**Lamento la demora Sevmioneras, este capítulo estaba por publicarlo hace dos días pero he estado sin Internet porque acabo de cambiarme a otro hogar** (Por eso ahora publicaré desde el trabajo) Pero no se preocupen, sigo copiando a MSWord para no retrasarme. #Respetablessaludoslectoras**
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-¿Cómo se sientes, Srta. Granger? (Dijo Snape con una voz más que sería)
-¿Por qué me dices así?
Snape aclaró la garganta nervioso delante de Pomfrey y un enfermero de la escuela de chicas. Estaban en una enfermería que parecía algo familiar pero no era en Hogwarts.
La joven se dio cuenta que no estaba en casa y además estaban delante de Pomfrey y un desconocido.
-Me siento bien, sólo tengo mucha hambre… Quisiera un poco de queso llorón, ese que viene con un poco de jamón y tienes que cortar rápido para no escucharlo gritar. (Dijo Hermione tratando de mostrarse de buen humor aunque de verdad tenía hambre)
-¡Qué bárbaro! (Dijo el joven mago enfermero)
-SÍ, también pensé eso cuando lo vi por primera vez, me dio tanta pena rebanar al pobre queso. Pero siempre debe haber magia en todo, sino no sería divertido.
-Me agrada cómo piensas. (Dijo el joven enfermero, muy interesado de las cosas que salía de los labios de Hermione, labios que no había dejado de contemplar)
Hermione se sentó tranquilamente y alcanzó sola el vaso de agua que estaba a su derecha.
Pomfrey no es que lo sabía, osea que no es que supiera lo de Hermione y Snape pero después de escucharlo y verlo llorar en el tren por la joven estudiante. Sabía que en cualquier momento el pocionista iba a matar al inocente enfermero, este francés era tan obvio en mostrar el interés que tenía por la pequeña bruja.
-¿Quieres que te ayude en algo más? Quizá pueda enseñarte el castillo en la tarde, Beauxbatons no es tan grande como Hogwarts pero es como un laberinto si no sabes por dónde ir. (Dijo con ese peculiar acento Francés, un acento bastante interesante)
Hermione vio a los ojos de su director, este estaba lanzando llamas contra el enfermero. Snape levantó una ceja e intentó imitar a Albus.
-Srta. Granger quizá le haga bien dar un paseo. Y tú jovencito, llévala a comer algo si crees que eso la hará mejorar.
Pomfrey y Hermione se miraron como diciendo. ¿Qué le pasa a Severus?
Pomfrey Sabía lo desinteresado que el profesor Snape era ante alguna molestia enfermiza en sus alumnos, además sabiendo lo posesivo que era, verlo hablar así era sólo buscar cómo entrar en un pequeño enfrentamiento mental o quizá tener algún motivo para otra cosa… Por su puesto que su cara mostraba lo contrario de lo que quería decir.
-¿Está seguro, profesor? Ya me siento bien, podría mejor ir con la orden y ponernos al tanto de algunos asuntos.. (Dijo Hermione sabiendo a la perfección que Severus no quería soltarla con ese francés y que estaba tramando algo)
Pero si tenemos que dudar de su astucia podríamos decir que el profesor Snape era más perspicaz que cualquiera y si no pensamos en realidad estaba sospechando del joven.
-Insisto Srta. Le hará bien comer algo, distraerse y dar un paseo por la escuela. Además necesitamos estar prevenidos por eso intente avisar cualquier cosa extraña que… (Vio hacia el joven enfermero) Que pueda ver…
-Gracias profesor… (Dijo la estudiante con desconfianza)
-Ahhh, Srta. Granger… Cuando termine el paseo vaya a la estancia de Hogwarts, está en el segundo piso de lado izquierdo.
-SÍ, profesor. (Dijo seria pensando que era parte de su trabajo)
Tanta exageración para dar indicaciones.
El joven estaba interesado en Hermione, Snape lo sabía por sus “instintos” de espía además de haber escuchado mil veces durante toda la madrugada “Ella es tan hermosa, ¿Cómo se llama?”
Le hervía la sangre el saber que un joven Francés estaba intentando acercarse a su Hermione, y claro que no iba a estar tan tranquilo de ver cómo él le coqueteaba, iba a estar más atento que cuando realizaba una poción peligrosa, viendo que el humo no cambiará a otro color que no sea blanco o verde putrefacto.
El joven llevó a Hermione a un comedor muy elegante. Hizo que se siente a su lado izquierdo y no perdió el tiempo tratando de impresionarla con palabrería. El sabía lo que quería y como buen francés iba a ser directo.
-No deberías comer ese queso llorón.
-Créame Sr… Usted ¿Cómo se llama? (Dijo Hermione)
-Dime Jean Renneu, no me digas señor, no soy tan grande.
-Perdón Jean, sólo trataba de ser respetuosa. Te decía, ese queso llorón es lo que más me gusta ahora. (Ella dijo eso tratando de decir que ese queso le encantaba y no se refería a comida sino a Severus su prometido, el que era su profesor, el que era director de Hogwarts, un hombre quejumbroso pero tan lleno de misterios y cosas impresionantes)
Hermione no sabía si iba a tener la oportunidad de contárselo, pero el solo imaginar el rostro que pondría Jean le daba mucha tentación.
-Es un poco bárbaro sentirse atraída por algo tan malo como destripar un queso que llora. Sobretodo no imaginaba que eso era tan atractivo para una hermosa y delicada chica inglesa como tú, Hermione.
-Jajaja, gracias, pero yo soy así, soy bastante seria también en las cosas que me gustan, no puedo negar que soy excesivamente cursi con algunas cosas pero ese es mi verdadero carácter.
-Entonces le serviré lo que creo que le va a encantar. (Dijo el joven enfermero con ese acento francés que empezaba a sonar pegajoso en los oídos de la joven)
Jean sacudió su varita con elegancia y apareció delante de ellos muchos bocadillos color rosa, guisos dulces, pie de cerezas y muchas otras cosas con exceso de color rojo y rosa.
-Woww… Es hermoso, se ve tan apetecible.
Eso es lo que buscaba el enfermero, llamar su atención por los ojos y luego por el estómago, así es como conquistaban los franceses a las jovencitas hermosas, con dulces en forma de corazón, después añadían el exceso de romanticismo.
De pronto a unos cincuenta metros de ahí entraba al comedor una fila de profesores y entre todos ellos estaba Snape buscando desesperado la ubicación de su joven y hermosa novia.
Cuando vio la cara de asombro de ella, impresionada por ese banquete, le dio ternura pero también celos, casi olvidaba que ella era tan delicada. Que Hermione cuando estaba con él sólo quería complacerlo pero quizá abandonaba eso de joven, fresca e inocente mujer que era para verse más seria y madura delante de sus ojos.
La sonrisa de ese joven caballero le hizo ilusión… Ese joven a su lado sonriendo le dio tanto deseo… Pero tanto deseo de usar su varita con un hermoso crucio.
-Vamos, prueba un poco de ese panecillo rosa, te va a encanta, lleva queso y zarzamora, una de las mejores combinaciones para el desayuno… Aunque la mejor combinación será ver el color de tus labios junto a tus dientes dándole un mordisco.
Snape que no perdía el tiempo, pudo escuchar claramente y casi hacía un espectáculo magistral de aparición y desaparición al estilo mortífago pero se aguantó, no podía permitirse tal ataque de celos, mostrar debilidad, porque él era un hombre maduro, serio y cuerdo.
-Por favor, no coquetees con una joven hambrienta. (Hermione estaba sonrojada, no tenía idea aún que su oscuro novio miraba y escuchaba con claridad)
La joven estudiante sabía que los franceses eran bastante coquetos pero no sabía que al extremo.
-No te preocupes, sólo fue un cumplido. ¿Puedo preguntar si tienes novio?
-Jajaja ya lo hiciste. (Hermione no podía estar más nerviosa)
El joven Jean señaló una taza de chocolate, se la entregó a la joven y este tomó la suya para darle un sorbo.
-SÍ tengo novio.
-¿Está en tu escuela?
-SÍ, así es. (Dijo segura)
Severus podía escuchar la conversación con atención… Eso le hizo sentir tranquilo “Muy bien, Hermione” (Hizo ese rostro de confiado mientras estaba delante de los demás profesores que estaban tan distraídos comiendo)
-No te preocupes no sabes qué es el amor, aún eres muy joven. De eso aprenderás si alguien te enseña y con un niño no lo vas a aprender. (Dijo el joven enfermero, tan confiado de que podía convencer a Hermione)
-Exacto. Yo pienso así.
-Entonces quieres decir que el joven con el que estás es bastante maduro.
-Lo es el sesenta por ciento de las veces. Lo siento pero no quisiera hablar de él ahora.
-¿Por qué, Hermione?
-Porque siento que nos está escuchando. (La joven señaló a la esquina donde estaban los profesores)
Pero el tonto del enfermero no entendió la indirecta.
-Bien, quiero decirte algo, Hermione. No es coincidencia que una hermosa y joven mujer haya llegado a mi enfermería y ahora esté desayunando junto a mí. Las casualidades no existen por eso propongo que tú y yo seamos buenos amigos, en lo que los estudiantes ingleses y todo Hogwarts permanecen aquí.
-Gracias, me encantaría tener un amigo aquí.
La joven ni bien dio el primer mordisco a esos dulces, panecillos y demás repostería fina se olvidó de lo que él estaba tratando de hacer con ella. Estaba tan hambrienta que el dulce en su lengua sólo le hacía pensar en más y más azúcar. No era extraño ese sentimiento en alguien que acababa de limpiar su sangre envenenada con una poción. Ni si quiera tomó en cuenta lo último que Jean dijo. Total, los pretendientes le sobraban a Hermione.
-Veo que lo disfrutas.
-SÍ Jean, Gracias. Allá en Hogwarts los elfos hacen deliciosos manjares y esto tiene un toque tan distinto, es sabroso aunque no mejor que en casa, sólo… Es distinto.
-Una inglesa hablando orgullosa, me temía que eso pase. (Jean hizo una sonrisa coqueta)
-No lo tomes así por favor, sólo soy sincera.
-¿Siempre eres tan seria con los chicos?
-Soy seria en todo lo que hago. (Hermione le dio una sonrisa sutil y respetuosa)
-¿Puedo preguntar más de tu novio? Mientras caminamos por el castillo quizá quieras contarme más acerca de él, es por pura curiosidad.
-Claro que sí, no hay problema.
El joven enfermero la llevó a muchos lugares, uno de ellos era el extremo derecho del castillo donde detrás había una enorme plantación de trigo y maíz.
Al costado de esas hectáreas también había una enorme plantación de girasoles, llamativo para cualquier mirada femenina, aunque no tan convincente para impresionar a la joven bruja.
Jean era astuto, aún quería seducirla o al menos conseguir un beso de ella.
-Entonces tu joven Novio es atractivo… ¿Qué viste en él?
-Es inteligente además de atractivo, es dulce y romántico aunque la mayoría de veces parece que se rehúsa a expresarlo, eso no me molesta, yo entiendo a la perfección por qué él es así. Su misterio es lo que más me atrae.
-¿Y qué tan buen amante es? (Se escuchó muy mal intencionado)
-Perdóname Jean pero siento que te estás propasando con esa pregunta.
-Lo lamento, aunque de verdad quisiera justificarme diciendo que eso no tiene nada de malo aquí ¿Eres mayor de edad, verdad?
-Mejor cambiemos de tema, por favor. (Dijo Hermione nerviosa e incómoda)
-Está bien, perdonadme si te he incomodado. (Hizo un gesto caballeroso al decir eso)
-¿Qué tan segura es esta escuela? (Dijo curiosa)
-Solo hay dos entradas y las dos son supervisadas por los guardallaves, si una persona sin autorización intenta entrar está condenada a morir. De igual manera si intenta salir. Hay tres zonas seguras dentro del castillo que se utilizan en plan de evacuación en caso de un ataque. La zona central del castillo es la más importante es donde están todas las habitaciones y las aulas para las clases.
-Muchas gracias, esa información es valiosa, no sólo soy alumna de Hogwarts sino también soy alguien que ayuda a protegerla.
-Perdóname por insistir… ¿Por qué tu novio aún no ha venido a buscarte?
-No creas que está tranquilo…
Hermione vio a Severus, él los estaba espiando desde hace una hora atrás, le causaba un poco de risa los celos de su profesor pero al mismo tiempo se sentía decepcionada porque entonces él no confiaba en ella.
-Vas a creer que soy muy atrevido pero quisiera pedirte algo. Un recuerdo porque por lo visto no estás interesada en mí así como yo lo estoy de ti.
-¿De qué se trata?
-Regálame un beso. (Se acercó a ella galante) Uno tierno que tan sólo me deje la sensación de tus labios en los míos. ¡Eres muy hermosa Srta. Hermione!
-Tú eres un joven galán, y eres atractivo pero también eres demasiado atrevido.
-¿Eso es un no, acaso?
-SÍ QUE ES UN GRAN “No”, jo ven vi to… Es un gran: ¡”Aléjate de ella o te rompo la cara”! (Era la voz de Severus que apareció detrás del joven)
-Ya escuchaste a mi novio. Lo siento… (Dijo Hermione aguantando la risa porque de alguna manera se sentía tan bien verlo así de celoso)
-¿Es broma verdad? (Dijo el joven volteando a ver a Severus)
-No lo es… (Tomó a Hermione de la cintura y la besó delante de esos ojos azules asombrados)
-Te invitaría a NUESTRA habitación (Dijo refiriéndose a Hermione y él) Pero los celos que ahora siento por haber escuchado que le pediste a mi joven prometida un beso, me han provocado muchas ganas de hacerle el amor!… Ahhhh y respondiendo a tu anterior pregunta, soy cien veces mejor amante por ser cien veces más inteligente que tú. Adiós.
Snape hizo que Hermione y él desaparecieran en un espeso humo negro…
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*Viene la continuación de este capítulo…** Aún no ha acabado
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