El Nuevo Mortífago Capítulo XXXVIII 2da Parte – Capítulo 9

 

RECUPERANDO EL TIEMPO PERDIDO
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-No me gusta verte así. (Dijo la joven con rostro nervioso)

-No entiendo… (Dijo Snape con gesto curioso)

-Estás sangrando del labio. (Le señaló con el dedo) Parece que es parte de ti el verte así.

El hombre se limpió con la parte posterior de la mano y arrastró con esa piel blanca un buen rastro de sangre.

-Estoy seguro que no estaba sangrando hasta que una jovencita me golpeó con un hechizo.

-Lo siento… De verdad pensé que habías muerto cuando Lucius te hizo el hechizo imperdonable… Y saliendo del tema ¿Por qué tenemos que ir al bosque para volver?

-Tenemos que regresar sin que nadie nos vea para asegurarnos que estaremos bien. ¿Estás de acuerdo? (Snape le habló en voz baja, exagerando la expresión en cada palabra porque ella no paraba de ser una preguntona insufrible sólo que ya no se lo decía, su cabeza estaba recta y su mirada altiva sobre la joven)

-Ok, no voy a volver a cuestionarte. (Hermione prefería no hacerlo enojar, el carácter del hombre no era muy predecible. Le respondió en el mismo tono de voz, casi en un susurro)

Él le dio una sonrisa ladeada mientras la acercaba a él de frente y su rostro casi la rosaba a ella para seguir con ese juego delicado.

-Cuando lleguemos debemos pensar dónde podemos hallar al joven Neville, es importante no perder el tiempo. Esta vez tenemos que ser extremadamente cuidadoso y no confiar en nadie.

-Lo sé… Y prometo no darte la contraria. Palabra de sabelotodo insufrible. (Dijo Hermione alzando la mano derecha)

-Bien

La acercó aún más rodeándola con un brazo, El mago extendió la mano para que Hermione le diera el giratiempo, él puso la cadena del objeto envolviéndolos utilizando la mano izquierda y giró los aros con sus dedos. La distorsión llegó de inmediato hasta que por fin pisaron el tiempo real.

Al llegar Hermione dio unos pasos para seguir el sendero e irse, esperaba que él la siguiera igual de rápido.

El mago la alcanzó y apoyó su mano en el hombro de la joven.

Ella volteó y lo vio como preguntándole con la mirada. “¿Qué pasó?”

Él movió su varita y desaparecieron hasta llegar a la casa del matrimonio Prince, exactamente donde él curó las heridas de Hermione cuando Neville la atacó.

La joven no veía nada, aún no se daba cuenta de dónde estaban.
Se quedó perdida en la oscuridad tratando de situarse y entonces él la asustó abrazándola por la espalda.

-Eyyyy me vas a matar de un susto! (Dijo la joven con el corazón latiéndole a mil por hora. Estaba traumadalas sorpresas eran como colesterol alto en su sangre)

-¿De verdad? Quizá pueda matarte de otra forma. (Dijo en el oído de la joven en tono interesante y lento en las últimas dos palabras)

-Severus!!! Dijiste que no podíamos perder el tiempo! (Intentó seguir hablando en voz baja, no pudo evitar dibujar en su rostro una sonrisa nerviosa)

-No lo vamos a perder, lo vamos a recuperar. (Dejó salir un poco de aire tibio en el oído de la joven y empezó a besar su cuello)

La joven reaccionó con un suspiro y volteó lentamente dejando que él la envuelva con sus manos por la cintura y la apretara más.

Él tocó los labios de la joven con los suyos en un beso lento y nostálgico, había pasado un buen tiempo de sentirlos. Hermione aceptaba sus labios recordando la experiencia que estos le daban, todo el cuerpo era envuelto en una tibia sensación que empezaba en su garganta y terminaba en sus piernas, el cosquilleo en su nuca que bajaba sobre su columna hasta su coxis la debilitaban, era una gran desventaja sobretodo cuando él empezaba a usar sus manos tocando la superficie de su piel con delicadeza
y aventurándose mientras subía el suéter de ella.

Él intentaba estar calmado, usar el tiempo para que ella olvidara todo lo demás, hacer un momento interminable y especial.

Pero era inevitable ir despacio, cada centímetro que podía tocar del cuerpo de ella sabía que lo dirigía a lo siguiente y no podía frenar su corazón, no podía evitar que su sangre corriera veloz por sus arterias aunque quisiera… Todavía no podía creer que era suya, era su esposa, ya no una niña ni su estudiante, ni una deseable mujer ajena.

No pudo evitar dejar escapar un suspiro ronco, sostenido al aguantar la respiración para evitar hacer notar a la joven que estaba exaltado.
Y entonces se violento cargándola desde los muslos mientras ella rodeaba su cuello con sus brazos, buscaba un lugar para apoyarla. Un lugar donde ella no pudiera escapar ni dos centímetros de él.

Primero fue a la pared mientras la besaba pero aún era un poco incómodo. Caminó más y pateó sin querer dos columnas de libros junto a la mesa de centro. La primera torre le golpeó la canilla y la segunda le quitó un poco el equilibrio.

La joven rió sobre sus labios…

-Demonios!! (Dijo Snape, intentó no caer con ella, se hizo un ruido incómodo) Yo y mi inoportuna lectura… (Su voz empezaba agitarse al sentir los dientes de la joven morderlo levemente en los labios.) Eyy… Ten cuidado preciosa.

-Tú intenta no hacernos caer. (Hermione rió divertida por olvidarse de la herida y el sarcasmo que usó el hombre)

El llegó hasta una esquina mientras seguían besándose, las piernas de ella lo rodeaban por su cintura y entonces encontró lo que quería, una mesa donde solía escribir que se apoyaba en la pared.

Sentó a la joven con cuidado y con cada una de sus manos empujó lo que estorbaba de cada lado haciendo caer libros, adornos, una lámpara antigua y una esfera de cristal. Estos dos últimos objetos hicieron un ruido considerable.

-Shhhh no seas escandaloso. (Dijo ella que volvió a reír mientras él devoraba su cuello)

Severus sonreía feliz y pleno con la cara hinchada de calor, la marca de su labio, una línea roja, lo hacía ver tan sexy, un hombre distinto pero no cambiado por completo, Hermione lo hacía tan pleno y completo a pesar de todo.

Él seguía siendo egoísta y presuntuoso para no dejar que nadie la toque y al mismo tiempo para mostrarla como lo mejor de su vida. Ese momento era suyo, el desorden era para él fuera de contexto con su personalidad y ahora no le importaba para nada.

-No hay nadie más aquí, Hermione. (Dijo sin dejar de besarla con esa voz gruesa que a ella enloquecía) Además en un momento serás tú la que haga más ruido. (Empujó su pelvis contra la entrepierna de ella sacándole un gemido inevitable al mismo tiempo que tomó uno de sus pechos con atrevimiento)

Sus respiraciones combinaban las ganas que sentían ambos, sus agitadas y desesperadas pausas por lograr aire que realmente les diera oxígeno y alma del otro.

-Extrañé mucho esto… Extrañé sentir que tiemblas cuando te toco. (Dijo con una voz tan huracanada acompasada con caricias cuidadosas que penetraron hasta las entrañas de ella haciéndola gemir como si estuvieran unidos)

La voz de él sin ser provocativa ya la hacía derretirse y si a eso le sumaba la piel de la superficie de sus dedos delicados y pocionistas surcando sus brazos, su cintura, esas grandes manos bajar hasta sus muslos en sincronía, avanzar hasta sus rodillas y retroceder su camino hasta su espalda… Dios!!! El olor de su sudor aumentaba el deguste de menta y caoba, sus ojos intensamente negros clavados en ella ensombrecidos por el deseo… Lo estaba disfrutando tanto, era él realmente, era tan increíble ver hacia atrás en su corto noviazgo al principio escondido, los roces malos con soberbia, escondidos aunque el mayor tiempo no hubo a quién ocultárselo, los encuentros a escondidas no era el mayor secreto de ambos, las miradas posesivas pero sobre todo los celos extremos de él por tenerla solo para él. Un Severus apasionado que sacaba todo lo de hombre sólo con ella, todo lo sentimental sólo con ella, todo lo detallista, romántico y etc etc sólo con ella. El mayor secreto de ambos era el amor imposible hecho realidad.

La joven dejaba salir el aire suave cuando ya no podía aguantar más la respiración. Se levantó el suéter y luego la playera para quedarse con el sujetador negro.

Él dejó que su levita resbale hasta sus muñecas y luego con prisa la tomó al liberarse de una de sus manos para lanzar la prenda donde sea, después hizo lo mismo con su camisa.

Hermione bajó traviesas sus manos buscando el broche del cinturón de Severus para abrirlo. Los labios de ambos estaban juntos aún sin movilidad tapando el atrevimiento de sus lenguas las cuales jugaban el mismo juego que querían hacer con sus cuerpos.

El sabor de ella era dulce y Severus sabía a grandes sorbos de sed apaciguada.

Era interesante para él imaginarse con ella haciéndolo sobre esa mesa pero no podía combatir contra su propia forma de ser tan lineal, tan exageradamente ortodoxa. Quería la suavidad de las sábanas de seda color carmín que dejaban el cuerpo desnudo de Hermione en un contraste perfecto sobre la cama, se imaginaba algo más suave como para una reina no el juego rápido de un adolescente sin escondite secreto.

La alzó de ese lugar con Hermione rodeado su cintura con las piernas, él ya no cabía en sí mismo y menos en sus pantalones, ella pedía sutilmente apagar el calor concentrado en esa área baja porque quizá lo tibio e hirviendo podían dar una temperatura regular para el disfrute de ambos.

Aparecieron en la habitación pero no la llevó a la cama aún…

Entraron al cuarto de baño, ninguno tenía su varita pero él hizo magia.

Mollis, aquae calidae!!! Mollis, aquae menti, (Dijo lento la ducha se abrió y el agua salió tibia y los mojó en típico chorro pero empezó a tener forma, empezaron a sostener a la joven en el aire muy delicadamente) nuda!! (añadió para terminar de estar desnudos) ¿Quién soy yo para tenerte, niña? (Su voz salía esforzada susurrante en el oído de ella al entrar al fin a sus entrañas)

La sostenía con ambas manos tomando los muslos de ella con suave presión, le empezó a hacer el amor en agua, sólo sus cabezas y cabellos se mojaban. La figura de Severus se veía extraordinaria con el cabello mojado, su pecho, sus hombros y brazos. Y entonces la abrazó cuando la fuerza que usaba incrementó junto a los gemidos de Hermione, dejó de besarla porque quería escucharla entre altos y bajos tonos, se aferró más a ella en un abrazo sin separación y usó su voz tres veces más.

Tua, elevatum!

Hermione tembló sorprendida dando un tono alto de placer, se sacudió bajo sus fuertes manos y brazos mientras entraba y salía de ella de forma constante. Casi no podía respirar. No la dejó tomar si quiera un poco de aire.

-Tua, elevatum! Te amo, Hermione

Dijo de nuevo el hombre lentamente respirando más agitado y ella volvió a subir de nuevo el tono de su voz en placer incontenible, otro orgazmo la sacudió. Y él dibujó una sonrisa maliciosa.

El pocionista se acercó a sus labios y volvió a repetir el mismo hechizo con pausa entre besos delicados, la joven se sacudió una última vez en un grito ahogado.

-Bendito Severus!!! Ohhh por merlín, ya no más…!!!

Dos lágrimas de placer cayeron por sus mejillas, estaba mordiendo su labio inferior. Y entonces él dejó salir toda la energía acumulada. Se encorvó hacia delante con un rugido descontrolado, su coronilla reposaba entre los pechos de la joven. Respiró unos segundos y aparecieron en la cama.

Hermione cerró los ojos casi muerta al tocar la seda y las almohadas.

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Abrió los ojos sintiendo el peso del hombre sobre ella y vio el cabello plateado de Lucius malfoy rosando su rostro y besándole el pecho desesperado.

-Ahhh hhhhhh!!!! (Gritó asustada)

Y despertó bruscamente.

Severus estaba a su lado plácidamente dormido, ella sudaba de forma extrema.

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Al despertar vio a su esposo frente al espejo cerrando uno a uno los botones de la camisa blanca impecable.

Él la vio desde el reflejo de este y le sonrió triunfante.

-Apuesto que nunca habías sentido algo así (Le guiñó un ojo) Y acepto que yo tampoco. Tenía razón Srta. Granger, es más que atracción lo que hay entre nosotros.

La joven abrió los ojos espantada al escuchar la gruesa voz del pocionista.

Era el Severus del pasado. Pero no podía ser, nunca hubiera podido saber lo del anillo y la infección en la mano de Dumbledore.

-¿Por qué me engañó así? (Dijo asustada)

-No te engañé, pequeña. Soy yo.

Él empezó a acercarse, sólo tenía el calzoncillo puesto y la camisa sin terminar de abotonar.

-Esos fueron los besos que siempre te he dado. (Dijo con voz gruesa, se acercó más a ella)

Se acercó a su rostro y luego posó su mano en su muslo pero la estaba lastimando.

-Severus!!! (Gritó con fuerza tomando la almohada con furia para empezarlo a golpear con esta)

Comenzó a forcejear con él empujándolo con fuerza y entonces un ruido sordo la sobresaltó…

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-¿Qué, que? ¿Qué?

Severus estaba arrodillado en el piso agarrándose la cabeza.

Ella seguía agitando la almohada pataleando.

Él le quitó la almohada y la abrazó fuerte para que se calmara

-Qué te ocurre??

-Fue una pesadilla, la peor de todas. (Dijo agitada)

-Debe haber sido así porque me tiraste de la cama. (La miró asustado)

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Próximo Cap – “Frente a frente al fin

#Sevmione

#GraciasVictoria victoriadvorskymenciona un usuariomenciona un usuariopor la idea para la edición de la última parte 😉💪

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