¡Estamos Atrapados! Capítulo X Montaña De Indiscreción 🗻

El director sólo hacía su camino largo hacia dirección, al pasar cerca del la estancia amplia en el segundo piso de lado derecho ya que por la izquierda estaba la mayoría de entradas a las habitaciones de los jovencitos. No estaba enterado que el mago de Slytherin había llegado de visita o algo, imaginó rápido que había ido a contactarlo y de paso saludar a uno que otro estudiante. Una simple casualidad porque le encantaba intimidar a quien sea.

*

Media hora después ambos magos estaban distraídos en una charla de temas antiguos por sugerencia del pocionista a pesar que el director de la escuela de Durmstrang, Igor Karkarov, se moría de ganas de decirle a su ex compañero, que la camisa debajo de su levita bien puesta y de color blanca, tenía marcas de carmín brilloso a la altura de su mandíbula.

Algo sumamente sospechoso.

Esos alumnos escolta del director a su alrededor se apartaron de ellos para dejarlos solos con indicaciones simples de Karkarov, diez minutos antes.

Snape no se exponía nervioso, estaba erguido y fingía estar distraído en asuntos importantes, sobre todo en contarle a Karkarov lo que había sucedido con su ex director.

-… Y ahora Dumbledore quiere arruinar la poca paz que tengo. Tiene un pensamiento fuerte donde yo usaré mis manos para quitarle la vida a un cualquiera y dárselo a él como si fuera a comprar un ingrediente en el callejón Nocturno ¡Es una barbaridad!

El búlgaro resonó en el ambiente con grave voz.

-Dumbledore siempre fue un mago calculador, astuto y sabio, Severus, deberías ayudarlo por todo el tiempo que lo conoces.

-No, no tengo por qué ayudar a ese… Hombre a volver porque si lo hago lo tendré sobre mi cabeza día y noche y eso es algo que no tendré otra vez, no más de él ¿Para qué? -miró al otro brujo, escandalizado-, Si tanto admiras a Dumbledore entonces hazlo tú, ayúdalo.

-Aún no ha venido aquí -hizo un gesto con sus manos-, así que si lo hace me ofreceré gentilmente a cambio de algo sustancioso -sonrió con picardía y elegancia.

Snape alzó una ceja e hizo la boca a un lado imaginando a qué se refería ese hombre delante de él, el búlgaro se mostraba como tantas veces, excesivamente ambicioso.

-Asunto resuelto -respondió veloz Snape-, si se aparece de nuevo frente a mí, le diré que tú estás dispuesto -quería marcharse, iba a perder el barco si no salía a tiempo. Sus ojos ahora no perdían de vista la manija de la puerta.

Karkarov podría pedirle que se quede pero si eso pasaba Minerva tendría que enterarse que él estaba ahí en Durmstrang y aquello sería demasiado comprometedor.

-Severus ¿Qué hacías en el tercer piso? ¿Tienes alumnos de Slytherin aquí? -el búlgaro preguntó sin desviarse porque ya no aguantaba su curiosidad. Movió su bigote de forma curiosa sin embargo sus ojos apuntaban a los objetos de plata en su oficina de director.

-Tengo alumnos aquí -cruzó los brazos con incomodidad dispuesto a rechazar cualquier tipo de acusación porque simplemente no le interesa exponer una razón.

-Y… -hizo como si sirviera un poco de vino en una copa de cristal-, ¿Y alumnas? -fue con cuidado, no lo quería exaltar.

-Así es -fue cortante pero sospechaba que se venía una montaña de agua sobre él. ¿Qué podría esconder? Sería descubierto aún si no dijera nada porque en el sellado de la entrada decía a quién iba a ver.

-Mh, tienes dos alumnas aquí pero que yo sepa no son Slytherin -lo miró a los ojos con acusación e hizo un puchero de ignorancia.

Karkarov sabía que el mago sólo ayudaba y sólo estaba disponible para alumnado de su propia casa.

-Sí, la señorita Melany Touts de Ravenclaw y la señorita Hermione Granger, de la casa de Gryffindor -formal y correcto como siempre, su tono fue informativo.

El alto hombre de barba agrandó los ojos y subió más la ceja izquierda, Severus empezaba a perder la paciencia, aburrido.

-¿Cuál de ellas es tu prometida? -caminó hasta el fondo para tomar otra copa y regresar hasta Snape para llenarla de vino de uvas negras y darle el objeto.

-Ninguna -fue seguro en la respuesta,recibió la copa con vino tinto y de inmediato se la llevó a los labios para sorber. Tenía sed.

Estaba en un interrogatorio, no iba a librarse pronto así que acomodó sus ideas y decidió soltar todo, pero no de inmediato, aún estaba el recurso de ser cortante.

-Mh, pensé que eras un hombre más chapado a la antigua por tu forma de ser y vestir.

-¿Mi ropa es de alguien chapado a la antigua? No lo creo -Snape dejó la copa vacía sobre una repisa y cruzó los brazos de nuevo.

-Está bien, Severus ¿Con quién te has acostado? ¿Es hombre o mujer? No hay secretos entre nosotros ¿O sí?

Severus se sorprendió por la pregunta y respondió.

-No te interesa -se mantuvo firme por casi unos veinte segundos sin embargo no pudo más, el mago delante de él con la barba enorme le sacaría todo antes de que se fuera -es -se hizo pensativo aunque en un gesto de hablar algo sumamente importante-, es la señorita Granger, una de mis mejores alumnas en la actualidad.

-Pero ¿Qué no acaban de terminar el ciclo en Hogwarts? -Karkarov insistió-, Mh, Granger… Granger, ese nombre me suena muy fuerte… ¿Acaso es hija de algún amigo tuyo?

-No, nada, sus padres no son mis amigos -aclaró eso-, No tengo amigos. El nombre te es familiar porque hace unos seis meses, junto a un par más de sus compañeros, fue condecorada por el Ministerio. Ella luchó en la guerra contra Voldemort y ha sido pieza fundamental desde entonces -fue pausado, sin dejar que el otro lo viera débil o expuesto sino sólo informado.

-¿Cuando vas a casarte con ella? Mira que estar buscando intimar y luego darse la vuelta, no es de caballeros y menos si es como mencionas, con una alumna tan prestigiosa de Hogwarts.

Snape se encontraba en una situación molesta porque de verdad no tenía nada con ella. El momento íntimo, de confianza, de caricias maravillosas aún no había sido descrito y aclarado por los dos. No se habían dicho sentimientos ni mucho menos salían en una relación.

Snape tenía una idea en la cabeza pero ¿Cómo saber que era la misma que ella?

-Se lo pediré cuando sea el momento, hoy fue… -no quiso equivocarse con las palabras que utilizaría-, hoy ha sido la primera vez que le hablo de cerca y a solas.

-¿Así que hablar con ella, eh? -Karkarov sonrió por lo dicho-, pero si tienes cara de felicidad -su tono fue animado intentando ilustrar el estado en que lo encontró-, además el cuello de tu camisa tiene marcas de color carmín.

¡Malditos los pintalabios mágicos y permanentes de esta juventud! Si no sale de mi camisa se habrá arruinado. Se dijo el mago, descubierto en el acto de negación.

Y ¿Cómo mentir? si lo ocurrido con ella había sido simplemente indescriptible y si se atreviera o intentara decir, seguro que lo profanaba con torpeza.

-Está bien, Karkarov, me descubriste pero no te diré nada más -sujetó las manos por detrás y caminó al bar-, No he mentido con eso de que era la primera vez que estábamos a solas en asuntos más cercanos, y de verdad ninguno lo había planeado -tomó la copa de cristal vacía de la repisa y esta se llenó.

-Comprendo ¿Ha sucedido y no sabes cómo acabará? -el mago de barba apenas entendía, sonreía porque la situación era comprometida además de que a él no le iban a pasar jamás y tampoco lo buscaría.

-Es un asunto demasiado personal. Ni ella ni yo hemos dicho nada más que… -hizo una pausa larga viendo sus delicados besos en su cuerpo, los recuerdos frescos de su mente -, no hemos dicho nada más que con el silencio -le confirmó que no había sido una charla intelectual definitivamente.

-Bien, pues mi consejo es formalizar, sobre todo si es joven y quieres retenerla porque a esa edad lo único que piensa su generación es, aprovechar lo máximo sus capacidades interpersonales, no es malo pero sabes que si no eres seguro para ella, te despedirá.

-Lo tomaré en cuenta -miró a Karkarov a los ojos -debo salir antes de que me deje la última embarcación.

El mago no se había puesto a pensar en ello, no había tenido tiempo.

-No te preocupes, ellos te esperan en este instante -señaló la puerta-, Ve, te escribiré, Snape.

El Slytherin desapareció y dejó al mago de Durmstrang con un pensamiento, este hombre pensó que ahora que conocía a la señorita elegida por su ex compañero, la vigilaría y escoltaría para él aunque Snape no se lo hubiera pedido. Porque bueno, no era un alcahueta del desorden y él debía hacerse cargo de ella aunque no quisiera.

Le había preguntado a Snape que si era anticuado, pues él sí lo era y si se ponía en los pies del padre de la chica no querría que le hagan así, tomarla en la escuela y luego hacer como si no hubiera pasado nada, no, eso no lo iba a permitir. Ahora esa chica no saldría de Durmstrang a menos que tuviera la promesa del mago de estar en una relación formal con ella.

***

En Hogwarts, once cuarenta y cinco de la noche.

Snape apareció en el bosque prohibido cuando la embarcación había llegado a la ciudad, se apresuró a entrar al castillo, bajar a las mazmorras y pensar qué hacer, no sabía si esperar que ella le hable o él decir algo que no suene mal, se sentía relativamente bien pero la mente era lo que no le dejaba estar tranquilo.

¿Qué tal qué ella piensa que sólo debía pasar una vez? ¿Y qué tal los besos, por qué no dejó de hacerlo? ¿Qué tal qué sólo se vengó del chico Wesley? Aquello iba ser Insoportable de resolver ¿Por qué? ¿Por qué se hacía tantas preguntas? Debía de calmarse y esperar, algo le decía que todo estaría bien.

En su habitación miró muchas veces el aparato de comunicación dudando de tocarlo o encenderlo pero no lo hizo y después se acostó, esa madrugada le tocaba ronda en las Mazmorras y el piso dos de lado sur.

***

A la mañana siguiente escribió una carta unas cuatro veces al menos sin esperar que llegara pronto pero hasta la última se le hizo difícil de mandar por lo que decidió abrir el computador y escribir de manera rápida y puntual:

⌨️Buenos días, Hermione,
No podré conectarme las siguientes dos noches porque tengo algunas cuestiones importantes que resolver.
El miércoles me haré presente, al mismo tiempo quiero que sepas que a esa fecha debe llegarte los primeros tres volúmenes de mis libros, los que comenté.
⌨️

Se quedó grabado en el hilo que tenía con ella, sin imaginarse que a esa hora del día obtendría una rápida contestación.

⌨️Está bien, espero verte el miércoles, cuídate.
⌨️

***
En un castillo de Durmstrang

Una joven que tenía el computador encendido vio que en la esquina de la pantalla apareció un mensaje, un mensaje de Snape, al verlo lo abrió y sin leerlo al menos dos veces a conciencia, le respondió de inmediato.

Snape le decía que no se conectaría y eso no le hizo sentir nada bien. Dudaba, dudaba en que quizá él no se sentía cómodo pero al igual que ella, si era por esa tarde en su habitación entonces lo comprendía, ella también estaba un poco confundida aunque ella lo tenía claro, ella quería estar con él.

Hermione sentía muchas emociones en su estómago cuando veía en sus recuerdos y sentía las manos del mago recorrrerle completo, los besos de sus labios delgados, su boca en su cuello y ese respirar profundo que le hacía erizar la piel. Estaba segura que no iba a sentirse de nuevo como con él, invitarlo a decirse suspiros al oído fue lo mejor que ella había hecho en tanto tiempo. Pero es Snape ¡Merlín! ¡Es él! Descubrirlo, descubrir a ese mago en esos asuntos íntimos había sido como escarbar el punto marcado de rojo en el mapa y desenterrar un llamativo y protegido tesoro, uno sólo para ella que quería volver a tener. Sin embargo se decía ¿Y si todo se acompaña con sentimientos? ¿Si yo empezara a sentir más por él?

Al menos eran compatibles en eso, se daba cuenta que podían ser una pareja aunque no estaba segura para qué.

Después de responder el mensaje salió al pequeño comedor y ahí tomó un poco de ensalada con queso y tofu, un jugo de betabel con espinacas y zanahorias y después sólo se dispuso a comer.

Disfrutó ese raro menú en la mañana sin darse cuenta que a su izquierda y derecha habían dos guardias con sombrero ruso negro mandados del director para proteger, ella, esa joven Gryffindor concentrada en sus estudios era eso que debían proteger. Situación que notó cuando salió del comedor hacia la primera estancia circular del piso uno cuando quiso sentarse a leer.

-Hola ¿Ustedes me están siguiendo? Es que empiezo a ponerme nerviosa y no sé… ¿Por qué? -ella acomodó sus cabellos rizos detrás de su oreja mientras sostenía su libreta en la mano izquierda.

-Hola, soy David y él Isaac -señaló a diez metros de donde estaba y luego a atrás, resulta que habían dos más -ese es Javier y aquél es Omair.

Hermione frunció el ceño.

-¿Me están siguiendo?

-Es una escolta de seguridad, es para evitar que se acerquen personas a molestar. Un pedido efectivo de parte del director Karkarov.

Hermione frunció el ceño y se dijo en la mente.

¿Se lo habrá pedido Snape? No creo que él sea así, tan controlador.

-¿Y quién le ha pedido esa supuesta escolta?

-Eso debe preguntarle usted, compañera Granger -el rostro del chico era serio tanto que ella quiso sonreír.

-Mh, quizá pueda disfrutarlo un poco -lo dijo suave, bajo, tanto que los jóvenes cerca a ella no lograron oír.

*

💜

Y entonces así pasó los siguientes días, cada que la jovencita quería salir al exterior la seguían, al salir hacia el gran vestíbulo ellos la seguían, cuando iba al comedor ellos la seguían, cuando iba a clases ellos la seguían e incluso cuando iba a dormir, ellos escoltaban su puerta afuera turnándose el tiempo de vigilia, para la chica aburrida todo eso era una protección excesiva.

Debía de contarle a Snape aunque no sabía primero, cómo reaccionaría después de su íntimo encuentro, un bonito y placentero momento.

*

El miércoles en la mañana los libros del mago llegaron hasta su puerta, sus jóvenes escoltas, después de tomar uno por uno aquellos libros para revisar que todo estuviera bien, decidieron dárselo, ella al tenerlo en sus manos aprovechó en estudiar y anotar todo con cuidado.

Después de comenzar no pudo por más que quiso, parar de leer.

Esa información frente a sus ojos era valiosa, inteligente, sentía como si ella hubiera ordenado esas mismas palabras y colocado una a una cada descripción escrita correctamente, le emocionaba ver lo que Severus era capaz de hacer con su pluma, por su puesto lo deducía con anterioridad, pero por primera vez leer algo que no era para la currícula de la escuela y mostrársele tan avanzado le impresionaba muchísimo de él.

Ya no le veía igual, con algunas imperfecciones de carácter, ahora ella empezaba a creer que le conocía.

Sentía más admiración hacia él.

Se decía que había una posibilidad de no haber puesto antes tanta atención en sus capacidades intelectuales aunque el mago lo haya demostrado bien, Snape en Hogwarts era exigente, petulante, quizá amenazante pero lo que nunca se dio a conocer bien era su lado inteligente, esa escondida y detallada cualidad de expresar muchas cosas con minuciosidad.

Vaya, sí lo ha hecho antes, en cada clase se acusó de ignorante, porque desde el orden en las repisas hasta la hora en que azotaba la puerta, todo indicaba esa autoexigencia de perfección, sobre todo en lo que le encantaba a ese profesor; Dictar clases de pociones avanzadas y jactarse de esconder miles de títulos memorizados y prohibidos de su gran elección.

Se pasaba, ahora era cuando de verdad pensaba en él.

¿Cuándo le había visto usar su magia para cambiar las hojas de un libro? ¿Cuando lanzar un hechizo imperceptible para hacer que a su alrededor se haga el silencio, ese silencio privado que tanto necesitaron los dos? Él no era un simple mago, no era un monstruo oscuro o desquitado, no un golpeador, en sus manos había delicadeza, en su arterias sangre caliente y fresca y en su pecho un saludable corazón, uno que ella había sentido de cerca.

Ya no estás envenenado, librarte de la muerte de verdad te ha salvado. Qué interesante se hace ante mí, profesor.

Si le decía a alguien estaba casi segura que sería juzgada, pero ellos no habían visto tantos detalles como ella, no era un hombre para poner debajo de una lupa, de analizar en dos palabras y con simpleza, él era justo eso que apreciaba en las infinitas lecturas de su impecable letra, las líneas, los dibujos, los mapas y las protectoras y personales facetas.

Sí, él ha sido todos estos años, un efectivo y sincero protector aún si su actitud lo contrariaba.

💜

Tomó pluma, pergamino, valentía y escribió:

📜 Hola Severus, me han llegado los libros, escribo esto también por el computador porque quisiera que puedas leerme aún si no puedes entrar a escribir que has recepcionado mi respuesta.
Te agradezco y me sorprendo al ver cada esquina de las hojas con tus letras,

Admiro mucho esta forma tuya muy escondida y personal, me agrada porque es la primera vez que me encuentro con alguien que usa las marcas bibliográficas con fechas exactas de publicaciones y revisiones, ¡Es impresionante, profesor! Porque así ayuda mucho al lector a hacer su propia investigación.

Gracias otra vez, espero verte y escucharte pronto,
cuídate.

Hermione
📜

*
Ella acertó, al llegar el miércoles el mago no se conectó pero al caer el jueves, al no estar dispuesto a perder otra noche con ella, la esperó, cerca de las ocho en punto estaba listo y sentado en la orilla de su cama, impaciente por verla intentando llegar a ella con el hechizo de levitación de objetos en su habitación.

Ella lo vió, notó el cambio en su ambiente, los objetos movidos al ingresar a su espacio cinco minutos después de las ocho, prendió la computadora y le habló.

⌨️Severus, hola ¿Puedes escuchar mi voz?

⌨️Como si estuvieras aquí -fue rotundo y serio, se puso de pie en una postura erguida y buen semblante en el rostro. Ese mago estaba tan cambiado, aquella era la primera impresión para la chica.

⌨️Han sido días sin comunicarnos, siento mucho aquello pero sé que has estado ocupado como yo también.

⌨️Lo he estado, así es.

La estudiante se acercó a la cámara y le dejó ver a él su rostro calmado, una pequeña sonrisa sutil de atención y sus ojos color caramelo como gotas de té de canela caídas sobre hojas blancas.

Hermione no quería perder el tiempo, quería verlo cara a cara otra vez.

⌨️¿Vas a venir este domingo? Quisiera verte de nuevo -fue segura en el tono a pesar del miedo. Una voz suave y femenina dirigida sólo a él.

Snape alzó los ojos para ver su interés así que no dudó en responder lo primero que pasó por su mente.

⌨️¿Quieres verme otra vez? Nos estamos viendo ahora mismo.

⌨️Tienes razón aunque en persona es mejor.

El mago quería sonreír pero se aguantaba, se sentía ¿Cómo describirlo para que no suene raro? Sí, se sentía definitiva y extrañamente feliz.

⌨️¿Qué deseas tú? -para él era mejor preguntar si había aprendido algo de las mujeres es que a la mayoría les encantaba hablar.

⌨️¿Deseo… Mh? Deseo que vengas y pases un tiempo conmigo en el recibidor o en mi habitación mientras me explicas las últimas partes de tus libros -alzó el primer tomo para señalar los escritos en idioma extraño que ella no fue capaz de reconocer-, Y deseo también abrazarte, quizá también besarte mientras hacemos una pausa después de beber té. Eso es lo que deseo sin embargo podemos hacer cualquier otra cosa que propongas.
Quizá puedas ayudarme con mi tarea de clasificación, algo muy muy fácil de resolver.
⌨️

Snape la miró con acusación.

⌨️¿No crees que ocasiono cierta distracción en tu ambiente de estudios?⌨️

⌨️Para nada, Severus. Ven… -se acercó a la pantalla mostrando una mirada sincera-, ven conmigo por favor. Y además -pensó en decirle lo de los guardias-, Tengo a cuatro chicos rondándome de forma extraña y no quiero verlos más porque me hacen sentir muy nerviosa. Ellos me han explicado que es a petición del director pero no me dejan ir a ningún lado sola y esta situación empieza a ser espantosa.

⌨️¿Quiénes? -exigió saber, alterado.

⌨️De la escolta de Karkarov… Quizá es algo del intercambio ¿Tú sabes por qué? -ella fue sutil para no dar la impresión de que lo estaba llamando acosador.

⌨️¿Cómo puedo saber quiénes son? -se escuchó preocupado-, Debo hablar con el director ¿Quieres que escriba una carta ahora mismo? Nadie tiene por qué perturbarte.

⌨️Mh sí, por favor -fue natural y cuidadosa al pedirle, con un tono de respeto y compresión.

El mago se perdió en el ambiente mientras ella se acomodó de largo sobre su cobertor, colocó el computador en la orilla de su escritorio y se acostó viendo la luz que proyectaba sobre el techo, era la copia de la imagen aunque más grande.

Snape de pie frente a su lámpara dictó a la pluma y esta escribió cada cosa que él pensó, Hermione intentaba no distraerse mientras le veía así que le prestó más atención. El mago se tardó unos minutos en entregar la carta y dejarla lista para irse, al regresar vio a la joven acostaba en su cama en un espectáculo revelador, un lunar, un lunar sobre su hombro izquierdo redondo y pequeño, de color negro.

⌨️Te veo agotada -soltó Snape ya acomodado similar a ella, sostenía su varita de lado izquierdo.

⌨️Un poco, he leído mucho estos días, ayer por ejemplo me quedé hasta las tres.

⌨️Deja esos malos hábitos e intenta descansar el tiempo correcto -sonó como sugerencia y su tono empezaba a estar levemente relajado.

Ella cerró los ojos e imaginó que estaba con Snape dejando todas esas barreras abiertas para que él haga lo que quiera, en este caso si deseaba le podía leer.

Al instante sintió como sus sábanas empezaban a ondularse como si alguien por encima de la tela blanca quisiera tocarle la piel. Suspiró al principio porque le causaba temor al poseer aún ese lado muggle muy marcado, pero al dejarse llevar ya no era la tela sino él, sus dedos largos y puntiagudos muy cerca para buscar tocarle la mejilla derecha, los hombros, su vientre, sus muslos y piernas hasta rozar la punta de sus pies. Un movimiento sutil que apenas se sentía, agitaba su respiración y al mismo tiempo le decía que era él.

⌨️Haré lo que me pides sólo porque sé que sabes lo que dices, tus palabras no son ligeras -sus ojos cerrados sintieron cómo su otra almohada se acomodaba debajo de su cuello y su cubrecamas la abrigó hasta el pecho -suspiró profundamente con calma y paz-, te extrañé, no te alejes tanto tiempo, por favor.

⌨️No me alejaré, lo prometo. Y pienso ahora que no tienes pendientes para mañana, así que intenta dormir bien.

⌨️Gracias, sí estoy cansada. Pero no te vayas hasta que me quede dormida.

⌨️No me iré.

La chica se relajó dejándose ir y Snape esperó unos veinte minutos hasta que al fin escuchó su respiración calmada. Sin apagar el computador y acostado en la cama, cerró los ojos dispuesto también a dormir, irse en las manos de la inconsciente y momentánea tranquilidad.

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“El amor es un loco tan leal, que en todo cuanto hagáis, sea lo que fuere, no halla mal alguno” – Shakespeare.

*El amor puede provocar que cualquier cosa que hagamos o que suframos no sea percibido como malo aunque lo fuese.

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Cap en edición.

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