su altura y fuerza.

-Eres tan lindo, Snape.- Rodó los ojos.

Hermione salió hasta el corredor con el cabello alborotado y aún un poco húmedo. Llevaba encima una playera blanca y larga que llegaba hasta sus muslos, sin ropa interior, no tenía calcetas ni zapatos.

Ahí empezó a preparar el desayuno al estilo muggle como había aprendido de su madre.

El mago al estar libre se fue a la ducha y salió por el corredor a la cocina con sólo la ropa interior gris, ahí se hizo detrás de ella abrazándola por la cintura y apretándola contra él para besarle el cuello y dejarle pequeñas huellas húmedas de jefe de Slytherin. Ya llevaba el cabello nuevamente recogido.

-Gracias, Hermosa. Si sigues así me vas a malacostumbrar a verte conmigo en las mañanas.

-Yo lo hago con gusto.- Dijo animada.

La apretó más y le habló al oído en susurro.

-Si me vuelves a amordazar voy a tener que darte una tarea difícil y además haré que se utilice una nueva corrección en la escuela profesional llamada “Detención”- Snape sabía que la joven conocía esos tipos de castigos. -Pero…- La tomó de cada hombro dando caricias a lo largo de cada brazo descubierto exactamente detrás de ella, aspirando su aroma y perfume de niña. -Si me vuelves a dejar con ganas…- Ahondó en un seseo grave y lento que la hizo tener escalofrío. -Voy a tener que abusar de ti endemoniadamente como un mortífago.- Respiró profundo en el oído de la inocente a propósito dándole mil sensaciones y temor, sí, horror, temor y por alguna extraña razón un pinchazo de estímulo oscuro.

-Jajaja basta oye no seas así.- La sonrojó hasta las sienes, no creyó que el mago se atreviera. -No, no eres así.- Los nervios la atacaron. Él la miró con un rostro malicioso que Hermione jamás había visto antes ni en el mismo Voldemort.

-Entonces deja de ser tan irrespetuosa conmigo

-Entonces deja de ser tan irrespetuosa conmigo.- Besó el hombro de Hermione, el lado expuesto por el cuello de este, estirado por el uso como pijama.

La pareja se llevaba cada vez mejor tanto que su forma de portarse al natural empezaba a gustarle al otro.

***

Al llegar la noche después de las clase Hermione se había dado cuenta que llevaba varios días de no dormir en casa, sólo entraba y salía, saludaba y no volvía.

Su madre no la criticaba, sabía la clase de relación que tenía con el mago, sin embargo sí le preocupaba que no se le tomara en serio.

La joven había ido por un poco de leche con chocolate en el café de la escuela había estado en la biblioteca con unos temas estudiantiles ajenos al curso de Severus, reunida con unos compañeros del mismo grado para resolver tareas grupales simples. Sus nuevos amigos casualmente eran de Hogwarts, uno se llamaba Luis y el otro Octavio.

La cafetería y las mesas de estos locales a veces se volvían centros de trabajo informal pero no era tan malo, los cursos que sumaban créditos para la carrera eran fáciles y se podían permitir los estudiantes tratamientos sociales.

Al salir observó todo el campo verde oscuro escondido por la penumbra a la espalda del edificio principal y un animalito que conocía bien brincando por todo el lugar en agua que no existía. Era una nutria, nutria con colores azules fosforescentes liberado por un patronus que no había pronunciado ella.

Sonreía al ver que al final del gran campo que atravesó a propósito un mago dirigió su mensaje, la esperaba con las manos en la espalda viendo su andar atento. Era un pocionista alto, delgado y recientemente esbelto. Se veía tan galante, serio, misterioso, con un rostro interesante distinto. Hermione trajo a la mente recuerdos de los patios en la escuela cuando los vigilaban en los descansos o fines de semanas. Snape le encantaba, era hermoso, lo que el mayor le mostraba la enloquecía de gusto, se estaba enamorando de él sin duda.

Al estar a unos metros mientras que él seguía sus pasos atento, desvió su paso juvenil a propósito y empezó a caminar hacia la derecha como buscando el camino de piedra. No pudo evitar dejar escapar una sonrisa tímida.

-¡Ey tú, jovencita ¿Dónde vas, dónde vas?!- Repitió su pregunta.

Hermione reía suavemente mientras lo escuchaba sin parar de caminar.

-Sí, tú, la jovencita que se burla de mí.

El tono del mago le hacía sentir tan bien, tan cómoda aunque inevitablemente nerviosa, un mundo vacío y lleno en el estómago revoloteando por seres de alas inexistentes.

-Venga aquí, ven, ven.

Hermione volteó a verlo y este sonrió por verla feliz, traviesa y sonriente.

El mayor se acercó hasta alcanzarla dando unos pasos largos, rodeó con su brazo derecho la cintura grácil de la estudiante, de inmediato la jaló a él y la besó en la coronilla.

-No te me escapes.- Apretó las palabras entre dientes y hundió dos dedos en su costado con ligera presión para ocasionar cosquillas sin dejar de usar su gruesa voz. -¡Qué hermosa estás!- La tomó de la cintura girando completamente a la izquierda para sujetarla y con leve fuerza alzarla del suelo y ponerla sobre la banca del camino, una banca de piedra. Hizo que ella quede un poco más alta que él.

La joven no paraba de sonreír perdiéndose en esa mirada fuerte y brillante.

Snape no cabía en sí mismo por lo que sentía, ella se estaba convirtiendo en su vida, su aire, sus ganas de hacer los que sea cuando sea.
Le tomó los frágiles brazos, cada uno de ellos y con un pase rápido de sus grandes manos se los subió hacia él, hizo que lo abrace por el cuello, que estuvieran más cerca. Se pegó a ella sin dejar espacio alguno y la abrazó por la cintura con ambas extremidades acomodando su tierno cuerpo en su pecho, casi podía rodearla con cada uno de sus brazos.

-Tienes una cintura hermosa, tan delicada, me provoca apretujarte así de fuerte.- Apretó un poco. -Pero luego se me quitan las ganas al imaginar que quizá puedas morir con las costillas rotas y pulverizadas.

Hermione rió viendo aquellos ojos negros aún más brillantes por el cielo nocturno con estrellas.

El mago a veces era tan ocurrente y lo más impresionante era que no perdía el semblante serio de su rostro aunque ahora ella lo veía más lindo e interesante.

-¿Por qué tanto silencio?- Preguntó el mayor soltando con una de sus manos su cintura y acariciando el rostro de la estudiante con la parte posterior de sus dedos índice y medio.

Ella sonrió más y se emocionó.

-Ey… ¿Qué sucede, muñeca?- Suavizó la voz aunque seguía siendo grave.

-Soy feliz.- Al fin dijo ella viendo los ojos del mago con atención, el movimiento de sus facciones rectas.

La apretó y abrazó más fuerte.

-Que seas feliz me hace feliz, pequeño amor.- Su voz masculina se hizo un secreto suave.

-¿Soy un amor pequeño?- Puso puchero fingiendo tristeza alejándose del rostro de él.

-No.- Alzó ambas cejas. -Eres mí amor.- Explicó a lo que se refería. -Pero también eres tan pequeñita y delicada como esa muñequita de dulce que puedes comprar en san Valentine en el callejón Diagon.- Hizo la seña con sus dedos. Esa que puedes comer de un sólo bocado y se llama “Pequeño Amor”. Aunque nunca lo he probado creo que tú tienes mejor sabor.

-Ahh sí la he visto en la tienda de chocolate.- Abrió la boca sorprendida. Y luego mordió sus labios -No puedo creer que seas tú quien haya dicho eso jijiji.- Tapó su boca, lo que escuchó le causó ternura, el mago la veía pequeña como un dulce de chocolate.

-Tampoco lo creo, jovencita.- La alzó por la cintura y la dejó en el suelo de nuevo.- Su rostro cambió de pronto y se puso serio delante de ella haciendo que retroceda. -Pero de algo sí estoy completamente seguro.- Su voz salió en susurro tenía los labios levemente separados.

-¿De qué?- Puso las manos en el pecho del mago.

-Que te amo.- Pronunció lento. -Y ya no puedo estar sin ti.

La joven se sintió tan nerviosa y emocionada al escucharlo.

-Hemos estado un par de semanas juntos.- Dijo sorprendida.

-¿Y qué? ¿Tú no me amas?- Frunció el ceño con una sonrisa extraña.

-Con todas mis fuerzas.- Respondió sin pensar. -Has hecho que olvide qué pasaba antes de ti, antes de la universidad. Ya no recuerdo si estaba sola.

El mayor cerró los ojos, era lo mismo que iba a decir. La abrazó fuerte olvidando su tierno y frágil cuerpo de hermosa jovencita.

-Ouchh mis costillas.- Dijo la joven nuevamente para molestarlo. Le respondió el abrazo con sus bracitos delgados apretándolo con fuerza por el torso como él lo hacía con ella.

-Jajaja te amo.- Gruñó Snape apretando esas tres simples palabras. -Vamos, quiero mostrarte algo.

Hermione lo tomó de la mano y lo siguió.

-Has cambiado, bueno es que no sé cómo hayas sido con otras mujeres, me refiero a que no sabía que fueras así de cariñoso como lo eres conmigo.- La voz de la joven era calma, curiosa mientras daba pasos a su lado.

-Con ninguna mujer he sido como soy contigo y no hablaré más de mi pasado sólo diré que ahora estoy… Mmm, que tú eres la primera mujer a la que pido estar conmigo.

-No lo imaginaba así.- Susurró.

-¿Entonces soy cariñoso? Lo dices como si te molestara. ¡Estoy grave!- Se lamentó.

-Ay no, no seas odioso ¿Cómo va a molestarme?

-Hago el intento de agradarte.- Siguió con pasos seguros y sin mirarla. -También he visto que haces o te quedas callada para ser de mi agrado pero no tienes que callar al contrario, es difícil saber lo que está en la mente de una mujer y más si esta es bruja oclumante, no me hagas pensar más.- Se detuvo y la besó en la coronilla nuevamente. -Si quieres decir algo dime. Mi impresión personal es que está funcionando.

-Lo haré.- Sonrió traviesa y él frunció el ceño preocupado. -Sí, también pienso que funciona muy bien.

-¿Por qué te ríes?- Se extrañó y criticó. -Es obvio, tu conciencia te delata.

-De nada, Sly, soy feliz.- Rodó los ojos.

-Hermioneeee.- Su voz le exigió que revelara lo que escondía.

-¿Qué, profesor?

-Mmm, te observo de cerca.- La obligó.

-Que tú y yo funciona muy bien.

***

Al llegar al subterráneo fueron al último sótano donde estaban los artefactos hechizados encerrados en urnas de cristal, eran diversos objetos malditos. Entre ellos estaba uno de los más peligrosos el cual parecía ser indefenso. Este objeto era el que Snape había elegido para el trabajo de investigación mixta, pociones y defensa contra las artes oscuras.

-Es un listón de cabello.- Dijo sorprendida.

-Así es.- Snape le dio el respeto merecido al objeto. -Le pertenecía a una niña Obscurial con un Obscurus poderoso provocado por su familia materna dos siglos atrás, este es el caso más aislado de Inglaterra. El objeto fue entregado con cuidado por el señor Newt Scamander, un experto magizoologista en 1925 cuando tenía tan sólo veintiocho años de edad y trabajaba en otro caso similar de la misma familia.- El pocionista se puso serio y miró el leve brillante color carmín de un extremo de la tela de seda. -Este objeto causó estragos el primer año que pisó esta universidad. No sólo puede alterar la magia, quitarla, sino que atrapa todas las emociones de quien la toque, la hace una persona fría y sombría.
La historia de familia de esta pequeña bruja elevaba culto a un espíritu maligno poderoso que según condenaba a las personas mágicas a morir en un horno de fuego violento. Su enseñanza pudo haber iniciado la primera restricción hacia los muggles para vivir entre los magos o enterarse de que existimos.

-Sí leí su libro, me refiero al libro del señor Scamander pero no estaba esa historia.

-El ministerio de magia lo prohibió hasta hace veintidos años atrás cuando aún yo era un estudiante, desde entonces se resguarda aquí junto a los demás objetivos.

-De pronto sentí un poquito de miedo.

-No te asustes, mientras no lo saquemos de la caja de cristal no estaremos en riesgo, de todas formas está inmóvil.

-Tengo una pregunta.- Miró al mago.
-¿Pará qué liberar de una maldición a un objeto sin dueño?

-Primero porque es peligroso tener objetos malditos escondidos en el Subterráneo de una universidad, lo mejor sería destruirlos pero para eso primero tendríamos que destruir la magia oscura que está sobre ellos lo que es difícil si ignoras quién lo hizo o por qué, segundo, la idea del proyecto de investigación es crear una poción en la cual podamos sumergir el objeto y este sea liberado con el baño. Si funciona, podría existir por primera vez en el mundo mágico, una piscina llena de esta poción donde podríamos sumergir a un individuo esclavo o enfermo por cualquier efecto que lo ate. Todos los objetos que ves aquí tienen una maldición tan poderosa que lo único que se pudo hacer fue encapsular la magia en una caja de cristal.

-Hermione admiraba la forma y seriedad en que él exponía su intelectualidad, era como admirar un gran árbol robusto, con ramas fuertes lleno de hojas verdes delineado por la corteza gruesa del tiempo, era como ver el mar y la bravesa de este al anochecer, las diminutas corrientes asomándose en la superficie, el agua con el reflejo del cielo azul nocturno, olas pequeñas en la orilla, grave reventar contra las peñas pero en el fondo mientras más ingresas y pasas la orilla, empieza a ser tan impresionante, misterioso, lleno de otras mavarillas.

Puso atención a sus palabras sí pero también a él, Snape le estaba dejando entrar en aguas de orilla, las tranquilas, avanzar hasta las olas que rompen ¿Qué pasaría con el tiempo, ahí donde el viento mueve el agua, ahí donde se forman las tormentas, ahí en aguas oscuras?

Ella estaba alerta y concentrada, ahora que empezarían el proyecto le darían una oportunidad a los magos que estaban atados a una maldición por objetos hechizados con vibras negras, el mago tenía razón, era un gran avance, además más de la mitad de personas con un objeto encima de artes oscuras moría al momento de separarse de este.

***

Los grandes laboratorios en la universidad no estaban preparados para algo así, una gran piscina con el fondo de un caldero gigante en su interior y la estructura externa como un cuadrado perfecto fue mandado a construir.

Se necesitaron tantos destiladores de agua hechos de raíz de diente de León carnívoro, líquido de grosellas, frutos rojos y uva borgoña de la más oscura, varias combinaciones de díctamo, dos antídotos azules de savia negra y aceite de nelumbo. Además tres hechizos “Celeancore, nullatramento y vitrum.” los tres cada uno con una función única que por separado entraría hasta el núcleo, tomaría el rastro principal de maldición y lo puliría hasta quedar completamente transparente, al estar liberado y limpio las pociones reforzarían convirtiendo el objeto o el individuo en alguien libre y sin contaminantes, y las heridas que hubiera después serían sanadas en orden de gravedad.

Los jóvenes compañeros de Hermione siguieron las instrucciones para poner sólo los elementos que filtraban. Cada día de la semana se aumentaría una cosa más pero primero se separaría dentro de otros recipientes en cantidades exactas que llenen el caldero.

***

Cuatro horas después.

El pocionista guardaba sus cosas dentro del portafolio cuando de pronto una presencia desagradable lo alertó, él se encontraba en el centro del aula en la parte inferior y el hombre entró desde lo más alto secando sus movimientos, bajando lentamente los escalones con las manos en los bolsillos y una sonrisa maliciosa en la cara.

-Sandler, ¿Por qué no vas a molestar a otro?

-No he hecho nada para que me acuses.

-¿Mandar a tu hijo a que le de amortentia a Hermione, te suena?- No perdía concentración y mirada del escritorio, guardó el último libro en el compartimento externo.

Alzó la mirada girando un poco la cabeza y esta se clavó en los ojos rojos del hombre albino quien se dignó a responder desinteresado.

-Ahh, Marcos… No tengo nada que ver con lo que pueda haber ocasionado a tu novia.

-Por favor Sinclair, somos adultos, ese tipo de trucos los usabas desde tu segundo año en la escuela, eres muy bueno metiendo la poción de amor donde no se debe.

-Es cierto, sin olvidar que un día quise ayudarte con Lily y te negaste.- No perdió la sonrisa burlona.

-¿Quién? No conozco ni recuerdo a alguien que se llame así.- Suspiró por haber superado el mal recuerdo.

-Já, jajaja, ¡¿No conoces?! Ahora no conoce a nadie el niño enamorado desde que llegó un tierno angelito con falda y camisa de escuela secundaria.

-Hogwarts no es ninguna escuela secundaria, es una escuela de magia real para personas y magos reales, el lugar que no aprovechaste.

-Ohhhh ¿Así que estudió en Hogwarts la pequeñita, fuiste su querido profesor de pociones?

Snape se arrepintió de responder, el colega no sabía de dónde era la joven y ahora el pocionista había soltado la sopa sin querer.

-Sí.- Añadió sincero. -Ella fue mi alumna en la escuela…- No terminó de hablar al ser interrumpido.

-Ajá, desde los once años de edad, Mmm ahora entiendo los mimos y cuidados y las censuras de jóvenes que están en la edad de buscar pareja. No creas que soy indiferente, somos adultos como bien dices pero no te metas con mi pequeño porque lamentablemente voy a tener que meterme con tu angelito.- Su voz odiosa y delgada por esa fingida amabilidad molestó más al pocionista.

-Sandler, si tu hijo no se mete con mi novia entonces yo no lo mataré.- Su tono político y calmado comunicó bien el mensaje.

-¿Matarlo… Tanto así? Mmm sí que te gusta esa chiquilla.

-Es una advertencia, lo haré desaparecer y a ti por aplaudir sus porquerías.

-No no no, no te equivoques, no me amenaces profesorcito de quinta, débil bebé enamorado.- Se adelantó un paso más frente al pocionista. -Si tú molestas una vez más a mi bebé te robaré tu investigación y además a tu novia, no para mi hijo sino para mí.- Se tocó el pecho exponiendo el rostro enojado pero antes de salir de la vista de Snape Sonrió y añadió. -No será necesario que expulses a mi hijo del grupo de investigación, ya no quiere ir.

-Me alegra que al menos él sea inteligente.

-Jajajaja, está bien.- Se fue riendo del aula. -Está bien.

Snape estaba enojado, el hombre le quitaba tranquilidad a propósito, lo estaba provocando.

Desapareció y fue a buscarla, la joven no podía estar lejos de él y más conociendo a Sinclair quien fue expulsado en el sexto año de Hogwarts.

No la encontró en la escuela por lo que se apresuró a ir a la casa de su madre para advertirle.

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