El Nuevo Mortífago Capítulo XX Remus, Snape, Tren de Hogwarts…

-Remus… Espero que te sientas mejor.

-Me revienta la cabeza. (Dijo el profesor haciendo el esfuerzo de sentarse)

-Te estaban manipulando además de quitarte cabello de la nuca (Severus estaba cerca de la columna, apoyado con los brazos cruzados y el rostro más serio que la seriedad)

-No recuerdo mucho. ¿Dónde están los demás?

– ¿Quiénes?

-Harry, Ron, Hermione, Minerva… ¿Dónde están ellos?

-Me temo que tienen a Harry, Ron, y también a Minerva… Ella está desaparecida desde hace mucho tiempo.

-¿Qué pasa con Hermione?

-De ella me encargo, personalmente.

-¿Qué pasó con el tío, ya empezó a dar clases?

-Estaba esperando que te olvides de eso. ¡No existe ningún tío de Hermione! Era yo.

-¿Tú, Severus?.. ¿Por qué querrías ser alguien distinto en Hogwarts?

-Porque tú, Harry y Ron están siendo suplantados y Minerva no está. Los padres siguen enviando a sus hijos a esta escuela pensando que aquí van a estar más seguros, pero ya han muerto dos Slytherin.

-Tenemos que hacer algo… ¿Qué se te ocurre?

-Tenía la idea de mover a todos a otra escuela, sólo por dos semanas en que encontramos a los amigos de Hermione y otros desaparecidos de Gryffindor. Envié una carta a Beauxbatons, la encargada me dijo que sí. Podemos salir después de la cena, nos iremos en el tren. Hice que Hagrid regrese de Rumanía para tener ayuda extra.

-¿Quieres volver a ser el director de la escuela, Snape?

-No gracias… Ahora no puedo ser director, bastantes problemas tuve para que me dejaran enseñar.

-¿Hermione está bien?

-Ya… Me preguntó por ella.

-Bien. Después de la cena se anunciará que nos mudamos temporalmente a Beauxbatons. Necesitaremos esconder a los estudiantes e intentar aliarnos con los profesores de la otra escuela. ¿Qué pasa con la profesora Sprout, sabes dónde está?

-Todos los profesores están bien, siguen haciendo clases normales, también vendrán con nosotros. Yo me encargo de ellos. (Dijo Severus intentando acabar con la conversación e irse)

-¿Así que te siguen teniendo miedo?

-Tú deberías temer también. ¡Con tu permiso, Remus, nos vemos en la cena!

***

El castillo parecía estar estable después de recuperar la conciencia de Remus, el plan de Snape era llevar a todos los estudiantes de improvisto para que los ausentes vieran Hogwarts vacío. El traidor tenía que estar confundido ya que al único que quería ver era a Snape Muerto, un problema más que personal. El profesor sospechaba, pero aún no estaba seguro.

Severus fue a la cena, esa última cena en Hogwarts antes de irse con los Beauxbatons. Se acercó con todos los profesores intentando estar apartado como siempre, pero Remus… Quería quitarle la paciencia y la tranquilidad de sus asuntos personales.

-¿Te gusta verdad?

Severus suspiró y miró a Remus más serio que nunca dejando de ver la mesa de Gryffindor.

-Estoy tratando de cenar y tener paz. (Le dijo viéndole a los ojos con fastidio)

-Es muy bueno para evadir preguntas, profesor.

-¿Qué quieres, Remus?

-Pregunté si te gusta la joven Granger, no dejas de mirarla.

-¿Tiene algo de malo que mire a una estudiante de último año?

-Me acabas de responder. Esa joven te agrada desde hace mucho tiempo. El temido profesor de pociones ahora es afín a las jovencitas de esta escuela, me sorprende de ti “Quejicus”.

-¡No me digas así! (Gruñó Snape) Tampoco soy afín a las estudiantes y… La Srta. Granger no me gusta.

-Lo sé… Estás enamorado de ella.

-¡Basta de preguntar! (Hizo una pausa y añadió) Así es, estoy enamorado… (Dijo Severus volviendo a poner los ojos sobre ella)

-¿Ella te corresponde?

Severus volteó a verlo con seriedad, desabotonó el cuello de su levita y jaló la tela exponiendo su piel. Se apuntó así mismo usando su varita y dijo: “Revelatus

Delante de los ojos de Remus empezaron a aparecer esas marcas con las letras que conforman el nombre de la joven.

-¿Tienes el hechizo “Ante torum” sobre ti? ¿Tus padres te lo hicieron para asegurarte una buena mujer desde la niñez?

-Yo mismo lo hice cuando cumplí los diecinueve años. (Snape lo dijo con valentía)

-Eres valiente, ese hechizo es una maldición de amor para toda la vida, aunque algunos antiguos piensan que era la única manera de encontrar a la persona que de verdad te ama. Así que… El príncipe mestizo tenía sentimientos… (Hizo un tono burlón)

-¡Eres tan idiota, Remus! La única forma de tenerlo en el cuello es que esa joven me ha aceptado.

-No necesariamente. A menos que ustedes dos hayan… ¿Intimado? ¿¡Qué!? ¿Hablas enserio?

Severus cerró los ojos rendido ante las insistentes preguntas, pensó que si él tenía que saberlo, ya no se guardaría nada.

Remus miró a la mesa de Gryffindor, directo a Hermione sin creerlo.

-¿No la hechizaste o sí?

-¿Por qué es tan increíble?

-Es que es tan joven, tan inteligente y tan…

-¿Hermosa? Sí que lo es.

Mientras que Severus veía a Hermione ella también volteó a verlo, al chocar las miradas la joven le regaló una sonrisa, él trató de no ceder, pero se escapó una inclinación en sus labios, no pudo evitarlo.

Remus estaba cerca, cerró el gesto y volvió a mirarlo con seriedad.

-¿Entonces quiere decir que ella tiene lo mismo en el cuello?

-En el cuello, en una de sus piernas y en su abdomen. En mí la marca comienza en el cuello pero abarca todo mi pecho de lado izquierdo.

-Siempre pensé que ese hechizo era arriesgado…

-Lo es si te equivocas. Yo no me equivoqué. ¡Y por favor, ya déjame en paz!

-¡Está bien, está bien!.. Por cierto, ¿Tú darás el aviso?

-Nooooo, lo harás tú. (Severus lo dijo con un poco de enojo)

Snape tomó su varita e hizo que apareciera más jamón con queso llorón. Ni bien iba a abrir la boca para chillar, este tomó el cuchillo y se lo incrustó para que callara.

-¡Eres tan bárbaro! (Dijo Remus viendo el plato del pocionista)

-¡Tú eres un licántropo y fuiste amigo de Potter!

-¡Olvídalo, Severus! Yo daré el aviso.

Snape cortó un cuadrado perfecto de queso y se lo llevó a la boca. “No sé por qué no les agrada, si tiene buen sabor…” Dijo en su mente.

Cuando todos habían terminado, Remus llamó la atención de los estudiantes.

-Todos los prefectos, lleven a los estudiantes a sus respectivas torres, hagan que empaquen lo necesario y nos encontraremos en la puerta del castillo dentro de una hora y media. Daremos un paseo en tren.

Los jóvenes no podían creer lo que escuchaban.

Severus se levantó de la mesa después del aviso y fue hacia su despacho, no caminó porque andar por el castillo era peligroso.

Al llegar tomó un pequeño caldero del tamaño de su puño y lo metió dentro del bolsillo más grande en la capa negra.

Después de eso fue a la torre de Gryffindor apareciendo en la sala común.

-¡Ahhhhhhh! (Muchas de ellas gritaron al verlo)

-Lo siento, jovencitas, no pensé que estaban reunidas.

-¡Sev… (Hermione se detuvo)… ¡Profesor! (Hermione fue hasta donde él, bajó por las escaleras)

-¿Parece que no te importa llamar la atención, verdad? (Dijo sorprendida)

-Vine para asegurarme que estuvieras bien.

-Eres más protector de lo que imaginaba. (Le dio una pequeña sonrisa mientras él mantenía los brazos cruzados en el medio de la sala común)

-El viaje será peligroso. ¡Vamos, lleguemos antes que los demás! Le dije a Remus que vendrás con nosotros junto a Hagrid y Sprout.

-¿Hagrid ha regresado de Rumanía?

-Sí.

-Espérame un momento. Les diré que se apresuren…

-No te preocupes por ellas, los prefectos están afuera. (Insistió Snape)

-Espérame unos minutos es que aún me faltaba empacar unas cosas.

-¿Qué te falta?

-No encuentro el gira tiempos que me dio Minerva.

-¡No te servirá de nada, vámonos! (Le dijo acercándose a su rostro para que nadie más se diera cuenta de lo que estaban charlando)

-Por favor, déjame buscar un momento más. (insistió la joven)

-Tienes tres minutos. (Dijo serio y giró los ojos)

A muchas de las estudiantes les dio curiosidad la presencia del Profesor. Incluso se atrevieron a acercarse a molestarlo. Sabían que él fue un aliado de la orden y hasta el final estuvo con Dumbledore. Creían que era bueno y ahora que era reconocido como un héroe de guerra quizá ya no era tan “Oscuro”

-Profesor… ¿Habrá exámenes de Timos este año? (Dijo una de ellas)

-Yo… No soy el director… Él es quien lo coordina. (Se sentó en el mueble con cara de malulo asustador y luego la ignoró)

-¿Vino para cuidarnos, profesor? (Dijo una estudiante de primer año)

-Vine por Hermione.

-¿Usted es su tutor? (Dijo la jovencita con curiosidad)

-Noooo (Dijo alargando la frase con tono exaltado, en su mente estaba decirle a la jovencita que ella era su novia) Ella es mi…

-¡Profesor, sólo tiene 11 años! (Hermione lo miró con ojos enojados, interrumpió justo a tiempo)

-Sí Noelí, él profesor vino para cuidarnos. (Ella le contestó a la pequeña con una sonrisa)

Caminaron hasta salir por la puerta con el cuadro de la señora gorda para que los prefectos vieran a Hermione.

– ¡Vamos jovencita! (Dijo Severus tomándola de la mano y jalándola hasta él)

Entonces desaparecieron y aparecieron afuera del Castillo, ahí estaban reunidos los profesores.

Remus se acercó a Hermione con cara de curiosidad. Le hizo un gesto de tener el gusto de verla y con rapidez sacó su varita y le apuntó en el cuello.

Revelat…”

Pero Severus tomó la varita rápido con el puño desviando la magia contra el suelo.

– ¡Atrévete a apuntarla con tu sucia varita una vez más y esta terminará traspasando tu cabeza por los orificios de tus orejas!

– ¡Lo siento, Hermione! (Remus lo miró con rostro enojado, Snape casi lo desarmó y sin magia)

– ¿Por qué hizo eso, profesor? (Hermione le dijo a Remus)

-Porque Severus me dijo algunas cosas de…

– ¿Acerca de… los dos? (Hermione vio a Snape bastante exaltado)

-Sí, es acerca de ustedes (Dijo Remus)

-Pues… Luego hablaremos de eso, profesor.

-¡Hermione, ven aquí! (Dijo Snape exaltado, miró a Remus por última vez con rostro escandalizado y añadió con autoridad) ¡Quédate cerca!

-¡No exageres! Sólo le dio curiosidad. (Dijo la joven tratando de calmarlo)

Severus la miró y le levantó una ceja. Responderle en ese instante lo encendió más.

-Bien. (Se cruzó de brazos y le dio la espalda)

Hermione hizo una pequeña sonrisa pensando en su mente, él era tan complicado, celoso, posesivo, pero como todo hombre, seguro tenía un punto débil… Las palabras dulces de su chica.

Se acercó a él que se había movido a aprox. diez metros de donde los profesores estaban.

-Lindo, no tienes por qué enojarte, no seas gruñón. Además, sabes que me encanta cuando frunces el ceño. Vas a provocar que te bese ahora mismo y delante de todos.

Él la ignoraba con molestia obvia.

-¿¡Vamos, de verdad estás enojado por una tontería!? (Hermione se metió entre su capa para abrazarlo y verlo hacia arriba mientras él soltó sus brazos a ambos lados y terminó cediendo para corresponder la muestra de cariño)

-No sabes lo que pasa en mi cabeza cuando alguien te apunta con una varita. (Dijo Severus intentando no perder la cordura) No lo soporto, simplemente no puedo.

-Puedo imaginarlo, pero no lo sé… No estés así, lindo… ¡Venga, tengamos un viaje tranquilo! Son muchas horas para llegar a la escuela de chicas. Podemos conversar de lo guapo que eres…

Él hizo una sonrisa superficial porque sólo ella lograba que se sintiera así, podría demostrarlo quizá con más entusiasmo, pero se cohibía, estaban rodeados de profesores y prefectos que empezaban a llegar con los estudiantes más pequeños.

Él sujetó la barbilla de Hermione, pero viendo hacia ella de forma altiva, como resistiendo a bajar la cabeza por completo.

-¿Por qué no me das un beso, ahora? (Dijo ella poniendo un puchero travieso)

Pasó su dedo gordo rozándole los labios rojizos, aún tomándola del rostro, pero luego la soltó.

Severus miró hacia todos lados y dijo:

-Noo, hermosa, las muestras de afecto en público a veces son incómodas para los demás. (Puso rostro serio como aclarando un punto importante)

-Sólo bromeaba. (Hermione lo soltó y se quedó a medio metro de él) ¡Listo!, ya no estás enojado.

Él la quedó viendo y entre-cerró los ojos.

– ¡Tramposa! Intentaré conseguir un espacio entre los vagones para ir tú y yo…

– ¡No vas a conseguirlo! Sólo eres el profesor de pociones… Además… ¡Ya no eres el director!

***

Pasó media hora más y la profesora Sprout hablaba con Remus y Severus.

-Minerva aún no llega de su viaje. (Dijo la profesora de Herbología, con tono preocupado)

-No, aún no. (Dijo Remus)

-Yo propongo que mientras llegue, el profesor Severus podría ser el director provisional, al fin y al cabo, ya conoce el puesto y no tienen que saberlo los alumnos.

Hermione estaba muy cerca de ahí y escuchó cuando Sprout dijo eso.

-Me parece buena idea, ¿Qué opinas Severus? (Dijo Remus animándolo)

Snape miró a la alumna y le sonrió mientras le respondió.

-Acepto, seré el director sustituto mientras regrese Minerva.

La joven lo miró, habló silenciosamente abriendo los ojos de asombro. “¡NO PUEDO CREERLO!”

Él levantó una ceja a la joven y después miró a los profesores, se iba a salir con la suya después de todo.

La profesora Sprout saludó de mano a Remus y a Severus en señal de aprobación y de inmediato los alumnos empezaron a subir al tren, de los cursos menores a los cursos mayores.

Severus se acercó a Sprout, Hagrid, Remus y los demás profesores para hablarles de forma silenciosa, estaba planeando la seguridad que iban a tomar en el tren además de conseguir un espacio para el solo.

El plan era repartir a los prefectos por todo el tren. Agrandar con magia todos los vagones y ponerles camas individuales en los espacios para que puedan descansar, era un viaje de casi nueve horas.

Cada dos vagones estaría un profesor vigía, este tenía que estar acompañado de dos prefectos. Las ventanas y salidas serían hechizadas, los alumnos serían designados y prohibidos de moverse a otros lugares más que los designados…

-Marcus irá con Hagrid y Norm. Sprout irá con Berenice y Andrew. El profesor Sun– Sun… No sé cómo pronunciarlo, el Profesor de educación física irá con Gema y Brendan, Conmigo estará Chad y Lins… 

Remus seguía dictando la lista de los camarotes designados a los prefectos pero no escuchaba su nombre hasta que…

-Finalmente el profesor Snape irá con Hermione Granger. Los otros dos prefectos estarán con el profesor Filius Flit de Levitación. El resto de prefectos que no están designados cuidarán a los alumnos lo que significa que estarán en el vagón 2, 5, 8, 11, 14, 17, 20 en los camarotes de los estudiantes.

Al estar todos dentro de los vagones y en sus espacios, Hermione se dirigía a leer un poco, entró y la luz estaba prendida, se acercó a su cama y dejó su bolsa sobre ella. En este espacio designado sólo habían dos camas personales, dos comodines pequeños con cajones y dos lámparas, estas se encontraban encendidas. En la esquina de su cama estaba su almohada favorita, un recuerdo que conservaba de la primera vez que llegó a Hogwarts, le pareció un hermoso detalle, alguien la debe haber puesto ahí.

De pronto las bisagras hicieron un ruido escalofriante mientras ella estaba de espaldas a la salida del pasillo, volteó asustada y la puerta se estaba cerrando lentamente, una mano pálida terminó por empujarla. 

-¡Me asustaste!..

-¿Por –qué? Si… Só-lo soy el —profesor de Pociones… (Hizo la voz ronca con esa pausa que solía usar a menudo)

Snape se apoyó en la puerta con los brazos cruzados y ella al ver el gesto de su rostro serio, interesante y creído dejó escapar una sonrisa de rendición.

-Gracias…

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“A veces es necesario que algo se quiebre para que algo nuevo pueda surgir” – Anónimo

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