-¿Por qué me da las gracias, Srta. Granger?
-Es por la almohada… Es un detalle hermoso… Y qué pena… ¿Cómo podré dormir en el tren? En cualquier momento podemos ser atacados… Y… ¿Por qué me dices Srta. Granger?
-Porque ya no sólo soy el profesor de pociones ahora también soy el director. (Dijo serio con esa voz grave y melosa de siempre) Me alegra… (Suspiró con sarcasmo) Así podré llamar más la atención del…
Él recargó su espalda aún más sobre la puerta y empezó a mirar el techo intentando verse interesante y serio con ella. De vez en cuando la miraba de reojo.
-¿Estás preocupado verdad? (Dijo la joven)
-Un poco, lo único que quiero es que este plan funcione. Sólo espero que ellos no se den cuenta antes de tiempo.
-Tengo una pregunta que acaba de venir a mi cabeza. (Dijo la joven) ¿Cómo fue posible que esa piedra llegue a tu mano?
-Sólo puedo responderte de la siguiente manera… Hay muchas cosas de Albus Dumbledore que no sabías… La piedra fue mandada a destruir bajo mi responsabilidad. Pero Albus me dijo que conservara el fragmento más grande, todo lo demás fue calcinado. Lo extraño es que cuando fui atacado, en aquel momento no tenía la piedra conmigo, la piedra no tenía ningún hechizo, no pudo aparecer simplemente como le pasó al inepto de Potter. La persona que me encontró fue Neville, yo creo que él fue el responsable. No se le cuestionó nada él… Si yo hubiera sido parte de ese momento se lo hubiera cuestionado… Recuerdo de ese momento a una hermosa joven tenderme la mano y llamarme “profesor” cuando abrí los ojos.
-Gracias por lo de hermosa… Pero cuando despertaste ¿Eso es lo único?
-Yo, recuerdo el dolor, recuerdo la oscuridad y después sólo recuerdo verte en esa gran mesa de Gryffindor desde la mesa de profesores. Recuerdo la reunión, la primera de la orden comandada por Lupin. Pero, hay algo que no está claro… Un día hace muchos meses atrás antes de la guerra… Tú y yo nos besamos.
-No recuerdo eso…
-Fue en una clase de pociones delante de todos, alguien lo provocó, no fue por nuestra iniciativa.
-Debes haberlo soñado, yo sí recuerdo un sueño así, una clase de pociones, Ron derramó amortentia, Ginny me dijo en mi sueño que él quería que nos enamoremos, pero no funcionó, al menos no con él. Me levanté de mi silla, fui hacia tu escritorio y empecé a besarte sin parar, fue un gran espectáculo para todos, luego desperté en mi cama. Creo que fue un sueño compartido…
-Eso no fue un sueño, Granger, eso pasó de verdad e intentaron borrarnos la memoria, pero no pudieron, al menos no conmigo ya que en aquella época tomaba casi seis a siete pociones diarias para soportar cualquier sospecha y traición tanto de la orden como del señor tenebroso. ¡Porque fue exactamente así como pasó, así lo recuerdo!
Snape trataba de decirle algo más a Hermione, pero ella no comprendía. Por otro lado, él no podía ser directo porque aún dudaba. ¿Cómo es posible que alguna vez, Hermione Granger puede haber sentido atracción por Ron Weasley? La explicación estaba en ese recuerdo. Ron no era tan tonto como todos creían, como ella creía, pero Harry Potter lo sabía bien…
-¡No alces tanto la voz, nos pueden escuchar, Severus!
-Nadie puede escucharnos, este lugar está hechizado, es más todo el tren lo está, ahora somos como un tren fantasma.
-No te quedes ahí… ¡Ven, siéntate conmigo! (Dijo ella escuchándose entre normal y engreída)
-Estabas tardando en pedírmelo… (Se acercó a ella y con muchos ademanes de orden intentó sentarse a su lado pero no lo hizo, permaneció de pie) Creo que algo viene a mi cabeza (Dijo tocando su frente con elegancia) Estabas pensando hace un instante que yo quería aprovecharme de ti y que no vamos a tener demasiada intimidad durante el viaje, también… (Hizo el rostro más serio como rescatando un recuerdo) Que las camas son muy angostas.
-¡No te metas en mi mente sin permiso! Además, estás equivocado, yo no pensé eso… (Lo miró con extrañeza)
-Ya no tengo que entrar en tu mente para saber qué piensas… ¡Está bien, está bien, yo pensaba en aprovecharme de ti y todas las demás cosas que mencioné!
-¡Severus! (La joven se sonrojó mientras él parecía hablar muy enserio)
El aspecto de Snape podía hacer reír a cualquiera, sólo conocía el rostro serio al hablar, aunque el gesto favorito de la joven era verlo sonreír pero era una acción tan poco común que cuando sucedía era un milagro.
-¿Sí puedo ir contigo? ¿No me vas a agredir con la almohada? (Dijo frunciendo el ceño)
-Claro que no…
Severus se sentó en la cama con Hermione de lado izquierdo, de nuevo haciendo esos ademanes de orden… Introdujo su brazo derecho por detrás de la espalda de la joven y luego se quedó congelado como si algo le estuviera incomodando.
-¿Qué pasa? (Dijo la estudiante)
-La capa me estorba.
-A mí me gusta cómo se te ve. (Dijo Hermione viéndolo con aprobación)
-Lo sé, pero me la quitaré. (Dijo con soberbia)
Sacudió su varita y la capa apareció sobre la cama de él doblada y ordenada. Cuando hizo esto su perfume resaltó cerca de la joven.
-¡Ohh por merlín! (La Joven se dejó caer de lado derecho sobre la almohada como en un desmayo)
-¿Qué te pasa? (Dijo él curioso, pero ella no se movía) ¡¿Hermione?!
Se acercó, ella tenía los ojos cerrados. “¡Hermione!” Volvió a decir Severus…
Ella de forma juguetona dejó salir una sonrisa aún con los ojos cerrados… Suspiró muy profundamente.
-¡Lo siento, es tu perfume! (Dijo como agotada)
Él sin perder ese rostro serio empezó a olfatear imaginándose que quizá lo habían envenenado y por eso ella se había desmayado.
La joven claramente estaba jugando, pero él era tan preocupado y sobre-protector que se tomaba todo en serio.
-¿Qué pasa? ¿Te mareaste?
-Jajaja eres tan inocente, Severus. Era un cumplido, de que me gusta tanto cómo hueles, es tan intenso que haces que me desmaye.
La joven se había girado hacia él para explicarle todo eso, pero él seguía confundido.
-¿Un cumplido? No imaginé que íbamos a tener problemas para comunicarnos. Cuando yo tenía tu edad y te agradaba el perfume de alguien simplemente te acercabas, lo decías y luego formulabas una pregunta.
-¿Cómo? ¿Cómo? Pon un ejemplo…
-Disculpe Srta. Huele tan agradable, ¿Cómo se llama su perfume?
-¿Enserio, alguna vez se lo dijiste a alguien?
-No que recuerde. (Dijo serio sin verla)
-¿De verdad, ni si quiera a Lily Evans? (Dijo curiosa)
¡Uyyyyyy qué metida de pata!, preguntarle a Severus por Lily no le convenía. Él se quedó callado… Y después de casi dos minutos respondió.
-No, nunca se lo dije. (¡Uyy qué seriedad!)
-¿Por qué lo pensaste tanto? (Dijo ella)
-Porque quería recordar si se lo dije. (Respondió de inmediato)
-Mientes… Aún sientes algo por ella, ¿verdad? (Dijo ella con curiosidad)
Él volteó a verla a los ojos con rostro serio y luego subió la mirada.
-Lily Evans fue mi mejor amiga en la niñez, cuando la recuerdo… (Vio hacia el techo con una leve sonrisa), Recuerdo a una niña conversar conmigo, brindarme su confianza, brindarme compañía haciéndome olvidar todo lo malo de esas épocas. Cuando la recuerdo sólo puedo ver su rostro de niña sonreír, hacerme feliz en esa etapa, me veo a mí enamorado de ella, pero como un niño. Si… ¡Sí siento algo por ella y siempre lo voy a sentir, Hermione! (Casi susurró cuando dijo eso último)
Hermione se volvió a sentar, se sentó recargando la espalda igual que él, bajó la cabeza sentimientos encontrados porque no esperaba que le dijera eso.
-¡Vaya! (Dijo con voz baja) ¡Sé que la amas y que te hubiera gustado crecer a su lado, eso no me molesta! ¡Yo, acepto eso, Severus! (Pensó lo que iba a decir) Quiero contarte algo, el día que Neville nos atacó tú me llamaste por su nombre y creo que no fue la única vez que lo hiciste, en aquél momento no me molestó, pero me sorprendió, que todavía la tengas tan presente. Ella es parte de tu pasado, no me molesta, sé que tus sentimientos valen y son sinceros…
-¡Calla! (Severus interrumpió)
Ella bajó la cabeza, no pudo evitar derramar una lágrima, quizá fueron celos, quizá era rendición o sólo tristeza…
– ¡Hermione! No me has escuchado con atención… (Estiró su mano pálida y la apoyó sobre la mano de la joven) Ella fue la única que me quiso de verdad antes que tú, pero yo era un niño Hermione, nuestros pensamientos y recuerdos pueden enfocarse en cosas hermosas, ella es mi pasado, mi niñez, es un recuerdo hermoso e inevitable. Pero ya no fue mi amiga en la juventud, ni tampoco la deseaba como mi mujer. La pareja perfecta para ella fue Potter, algo que no entendí nunca porque era un IDIOTA abusador… Y cuando ella dejó de ser mi amiga, supe que no tenía que estar junto a mí como MI AMIGA, ella no era para mí y si estuviera viva sólo sería eso eternamente, mi amiga… Tú, eres distinta, también te preocupas por los demás, pero eres inteligente, compasiva, tan hermosa, te preocupaste por mí a pesar que yo te traté mal muchas veces por mi necedad, orgullo, soberbia. Lo que siento por ti no sólo es un recuerdo hermoso, ni amistad, yo te veo y todo mi ser tiembla debajo de las ropas oscuras que me esconden, que me protegen. Cuando te veo, despiertas cosas que nunca había sentido antes… Eso siempre pasó desde que supe… No, no lo sé… Como si al verte… ¡No puedo explicarlo sin sonar como un sucio pervertido! Te vi aún siendo una niña grande con un vestido rosa y el brazo de un joven loco por el Quidditch y sentí tantos celos. ¡Tantos!.. Y cuando tú me miras, en tus ojos veo interés, deseo, admiración, amistad, veo amor genuino, veo ternura, veo a una mujer con estos ojos oscuros que ves ahora, soy un hombre maduro ya no soy un tonto niño, ahora sé lo que quiero y con quién lo quiero muy aparte de lo que tenemos ambos en el cuerpo, me siento libre por fin. Todavía no puedo creer que esto esté pasando, tú, yo… (Cerró los ojos como recordando en la mente todos esos momentos que hasta entonces han vivido, las caricias, los besos, el deseo fuerte de estar juntos… Hizo una sutil sonrisa de gusto) Cuando puse los ojos en ti no fue directo a conquistarte ni a querer aprovecharme, ni a querer la falta de cariño que me faltó, ni olvidar el sufrimiento… Simplemente es una etapa nueva, es una vida nueva muy esperada aunque increíble para mí. Tú eres todo lo que soñé y más, tú eres mía en todos los sentidos y yo soy tuyo en todos los sentidos. Me alegra tanto que sea ahora, me alegra que no hayas escogido al estúpido de Ron. ¡Tú me perteneces, Hermione! ¡Eres mía!
-¡Severus! (Susurró con nerviosismo porque escucharlo así la hizo querer derretirse en sus manos)
Ella mantenía una sonrisa suave no sabía qué decir, se sintió emocionada y feliz, derramó dos lágrimas ligeras, él le acababa de decir que la ama, que no sólo era un capricho de su adultez, que no sólo era el relleno para un lugar vacío.
-Yo de verdad te amo, Severus, gracias por eso… (Dijo la joven apretando la pálida mano de su director escolar contra la cama) Tú dices que te parece increíble, yo desde el inicio e incluso ahora lo sigo pensando. (La joven empezó a susurrar) ¿Cómo alguien como y tú, tan admirable, inteligente, con aires de superioridad justificada, alguien recto, un excelente mago… Puso sus ojos en una niña tonta, enamoradiza, débil, inmadura como yo? Además eres tan romántico cuando te lo propones… Como una vez me enviaste un patronus en forma de mariposa luminosa dentro de una carta que susurró en mi oído. Sé que eres astuto, supiste muy bien cómo terminar de conquistarme… (Hizo una sonrisa tímida)
Severus hizo que la joven lo viera a los ojos tomando su barbilla. Él vio esos ojos cafés y sus ojos negros empezaron a enrojecer, le sonrió con tanta alegría y le dijo.
-¡Soy yo el privilegiado, pequeña! ¿Ahora entiendes por qué soy tan posesivo, recto, tan celoso, por qué no quiero perderte, ahora entiendes el miedo? ¡Es porque te amo! ¡Tú eres la persona más valiosa que ha existido en mi vida, Hermione! (La nariz de Severus estaba roja, sus ojos a punto de derramar lágrimas, se aguantaba a más no poder) ¡No dejaré que te vayas de mi lado, nunca! ¡Ahora no existe nadie que rodee mi cabeza haciendo que piense las cosas mil veces y arrepentirme de invertir mis sentimientos sabiendo que voy a morir! ¡Ya no sucederá eso! ¡La amo Srta. Granger!
-¡Te amo, Severus! (La voz de Hermione tembló delante de él y se fue a abrazarlo con todas sus fuerzas, igual que él la abrazaba a ella)
Se quedaron así por unos minutos, sólo respiraban, disfrutaban de esa quietud, el recibimiento, la tranquilidad, el cariño, el amor…
Él bajó sus rostro para recostarse en el cuello de la joven, la besaba con ternura, pero eso cambió al acercarse a sus labios y empezar a probarlos suavemente, ella le respondía igual mientras él subía lentamente la intensidad.
Y entonces…
-No me gusta cuando pasa esto, bueno sí pero… (Dijo Snape empezando a exaltarse de manera sutil, sin soltarla del abrazo)
Ella dejó de abrazarlo y lo miró con extrañeza a los ojos… Sospechaba que venía alguna ocurrencia.
-Mmmm (Pensó la joven) ¿A qué te refieres?
-Olvídalo… (Dijo serio)
-¡¿QUÉ, SEVERUS?! ¡Dime por favor!
-¡Olvídalo!
-¡Severus!
El tomó valentía y dijo…
-¿Estará mal si hacemos el amor ahora? (Dijo serio y lentamente empezó a aparecer una sonrisa maliciosa en sus labios)
La joven lo miró con cara de: “¡¿Me estás tomando el pelo?!”
-¡Ya decía yo que era demasiado sentimentalismo de tu parte! Además eres tan formal que me preguntas… (Dijo decepcionada)
La joven tomó la almohada y le lanzó un almohadazo fuerte sobre la cabeza, este se cubrió y se recostó de lado sobre la cama cubriéndose de esos ataques de furia femenina Hermionescas.
-¡Todo lo que dije es cierto! ¡Basta!
-¡Eres un $%#%$#! ¡Aprovechado!
Lo golpeaba y lo golpeaba sin cesar, él comenzaba a carcajearse de la risa, dejaba caer lágrimas mezcladas de sus sentimientos y de risa porque ella no paraba de gritarle cosas y golpearlo. Había sido tan poco sutil.
-¡Basta! Jajajaj (Decía él con insistencia) ¡Hablaba enserio!
-¿Dices que eres tan maduro? ¡Te comportas como un niño! (Ella le alzó la voz)
Entonces él hizo silencio, al parecer no le gustó que le diga así, se sentó aún esquivando esos almohadazos y se puso serio.
Tomó la almohada en el aire, se la quitó de las manos, se levantó de la cama, lo que hizo que ella se levante. Se retiró el levita, se desfajó la camisa y empezó a desabotonarse.
-¿Qué haces, Severus?
-Comportándome como un niño, claro está.
-¡Era un decir! (Dijo riendo la joven)
-Sólo me dio calor, no te preocupes. (Dijo el profesor mientras se sentaba y empezaba a acomodarse el cabello con elegancia) ¡Srta Granger! ¡No debería faltarme el respeto así, golpeándome con una almohada rellena de plumas! (Le dio una sonrisa mientras tocaba sus brazos que habían recibido todos los golpes) ¡Niña insolente!
La joven le respondió la sonrisa y fue para acomodarse en la otra esquina de la cama. Se retiró el suéter, desabotonó su blusa, se retiró toda la ropa y se quedó en un interior conjunto de color negro.
– ¿Qué estás haciendo? (Dijo Severus viéndola acomodarse boca abajo, casi se le salen los ojos) Qmmm (Aclaró la garganta disimulando que no la veía)
-Yo, comportándome como una niña.
-¿Te dio calor? (Dijo levantando una ceja)
-Nooo, es enserio, de verdad me comporto como una niña.
-¡Vamos! ¿Ya te enojaste?
Ella hizo silencio.
-Ve a tu cama, dormiré unas horas. (Dijo Hermione)
-¡No quiero ir! Aquí el que manda soy yo… (Dijo serio)
-¡Ya sé que te gusta mandar!.. ¡Ve, no vamos a entrar los dos en esta diminuta cama, sobre todo tú porque estás muy alto!
-Te gusta que sea alto, te parece atractivo en mí. (Dijo con esa voz susurrante, ronca, gruesa y melosa que usaba para que ella caiga)
-¡No molestes, vete a tu cama! (Sí que estaba enojada)
Se acercó a ella, se acostó a su lado, puso su mano sobre la cintura de la joven y la miró esperando que volteara para verla directo a los ojos y así convencerla.
Ella tenía la cabeza apoyada sobre sus brazos con el rostro viendo la pared.
-¿Por qué te enojas, niña?
-Porque me dijiste todo eso y luego me destruyes todo lo dicho siendo tan simple.
-Todo lo que dije es lo que siento, amor. Lamento ser tan directo.
-¿Por qué me preguntaste eso?
-¿Qué? (Dijo en susurros cada vez más cerca a ella)
-¡No te hagas! (Ella volteó a verlo a los ojos después de decir eso)
Es un gran error para ella verlo a los ojos, su mirada era tan fuerte que podía controlarla, podía hacer lo que quisiera con ella tan sólo viendo directo a esos ojos oscuros y manipuladores.
-¿Te refieres a que cuando te abracé y besé… (La vio directo a los ojos mientras hacía esa voz lenta, astuta, conquistadora, se acercaba más a los labios de la joven) De inmediato sentí deseo de besarte, quitarte la ropa, acariciar todo tu cuerpo y terminar desnudos y cansados?
-¡Oye! (La joven extendió la mano para cubrir esos ojos oscuros que la estaban provocando) ¡Deja de verme así! ¡No me dijiste eso!
“Por favor, aguanta, Hermione” Se decía en la mente.
Él no decía nada. La joven bajó un poco la mano y se dio cuenta que él seguía viéndola así. Volvió a taparle los ojos y se mordió los labios porque ya no lo resistía, parecía que esa mirada intensa le iba a traspasar la mente.
La joven rendida retiró la mano de sus ojos y le dijo:
-¿Crees que vas a convencerme con esa mirada coqueta y persistente?
-No, no sólo con eso. (Dijo Severus con habilidad)
Se acercó a besarla…
Le encantaba sentir eso, que ella no podía resistirse a él.
La besaba con atino, con precisión, sus besos eran tan excitantes para la joven, la forma en que se entrometía dentro de su boca, su lengua suave, tocarla así, le gustaba escucharla rendirse mientras la intensidad de su respiración le mostraba cuándo avanzar a lo siguiente.
-No… No, Severus (Dijo Hermione agitada) Creo que ahora no es un buen momento.
-Lo sé… (Dijo igualmente agitado) ¡Perdóname! Perdí la cordura.
Sacudió su varita e hizo que la ropa regresara a sus cuerpos.
-¿Por qué me vestiste? (Dijo ella acalorada)
-¿No vas a quedarte así y esperar que no haga nada… o sí? (Dijo él)
-¡Duermo en ropa interior! (Susurró con exaltación la jovencita)
-Igual que yo, pero esta vez tenemos que dormir vestidos.
-Está bien… (Dijo la joven resignada)
-Bien.
El profesor tomó su varita la agitó en un hechizo silencioso y de pronto las dos camas eran una sola bastante amplia.
Severus tenía la ropa perfectamente puesta e impecable, Hermione igualmente vestida, él sobre la cama echado de lado del borde y apretando el cuerpo de la jovencita contra él con un abrazo por su cintura, casi no dejaba que se mueva.
Sus rostro cerca al de ella, respirando el mismo aire, sintiendo mucha paz. Sus párpados cerrados fingiendo que estaba roncando por estar profundamente dormido.
-¡Eres tan tierno, Severus!
-Lo sé. (Dijo mientras le daba una sonrisa) ¡Ya duerme!
-¡Eres tan mandón!
-Lo sé, tú también lo eres. Felizmente que aquí el que manda soy yo y lo repetiré muchas veces hasta que estés convencida, Srta.
-Jajaja.
-¿Por qué te ríes, niña? (Levantó una ceja aún con los ojos cerrados)
-¡Te ves tan inocente cuando duermes!
-¿Sí te das cuenta que hago todo menos dormir si me sigues hablando?
-¡Eyyy! (Intentó subir su mano para golpearlo, pero él no le dejó moverse)
-¡Ya duerme, Hermione!
Pero ella al no poder moverse, sólo se acercó y empezó a darle pequeños besos en sus suaves y pálidos labios. Él empezaba a corresponder pero tenía que decirle algo más.
-Hermione, seremos atacados antes de llegar a la escuela de chicas…
Ella dejó de besarle y se acurrucó más en su pecho con un poco de temor.
-Sí, también presiento que eso pasará.
Subió su mano y acarició la cabeza de la joven estudiante.
-No tienes de qué preocuparte… Pero, si no somos atacados… Tendremos que irnos.
-¿A dónde?
-A Hogwarts de nuevo pero sólo Remus, tú y yo…
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“No te estoy diciendo que será fácil, te estoy diciendo que valdrá la pena” – Anónimo
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