Fue a casa
Aunque no para explicarle a Hermione, aún no se lo diría hasta encontrar el momento prudente, de todas formas si todo sonaba increíble, tenía como prueba sus propios recuerdos.
Esa noche durmió con la chica, intranquilo, rodando por aquí y por allá viendo esas imágenes una y otra vez en su mente junto a preguntas que completaban sus dudas, las rompecabezas se unían y le dejaban al fin un camino firme para exponer las verdaderas intenciones de Alex al acercarse a Hermione.
Alex, ese joven que en realidad era una mujer, una joven inmadura que aunque mayor que Granger sufría de déficit de paz y amor quizá por los problemas que tuvo que enfrentar muy joven, aquello le provocaba ser perturbante y ocasionar a veces algunos problemas.
Sin embargo habían preguntas de duda como ¿Por qué esa mujercita se portaba bien con ella?
“Alexandra” se decía el mago en susurro mientras se movía para intentar entrar en sueños profundos y con eso algunas pesadillas de impresión. Y al insistir no podía y no podía, faltaba algo, algo que le dejara saber por qué el chico se había acercado otra vez, Alexandra debía conocerle bien, le debía haber observado esos años pasados en la escuela y debía estar segura que él nunca cambiaría de opinión respecto a seguir con Hermione, eso era imposible.
La veía en sus sueños, estudiaba sus palabras y luego quería huir.
Estaba desnuda delante de él ofreciéndose una y otra y otra vez, sola y otras veces ahí con ella, con Hermione a su lado la cual también estaba desnuda y debajo de sus manos.
¡Merlín, esa joven! ¿Ha estado vagando en Escocia, en el castillo y en Durmstrang sólo para perturbarme?
Algo le hablaba en su orgullo, como esa pregunta: ¿Por qué hay otra mujer interesada en mí? De un momento a otro soy interesante O ¿Alguien más lo estaba provocando? O ¿He de haber cometido un error los años en que fui su mentor?
Conocía a algunos magos que disfrutaban de verse diferente a lo que aparentaban sin embargo una joven mujer era una de las primeras personas que veía aparentar ser un hombre. Lo escuchó de ella, escuchó que en primera instancia fue para poder estudiar en Durmstrang y quizá después fue para tener acceso de inmediato al ministerio.
Al menos se aclaraba el asunto íntimo con Karkarov
Después de todo era obediente, después de todo había sido leal y le había ayudado mucho con Hermione, había cuidado de ella, no le había metido ideas en la cabeza, la mantenía centrada y en sus estudios, en una sana competencia fraternal ¿Valía la pena ayudarla?
Tenía que decirle a Granger cuanto antes, que Alex en realidad era Alexandra y siguía robando la identidad de su primo quien también estudió en Durmstrang
He ahí la razón del por qué los vio idénticos en el baile, el por qué creyó que esa Hermione vestida igual que la chica se besaba con él, con el castaño.
Y el primo,
¿El primo, era posible que él lo sepa? Mh quizá le había hecho un hechizo a él para que no la vea similar, eso por su puesto era posible de realizar, aunque debía admitir que era impresionante, magia avanzada definitivamente obtenida de Durmstrang.
*
Despertó de golpe cerca de las cuatro de la mañana y mandó una carta para contarle algunas cosas a Lucius quien en esos momentos ya había formado una especie de compañerismo de maestro con él, además que el rubio estaba administrando sus boticas en las calles muggles, cerca de donde estaba la clínica donde la madre de Hermione trabajaba. La mujer se había hecho muy cercana a Snape, tanto que a él le encargaba algunas pomadas adormecedoras para sus cirugías dentales, cada fin de semana, o iba por ella en las noches por voluntad propia porque la apreciable señora se preocupaba de él, le mandaba emparedados los sábados que se quedaba en la farmacia ⚕ con Lucius hasta el amanecer trabajando a deshoras.
Habían sido unos meses que no había estado preocupado por esos negocios y ahora que tenía ayuda de Malfoy, presentía que le iría bien.
Hermione entraba a su segundo año de estudios y estaba más cerca a él aunque en la escuela casi era imposible verse porque las horas incrementaron, sin embargo ambos intentaron aunque sea mirarse a los ojos una vez al día, en su ligar favorito, atrás del edificio principal en el campo con sombra donde empezaron a coquetear aquella vez en el primer curso de otoño.
La carta que le envió a Lucius decía:
📜
Malfoy, buen día,
Tú conoces mucha gente en Durmstrang, yo sólo a Karkarov, aunque no sé si informarte algunos detalles necesito hablar contigo en privado, un tema personal que me tiene incómodo e intranquilo.
No es un tema peligroso, eso espero, sin embargo debo guardar sigilo porque involucra a una señorita que se hace pasar por otra persona, una mujer simpática déjame señalas sus detalles.
Pdta: Si me ayudas a averiguar algunas cosas creo que podrías solucionar el problema de soltería que te afecta en estos instantes.
Pdta 2: La mensualidad del tercer local ha sido saldada a tiempo, por favor los recibos pídelos antes de que se cumpla el plazo, a este paso no abriremos otra botica en Londres si seguimos olvidando mantenimiento o pagos. Vuelvo a insistir que no podemos dejarle todo a la madre de Hermione, es mucho abuso de nuestra parte.
Finalmente,
Te veo urgente en el subterráneo, hoy mismo a las seis y media de la tarde.
Pdta 3: Si tuvieras el recipiente de vidrio que te prestó Mónica donde estaba la tarta de chocolate que te invitó. Me lo ha pedido y es vergonzoso que la vea otra vez y no pueda llevárselo.
Gracias.
S. S.
📜
*
Esa misma mañana cerca de las once con quince minutos, Hermione buscaba a Alex para charlar y entrar a la clase que seguía pero con falta de suerte, no lo halló.
Decidió ir sola a su segunda clase de DCAO en la semana, subió a su lugar en el medio del aula y esperó. El muchacho no era capaz de faltar a una clase con Severus, le importaba los estudios aún más que el mago.
Pero al ver a Snape entrar en el aula supo que ya no iba a venir. Alex no llegaría ese día.
Se angustió, con mucha fuerza, porque si el joven había faltado seguro podía ser por su hermano.
Al terminar la clase donde el profesor dictó teoría acerca de los hechizos congelantes, se acercó al escritorio y lo soltó, soltó toda la preocupación que traía en las venas por culpa de su amigo.
-Severus, no ha venido… -no terminó de hablar porque él la interrumpió con el ceño fruncido y los brazos cruzados delante de su levita.
-Eso noto, sabe que si falta a otra clase será expulsado así que más le vale no faltar a la que viene en dos días.
-No, por favor, nunca falta, esta vez debe haber un motivo importante, estoy segura que es por su hermano menor.
-Aún si fuera por su hermano, tiene tú número de teléfono, debe tener pluma y pergamino o dinero suficiente para reemplazar una lechuza en camino. Mi oficina está en la universidad y mi apartado postal es libre para mis alumnos -la voz de Snape se hizo grave al final porque quiso sonar autoritario.
Hermione se enojó porque era muy duro con el chico cuando Alex había sido siempre tan excelente en todo.
-Sé que sonaré molesta pero creo que eres injusto con él. Alex te ha ayudado mucho en los proyectos de Impulsivo, se acopló rápido, estudió semanas sin parar ¿Cómo se te pasa por la cabeza intentar expulsarlo? -Hermione vio ambas pupilas del mago y su ceño extraño.
Snape regresó a sus cosas, las guardó todas con magia y entonces el silencio espeso se rompió, directo y filudo.
-Alex me ha fallado -le dio la espalda a la joven pero volvió a mirarla a los ojos otra vez-, el joven no regresará a la escuela a menos que yo se lo autorice.
-No entiendo, Severus ¿Tú se lo has prohibido? ¿Qué le has hecho, pe pero por qué te metes con él? -Hermione estaba a punto de explotar porque se imaginaba muchas cosas, una lista larga en realidad.
La joven empezaba a cambiar su semblante a uno desafiante, uno que no había visto en ese tiempo desde que la identificó en la universidad.
-Espera, espera, bruja, puedo apostar que lo sigue es una amenaza de tu parte, te conozco bien… -Suspiró y retrocedió un paso porque esa mujercita le daba miedo a pesar que no se había dado oportunidad aún, empezar un enfrentamiento como en las aulas de Hogwarts cuando apenas era una adolescente-. Hermione, esta vez no son presentimiento o suposiciones, esta vez tengo pruebas a cada cosa que diré, así que te pido, por amor a Merlín, que pongas atención y me creas porque sólo te lo diré una vez ¿Vas a poder con eso o quieres que hablemos después? -Snape no perdía seriedad, ella tenía sí o sí que confiar.
Hermione dudó un poco pero luego se rindió.
Hermione quiso decirle muchas cosas pero se aguantó, todas esas palabras que se habían acumulado en su garganta se bajaron a sus intestinos y se convirtieron en temor.
-Pe… Pero ¿Y ahora qué, qué sucede? ¿Alex es malo, ha intentado sabotearte o ha mentido con su gusto por ti? -la chica se dejó caer en la silla más cercana, cabizbaja. Estaba triste porque sabía que podía perderlo, que perdería a su mejor amigo después de escuchar de Snape todo eso.
Snape se acercó a ella y como alguna vez ya lo había hecho, se hincó con una rodilla en el suelo para tomar sus manos e intentar tener sus ojos en los suyos, sus ojos castaños preocupados, llamar su atención.
Su voz grave, explicativa y cuidadosa no quería lastimarla.
-Ah, lo siento -vio el reflejo de su temor en sus ojos y sus labios los cuales por la impotencia empezaron a temblar-, Créeme soy sincero, quisiera que las cosas no hayan sido así, por eso quiero empezar con esto primero; Alex no es un mal estudiante, de hecho es un excelente alumno, no es malo como persona, que yo sepa no recuerdo que me hayas dicho algo alarmante de él y tercero, no ha querido sabotearme respecto a las cosas de la universidad, sin embargo sí quiso meterse en mi relación contigo -explicó lento.
Hermione subió su miraba y se quedó en los ojos negros del brujo.
-¿Ha sido falso conmigo? ¿Después de tantos días y meses? -Hermione se quebró un poco. Snape la veía aún herida y seguro por lo reciente con su padre.
Quería decirle que sí había sido falso, y a la vez que era su amigo, esa era su impresión con todo el tiempo transcurrido, no había visto mala intención, quizá porque el joven se había arrepentido y había optado por seguir con su segunda opción, ser bueno, aprovechar la universidad y las clases de pociones.
-Hermione, primor… Él quizá es tu amigo, pero… En realidad no es Alex, es una jovencita que se ve como un Alex -vio su cejas cambiar de parecer-, Y bueno eso no es lo importante ni lo grave, lo grave es que está interesada en mí desde Hogwarts y al principio cuando te habló, su intención era acercarse a mí y tratar de separarnos. El día que fui a buscar más de él lo encontré en la piscina de la escuela, adentro de ella, le pregunté quién era y no sólo me confirmó esto que digo sino que se mostró como realmente era. Al final de la conversación estaba semidesnudo ante mí… Y bueno… Le dije que le perdonaba el que se alejara de ti en estos días.
Hermione se rompió, sus labios temblaron de nuevo, se sintió estafada y en otra instancia robada.
-Yo empezaba a quererlo…
-Lo sé -dijo Snape intentando hacer más blanda la situación.
-Yo confiaba en él… -sus lágrimas se derramaron por sus mejillas, sintiéndose débil.
-Lo sé, cariño, lo sé…
-Y creí todo lo que me dijo acerca de él.
-Lo sé.
-Y lo de su hermano, quizá también es mentira.. -sollozó despacio.
-Espera, eso no sé si es mentira. Pero por favor no te aflijas, si es tan importante para ti, sabes que ambos podemos arreglarlo. De hecho se me ocurre algo para que todo esto se arregle cuanto antes. Si deseas, tú podrías ayudarme -la voz del mago sonó segura ya pausada como solía ser al hablar.
Hermione viajó hacia las posibilidades y aunque no sabía de qué hablaba el mago, confiaba en él.
-¿Ayudarte con ella, de qué forma o para qué? -la chica estaba curiosa de saber qué diría Snape.
Sus sollozos pararon en un santiamén y no escapó del mago. Snape pensaba que ella tendría otra actitud cundo escuchó que ella se había expuesto desnuda delante de él.
-Tengo una reunión en la tarde, cerca de la noche con Lucius, si deseas ven y te enterarás. Será en el salón de DCAO.
-Ah, sí, en lo que pueda ayudar estará bien… Mh, sí, sí está bien -no tenía ni idea de qué imágenes habían en la mente de Severus, no se le había escapado que su pocionista había sido tentado de esa manera, una mujer desnuda frente a él no era cualquier cosa.
Granger se quedó intranquila.
***
Lucius Malfoy, al finalizar su clase electiva, ordenó sus papeles, los guardó en el cajón de su escritorio y entonces salió hasta el aula de profesores creyendo que su ex compañero de filas lo citaba para algo respecto a los negocios, ahí, se sentó cerca de la ventana para tomar un cigarrillo y encenderlo con magia.
Releyó el papel con una sonrisa de lado al llegar otra vez a la última parte y ver en su cabeza esas imágenes raras, darse cuenta del cómo ahora trataba a la madre de su novia como si fuera la suya. Estaba claro que ese murciélago había cambiado.
Tomaba del filtro de su cigarro y luego expulsaba, tenía un poco de tiempo aún para salir.
Miraba a todos esos profesores mayores sobre las ovaladas mesas de reunión esparcidos por doquier, sus elegantes trajes, sus portes importantes y luego se veía frente al reflejo de un gran armario caoba, viejo, en un cristal negro donde sus ojos claros se veían bien.
Al fin habían desaparecido sus feas ojeras.
No soy un decrépito como los otros, sí es cierto, mi esposa me dejó ¿Ahora qué sigue, Merlín? Nar, ella era mi columna y estaba en todos esos asuntos difíciles. No puedo solo, heme aquí, sin saber a dónde ir ¿Tendría que pasar mis años enseñando en una universidad o aún tengo derecho a vivir?
El hombre seguía con su cigarrillo mientras su mente lo inquietaba.
Puede ser peor, definitivamente, puede haber terminado peor. ¡Ay Lucius, no te des tan duro, es la magnífica universidad de Londres, muchos quisieran estar aquí!
Se acabó casi toda la cajetilla de cigarros y cuando vio el vacío en la caja se dijo por primera vez, valiente.
Nunca más, ya no más.
Al pensar que no llegaría lejos si seguía así y no se refería sólo a su cuerpo sino también a su estado de ánimo.
*
Cuando la hora casi llegaba, se puso sobre sus pies, arregló sus ropas y se fue con pasos lentos hasta el salón donde quedó con Snape.
Al entrar se dio con la sorpresa de que la alumna del brujo estaba ahí, esa alumna favorita de cabellos castaños, esas siluetas, su cuerpo esbelto y femenino, sus labios rojizos. Miraba siempre más de la cuenta desde aquella vez que soñó que veía a Severus con ella en actos pasionales delante de él ¿Por qué soñaba con cosas como esa? Se preguntaba una y otra vez.
Y es que su frescura y juventud antojaba, era imposible no notarlo y peor su forma de ser, era una mujer inteligente, ejemplar y sobresaliente.
¡Ay Merlín, me recuerda tanto a mi ex mujer!
-Señorita Granger -quiso aparecer de forma dramática al hablarle sin perder de vista su perfil, educado aunque parecía levemente falso, se inclinó en una venia profunda y luego se irguió importante.
-Profesor Malfoy, me asustó -la chica hizo una sonrisa forzada-. Buenas tardes, Severus me dijo que vendría.
-Lo sé, igual a mí -se sentía incómodo al estar solo con ella, no sabía qué más decir.
-¿Y cómo le ha ido en los negocios? -ella se refería a las boticas. Después de ese anecdota en el aula de reunión cuando el mayor los vio en asuntos íntimos y luego el mago le quitó el recuerdo, sospechaba que Lucius aún los veía, sobre todo a ella, desnuda y eso le causaba vergüenza.
-Muy bien, las recomendaciones de su madre fueron acertadas, es una mujer inteligente y persuasiva, cada vez asisten más personas a pesar que somos nuevos ahí -hizo un gesto donde mantenía sus manos dentro de los bolsillos de sus pantalones -tenemos buena acogida -su tono se alzó un poco en nervioso entusiasmo.
-Excelente, supongo, es mejor que vaya gente y conozcan esas nuevas alternativas para tratar sus inconvenientes médicos. Es superior en todo, ambos, usted y el profesor Snape, son más efectivos que la industria farmacéutica nacional -lo dijo de verdad.
-Eso no lo dude, señorita… Por cierto, por ahí me contó un pajarito que Severus y tú están próximos a casarse ¿Cuándo será eso, por qué no me envió carta de invitación? -coqueteó un instante.
-Próximos no, pero ya tenemos una fecha, es en seis meses si los exámenes no alteran el ciclo -la chica sonrió y alzó una ceja después de escuchar la queja del mayor-, no se preocupe, a usted le llegará primero la invitación, lo prometo.
-Ah gracias y felicidades -el tono del mayor seguía siendo creído y luego intentó ser desinteresado.
-Hola, lamento tardar -Snape apareció detrás de la chica, la sostuvo de la espalda y con delicadeza se acercó hacia ella para un beso lento y suave. Unos segundos después fue hasta su ex compañero mortífago y le apretó con fuerza la mano.
-Dime, Severus ¿Qué sucede? -el mago de cabellos plateados estaba impaciente por saber.
Los ojos negros del decano vieron la actitud de Malfoy, esas ganas de irse lo más pronto posible.
-Voy al grano -suspiró-, Se trata de una joven estudiante, muy inteligente, agradable y creo que será de tu alto interés si te digo qué pasa con ella.
-¿Hermione Granger? -Lucius soltó eso en broma y la chica rodó los ojos por escuchar su forma.
-¡Ay por favor más seriedad! -participó ella en voz baja.
-No es Hermione, es una ex alumna de la casa de Slytherin, se llama Alexandra Grintoworn y es compañera de Hermione ahora. Creo que tú y la joven mencionada podrían ser una excelente pareja -hizo pausa y quiso explicarle mejor pero fue interrumpido porque Malfoy soltó al instante una risa explosiva.
-Ja, ja, ja… Es la mejor locura que he escuchado desde hace tiempo -miró a la chica para ver si no se reía o algo-… A ver, creo que te he entendido bien ¿Quieres que salga con una jovencita de la edad de Granger?
-Eso es lo que digo, pero no es de la edad de Hermione, es cinco años mayor… -Al pocionista no le gustaba ser interrumpido-, No me dejaste explicar. Es una ex alumna de Slytherin, una jovencita que supongo me puso atención desde una noche que le ayudé con una fiebre provocaba por algunos jóvenes molestos y traviesos, esa noche me quedé vigilando su fiebre y creo que desde entonces ha exagerado su admiración hacia mí. Creo que lo de ella es un asunto de cuidado, seguridad, creo que quiere sentirse protegida aunque sea muy fuerte, y está claro que le gustan más grandes que ella. Pienso que deberías intentarlo.
Hermione no podía creer lo que escuchaba. Snape estaba medio loco.
-No me gustan pequeñas, tú lo sabes ¿Por qué crees que yo puedo llamar su atención? Pff, además no me interesa en este instante, una relación.
-A pesar de que has sido un Desgraciado por lo de Voldemort sé que todo lo que hiciste fue por tu familia, al igual que todas esas veces que defendiste a Narcisa cuando éramos adolescentes. Tienes ese porte que podía atraerle, insisto que posiblemente sea más fuerte que tú en muchos sentidos -Snape veía sus músculos masculinos en sus recuerdos y también aquél carácter fuerte y un poco desviado.
-¿Pero a mí por qué meterme en esto? -el adulto estaba confundido-, Hablas completamente convencido de que saldré con ella.
-¿No extrañas una cena acompañado, enamorarte lentamente, caricias nocturnas, admiración. Delicadas atenciones, ayuda y un poco de amor?
Hermione y Lucius miraron atentamente al mago, Snape estaba siendo persuacibo o una mosca humana y romántica le había picado.
Bueno, la chica convencida de qué era se iba por lo primero, ya que nadie era más astuto que él, recitar a un Francés mimado del siglo dieciocho para convencer.
Snape añadió.
-Si la invitas no se negará, es bastante orgullosa y muy similar a ti. Además que es una joven… -pensó bien en lo que iba a decir y aún así lo soltó- muy atractiva
-Hermione hizo un gesto con la boca, incómoda y pensando: ¿Cómo se atreve a decirle eso delante de mí?
-No, Severus, no quiero -Malfoy se negó.
Snape no iba a insistir así que no le quedó de otra que hacer el hechizo de impresión y lanzarlo a la mesa de centro cercana para que Lucius observe a la chica en blanco y negro y a puro detalle.
La joven Alexandra estaba ahí con el cabello rizo castaño, mojado, su cuerpo esbelto y rosado, cubierta con el levita de Snape exponiendo un rectángulo de su torso desde cuello a pelvis y un bañador de natación junto a esas sé cuales gotas de agua escurriendo hasta sus muslos.
Para los ojos de Lucius, ella, esa joven Alexandra se parecía mucho a Granger, tanto que su primera reacción fue voltear a verla un instante nada más para cerciorarse.
Por otra lado Hermione ya no quiso curiosear, además que estaba en el principio de la esquina atrás de Snape quien había dado unos tres pasos para que la imagen llegara desde la punta de su varita hasta la superficie y luego, a los pocos segundos, desaparecer.
-¡Merlín, es Hermosa! -Lucius cambió de actitud de un momento a otro, impactado y Severus al escucharlo carraspeó. Esto alertó al rubio con una idea rápida y al parecer sugerida por el otro mentalmente-. Aunque usted, señorita Granger, es mucho, mejor, es superior -añadió eso sólo para no meter en problemas a su compañero. Definitivamente Snape no se había equivocado al describirla.
Hermione entre cerró los ojos y susurró para ella.
-Hombres -y luego se sentó en una silla-, creo que yo puedo ir a buscarla, se me ocurre algo rápido-, sugirió.
-Lo que pasa es que te mueres de ganas de verlo -Snape le dijo serio a ella, sin poder sacar de su mente a Alex con ella tocándose las manos en los recreos como si fueran enamorados.
Lucius no prestó atención aunque debió ya que Snape dijo “Verlo”
Hermione se dio cuenta de su error y se acercó al mayor, a su izquierda, movió su varita de forma sutil y se metió a su mente.
Snape quien por su puesto se imaginaba lo que vendría, escuchó.
🦁Severus, iré a buscar a Alex y le comentaré que me siento mal porque un hombre me está molestando, le diré que insiste en salir conmigo pero que yo no quiero porque estoy comprometida, supongo que Alex va a querer venir a verlo y enfrentarlo en el caso que se quede preocupado, así que puede que si ve al profesor Malfoy en su nuevo look, le llame la atención y se interese en él. Aunque si no funciona debes de darle un empujón, un hechizo de interés romántico, sólo que no sé si a Alex o al profesor.
🐍Mh, tengo que hechizar a Alex al menos hasta que Lucius lo invite a salir.
🦁Lucius no va a querer salir con un grupo de músculos masculinos, entonces debo de confesar a Alex que me contaste lo que sucedió. ¡Ay Merlín, de verdad me preocupa él, Severus!
🐍Vamos a intentarlo… -Snape se quedó en silencio- ¡Albus me viera hacer de cupido, debe estar burlándose de mí! ¡Por Salazar, si esto no sale bien, juro de todas formas lo quiero lejos de ti! -apretó eso entre dientes.
La chica de inmediato observó a Lucius, convencida que aquello era una locura, sin embargo el hombre en un mes había cambiado su aspecto, se estaba cuidando físicamente para verse mejor y ya no daba pena como cundo lo vieron la primera vez en Malfoy Manor
Estaba asustada y se sentía como si hubiera perdido un pedazo de ella, sí que le afectaba perder a Alex, le afectaba ya no salir con él, comer con él, hacer tareas en la biblioteca, tenerlo siempre cerca cuando Snape se retiraba a hacer sus asuntos. Le entristecía pensar que no volvería a escucharlo, su risa era agradable, también su personalidad.
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Cap en edición.
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