(Tercera clase del profesor Rickman)
-¡Buenos días a todos! La profesora minerva está lejos de la escuela y el profesor Remus está indispuesto. Permítanme presentarme. ¡Soy el profesor Rickman y voy a dictar clase de transformaciones!
-¿Quién es? ¡Diablos está tan guapo! ¿De dónde lo habrán traído? ¡Parece que su acento es del sur! (Las alumnas de todas las casas pusieron real interés por la persona que estaba delante de ellas, un hombre de al menos treinta años de edad, bien vestido y un porte de caballero)
Hermione sintió que a alguien se le pasó la mano de cabellos del joven difunto Slytherin, se veía aún más joven que antes, lo que significaba que había ingerido más de esos cabellos rubios que de sus propios cabellos negros.
-¡Severus! ¿Cuál es tu problema?.. Apuesto que no te has dado cuenta que llamas tanto la atención. (Dijo en su mente la pequeña y MUYYYYYY celosa Hermione Granger)
-¿¡Quién es ese bombón!? ¡Oh por merlín, qué mirada! ¡Le daría amortentia ahora mismo! ¡Yo compartiría mi alma con una medalla y le dejaría que me aplaste con sus manos! ¡Miren ese… Trasero! ¡Qué atractivo! ¡Al menos hay otro docente al que le queda bien el levita, aunque este use uno de color! (Todas las Slytherin estaban dispuesta a echárselo encima o al revés…)
Hermione escuchaba a las jóvenes regaladas explotando de celos… No pensó que le iba a causar tanta molestia ver a Severus con ese disfraz de galante americano. Estaba rabiando, quería marcar su territorio pero no tenía que hacer eso sólo tenía que ser ella. “Calma Hermione, no pierdas la cordura” repetía en su mente.
-Empezaremos con un hechizo simple, por favor, los jóvenes alumnos vengan a mi derecha y las jóvenes y guapas estudiantes (Guiñó el ojo a las Slytherin con una sonrisa coqueta) Ustedes vendrán a mi izquierda.
Hermione quería matarlo porque sabía que lo hacía a propósito.
-Bien, necesito un joven voluntario… (Vio que todas las Slytherin estaban locas por ir junto a él) ¡No puedo escoger a todas, jovencitas!.. Ven, tú la jovencita de cabello negro. (Se inclinó ante ella cuando esta pasó al frente para ver que se le acercaba al rostro, la joven no podía estar más sonrojada y desmayada por el perfume del joven “Tío” de Hermione) Pon atención, vas a sostener tu varita con firmeza, la subes sobre tu cabeza y dices las siguientes palabras con cuidado: ¡videre argentum avem! ¿Está bien? Yo lo haré primero…
Todos retrocedieron e hicieron un espacio alrededor de ellos. Entonces el profesor con elegancia hizo un movimiento magnífico pronunciando: ¡videre argentum avem! y delante de sus ojos se convirtió en un águila real reluciente.
-¡Ohhh por Merlín, sabía que era americano! (Dijo la joven voluntaria al punto de llegar al éxtasis mental)
La magnífica ave voló hasta lo más alto expandiendo sus alas y luego observó a todos los alumnos, sus ojos eran penetrantes como el mejor cazador. De inmediato voló en el mismo lugar expandiendo sus alas para volver a hacer el mismo mega atractivo profesor Rickman, al volver a la normalidad subió la mirada interesante ante sus alumnas y sopló de uno de sus hombros una hermosa pluma caramelo con sus sensuales labios.
-¡Hierdaaaaaa te voy a matar, Severus! (Dijo Hermione casi perdiendo el control en su mente)
-¡Ahora hazlo tú, jovencita! (Dijo el profesor a la estudiante de cabello negro)
La joven embobada ni lo escuchó y empezó a tartamudear.
-¡Yo… yo… ¡Videre…! ¡Lo siento, no recuerdo cómo iba!
-Escucha con atención (Se acercó a su oído) ¡videre argentum avem! ¿Sí me escuchaste bien?
-Ssss… Sí (Tembló al responder) ¡videre argentum avem! (Gritó la joven pero no subió mucho la mano y la varita terminó en el suelo)
El profesor vio atento todos los errores, la voz temblorosa no le iba a dar seguridad y soltar la varita a último minuto podía arriesgar su vida.
Y así pasó, delante de todos apareció un tierno polluelo de águila Real sobre su nido.
-¡Qué ternura! (Dijeron varios incluyendo el profesor)
-Bien, como la varita cayó de su mano, ella pudo provocarse una perpetuidad en forma de polluelo. ¡Este es un error muy grande! (Levantó al pollito del suelo, le dio un beso en la mollera y siguió hablando) ¡Sus palabras deben mostrar seguridad y su varita tiene que ser parte de su disfraz, no pueden soltarla! Así que todos vayan a sus lugares, abran la página cuatrocientos de su libro y lean todo el capítulo, son veinte páginas, su primer examen va ser convertirse en un águila, no en un polluelo. Cuando lo logren escogerán el animal que quieran y yo los ayudaré con el hechizo.
-¡Ups! Se enojó el profesor… (Dijeron las Slytherin)
-No estoy enojado, pero deberían empezar a conocerme. ¡Soy un profesor exigente! (Tomó a la indefensa ave y la regresó a la normalidad, dejó a la alumna sentada en su silla mirándola a los ojos)
-¡Gracias… profesor! (Dijo la Alumna)
-De nada… (Miró a la alumna con amabilidad)
La joven estaba perdiendo el control, se le estaba acercando para besarle.
Hermione abrió los ojos exaltada pero el profesor retrocedió ante ese acto inesperado y él aclaró la garganta.
-Mmm mmmm ¡Por favor! ¡Tomen atención a la clase y no arriesgarán su vida! ¡Venga, comiencen ahora! (Palmoteó para apresurarlos)
El profesor regresó a su lugar y se sentó en su amplio escritorio, de vez en cuando no podía evitar subir su mirada viendo a las Slytherin que murmuraban y lo miraban con actitud provocadora. Esto lo hacía sentir nervioso sobretodo después de mirar los ojos fieros de Hermione clavados en él.
Hermione casi calmada vio que una de las alumnas “Slytherin”dejó un pergamino en el escritorio del profesor.
Él subió la mirada, le sonrió sonrojado y coqueto a esta alumna. Definitivamente la estaba haciendo pagar a Hermione tremenda equivocación el de inventar a un tío mago.
Hermione tomó su varita y haciendo un hechizo silencioso incendió el pergamino en el escritorio del profesor desde su lugar, este se asustó al ver eso. Felizmente nadie pudo sospechar que fue ella. La joven enamorada, desafiante y viéndolo a los ojos tomó sus cosas se levantó de su silla y se marchó del aula.
Severus le hizo una sonrisa ladeada de victoria y volvió a sus asuntos sin hacer caso al atrevimiento de la estudiante por irse de clase así.
Ella al llegar al pasillo, instó en su joven e inocente mente estudiantil algo macabro de lo que no sabía nada de nada. Hizo una desaparición y apareció en el lugar que se están imaginando. ¡Sí, apareció con extremada sutileza debajo de ese oscuro escritorio! Por su puesto que para distraer a todos azotó la puerta con un hechizo silencioso.
Fue justo en ese instante que el profesor volvió a sentarse en su lugar donde ella terminó de aparecer en una esfera de humo rosa.
Tomó su varita con indecencia, apuntó a los pies del joven profesor que se sentaba sin saber qué pasaba…Pero no lo hizo aún… Se apuntó así misma para hacer un hechizo de invisibilidad, estos hechizos sólo te ayudaban a camuflarte contra los objetos por unos minutos y la oscuridad debajo de ese amplio escritorio era perfecto para hacer cosas inde… que diga inocentes.
Al estar invisible apuntó su varita contra los piel del joven profesor, hizo que estos se queden levemente pegados contra el suelo. Apuntó luego el vientre del inocente y atractivo y le hizo sentir un poco de ¿Cómo se dice? ¿Calor, exaltación, excitación? que a su vez causó sudor en su cuello y espalda.
Después de eso la joven hizo que sus pantalones desaparecieran, incluyendo parte de la tela de su bóxer. Todo fue tan rápido que él concentrado con los codos apoyados en el amplio escritorio ni cuenta se dio. Sólo estaba pensando en hacer bien su trabajo, él pensaba en que quizá Hermione iba a estar molesta pero también quería dar una buena impresión como primer día reemplazando a Minerva.
Estaba orgulloso, estaba… ¡No sabía cómo sentirse! ¡La emoción le hacía sentir un fresco extraño en las piernas!
Hermione no soltaba su varita, su corazón que no sabía nada de nada de lo que estaba haciendo casi le hizo arrepentirse pero al estar delante de… de ya saben, no pudo… ¡Créanlo! ¡Intentó resistirse hasta el final! pero se abalanzó a besar la piel suave de esa distraída intimidad excitada, le dio una caricia con el sentido del gusto desde la base hasta el final.
Un profesor se quedó congelado viendo hacia la puerta con los ojos aterrorizados. Pensó que era el sentimiento de nervios más raro del mundo, no podía perder la cordura porque sus alumnos… Porque sus estudiantes estaban tan concentrados…
-¿¡Qué fruta hierda me pasa!? ¡¿Por qué no puedo mover mis piernas?! (Dijo en voz baja casi desfalleciendo al sentir tibieza y mucha humedad en la punta de su virilidad) ¡Por merlín! ¿Que me pasa? (Sus rostro se estaba sonrojando, estaba preocupado)
Hermione no esperó más, lo tomó con suavidad, sensualidad, rapidez y sin soltarlo. Ella lo estaba disfrutando, lo metió en su boca y empezó ese juego de vacio, succión, humedad, deslizamiento de epitelio bucal en él. ¡Pobre profesor! Otro hubiera gritado al sentir eso por primera vez.
-¡Ohhhhhhhhhhh por merlín! ¿Granger? ¡Sal de ahí! ¡Por favor! (Dijo él con los ojos cerrados, cubriendo su rostro con el libro abierto delante de él)
La joven dejó de tocarlo con los labios pero siguió la faena con su mano.
-¿De verdad quiere que deje de hacerlo? (Dijo en susurros y apareciendo lentamente delante de sus ojos)
-¡Her… Herm….! ¡Por favor! ¡Estamos en el aula! (Su voz ya no sabía expresar lo que realmente quería)
Él intentó retroceder la silla y lo logró, fue ahí que vio el inocente rostro de Hermione acercándose peligrosamente a su intimidad.
-¡Por merlínn, Hermione hermosa! ¡Por favor! (Intentaba no subir el volumen de su voz ante tal estimulación)
Ella negó con la cabeza y continuó despacio intentando matarlo lentamente de placer debajo de ese escritorio. Seguía una y otra vez deslizándose con la extrema humedad de su saliva por la piel enrojecida y llena de sangre. La suavidad de sus labios lo volvía loco, era una experiencia atrevida, sensacional, era la mejor historia de terror susurrada en su oído. Era como un cruciatus directo a su corazón y sistema nervioso central, uno que no le daba literalmente “Muerte carnal”.
-¿Le pasa algo profesor?
Dijo una alumna de Gryffindor, lo veía mal, descompuesto, parecía que quería llorar o se aguantaba un dolor fuerte de estómago mientras permanecía sentado en contra de su voluntad.
-¡No, no… No me pasa… nada! ¡Saaalgan… Salgan todos! ¡Tomen sus li… Libros! ¡Váyanse!
-¿Cómo dijo profesor? (Ella casi no había entendido)
-¡Vaaaaaa… Váyanse ahora! (Subió su voz) ¡Por merlín váyanse antes que sea tarde! (Hizo un esfuerzo sobre humano para decirlo con seriedad)
-¿Quiere que nos retiremos?
-¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiii! (Gritó muy fuerte y esta alumna se asustó) ¡Digo…. Sí, vayan!
-¡Sí, sí, está bien! (Ella tomó sus cosas y empezó a guardarlas apresurada, al mismo tiempo le avisaba a la persona de los lados y detrás de ella que podían retirarse del aula de transformaciones)
-¡Saldrán temprano! ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh por merlín! ¡Ya salgan! ¡Por favor, retírense! ¡Nos vemos, adiós adiós adiós! (Dijo con una voz ahogada intentando no explotar)
Algunos alumnos tomaron esto con espanto y confusión pero para otros era genial terminar la clase una hora antes. No hubo objeciones de ningún tipo. Salieron tranquilos con la cara sonriente queriendo libertad.
El profesor casi muriendo en las manos de ella, tomó con dificultad su varita y cerró con seguro la puerta al ver al último alumno salir. Hizo otro esfuerzo sobrehumano y logró vestirse y alejarse de ese ¡Bendito escritorio!
-¡Hermione Gran-ger! ¡No saldrás viva -de -aquí! (Gruño con una voz híper Sevérica, más parecía un grito de coraje grave)
Hermione salió de su escondite con rostro serio, sonrojado y sus dedos tocando sus labios para intentar provocarlo, no el enojo sino otra cosa.
Él intentaba respirar tranquilo, con las manos cerradas haciendo puños utilizando un tono amenazante.
-¡Granger Ahora sí te pasaste! Debes de saber que tengo un límite en mi cordura y en estar centrado… (Aspiraba el aire para recuperarse) Pero… ¡Ahora sí me has hecho enojar. ¡TE VOY A CASTIGAR, SRTA. Y TORTURAR HASTA QUE NO TE QUEDE MÁS ALIENTO PARA SALIR A TRAVÉS DE ESOS LABIOS ROJIZOS que me encantan! ¡TE JURO QUE TE ARREPENTIRÁS! (Se hizo el hombre de las mazmorras delante de sus ojos, un cambio espectacular en pocos segundos)
Ella pensó que estaba jugando pero luego vio cómo hacía Severus… Los ojos más oscuros que nunca antes había visto durante todos sus años en Hogwarts. ¡Diablos! ¿Qué tendría planeado en la cabeza?
-¡VAMOS A VER… Si puede encontrarme, profesor! (De pronto desapareció delante de él con un poco de temor)
Hermione apareció afuera del castillo, corría rápido hacia el bosque, estaba siendo acechada por un profesor furioso. ¿Quién sabe qué otros sentimientos tenía este Severus enojado?
Era extraña la sensación del viento rozando su rostro mientras corría, la adrenalina en el corazón y pulmones al principio le hacía sostener una sonrisa traviesa e incluso soltaba una que otra carcajada nerviosa pero después se convirtió en terror verdadero, sus pisadas eran cada vez más ágiles, ella estaba escapando en serio… Como aquél día que Lupin era un hombre lobo y sin tener más ideas que un aullido acabó por poner la atención más peligrosa en ellos… Ella y Harry.
Esta vez escapaba de un enloquecido y enojado profesor de pociones.
Fue detrás de un árbol y se escondió. Trató de hacer silencio, su respiración cada vez era más calmada y pausada, no iba a lograr encontrarla tan rápido. Severus no podía estar tan molesto por haberle hecho eso… Bueno, hacer que pierda el control de sí quizá, haber prácticamente amarrado sus piel al suelo le dio un poco de enojo pero también le debe haber gustado el que ella se arriesgara a hacer eso en un aula llena de estudiantes metidos en sus lecturas. Le debe haber gustado, sobretodo porque nunca antes lo había hecho con nadie. Su objetivo no era molestar, ¡Bueno sí quizá un poco! pero ¿Cómo podía saberlo? Aún no lo conocía bien… Ella creía que lo conocía pero en realidad había estado con él muy poco tiempo para decirse así misma con seguridad “Lo conozco”¿Qué tal si estaba de verdad enojado?
-¡Te encontré Granger! (Dijo Severus en su oído interrumpiendo sus pensamientos haciendo que salte y grite)
-¡Ahhhhhhpp! (El grito se cortó cuando él le cubrió la boca y se la llevó)
***
Había silencio, él aún estaba con ella pero no podía moverse porque el abrazo la aprisionaba contra su fuerte pecho.
-Sabes granger (Le hablaba despacio al oído intentando ser tierno) Pensé que mi amor era una inocente y frágilniña, una excelente estudiante con seriedad y cordura que nunca iba a abandonar una clase tan seria como transformaciones, alguien que merecía un caballero a su lado, que la respetara, que no fuera brusco con ella…
Él quitó la mano de su boca.
-¿Ya no piensas eso de mí? (Hermione bajó la mirada con tristeza, pensó que lo había decepcionado cuando él se puso frente a ella)
-¿Creíste que podía hacerte daño, pequeña? (Levantó su rostro viéndola a los ojos) No he dejado de pensar esas cosas, aunque ahora voy a añadir a la lista que eres una chica insufrible sabelotodo, curiosa y misteriosamente traviesa. ¡Me has sorprendido! ¡Nunca pensé que fueras capaz de hacer algo así, Granger!
-¡Perdón! (Hizo un puchero comprador, bajó la mirada y luego subió intentando verlo a los ojos)
Ese hombre realmente sabía hacer que se tranquilice. Podría manejarla a su antojo si quisiera pero él no era así, era duro, frío pero nunca un patán.
-Me da… Un poco de pena decir esto… Pero me… Me encantaría que pudieras repetirlo, no en un aula y en contra de mi voluntad. Me refiero a que sería hermoso si pudieras intentarlo cuando estemos solos en la habitación. (Hizo una sonrisa ladeada y coqueta, esas sonrisas enloquecedoras que sólo él le podía dar)
-Profesor, Severus… (Dijo con una voz seria y quizá inocente)
-¿Sí, pequeña?
-Lo haría un millón de veces más. (Ella lo abrazó y luego se empinó para besarlo)
Al terminar ese beso que empezó tierno y terminó agitado… La tomó de la mano y subieron lentamente las escaleras de una casa enorme.
-Logré hablar con Remus mientras estaba en la enfermería, le dije que te llevaría a cenar.
-¿Se lo dijiste como el guapo Severus o como el guapo tío?
-Como el tío que no es para nada atractivo.
-¿Mmm celos?
-Quizá un poco, el recordar que yo no era… Cuando estabas… Ya sabes…
-¡Sí eras tú! Además pudiste haber tomado tu varita antes y no lo hiciste. Y es porque una parte de ti quería sentirlo. ¿Verdad?
-Mmmm ¡No sé de qué me habla Srta. Granger! (Dijo en tono serio y caballero)
-¡Qué cobarde! (Dijo entre dientes y bajito para que él no escuche)
-¡Eyyy! ¡Más respeto, niña! (Dijo en tono Severus)
De pronto llegaron a la misma habitación que ella conocía, en su casa, pero no donde él la cuidó hasta que sanó sus heridas, era la amplia habitación oscura donde él intentó dormir muchas veces sin éxito.
Ella observó bien la habitación, caminó de lado derecho junto a esos libros de pociones hasta llegar de largo frente a ese muro pintado color azul con estrellas. En su pensamiento estaba la descripción de tan deleitante vista.
Pero Severus la sorprendió con ímpetu, la tomó de la cintura y la pegó contra la pared. Empezó a besarla con pasión, los besos le quitaban el aire a la joven estudiante.
-¡Severus!
-Dime (Susurró en su oído agitado)
-Mmmmmmmm pensé que iríamos a cenar… (Dijo perdiéndose en las caricias)
-¡Primero terminemos esto! (Intentó decirlo lo más calmado que pudo)
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“Debemos elegir entre lo que es correcto y lo que es sencillo” – J.K. Rowling
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Chicas, no se pierdan la tercera parte de “Un cumpleaños con Severus” – Literalmente es la continuación de este capítulo… #Sevmioneras #Forever
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